
Uno de los primeros juegos de Realidad Virtual que probé en PC con las primeras Oculus Rift fue The Climb, y todavía me sigue pareciendo de los mejores juegos que hay en el mercado. Desde Crytek crearon un juego sencillo, pero que funciona de maravilla en VR, gracias a un apartado técnico brillante y su genial diseño de niveles.
Por eso, cuando anunciaron The Climb 2 hace unos meses, me llevé una alegría enorme. ¿Más escenarios en los que escalar? ¿Justo ahora que quería ir a un rocódromo (desde hace un año) pero no se puede por la situación actual? Parecía que venía en el momento perfecto, aunque hubo ciertos detalles curiosos. Para empezar, esta entrega es exclusiva para Oculus Quest (por ahora), lo que limita la calidad gráfica que puede alcanzar el título. A cambio, tenemos desde el principio la libertad que da jugar sin cables. Con estas dudas en mi cabeza empecé a echarme el talco digital para empezar a escalar por los lugares más exóticos del mundo. Preparaos para subir sin parar, pero cuidado, no vayáis a mirar abajo durante todo este análisis.
Desde que empezamos The Climb 2, está muy claro que Crytek ha seguido la fórmula de «más y mejor» en lo que a secuelas se refiere. Por tanto, el concepto sigue siendo el mismo: escalar usando nuestras manos en diferentes entornos hasta pasar por los tres puntos de control de cada recorrido. Para ello, tendremos la opción de jugar en modo Turista para que no nos tengamos que preocupar por la resistencia, o en modo Profesional para tener la experiencia de juego idónea.

Igual que escalar en un rocódromo - Mecánicas
Las mecánicas siguen funcionando igual de bien, al representar en el juego el movimiento de nuestras manos. No tenemos un cuerpo virtual, para que todo nuestro énfasis esté en la posición de nuestras manos, y como los pies no los podemos usar realmente, sería algo solo visual que nos taparía las magníficas vistas de cada entorno. Así que, The Climb 2 es uno de esos casos en los que creo que es mejor no tener un avatar entero para nuestro personaje.
Con el gatillo de cada mando, podremos agarrarnos a las superficies. La gracia del juego está en que cada mano tiene una resistencia, que se agotará si sólo nos agarramos con una de ellas. Por tanto, tenemos que ir agarrándonos con las dos manos para que nos cansemos y perdamos el agarre, lo que podría suponer caer unos cuantos cientos metros de altura. Así que sin presión.
Para meter algo más de profundidad, podemos entizarnos las manos para obtener algo de resistencia extra. La tiza se va perdiendo tras cada agarre correcto, por lo que es algo que tendremos que ir haciendo poco a poco. Esta mecánica funciona mucho mejor que en la primera parte, por lo que no es tan engorroso entizarse las manos, reduciendo menos el ritmo de las escaladas.

Una alternativa podría ser hacer un agarre a media fuerza, que no consume resistencia. Sería como tener aguante ilimitado, pero claro, hay que tener una mayor precisión para apretar el gatillo lo justo para mantenernos agarrados, pero no en exceso para que sea un agarre total y empecemos a consumir resistencia. Es una de las capad de profundidad jugable que ofrece The Climb 2, pero no la única. También hay diferentes tipos de agarre que consumen más resistencia, que debemos limpiar antes de usarlos, o que incluso se rompen, por lo que hay bastante chicha. Por lo que dicen los desarrolladores, quieren replicar la experiencia que va ganando un explorador en la vida real, dominando estos elementos hasta que sean algo completamente natural.
Ahora bien, todo lo que explicado ahora es exactamente igual que en la primera parte, ya que a nivel mecánico, el juego es el mismo. Sí, ahora está todo algo más pulido, pero la gracia de esta secuela está en el diseño de los recorridos que escalaremos. Tendremos un total de 5 escenarios (la bahía, los Alpes, el norte, el Cañón y la ciudad), siendo 4 temáticas repetidas, con la principal novedad de los circuitos urbanos.
Cada escenario tiene 3 niveles, siendo cada uno más difícil (y largo) que el anterior. Esto nos da un total de 15 niveles, que son más de los que traía el juego original… Si no tenemos en cuenta los desafíos pequeños, claro. Repetir entornos al principio nos dará una fuerte sensación de déjà vu, y hasta tuve que ponerme el primer The Climb para ver si realmente habían copiado y pegado los niveles. Esto es algo negativo, pero por suerte, «sólo» copian el entorno, ya que los niveles como tal son completamente nuevo.

Bienvenidos a las escaladas más locas y desafiantes - Diseño de niveles
La calidad del diseño de estos nuevos recorridos es mucho mayor que en la primera entrega, estando todos casi al nivel de lo visto en las fases del Norte de la primera parte, que son además las que se añadieron como DLC gratuito (aunque no llegaron nunca a Quest por algún motivo), demostrando que han aplicado desde el primer momento todo lo que aprendieron.
Para empezar, en The Climb 2 hay muchos más elementos dinámicos sobre los que escalar. No hablo solo de los tipos especiales de agarre, sino de los lugares donde están dichos agarres. Usaremos guardas, saltaremos a tiendas que están colgadas, escaleras que a veces se caerán por nuestro propio peso y un largo etcétera. Algunas veces podremos aprovechar el movimiento a nuestro favor, mientras que otras veces es algo que «sólo» da inmersión.
La otra gran novedad está en el uso de agarres deslizantes. Esto nos obliga no solo a tener los reflejos necesarios para pasar a otro agarre antes de caernos al vacío, sino también de estrategia para poder planificar de antemano la ruta para no llevarnos sustos.

A esto hay que sumar la mayor presencia de saltos en los circuitos, y de un uso más inmersivo de los agarres en el entorno, para que no parezcan tan artificiales como a veces podía ocurrir en la primera parte. Aun así, podremos ver claramente qué es agarrable y qué no, pero todo ayuda a dar una mayor sensación de inmersión.
El resultado es un diseño de niveles muchísimo más dinámico y divertido, que incluso desde los niveles más fáciles empieza a plantearnos retos de lo más divertidos. El número de rutas alternativas también es superior, lo que fomenta mucho la rejugabilidad, aunque esto es algo que comentaré luego.
El mejor escenario donde se ven desde el primer momento todas estas mejoras a nivel de diseño en The Climb 2 es en la ciudad. Este entorno se ha convertido en mi favorito, al meter una sorpresa tras otra en sus niveles. Por poner varios ejemplos «simples», en ciertas partes hay robots limpia-ventanas que se están moviendo, y son a los que tenemos que agarrarnos, por lo que ya son plataformas móviles frente a las demás que están más «estáticas» en otros entornos. En otra parte, cuando llegué a un enorme cartel publicitario, de repente veía cómo se cambiaba por otro lámina a lámina cada pocos segundos, habiendo diferentes agarres en cada lado. Esto nos obliga a ir moviéndonos rápido aprovechando los agarres y los cambios de cartel, aumentando la complejidad y el nivel de desafío de esta parte.

Hay muchas otras sorpresas en la ciudad que creo es mejor descubráis por vosotros mismos, pero no paraba de tener un pensamiento de «Ni por asomo voy a poder hacer eso», para luego sentir una superación enorme al intentarlo, asombrarme por lo que estaba haciendo, y cómo no, superarlo tras alguna que otra caída.
¡Todavía puedo hacerlo mejor!
The Climb 2 sigue siendo un juego muy amigable, ya que los checkpoints en los que reaparecer son muy frecuentes, por lo que nunca tendremos que repetir grandes secciones del nivel. Esto nos anima a intentar lo que a priori sería una locura, o a buscar rutas alternativas si vemos que nos atascamos con un salto en particular, ya que normalmente hay otros agarres a los que poder saltar.
Así, se consigue ofrecer una sensación que sigue siendo de las mejores que hay en Realidad Virtual. Me he sentido como Nathan Drake o Lara Croft cuando están escalando sus niveles, pero ahora no tenía que pulsar un simple botón, sino hacer yo todos esos saltos, asustarme cuando de repente una escalera se movía por mi peso, o un agarre se rompía y tenía que moverme rápido. Obviamente no es una sensación de escalada realista, pero no importa, ya que la sensación de superación y espectáculo está ahí. Cuando nuestro personaje pega un grito de alegría al final de cada nivel, no podía evitar soltarlo también en la vida real, ya que es justo como me sentía.

A nivel de duración, completar los 15 niveles de The Climb 2 nos puede llevar unas 3-4 horas fácilmente. El nivel más sencillo de cada entorno nos puede durar unos 5 minutos, el siguiente unos 10, y el último, unos 15-20 minutos. Sí, se pueden alargar tanto las fases, lo que fomenta todavía más esa sensación de superación que comentaba antes.
Aunque pueda parecer una duración baja, estamos ante un título muy rejugable. Hay un total de 80 logros para obtener nuevos elementos estéticos (guantes, relojes y pulseras), que nos animan a seguir mejorando. Esto es clave para obtener las mejores puntuaciones y tiempos en los niveles. Como podemos ver las tablas de clasificación, podemos picarnos por ver si somos los mejores o los más rápidos, y hasta podemos «correr» contra el fantasma de otros jugadores. El primer nivel que hice pensé que lo hice de fábula, para luego ver que se podía completar en la mitad del tiempo que me tiré, por lo que estos fantasmas también nos pueden ayudar a mejorar, volviendo así a picarnos hasta convertirnos en los mejores escaladores del mundo. Así se consigue un juego bastante duradero, siempre que queramos ir mejorando nuestros tiempos, claro.
Alcanzando la cumbre de Oculus Quest - Apartado técnico
A nivel técnico, The Climb 2 nos ofrece el mejor apartado visual que hay en Oculus Quest 2. Supongo que en el visor original se verá también de fábula, pero no puedo compararlo por desgracia. Ahora bien, estamos en un visor independiente, por lo que obviamente, todo se ve peor que en la primera parte al jugar en PC. Al menos, el nivel de detalle es mayor que en la primera parte en Quest, algo que notaremos sobre todo en los escenarios. Muchos de ellos siguen usando una imagen más o menos plana, pero ahora tiene un mejor efecto 3D y resolución, por lo que canta menos. Además, hay muchos más elementos dinámicos por el entorno, ya sean insectos, pájaros, cometas o coches.
Un aspecto que creo hace que el juego luzca mejor es cómo los agarres se mimetizan mejor con el entorno, pero sin perder su visibilidad clave para ir planeando nuestra ruta de escalada. Al sumar todo esto con el enorme nivel de detalle de la montaña, los elementos decorativos que dan vida a cada nivel (como unos adorables osos polares, cometas de un festival playero y mucho más) y nuestras propias manos, tenemos unos gráficos que me siguen asombrando sean posibles en un visor no conectado al PC.
Ahora bien, existen ciertas limitaciones en The Climb 2, como el uso del «Foveated rendering», por lo que veremos por los extremos del visor todo bastante más borroso. Esta técnica es dinámica, por lo que en función de la parte del nivel y lo cargada que esté, veremos más o menos esta «ventana» de resolución. Hacía tiempo que no la veía en un juego de Oculus Quest 2, con que me sorprendió, pero sin llegar a molestar en ningún caso. También me ha chocado que no haya niveles nocturnos en los que se use una linterna, algo que me gustó mucho en la primera parte. Lo importante al final es que los gráficos ayudan a la sensación de estar en lugares exóticos, al igual que ocurría en el original.
En cuanto al apartado sonoro, la música suena en momentos muy clave, dejando que sean los sonidos ambiente los que ayuden a la inmersión. Así no perdemos la concentración durante la escalada, y notaremos más cuando escuchemos un helicóptero, a un adorable castor salir de debajo de la tierra o cualquier otro posible ruido. Quizá hubiera estado bien tener la opción de ponernos nuestra lista de Spotify (o similares) para tener siempre algo de música de fondo, pero eso ya depende de gustos.

Conclusión
La primera parte me encantó, y The Climb 2 me parece todavía mejor. Desde Crytek vuelven a ofrecernos el mejor juego de escalada que hay en Realidad Virtual, y hasta lo podría considerar como uno de los mejores juegos de «plataformas» que hay en primera persona. La sensación de satisfacción tras completar una dura escalada es fantástica, y pocos juegos logran darte ese júbilo al llegar a lo más alto y ver un escenario precioso.
El diseño de los 15 niveles es excelente, aprovechando muy bien los objetos dinámicos, las rutas alternativas y el uso de saltos para mantenernos siempre atentos para ver qué sorpresa nos aguarda en la siguiente fase. El entorno de la ciudad en particular es para enmarcar, ya que sin perder el «realismo», logra ofrecer un reto que ya le gustaría a muchos plataformas.
Gracias a su alta rejugabilidad, The Climb 2 nos hará volver una y otra vez, incluso tras haber hecho una primera pasada a sus circuitos. ¿Es demasiado similar a la primera parte? Desde luego, ya que se repiten los entornos, lo que a veces puede dar la sensación de estar ante una «simple» expansión en vez de una secuela al uso. Además, que no haya una versión para PC en la que explotar al máximo su potente apartado gráfico es una lástima.
Dicho esto, no puedo dejar de recomendar esta secuela. Si os gustó la primera parte, vais a tener más niveles, de una mayor calidad todavía, y con la enorme inmersión de siempre. Así que, si queréis escalar, os gustan los plataformas, o buscáis un simulador de Tom Cruise al inicio de «Misión Imposible II», The Climb 2 no puede faltar en vuestra colección.
Nos consolamos con:
- 15 nuevos niveles con un diseño estupendo. Las fases de la ciudad son para enmarcar
- La sensación de inmersión es fantástica
- El júbilo que sentiremos al llegar a lo más alto de cada escalada
- Visualmente, es de lejos lo mejor que hay en Oculus Quest 2…
Nos desconsolamos con:
- … Aunque se echa en falta una versión de PC para disfrutar aún más de estos gráficos
- Al repetirse 4 escenarios, es fácil tener una sensación de déjà vu
- Sentir vértigo y querer dejar de jugar
Análisis realizado gracias a una descargada anticipada facilitada por Oculus.
Ficha
- Desarrollo: Crytek
- Distribución: Crytek/Oculus Studios
- Lanzamiento: 04/03/2021
- Idioma: Textos y Voces en español latino
- Precio: 29,99 €
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