Los chicos de Rain Games cosecharon un gran éxito en la escena independiente gracias a Teslagrad, un notable plataformas y puzles que se basaba en el magnetismo para plantear sus diferentes rompecabezas. Tal ha sido su éxito que lo hemos podido disfrutar en todas las plataformas posibles, incluyendo Switch hace tan solo unas semanas.
Pues bien, para su siguiente proyecto, el estudio decidió arriesgar, y aunque se mantenían en el mismo universo, decidieron cambiar por completo de mecánicas y estilo artístico con World to the West, al inspirarse claramente en los clásicos The Legend of Zelda, además de ofrecer una vía de entrada a este universo para los que no disfrutaron de Teslagrad. Después de hacer que los usuarios de PC, PS4 y Xbox One se estrujaran los sesos con sus diferentes rompecabezas, es el turno de hacer lo propio con los jugadores de Switch. ¿Listos para un gran viaje hacia el oeste?
Como comentaba antes, estamos ante un juego ambientado en el mismo universo que Teslagrad, pero World to the West se ambienta varias décadas más tarde que éste. En vez de haber un único protagonista, esta vez hay cuatro héroes muy diferentes, que tendrán que colaborar para cumplir sus metas. Por un lado tendremos un pequeño niño que quiere salvar a sus compañeros en la mina, luego está la joven que ha sido teletransportada por accidente desde la torre de Teslagrad y quiere volver a casa; el fortachón de turno que acaba de llegar al reino y quiere demostrar su valía; y la aventurera que tiene que cumplir su nuevo contrato.
El argumento es bastante sencillito, pero funciona gracias al sentido del humor de los diálogos, tanto entre los protagonistas como con los diferentes NPCs que pueblan el mundo. Así que, sin ser nada memorable, cumple el siempre buen objetivo de motivarnos para seguir avanzando.
A nivel de mecánicas, World to the West bebe muchísimo de The Legend of Zelda, al basarse principalmente en la resolución de puzles, la exploración y un poco de combate. Cada uno de los héroes tiene habilidades únicas, lo que hace que su interacción con el entorno sea radicalmente diferente. Por ejemplo, la tecnomaga puede teletransportarse, mientras que el muchacho minero puede meterse bajo tierra; por contra, la aventurara puede usar su bufanda para superar trechos y tomar el control de las criaturas, y el fortachón deja que los puños hablen por sí mismos tanto para derrotar enemigos como para destruir puertas que bloquean el paso.
Como os podréis imaginar, los héroes tendrán que colaborar entre sí para resolver varios puzles, pero además, tienen caminos propios que tendrán que completar sin ayuda. Eso por no mencionar las nuevas habilidades que irán ganando a medida que vayamos avanzando en el juego, lo que aumenta nuestro repertorio y mantienen los rompecabezas algo frescos.
Algo que me ha gustado bastante de World to the West es el tono que propone, ya que nos anima constantemente a explorar, avanzar poco a poco, y nunca sin ser algo excesivamente complejo ni tan fácil que lo podemos completar hasta dormidos. Es un buen equilibrio que anima a seguir jugando todo el tiempo hasta ver los créditos finales.
Toda la aventura tiene lugar en un mapa más o menos amplio, que vamos descubriendo poco a poco, junto a sus varias mazmorras, como no podía ser de otra forma. Inicialmente, el juego es bastante lineal, llevándonos por caminos bastante fijos, pero en el último capítulo todo se abre bastante para que tengamos más libertad para encontrar todos los secretos que ocultan los escenarios.
Sobre el papel, todo esto suena muy bien, y ciertamente World to the West funciona correctamente, pero hay varios problemas a destacar. El primero es que el juego se vuelve algo repetitivo en sesiones muy largas, ya que tendremos que recorrer todos los escenarios varias veces con todos los personajes. Aunque hay un sistema de viaje rápido mediante unos tótems, sólo podemos hacer que un héroe viaje hasta los que ha descubierto ese personaje en concreto, aunque hayamos encontrado otro con un protagonista diferente. Esto hace que muchas veces tengamos que revisitar escenarios casi de seguido, ya que tenemos que llevar a una pareja por el mismo camino, por ejemplo. Además, solo podemos cambiar de personaje en los tótems, por lo que al final se puede volver algo tedioso llegar al final de una mazmorra, luego volver al inicio para cambiar de personaje, y de vuelta a recorrerla entera para poder usar sus habilidades en concreto.
Entiendo que esto se hace porque aunque recorran los mismos escenarios, se supone que cada personaje tiene sus propios caminos. Sin embargo, a la larga esto no es cierto del todo, ya que en función del orden en que llevemos a los protagonistas, podremos abrir caminos permanentes para todos, por lo que no es necesario seguir el camino único para cada uno de los protagonistas.
Otro problema es el combate, ya que cuando toca pelear, no es que World to the West sea preciso ni muy divertido. Hay jefes finales que sí son interesantes al tener que usar habilidades únicas de cada protagonista, pero cuando nos toca luchar contra la ardilla o esa especie de lobo constantemente, y de una forma tan torpe, como que termina cansando.
A pesar de estos problemas, lo principal, que es el diseño de los puzles, está bien resuelto, y es aquí donde World to the West brilla con luz propia. Es cierto que no se trata de un juego original o único, pero lo que hace, lo hace bastante bien en este campo. Además, la aventura es bastante duradera, pudiendo durar fácilmente entre 8-10 horas para completar la historia, y algo más si queremos conseguir todos los secretos que esconde el juego.
Técnicamente estamos ante un indie bastante resultón. El estilo artístico empleado es muy llamativo y colorido, con personajes que te caen simpáticos nada más verlos gracias a su aspecto y a las animaciones al andar o realizar cualquier tipo de acción. Los escenarios son también bastante resultones en su mayoría, con varios elementos interactivos que quedan muy bien, como por ejemplo, ver que las flores y los árboles cercanos se mueven cuando realizamos un golpe potente contra el suelo con el fortachón. Es una pena que varias cuevas sean tan básicas y aburridas para la vista, ya que hace que algunas mazmorras no sean tan atractivas como el mundo global.
El sonido no se queda atrás, gracias a una banda sonora de mucha calidad, tan simpática y resultona como el apartado artístico. Es una pena que otros aspectos no estén a la altura, como los efectos de sonido, que a veces brillan por su ausencia, como al ver que se abre una trampilla en el suelo. Que no haya voces no me ha supuesto un problema, aunque algo habría ayudado para meternos más de lleno en la historia, eso seguro.
Conclusión
Los chicos de Rain Games siguen demostrando que saben hacer juegos muy divertidos con este World to the West, que si bien no es tan redondo como Teslagrad, es un aventura fuertamente inspirada en The Legend of Zelda que logra enganchar y entretener. Sus diferentes héroes con habilidades únicas hacen que un mismo escenario se vea con perspectivas radicalmente diferentes, y algunos jefes finales son muy interesantes.
Es una pena que la exploración y el juego en general se vuelva algo repetitiva, en especial si jugamos en sesiones muy largas, y que el combate deje bastante que desear. Aun así, si lo que buscáis es una aventura con puzles divertidos, un apartado artístico bastante llamativo, y además sois fans de Teslagrad, se trata de un juego bastante recomendable en cualquier plataforma.
Nos consolamos con:
- Las habilidades tan únicas y diferentes de cada uno de los héroes
- El apartado artístico y la música son geniales
- Jefes finales bastante interesantes
Nos desconsolamos con:
- Se puede hacer repetitivo a la larga con tanto volver por los mismos escenarios con cada protagonista
- El combate no es divertido en ningún momento
- Los efectos de sonido a veces brillan por su ausencia
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