El año pasado pudimos visitar Batuu gracias a Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge, el segundo juego de ILMxLAB basado en la popular franquicia Star Wars para Realidad Virtual, sin tener en cuenta sus experiencias para parques temáticos. El resultado fue bueno, al alejarse del formato de experiencia narrativa del fantástico Vader Immortal, y apostando más por el FPS.
Pese a sus bondades, claramente tenía ciertos elementos a mejorar, además de tener que completarse, al ser uno de los dos lanzamientos «incompletos» que publicó Oculus a finales del 2020. Con Last Call, es el momento de volver a Batuu para vivir nuevas aventuras en una galaxia muy, muy lejana. Así que preparad el bláster y los créditos, que la cantina se ha vuelto más peligrosa que nunca.
En busca del arca espacial
Uno de los elementos que más fríos me dejaron de la primera parte fue su historia. Básicamente no había, al resumirse en «unos piratas espaciales te atacan, caes en Batuu, y tienes que recuperar la carga», sin apenas personajes interesantes que se involucren en dicho argumento. Sí, teníamos a R2-D2 y C-3PO, pero bueno, los droides no es que hicieran mucho, y el bueno de Seezelslak no salía al final de la barra.
Pues bien, esto ha cambiado a lo grande en Last Call, lo que hace mucho más disfrutable la historia principal. El alienígena Dok-Ondar nos encomienda la misión de encontrar las ruinas de un templo Jedi oculto en Batuu, ya que su antiguo socio se le ha adelantado y no piensa con claridad qué hacer con este hallazgo. Al final, esta pequeña historia se asemeja a la de una película de Indiana Jones, al tener a un aliado inesperado en forma de otra caza-reliquias, e incluso un villano que bien podría ser un alemán del espacio con rasgos algo nazis.
Si bien el argumento no es nada del otro mundo, al menos funciona, y nos da constantemente un contexto y un desarrollo de estos personajes. Descubriremos más sobre la relación entre Dok-Ondar y su antiguo colega mediante registros de audio, e incluso habrá un arco muy claro con la caza-reliquias a la que conoceremos. Así se consigue que estemos mucho más interesados en la aventura, lo que hace más disfrutable el acto final de Last Call, donde entra en juego la Primera Orden.
Ver cómo interactúan todos los personajes a los que hemos conocido en el juego en este tramo, e incluso el pirata Hondo Ohnaka (que apareció originalmente en «The Clone Wars» y más tarde en «Rebels»), es genial, al darle una unión a las diferentes historias de Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge que justifica mucho más este diseño fragmentado de historias más o menos independientes dentro de Batuu.
No podemos olvidarnos de las dos aventuras aisladas donde controlamos a la Jedi Ady’Sun y al cazarrecompensas IG-88, lo que aporta más variedad, y seguiría dando pie a nuevos posibles proyectos con ambos personajes como protagonistas de lo bien que funcionan.
Tiroteos de otra galaxia
El otro aspecto donde Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge que más se ha mejorado es el de los tiroteos. Para empezar, ahora la tienda tiene mucho más sentido, al poder comprar equipo que ofrece mejoras sustanciales. Aquí tenemos guantes que mejoran ciertas estadísticas (como la defensa o el retroceso), un jetpack que nos permite movernos con total libertad en vez de forzarnos a quedarnos estáticos, la posibilidad de adquirir nuevos huecos donde depositar armas en nuestros hombros o incluso un visor de combate para marcar a los enemigos.
Este nuevo equipo ofrece mejoras sustanciales a las mecánicas, al ofrecernos más posibilidades todavía a la hora de llevar armas o evitar los proyectiles enemigos en mitad de un tiroteo. Estos encuentros con los enemigos están mucho mejor diseñados, ofreciendo arenas más variadas, muchos momentos de set-pieces espectaculares, e incluso más variedad en los tipos de enemigos.
Junto a los piratas espaciales con su armamento que ya nos sabremos al dedillo, ahora tenemos robots con dos tipos de armas. Por un lado está el fusil con un disparo que podemos cargar, y por otro, la ballesta con virotes explosivos. Ver cómo tenemos una flecha pegada al cuerpo que nos debemos arrancar físicamente antes de que explote le da mucha más intensidad a los tiroteos, además de ofrecernos más posibilidades a la hora de usar nuestro arsenal.
También contamos con la Primera Orden y sus dos armas nuevas, entre las que se encuentra un fusil pesado que crea un escudo protector, y eso nos fuerza a disparar a las piernas de los enemigos. Todo esto ayuda a que el ritmo de las fases sea muchísimo mejor, además de ofrecer un reto más interesante.
Incluso hay más variedad, gracias a pequeños puzzles que refuerzan esa sensación de estar ante una especie de Indiana Jones de Star Wars, o incluso secciones donde evitar trapas usando nuestro jetpack. El resultado son unas 2-3 horas de historia principal que se nos pasarán volando gracias a un diseño mucho más sólido. Incluso hay nuevas actividades en la cantina, por lo que Last Call es un DLC bastante completo a nivel de contenido.
Sintiendo el Poder de la Fuerza
Pero no sólo tendremos la historia principal ante nosotros, al sumar dos aventuras independientes donde controlamos a dos personajes muy diferentes. Quiero empezar por la trama de Ady’Sun, ya que conocimos a la Jedi en el juego original en una aventura breve, pero muy, muy espectacular. Ahora continuamos su viaje unos cuantos años más tarde, cuando ya es una Maestra Jedi con su propio Padawan.
Mientras que en Tales from the Galaxy’s Edge su trama se centraba en las tentaciones del Lado Oscuro, en Last Call nos encontramos una trama centrada al 100% en la filosofía de los Jedi, lo cual me parece fascinante como fan acérrimo de la franquicia. Eso sí, esto se traduce en unas secuencias menos intensas, al tener que resolver pequeñas pruebas usando el sable láser y la Fuerza para enseñar a nuestra Padawan.
Entiendo que por este motivo, quizá muchos se aburran con esta sección, ya que no hay nada explosivo ni espectacular, sino que es una aventura totalmente introspectiva. Es algo también necesario para enseñar el lado más pacífico de los Jedi, con que me alegra haberlo vivido en VR, al hacernos sentir todavía más las enseñanzas que Ady le está impartiendo a su Padawan.
IG-88, el Terminator de Star Wars
La última historia que queda por comentar es la protagonizada por IG-88, uno de los cazarrecompensas más famosos del universo extendido de Star Wars, y al que hemos podido ver (bueno, un modelo de la misma serie) en «The Mandalorian». Por si no lo conocéis, básicamente se trata de un robot de armas tomar que toma cualquier encargo por una buena recompensa. En esta ocasión nos toca asaltar el edificio de un mafioso para acabar con él y robar una información valiosa para nuestro cliente.
Esta historia dura una media hora, pero son 30 minutos de puro goce. Los diálogos de IG-88 son magníficos, y las mecánicas cambian por completo. Ahora contamos con munición ilimitada, y para simular la precisión robótica del personaje, no disparamos manualmente, sino que marcamos a los enemigos, y después él solo mueve las manos de forma automática para no dejar títere con cabeza.
Al final «solo» son tiroteos por pasillos y salas hasta llegar a nuestra meta, pero los combates son la mar de divertidos al sentirnos como todo un Terminator. Al principio un civil se morirá de miedo ante nuestra simple presencia, y ser mucho más altos que los demás ayuda a esta sensación de poder. Todos los demás son simples hormiguitas a las que aplastaremos sin miramientos, y es fantástico. No conocía al personaje más allá de «The Mandalorian» y alguna ilustración, pero ahora quiero un juego con IG-88 como protagonista, porque su dinámica es increíble.
Que se noten esos créditos - Apartado técnico
Si nos fijamos en el apartado visual, Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge sigue siendo de los juegos más potentes que hay en Oculus Quest, con mucha diferencia. Last Call hace aumentar esta sensación, gracias a unos escenarios sencillamente increíbles y muy variados. La base de la Primera Orden, las ruinas del Templo Jedi, los nuevos elementos de la cantina o la base criminal que dejamos hecha unos zorros con IG-88 lucen de maravilla. El nivel de detalle es altísimo, siendo todo fiel al máximo con lo visto en las películas, series y demás.
Los personajes también tienen un aspecto genial, gracias a unas animaciones fantásticas. Esto hace que el mayor número de escenas de vídeo sean más llamativas, y nos sintamos más inmersos en esta gran aventura de Star Wars. Los efectos de iluminación también se merecen una mención especial, ya que ayudan mucho a dar empaque a los entornos. Ver cómo cada disparo de bláster, explosión o la propia espada láser afecta a lo que nos rodea es sencillamente genial.
Eso sí, esta carga gráfica hace que, si estamos grabando/emitiendo a la vez que jugamos, podamos notar algún que otro tirón ocasional, pero sin llegar a molestar. Esto pone de manifiesto lo exigente que es el título, con que me pregunto cómo luce en las primeras Quest.
En cuanto al sonido, seguimos con voces en inglés pero subtítulos en español. Lo ideal obviamente sería escuchar voces en nuestro idioma (¿en serio no hay presupuesto para doblar un juego de esta licencia?), pero los actores hacen un trabajo estupendo para vender a los personajes. Además, escuchar a Hondo con su mismo actor que en las series de televisión me dio una gran alegría. Los efectos y el audio 3D son geniales, al igual que la banda sonora, con modificaciones de temas conocidos y otros nuevos que ayudan mucho a dar espectacularidad a la acción.
Conclusión
Me lo pasé bien con Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge, pero he disfrutado como un enano con Last Call. El salto de calidad es más que notable, al ofrecer mejores historias, mejores tiroteos y mejores sensaciones a nivel global. Ahora que sí tenemos varias historias y no sólo dos, aprecio más esta estructura de «aventuras en un planeta del Borde Exterior», hasta tal punto de que quiero más. Ya sea con nuestro protagonista, con Ady, IG-88 o cualquier otro personaje.
ILMxLAB le ha cogido ya el truco a hacer experiencias narrativas y cinematográficas, y ahora también a los tiroteos. El siguiente paso lógico sería combinar ambos elementos en un súper juego, algo que me hace salivar como no os lo podéis imaginar. ¿Un shooter así de emocionante donde además podemos usar la Fuerza a lo Jedi Knight? ¿Explorar más las posibilidades de IG-88?
Como la galaxia, las posibilidades son infinitas. Lo que está claro es que ahora, con sus dos mitades, Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge es todo un imprescindible de Oculus Quest, demostrando cómo de bien puede funcionar e impresionar todo un AAA en el visor independiente.
Nos consolamos con:
- Historias con personajes más carismáticos y mejor ritmo
- Tiroteos mucho más dinámicos y espectaculares
- La sección de IG-88. Para enmarcar
- Técnicamente es lo más potente que hay en Oculus Quest
Nos desconsolamos con:
- Seguimos sin voces en castellano, lo cual es absurdo para un juego con una licencia tan importante por detrás
- Que la primera mitad no sea tan buena como la parte del DLC
- Algún que otro posible bug
Análisis realizado tras comprar el DLC en la Oculus Store.
Ficha
- Desarrollo: ILMxLAB
- Distribución: ILMxLAB/Oculus Studios
- Lanzamiento: 15/09/2021
- Idioma: Textos en Castellano y Voces en Inglés
- Precio: DLC: 9,99 € - Juego base: 24,99 €
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