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Theatrhythm Final Fantasy: Curtain Call

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Theatrhytm Final Fantasy: Curtain Call es lo nuevo en la saga Final Fantasy. Cuando hemos visto entregas de la saga JRPG “típicas” (casi cualquiera de las principales, es decir, de las numeradas), enfocadas al multijugador on-line (Final Fantasy XI y el recientemente renovado Final Fantasy XIV), otras centradas en la cooperación con amigos (la subsaga Final Fantasy: Crystal Chronicles), de rol táctico (la saga Final Fantasy Tactics), enfocadas a la acción (Final Fantasy VII: Dirge of Cerberus), dedicadas a la exploración de mazmorras (los diferentes Chocobo’s Dungeon), hemos visto cameos de sus personajes (el mítico Ehrgeiz), los hemos visto en un título de carreras (Chocobo Racing es, sin duda, un gran título de karts), han tenido un par de juegos de peleas (los Dissidia: Final Fantasy) o incluso se han hecho películas de la saga (Final Fantasy: La Fuerza Interior y Final Fantasy VII: Advent Children), ya no nos sorprende que hagan cualquier cosa con la saga.

De hecho, hay quienes esperábamos ver cómo podrían prostituir un poco más la saga. Porque, lo que está claro, es que Final Fantasy es una de ésas míticas franquicias que no siempre han sabido llevar bien el paso de los años. Aunque, a decir verdad, cuando se anunció un juego musical (el primer Theatrhythm: Final Fantasy) me llevé una grata sorpresa puesto que no sólo no parecía una mala idea, sino porque además me declaro fan de los juegos musicales (de hecho, uno de mis títulos más esperados para el año que viene es el Persona 4: Dancing All Night…).

Así es, realmente este Theatrhythm Final Fantasy: Curtain Call es la segunda entrega de una subsaga Final Fantasy con base de juego musical. Aunque con toques RPG y, sobretodo, mucho amor y respeto por la saga. Y es que, de hecho, es un juego que se creaba con motivo del 25 aniversario de la saga.

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Pero bueno, dejemos esta larga introducción para pasar a lo que realmente importa: el juego.

A nivel argumental sólo tenemos una premisa: liberar al mundo de la oscuridad y del Caos al conseguir puntos (Rhythmia). Y ya. Nada más que una introducción y un ending. Y qué queréis que os diga, el título no necesita nada más porque este es, sin duda, su aspecto menos “cuidado”, por decirlo de alguna manera.

Este Rhythmia que os comentaba son los puntos que se consiguen al terminar canciones en el juego, algo que vendría a ser una especie de moneda que nos permite desbloquear (automáticamente) nuevas canciones, modos y personajes al jugar. Y no sólo ganaremos Rhythmia al jugar, sino que obtendremos experiencia con la que subir de nivel nuestros personajes y hasta desbloquearemos diferentes objetos.

En cuanto a los personajes, decir que encontraremos diferentes protagonistas (e, incluso, antagonistas) de la mayoría de entregas de la saga: desde los primeros de la saga a títulos más recientes como Final Fantasy Type-0 o Final Fantasy XIII – Lightning Returns. Por tanto, esperad encontrar muchas caras conocidas, tales como Cecil, Terra, Cloud, Squall, Tidus, Vivi, Lightning o Zack. Lo gracioso del tema es que los elegiremos en grupos de cuatro (que podemos editar en cualquier momento desde el menú) haciendo que activemos sus habilidades al jugar y permitiéndonos subirlos de nivel al ganar experiencia (hasta llegar al nivel 99, donde podemos dejarlo con sus estadísticas máximas por personaje o podemos “resetearlo” a nivel 1 y mejorarlo de nuevo con algunos bonus concretos).

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Y no sólo eso, sino que dependiendo de qué personajes llevemos, ganaremos más o menos Rhythmia al completar una canción: si tenemos un personaje perteneciente al juego de la canción que tocamos (o varios) o si todos son del mismo sexo ganaremos puntos extra, que vienen muy bien para ampliar la oferta de contenido que nos ofrece éste extenso título.

Llevo rato, por cierto, hablando de las canciones pero aún no os he contado nada de ellas. Y ya es hora de subsanar este error, porque la gracia del juego es, precisamente, la excelente selección musical que tiene. Obviamente, no es perfecta puesto no incluye todos los temas que querríamos (por ejemplo, a mi me gustaría que estuviese entre las canciones una llamada “Succession of Witches” de Final Fantasy VIII), algunos se parecen “demasiado” (por ejemplo, hay algún tema de Final Fantasy VII que, además, cuenta con una versión de Final Fantasy VII: Advent Children o de Final Fantasy VII: Crisis Core) y seguro que hay alguno que no nos gusta. Pero lo cierto es que los más de 220 temas (sí, habéis leído bien. Y ahí no se incluyen los DLCs) provenientes de los principales juegos de la saga.

Y no sólo es que el tracklist sea envidiable en extensión, es que también lo resulta en variedad (pese a las “repeticiones” que comentaba antes) y, sobretodo, calidad. Porque sí, sin duda la saga siempre ha tenido unas composiciones excelentes. Y así lo demuestra este título, donde temas chiptuneros como “Battle 1” (Final Fantasy Mystic Quest) se dan de la mano de obras mucho más metaleras como “Otherworld” (Final Fantasy X), grandes y épicos temas orquestrales como “One-Winged Angel” (Final Fatasy VII) o con temas más melódicos como “The Sunleth Waterscape” (Final Fantasy XIII). Y ojo, porque aunque le dieseis mucha caña al primero, aquí se incluyen todas sus canciones, sus DLCs y temas nuevos. Vaya, que por variedad ya os digo yo que no será.

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Todas estas canciones están separadas en tres tipos: BMS (o Battle Mode Song), FMS (Field Music Song) y EMS (Event Music Song).

  • Las BMS son canciones de batalla y en ella nuestros personajes lucharán contra diversos enemigos sacados de los múltiples títulos que encontramos representados en el juego. Cada vez que logramos tocar correctamente las notas que se deslizan por alguno de los cuatro canales, dañaremos al enemigo. Por el contrario, si fallamos, él nos dañará a nosotros. Además, aquí usaremos habilidades de combate y poderosas invocaciones, aunque esto último únicamente si logramos completar mínimamente bien las “Feature Zone” (unas notas remarcadas en plateado).
  • En las FMS sólo habrá un personaje en pantalla y se dedicará a recorrer un mapa (inspirado en los diferentes juegos, también). Si tocamos bien las notas que se desplazan por un único carril (en el que deberemos movernos verticalmente, en ocasiones) correremos más, y si fallamos tropezaremos y cambiaremos de personaje. En cada una de estas canciones hay, también, una “Feature Zone”, aunque aquí no nos permitirá usar una invocación, si no convertirnos en Chocobo para correr más.
  • Las EMS (que, además, son las más escasas del juego) no presentan a nuestros personajes, sino que se desarrollan sobre unas escenas de vídeo grabadas directamente del juego al que representan. Aquí, simplemente, tocaremos las notas que van apareciendo. Y sí, también hay las llamadas “Feature Zone”, aunque aquí nos permiten deleitarnos con una versión un poco más larga de la canción. Oh, a modo de apunte, decir que las que en el primer juego eran EMS, aquí ya no tienen vídeo y son BMS o FMS normales.

Oh, esperad. Qué torpe soy, os estoy hablando de tocar notas y aún no os he dicho cómo se hace. Imaginad un carril (al más puro estilo Taiko no Tatsujin o Donkey Konga) por el que se van desplazando unos círculos. Estos círculos pueden ser rojos (hay que dar un toque), amarillos con una flecha (hay que hacer un deslizamiento en la dirección que indica la flecha) o verdes (hay que mantener pulsado hasta que acaba. Y sí, estos son los más puñeteros porque, además, pueden acabar en flecha, en cuyo caso hay que deslizar en la dirección de la flecha, como en los amarillos, cuando acaban. Oh, y en las FMS habrá que tener en cuenta en qué dirección se mueven e imitar el movimiento si queremos hacerlas bien). Esto, por cierto, no se hace cuando nos apetece, sino cuando estas notas cruzan un círculo del carril (o cuando el círculo se encoge en las EMS, muy al estilo de la saga Osu! Tatakae! Ouendan y su occidentalización Elite Beat Agents). Suena complicado, pero lo cierto es que no lo es tanto. Y menos desde que se nos permite jugar con los botones además del stylus de la consola (soy un amante del modo “One handed”, por cierto, en el que todo lo haremos con la mano izquierda: desplazamientos con el stick, pulsaciones con el botón L).

La gran novedad de esta entrega, por cierto, es la posibilidad de jugar contra otras personas (en modo local u on-line) o contra la IA en el nuevo modo Batalla, donde no sólo deberemos estar pendientes de nuestra canción, sino que habrá diferentes “trucos” que afectarán a la manera de jugar (la propia, cuando seamos objetivos suyo porque nos los lanza un rival, como la ajena cuando somos nosotros quienes los activamos). Y son tan “simpáticos” como uno que nos hace cambiar la velocidad de desplazamiento de las notas de un carril a otro, otro que nos cuenta como fallo cualquier nota que no sea perfecta u otro en el que no sabemos qué hemos de pulsar hasta uno o dos segundos antes, entre otros. Simple, pero muy efectivo y divertido.

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La otra novedad del título es la inclusión de las llamadas Quest Medley, donde jugaremos un conjunto de canciones. Así, a bote pronto, no parece nada especial, pero en éste modo iremos eligiendo las canciones en un mapa (decidiremos qué camino tomar) y, en estos escenarios, puede haber opciones especiales: llaves que nos permiten abrir nuevos caminos (los bloqueados por una puerta), minibosses con mejores drop rate de lo normal (donde podemos conseguir varios shards con los que desbloquear personajes en una única partida), puntos de control o la aparición de unos chocobos gordos (que dan premios especiales al terminar el nivel). Además, conforme pasan los días (cada día es una canción), la experiencia que obtenemos en esa quest es mayor. Y si derrotamos a los enemigos finales, la primera vez, se nos otorgarán recompensas realmente jugosas (tales como 3, 4 o 5 shards). La pega, eso sí, es que ello supone la eliminación de las Dark Notes del primer Theatrhythm Final Fantasy, y es que su propuesta de juntar una FMS y una BMS (y, generalmente, retantes como mínimo), a mi me encantaba.

Y de aspecto técnico, no comentaré nada. Porque, realmente, es lo de menos. Decir, eso sí, que es muy japonés, muy mono, ya que han adaptado los diferentes personajes y escenarios para que esté todo unificado, presentando unos muñecos cabezones del mismo estilo de los avatares de Kingdom Hearts Mobile y Kingdom Hearts Re:Coded. Vaya, lo que ellos dirían «kawaii».

Conclusión

Resumiendo, decir que Theatrhythm Final Fantasy: Curtain Call es un título fabuloso. No sólo por incluir todo el contenido del primero (incluyendo sus DLCs, salvo la excepción de una única canción) y más, sino porque resulta muy divertido y es un excelente repaso y homenaje a una saga que lleva más de 25 años enamorando jugadores de todo el globo. Y no sólo es por nostalgia, ya que el juego funciona muy bien. Sin duda, una de las mejores opciones para vuestra Nintendo 3DS.

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Nos consolamos con:

  • Excelente tracklist. Y muy extenso y variado, además
  • El nuevo modo multijugador
  • Muchísimo contenido a desbloquear
  • Las Quest Medley son variadas y entretenidas…

Nos desconsolamos con:

  • … aunque suponen la desaparición de las Dark Notes
  • Únicamente en inglés
  • Si ya jugaste mucho al original, mucho contenido lo verás «duplicado»

Ficha

  • Desarrollo: indieszero Co.
  • Distribución: Square-Enix
  • Lanzamiento: 19/09/2014
  • Idioma: Totalmente en inglés
  • Precio: 39,99€

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