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Sonic Frontiers

Sonic Frontiers

El lanzamiento de Sonic Frontiers ha sido toda una odisea. Años después del mejorable Sonic Forces (aunque lo disfruté bastante, para qué negarnos), la saga ha estado viviendo más a costa de las películas que de los juegos. Desde SEGA eran conscientes, así que el próximo título del erizo tenía que ser un bombazo. ¿Problema? Los primeros vídeos fueron desastrosos. Las expectativas estaban bajísimas, y no fue hasta que el público empezó a probarlo en Gamescom que se levantaron los ánimos. Siendo cautos, que ya sabemos cómo han ido los últimos Sonic, con problemas y decisiones polémicas en recopilatorios o en los remasters.

Así que, por fin está entre nosotros el juego que servirá como base para la franquicia los próximos años. Un cambio de paradigma para acercarse más al mundo abierto, pero sin perder las señas de identidad del erizo. Una aventura de lo más ambiciosa para poner a la mascota de SEGA nuevamente en lo más alto. Tras correr, deslizarnos y comernos unos perritos de chili, ¿estará Sonic Frontiers a la altura de las expectativas?

La vuelta de la épica… ¿y la introspección?

Los últimos juegos de Sonic han tenido unas tramas más bien ligeritas. Fue en Sonic Unleashed la última vez que el mundo estaba en peligro, y aun así el humor era lo predominante. Incluso en Sonic Forces, con Eggman conquistando el mundo, no había ni una pizca de peligro, haciendo todo más puchi que épico. Con Sonic Frontiers esto se quiere remediar, para volver a esas aventuras tan grandes que nos dejaron las entregas desde el salto a las 3D.

Sonic Frontiers
Los Kocos son taaaaaan adorables

¿Primer paso? Coger al guionista Ian Flynn, que es el encargado de los cómics actuales del erizo. En esta ocasión, Sonic y sus amigos van a las Starfall Island, desde donde se emite una señal proveniente de las Chaos Emeralds. Al llegar, todos son atrapados en el Cíber-Espacio, siendo Sonic el único que logra escapar. Así que nos tocará explorar estas islas salvando a nuestros compañeros mientras descubrimos los misterios de los Ancestros.

¿La villana esta vez? Una niña muy, muy emo llamada Sage. Aunque sigue habiendo algo de humor, Sonic Frontiers vuelve a tomarse más en serio. Lo que ocurrió en las islas, quiénes son los adorables Kocos y la identidad de Sage logran captar nuestra atención. Aun así, ellos casi se quedan en un segundo plano para lo que de verdad importa: explorar la relación de Sonic con Amy, Tails y Knuckles.

Cada capítulo se centra en un personaje, teniendo varios diálogos tanto principales como secundarios. Los protagonistas echan la vista atrás a aventuras pasadas, hacen referencias a juegos y errores argumentales del pasado, y dejan que se expresen como personas, no caricaturas. Me ha encantado que Amy no se tire todo el rato «oh Sonic, eres lo más, te quiero», sino que tengan una conversación real. La rivalidad entre Knuckles y Sonic a lo Ken/Ryu es genial, al igual que el rol de hermano mayor de Sonic respecto a Tails.

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Sage es una gran adición al cast de la saga

Es un tono mucho más introspectivo de lo que me esperaba, pero que le sienta de maravilla a Sonic Frontiers. En esta aventura estamos en unas islas misteriosas donde no hay vida. Sólo hay unos robots extraños, los Kocos, y ya. Todo está en ruinas. El momento cumbre de esta civilización ya ha pasado, y sólo vemos sus restos. La forma en la que la música acompaña estas emociones y el misterio es increíble.

Sí, me reía mucho de la «música de funeral» de los primeros vídeos, pero al tenerlo todo en su contexto, funciona realmente bien. Mientras que otros Sonic se centran en explosiones, velocidad sin igual y reacciones rápidas, Sonic Frontiers abraza la soledad. El misterio. Incluso la melancolía. Todo sin perder la épica, tanto en lo argumental como en lo jugable. No es un equilibrio perfecto, con varios aspectos mejorables, pero vaya si no funciona y ofrece una nueva luz sobre este gran héroe.

El collecthaton más rápido de los videojuegos

En Sonic Frontiers se abandona la típica estructura de niveles cerrados, para un nuevo estilo de juego. La inspiración más obvia es la de Breath of the Wild, aunque he pensado mucho más en los plataformas 3D de recoger cosas. Vamos, un collecthaton de manual. Cada una de las islas tiene una cantidad absurda de coleccionables, necesarios para poder progresar en la historia.

Sonic Frontiers
Coleccionables hasta donde alcanza la memoria

El objetivo principal en cada isla es recuperar las Chaos Emeralds. Con ellas podremos enfrentarnos al titán que controla el lugar, y mantiene preso a nuestro amigo de turno. ¿Cómo las obtenemos? Algunas están en varias plataformas bloqueadas, necesitando unas llaves para liberarlas. Éstas se obtienen al completar los niveles del Cíber-Espacio, que sí son fases lineales. ¿Cómo las desbloqueamos? Derrotando a varios mini-jefes repartidos por todo el entorno.

La otra mitad se consiguen al relacionarnos con nuestro amigo, teniendo que desbloquearlos mediante tokens de memoria. Son el coleccionable más numeroso, al recibir uno por cada sección plataformera del mundo. Puede ser superar unos saltos, usar un rebotador en concreto o pasar por un anillo que nos lance al cielo.

Pese a que el mundo de Sonic Frontiers está vacío en cuanto a NPCs o vida, está lleno de estos mini-mini-mini-mini-niveles para obtener tokens de memoria. Así se consigue que constantemente estemos haciendo algo. Superando un reto distinto, encadenando una sección con otra, etc. En el proceso, nos vamos topando con los jefes, descubriendo nuevos portales al Cíber-Espacio, o los puntos donde desbloqueamos los mapas.

Sonic Frontiers
Aquí hay más grindeo que en Tony Hawk

Es un diseño sorprendentemente adictivo, que nos permite avanzar a nuestro ritmo. ¿Queremos ir a por los niveles lineales lo primero? Pues a buscar gresca. ¿Somos de mapearlo todo antes? Pues a explorar hasta el último rincón, superar sus desafíos y así tendremos una visión global del nivel.

Sonic Frontiers logra así captar el espíritu de Mario 64 o Bajo-Kazooie, pero con el estilo de Sonic. Todo esto lo hacemos a toda pastilla, pasando las horas sin que nos demos cuenta al saltar (¡ja!) de una plataforma a otra. Un detalle fantástico de diseño es que, al ir desbloqueando el mapa, aparecerán más raíles que interconectan las diferentes secciones de la isla.

Así, aunque tengamos entre manos el típico mapa lleno de iconos (hay literalmente cientos de coleccionables), todo es muy compacto, divertido y adictivo. Desbloquearemos el viaje rápido, pero no querremos usarlo, porque moverse en Sonic Frontiers es increíblemente divertido. En nuestros viajes siempre habrá un divertimento nuevo. Un desafío que nos saltamos la primera vez. O al fin, quizá veamos cómo alcanzar ese elusivo coleccionable en mitad del mapa.

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Los Kocos rescatados aparecerán cuando nos detengamos. ¡Moriremos de amor!

Sonic May Cry

Tras el intento de hack and slash de Sonic Unleashed, al fin el Sonic Team ha dado con la clave para ofrecer un combate divertido, pero sin perder la velocidad característica del erizo. Una pieza clave de los combates es el uso del Cíber-giro. Con él romperemos las defensas del rival, los lanzaremos por el aire o les haremos daño. Al combinarlo con los diferentes combos y ataques especiales, los combates no sólo son muy vistosos, sino divertidos.

Ver la táctica a usar con cada enemigo, ver cómo podemos hacer la mayor cantidad de daño en el menor tiempo posible o cómo hacer un parry es genial. Esto se traduce en unos mini-jefes bastante variados y divertidos. Algunos se basan más en el plataformeo, otros en las esquivas para luego golpear, u otros en la velocidad.

¿Las mejores peleas de todas? Cuando al fin nos convertimos en Súper Sonic para enfrentarnos al titán. El inicio es siempre muy a lo Shadow of the Colossus, teniendo que conseguir la última esmeralda antes de que la música cañera empiece a sonar. El erizo regresa a su época edgy y ofrece peleas que casi parecen salidas de Metal Gear Rising. La energía es máxima, se controlan bien al combinar lo visto en los demás combates, y son fácilmente de lo mejor del juego. Es una lástima que no tengamos un Boss Rush o similar, porque hay ganas de revivir estos épicos encuentros.

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Sonic of the Colossus

Hay que instalarse un antivirus para el Cíber-Espacio

Si hay un elemento que, personalmente, no ha terminado de funcionar en todo Sonic Frontiers, diría que es el de los niveles del Cíber-Espacio. Son un intento de mantener algo familiar, con niveles reutilizando assets de manera descarada de Sonic Generations, y más concretamente, de Green Hill, Sky Sanctuary, Highway (la autopista de Sonic Adventure 2, vamos) y Chemical Plant. Usan la excusa de que se han creado en base a los recuerdos del erizo, pero no me sirve de justificación.

Son fases por lo general muy breves, que también reciclan diseños de juegos anteriores, pero sin aprovechar ningún setpiece especial ni ofrecer nada épico. Funcionan para ofrecer variedad entre la exploración del mundo abierto, pero poco más. Los desafíos que nos plantean tampoco son muy espectaculares (superar un tiempo o conseguir los anillos rojos), por lo que tampoco son niveles excesivamente rejugables.

Las físicas de Sonic Frontiers funcionan muy bien para el mundo abierto. El erizo es preciso a más no poder, e incluso podemos personalizar montones de parámetros para el derrape, giro, aceleración, etc. Vale, la inercia podía ser mejor, pero para la exploración del mundo que plantean, es genial. No se puede decir lo mismo de los niveles lineales.

Sonic Frontiers
De las peleas más épicas que ha vivido Sonic

Es curioso, porque a nivel de diseño, estas fases son mejores que las de Sonic Forces, y aun así, me parecen más insípidas. Menos divertidas en general, y mucho, mucho más olvidables. Lo bueno es que, si no lo queremos, no hace falta afrontar estos niveles.

Sonic Frontiers nos da libertad total sobre cómo afrontar cada isla. ¿Queremos conseguir los tokens de memoria explorando? Perfecto. ¿Queremos obviar esta parte? Pues nos vamos a pescar. En este minijuego sorprendentemente relajante obtendremos unas monedas con las que comprar absolutamente todo. Engranajes para los niveles lineales, las llaves, los tokens de memoria o incluso los coleccionables con los que subir nuestras estadísticas. Este minijuego también pega con el tono introspectivo general de la obra, por lo que es una gran adición.

Sonic Frontiers
¿No queremos coger un coleccionable? ¡A pescar!

Corre a la línea de meta… ¡y tropieza!

Hay muchísimos aspectos increíblemente bien diseñados en Sonic Frontiers, pero hay un problema: el tramo final. Aquí no sé si el estudio se quedó sin tiempo, porque todo es algo decepcionante. La cuarta isla está vacía. Hay unos objetivos a completar, pero absolutamente nada más. Además, tanto esa isla como la quinta reutilizan la temática del bosque, como si las hubieran recortado de la primera.

La conclusión también es muy anticlimática. El núcleo emocional del juego se puede perder si no compramos unas notas opcionales en el minijuego de pesca. Sin entrar en spoilers, se pasa de una escena súper dramática a otra en la que parece los personajes han olvidado lo que ha pasado.

Eso por no mencionar el jefe final. Para empezar, sólo podemos acceder a él si jugamos la pelea final en Difícil. Decisión absurda, pero aceptamos erizo. Entonces el combate tiene una segunda fase… Pero que rompe con todo lo establecido a nivel jugable en los anteriores jefes. No pienso decir ni dónde viene la inspiración, porque lo notaréis fácilmente, pero choca muchísimo tras 15-20 horas de plataformeo, además de ser eso, anticlimático a más no poder. Igual faltaban algunas escenas, algo más de contexto o algo, porque este tramos final se ve apresurado no, lo siguiente.

Sonic Frontiers
¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡Es un titán y no está Mikasa cerca!

¿Pero de dónde ha aparecido esa plataforma?

Toca hablar del elefante en la habitación: los gráficos. Son aceptables, con luces y sombras, como en el resto del juego. Los niveles abrazan el realismo, con una iluminación y unas texturas realmente buenas. Así se consiguen unas vistas increíbles. Cuando nos paramos a ver lo que tenemos a nuestro alrededor, es fácil quedarse con la boca abierta de cuando en cuando. Lástima el no tener un Modo Foto, porque se podrían hacer capturas espectaculares.

¿Problema? Que Sonic Frontiers tiene un popping exagerado. Las plataformas aparecerán ante nuestros ojos de la nada. Cuando estamos en una sección de saltos no existe este problema, pero al ir corriendo veremos cómo todos estos elementos aparecen y desaparecen. Es algo que afea el resultado… Pero no es algo que rompa la experiencia. Es otro detalle en el que se podría haber hecho todo mejor, igual que con ciertas animaciones muy cutres o posiciones extrañas al, por ejemplo, subir por una cuesta muy empinada como si fuéramos el caballo de Skyrim. Por suerte, en la nueva generación todo se mueve como la seda. Muy recomendable activar el Modo 60 FPS, ya que por defecto está el de 30 FPS.

Donde, para sorpresa de nadie, Sonic Team ha echado el resto es en el sonido. El doblaje al castellano es excelente, pero es la música la verdadera protagonista. Hay unas 8 horas de canciones entre los de exploración o los de combate. Se van cambiando de manera dinámica de manera ejemplar, para que ningún tema se nos haga pesado. Incluso han hecho una canción única para cada fase del Cíber-Espacio… ¡30 en total! Absurdo este nivel de detalle. Y ya ni hablemos de los temazos de los jefes finales. Necesito la OST en Spotify a la de ya.

Conclusión

Tras varios traspiés, es fácil volver a ilusionarse por el futuro de Sonic tras Sonic Frontiers. ¿Es un inicio perfecto para su nueva etapa? No, ya que el final es decepcionante, hay partes que no funcionan muy allá (os miro a vosotros, niveles lineales) y técnicamente hay mucho por pulir todavía. Aun así, estamos ante un juego ambicioso, con el que SEGA ha querido por fin innovar, y les ha salido bien la jugada.

Esta nueva propuesta tiene un potencial enorme. Ya de por sí es adictiva, habiéndome pasado horas sin darme cuenta limpiando cada uno de los mapas. Tenemos entonces una historia que vuelve a funcionar mejor para que no sólo sean todo bromas, una propuesta jugable increíblemente divertida y una base fantástica sobre la que iterar.

¿Quizá ofreciendo mapas más vivos? Lo de los niveles lineales, si los quieren mantener, los tienen que revisar urgentemente. Pero lo dicho, todo funciona muy, muy, muy bien pese a sus limitaciones en otros campos. Sonic Frontiers no se tratará del mejor juego del erizo en 3D, pero si este es sólo el inicio de lo que nos esperan los próximos años, entonces se avecina un futuro sónico para la franquicia.

8

Nos consolamos con:

  • Un bucle jugable tan adictivo como divertido
  • Una historia que vuelve a tomarse en serio y a explorar a los personajes
  • Un juego muy, muy largo y completo para mantenernos muchas horas corriendo
  • Los jefes finales de cada isla. ESPECTACULARES
  • Una banda sonora magistral

Nos desconsolamos con:

  • El tramo final es bastante decepcionante
  • El popping es criminal
  • Niveles lineales olvidables que tampoco funcionan muy allá
  • Le falta un poco de pulido general en algunos temas técnicos

Análisis realizado gracias a un código de PS5 ofrecido por PLAION y una copia física comprada para Xbox.

Ficha

  • Desarrollo: Sonic Team
  • Distribución: SEGA-PLAION
  • Lanzamiento: 08/11/2022
  • Idioma: Textos y Voces en Castellano
  • Precio: 59,99 €

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