Los juegos futuristas están de moda, entre el éxito de Detroit: Become Human y el reciente gameplay de Cyberpunk 2077. Siguiente con esta temática tenemos State of Mind, un título narrativo de Daedalic Entertainment, que se aleja nuevamente de las aventuras gráficas al uso, género que la hizo grande hace unos años. Como muchos otros títulos similares, en esta aventura narrativa nos trasladamos a un futuro algo distópico, en el que la tecnología ha hecho que la humanidad pierda gran parte de su autonomía por depender en exceso de las máquinas y los robots.
En el papel del periodista Richard Nolan, tendremos que desentrañar una conspiración con efectos globales, al mismo tiempo que intentamos encontrar a nuestra familia desaparecida. ¿Listos para viajar a la Alemania de 2048 más low-poly y futurista que jamás hemos visto?
Como decía antes, State of Mind es una aventura narrativa, por lo que todo el peso del juego recae en su historia. La premisa es bastante simple: en el papel de Richard Nolan, volvemos a casa tras un accidente misterioso, sin recordar bien los últimos días, qué accidente es el que nos hizo ir al hospital, y para colmo, descubrimos que nuestra mujer e hijos han desaparecido.
Richard Nolan es un periodista que se ha hecho más o menos famoso por ir bastante en contra de la tecnología, lo que le ha granjeado unos cuantos enemigos. Así que, nos tocará investigar para descubrir qué ha ocurrido con nuestra familia, lo cual desembocará en una conspiración global, como no podría ser de otra forma.
Sin entrar en spoilers, el otro gran protagonista del título es Adam Newman, que también ha sufrido un accidente hace poco, pero su situación parece mucho más tranquila: su familia sigue en casa, y aunque tiene que llevar a su hijo al médico diariamente, todo parece ir como la seda. Poco a poco, las dos historias se irán conectando, por lo que no son argumentos totalmente paralelos.
Aunque sobre el papel la premisa no está mal, el principal problema de State of Mind es que no tiene ningún gancho. Se supone que estamos ante un thriller, pero es un thriller en el que no hay tensión de ningún tipo, ni misterios que nos hagan interesarnos por lo que ocurrirá ni nada por el estilo. Todos los giros de guion se ven venir a la legua, con que cuando los personajes se sorprenden, nosotros rara vez lo haremos.
Estuve literalmente un par de horas esperando a que arrancara la acción, y al ver que nunca iba a ocurrir, sencillamente me dejé llevar. Ocurren cosas, la trama avanza, y ya, sin ningún momento que te llegue a emocionar ni de forma remota.
Un problema que veo importante a la trama es que nunca llegamos a ver claramente el porqué ocurre todo. El mundo que nos plantean no es algo tan oscuro como en Detroit: Become Human, sino que simplemente parece que estamos ante un futuro bastante agradable dadas las circunstancias. Hay algún audio que sí nos puede poner un poco en situación, pero nunca lo llegamos a ver con nuestros propios ojos. ¿Un futuro en el que se puede ir de Berlín a Nueva York en tren en muy poco tiempo? ¿Vehículos autónomos? No le veo el problema. En las zonas que exploramos igual vemos a algún que otro vagabundo, pero nada del otro mundo que no veamos hoy en día por las calles.
Este es uno de los principales problemas de State of Mind, ya que recurren demasiado a contarnos cosas en vez de enseñarnoslo. Por ejemplo, no tenemos ningún momento entre Richard y su familia antes de su desaparición, así que, ¿por qué debería de centrarme tanto en encontrarlos si ni siquiera sé cómo son? Sí, nos podemos hacer una idea de la dinámica familiar por varias conversaciones, pero nuevamente, no lo vemos con nuestros propios ojos.
Otro problema importante es que no hay personajes especialmente memorables o interesantes. Richard no es un personaje con el que te puedas encariñar, los responsables de toda la conspiración apenas salen en pantalla lo suficiente como para tener una personalidad o motivos de peso para todo lo que hacen, etc.
Me estoy centrando mucho en la historia, ya que es realmente todo lo que ofrece State of Mind. En materia jugable, básicamente andamos por los escenarios e interactuamos sobre lo que tiene un triángulo verde encima. Como mucho de vez en cuando podemos decidir qué dice nuestro protagonista, pero sin ninguna ramificación en la historia. Únicamente al final lo que decimos afecta, pero es para conseguir el final A, B o C, con que no es algo digno de mención.
Los «puzzles», por llamarlos de alguna forma, son irrisorios. A veces consisten en coger un objeto y dárselo a otro personaje, o probar entre dos opciones. De vez en cuando intentan meter alguna mecánica diferente, como usar un dron para escaquearnos entre diferentes drones que patrullan una zona segura, o hasta una sección en plan shooter. Nada funciona especialmente bien, además de ser secciones muy, muy aburridas. Así que, al final casi podríamos estar ante una película, ya que solo andamos, pulsamos un botón para interactuar, y que la trama avance. Encima, algunas de estas situaciones no tienen ningún sentido. Por ejemplo, un «rompecabezas» consiste en obtener un objeto para tener cobertura en una zona bloqueada, para así llamar a nuestra amiga que está dentro de una discoteca, y que nos dejen pasar. Al final obtenemos cobertura, pero ¿como es que nuestra amiga puede recibir la llamada, si ella también está en la zona sin cobertura?
Con todo esto, necesitamos alrededor de 6-8 horas para completar State of Mind. Hay varios logros que podrían animarnos a rejugar la historia, pero en mi primera pasada solo me dejé uno, por no responder lo que el juego quería, pero al final daba igual, ya que no era una decisión importante, a pesar de que lo parecía.
Donde State of Mind sí que logra sorprender para bien es en su apartado gráfico. El estilo artístico usado es claramente para ahorrarse en el presupuesto necesario para ofrecer entornos realistas, pero funciona mucho mejor de lo que me esperaba. Aunque en imágenes el título puede parecer feo, en movimiento todo luce francamente bien. He jugado en Switch, y había bastantes efectos de mucha calidad, como reflejos en muchas superficies, una buena iluminación, etc. Todo esto hace que el juego entre por los ojos, y aunque los personajes tienen unos rostros algo mejorables, el resultado es bastante llamativo.
En el sonido, el doblaje en inglés (hay textos en castellanos, con algunos gazapos de género o contexto, pero por lo general buenos) es de mucha calidad. Destaca la voz de Richard, que es la de Doug Cockle, voz de Geralt de Rivia en la saga The Witcher. La música es muy limitada, sonando en contadas ocasiones, pero sin ayudar demasiado en meternos en la acción, con que está ahí por estar.
Conclusión
Cuando en un juego narrativo la historia falla, entonces tenemos un problema importante. Esto es justo lo que le ocurre a State of Mind, ya que nos presenta un argumento que sobre el papel no está mal, pero que está fatal contado, le falta ritmo para llegar a enganchar, es predecible, y definitiva, aburre. Al sumar incoherencias por todos lados, un desenlace que no satisface, personajes nada llamativos y un universo que no está bien planteado para todo lo que ocurre, entonces tenemos un fracaso entre manos.
Lo que seguramente salve al conjunto del desastre total es lo bonito que resulta el juego. Aunque a priori pensaba que el estilo artístico no funcionaría, estaba totalmente equivocado, al ofrecernos personajes, escenarios y efectos muy trabajados en todas las plataformas, incluyendo Nintendo Switch. El doblaje es otro punto muy positivo, y nos ayudará a pasar por otro momento narrativo sin demasiada chispa. Así que, al final, tenemos un juego que falla en lo principal, pero acierta de pleno en la mayoría de los aspectos de su presentación. Personalmente, no puedo recomendar State of Mind, pero si sois unos fanáticos de las historias de ciencia ficción, igual os entretiene.
Nos consolamos con:
- El apartado artístico es sensacional. El juego entra por los ojos desde el primer momento
- Gran doblaje en inglés de todas las voces
Nos desconsolamos con:
- Historia sin chispa que no logra enganchar, resulta predecible y no satisface en ningún sentido
- Aspecto jugable extremadamente limitado y que incluso llega a sobrar de lo mal implementado que está
- Una mejor banda sonora habría ayudado en muchos momentos narrativos
- Varios problemas en la traducción. No son graves, pero a veces alguna expresión no está bien traducida por falta de contexto o por fallos en el género
Ficha
- Desarrollo: Daedalic Entertainment
- Distribución: Daedalic Entertainment/Avance
- Lanzamiento: 15/08/2018
- Idioma: Textos en Castellano y voces en Inglés
- Precio: PC: 29,95 € - Consolas: 39,95 €
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