Nunca he sido muy aficionado a las montañas rusas, y después de ver lo que se puede hacer con ellas en ScreamRide, eso no va a cambiar, al menos en la vida real. En los videojuegos ya las veo con otros ojos, y es que lo que han logrado los chicos de Frontier Developments (desarrolladores de Zoo Tycoon o el reciente Elite: Dangerous) es coger estas atracciones y darles una vuelta de tuerca destructiva y la más divertida.
Eso sí, destrucción controlada, ya que todo será en entornos controlados y con voluntarios (¡cómo puede haber voluntarios así!) para realizar las pruebas que llevarán al límite las capacidades humanas para el terror, el vértigo y la destrucción. Lo bueno es que esto lo comprobaremos de una forma muy directa, por lo que incluso para los que no son fans de la construcción de parques de atracciones les podrá atraer esta genial propuesta.
Uno de los modos principales es la Campaña. En ella iremos por 6 escenarios diferentes entre sí, superando pruebas de tres tipos, cada vez más complicadas. Por un lado estarán los eventos de velocidad, donde controlaremos la montaña rusa, teniendo que ver cuándo aceleramos, frenamos o inclinamos su peso para no salirnos del recorrido y causar una gran destrucción.
Al principio, estas pruebas parecen las más simples, pero en cuanto se empiezan a combinar las zonas de turbo, los obstáculos, los saltos o los raíles cortados por uno de los extremos, se convierten en niveles donde sacar a relucir nuestros reflejos. El objetivo no es solo completar el recorrido, sino hacerlo deprisa y ganando la mayor cantidad de puntos. Cuantos más puntos, más menciones, que nos servirán para desbloquear más fases.
Por otro lado están las pruebas de Ingeniería, donde tendremos que construir pistas para las montañas rusas bajo ciertas directrices, como una longitud mínima, o juntar varias piezas que ya están de por sí en el mapa. Al terminar su construcción, tendremos que probarla, y en función de cómo lo hayamos hecho, los pasajeros se lo pasarán mejor o peor. Cuanto más disfruten, más puntos conseguiremos, pero si nos pasamos con el factor miedo o incluso de mareo, podrán eyectarse de la montaña rusa, por lo que iremos ganando menos puntos. Otras veces el objetivo es de destruir el escenario con piezas para la pista muy concretas, logrando más puntos cuanto mayor sea el caos causado.
Finalmente están mis pruebas favoritas: las de destrucción. Aquí estaremos ante un estilo que a veces puede recordar al de Angry Birds, pero con toda la locura de ScreamRide. Dependiendo del nivel, contaremos con montañas rusas especiales para destrozar todo el escenario (con carritos explosivos o incluso con alas), o con cápsulas que lanzaremos a toda potencia con un brazo giratorio.
Como en todos los modos, la dificultad va aumentando a medida que nos acercamos a los niveles finales, por lo que tendremos que aprender a usar todo lo que nos ofrece el escenario, desde imanes para relanzar nuestro tiro desde la posición del imán, a trampolines para ir botando de un lado a otro. El uso de un carrito o una cápsula u otra dependerá mucho del escenario y lo que queramos lograr, ya que habrá algunas que son mejores para llegar lejos y detonar explosivos, mientras que otros objetos son perfectos para derribar edificios de un solo golpe.
En los tres modos de juego, además de los objetivos de puntuación, tendremos objetivos especiales, que tendremos que cumplir si queremos completar cada fase al 100%. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, por lo que podemos estar unas cuantas horas perfeccionando cada prueba hasta ser unos ases en ella.
Aunque la campaña es muy divertida, la verdadera diversión nos la encontramos en el modo Sandbox. Aquí podremos crear absolutamente lo que queramos, tanto en cuestión de pistas como de escenarios. Las opciones son inmensas, y a medida que avanzamos en la campaña, logramos más objetos para poder usar.
Lo mejor es que este editor no se queda en una herramienta personal, ya que podremos compartir todas nuestras creaciones con los demás usuarios, avisando si se trata de un nivel de destrucción o de velocidad. El editor es muy sencillo de usar, pero muy completo. Y subir un nivel es muy rápido. Basta con decidir qué tipo de nivel es el que hemos creado, sentar unos objetivos concretos, probarlos por nosotros mismos y darle a «Publicar».
Esto es uno de los mejores aspectos de ScreamRide, y lo que lo hará un juego bastante largo si la comunidad se anima. Desde ya, hay algunos niveles que son increíblemente divertidos, como dar vueltas alrededor del monstruo del Lago Ness, o un nivel diseñado para destruir decenas de rascacielos sin miramientos.
Así que, jugablemente estamos ante un propuesta muy sólida, que aunque se puede hacer algo repetitivo tras unas cuantas horas, para alguna sesión corta es genial. A nivel técnico, por desgracia, nos encontramos más luces y sombras. Por un lado, el tratamiento de las físicas es excelente. Ver cómo se caen los edificios y podemos destrozar todo es fantástico. En ese sentido, me recuerda muchísimo a los Red Faction, pero usando montañas rusas en vez de armas futuristas. Hasta ahí llega el grado de destrucción.
Por desgracia, a cambio de estas increíbles físicas para absolutamente todo, tenemos unos gráficos que no destacan en nada (aunque la sensación de velocidad está muy lograda), y lo que es peor, con un rendimiento a veces desastroso. Normalmente, ScreamRide va muy bien, pero en momentos en que hay mucha destrucción, empiezan a caer los frames hasta ir dando saltos el juego. Esto es muy evidente en ese nivel de la comunidad que comentaba antes, yendo todo a paso de tortuga por haber unos 5 edificios al mismo tiempo cayéndose. Todo esto en una Xbox One, por lo que no me puedo ni imaginar cómo será el rendimiento en 360.
El sonido sale mucho mejor parado, con una banda sonora muy de estilo tecno, y que es bastante pegadiza. Las voces también son buenas (por los chistes malos que cuentan), aunque no muy numerosas. Eso sí, como todo el juego, y ahí radica otro de sus grandes problemas, está en inglés. Pero tanto voces como textos, lo cual es bastante raro al ser un juego de la propia Microsoft.
Conclusión
ScreamRide es un juego increíblemente divertido. No es necesario que os guste el género de construcción o simulación de parques de atracciones, ya que el enfoque por el que han optado los chicos de Frontier Developments es mucho más explosivo y rápido. Si queremos crear escenarios o niveles complejos, el editor nos dará la opción para ello, pero si lo único que queremos es pasarlo bien yendo a toda pastilla y destruyendo todo a nuestro paso, también es posible.
Ese equilibrio y lo divertido que resulta juguemos como juguemos son las grandes bazas de ScreamRide. Sin embargo, algunos problemas técnicos y que esté completamente en inglés le quitan varios puntos. Pero si el idioma no supone un problema (tampoco es muy importante, salvo para algunos objetivos secundarios) y hacemos la vista gorda a esos tirones, nos encontramos con un juego muy a tener en cuenta para los adictos a la adrenalina y la destrucción.
Nos consolamos con:
- Sistema de físicas increíbles. Ver caerse los edificios es muy divertido.
- Genial balance entre la destrucción y la construcción.
- Editor muy sencillo de utilizar, pero muy completo y con montones de opciones.
- La música de corte electrónico queda de lujo.
Nos desconsolamos con:
- Completamente en inglés. No es muy relevante, pero para entender algunos objetivos puede haber problemas.
- En sesiones largas puede volverse algo repetitivo.
- Los graves problemas de rendimiento cuando hay demasiada destrucción ocurriendo al mismo tiempo.
Ficha
- Desarrollo: Frontier Developments
- Distribución: Microsoft
- Lanzamiento: 06/03/2015
- Idioma: Inglés
- Precio: Xbox One: 39,99 € - Xbox 360: 29,99 €
Deja una respuesta