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Samurai Maiden

Samurai Maiden Key Art

Lycoris Recoil, Gundam: The Witch from Mercury, Birdie Wings: Golf Girl’s Story… ¿Sabéis qué tienen todos estos anime en común? En efecto, el yuri. Se ha convertido en uno de los géneros más populares, con una seriaza cada temporada. A veces todo no es más que fan service. Otras veces es un bait de manual. Pero en ocasiones, se coge este concepto, se aplica una idea muy simple, y a disfrutar. Es justo lo que ofrece Samurai Maiden, el nuevo juego de D3 Publisher y el estudio SHADE. Sí, los que están detrás de Bullet Girls o Kandagawa Jet Girls.

Sí, es un estudio especializado en el fan service. Es algo sobre lo que han girado varias sagas, como Senran Kagura. ¿Es de buen gusto o no? Ahí depende de cada uno, pero las imágenes de pantis fugaces venden entre la cultura otaku. Pero de mostrar chicas ligeras de ropa no sobrevive ningún videojuego a largo plazo. Hay que ofrecer una buena trama, o al menos, una jugabilidad tan atractivas como sus protagonistas.

Es por eso que Samurai Maiden captó toda mi atención: serie B en estado puro al abrazar su absurdo concepto, y parecer que… ¡iba a ser un hack and slash divertido! Preparad vuestra katana y los morritos para dar un buen beso, que nos toca acabar con el Señor Demonio del Inframundo.

¡Pero si sólo soy una chica de instituto normal!

Si bien el yuri es un género muy popular en el anime, el isekai lo supera. Me tienen frito con las tropecientas series genéricas que hay cada temporada, siendo cada vez más difícil distinguirlas. Bueno, pues Samurai Maiden es un yuri isekai, ya que seguimos a Tsugumi, una joven de instituto que es transportada a la Era Sengoku. Allí conocerá a 3 ninjas la mar de monas, con las que deberá detener al Señor Demonio del Inframundo antes de que despierta y cambie la historia para siempre.

Samurai Maiden
¡A salvar el mundo! Siendo siempre híper monas, claro

El argumento no es nada original. Los giros de guion son tan extremadamente evidentes, que casi cuesta no soltar un «¡por fin!» cuando cierto personaje resulta ser el villano. Que ya tenemos mucho bagaje otaku y cierto personaje siempre acaba siendo el malo de turno cuando aparece.

Aun así, Samurai Maiden no se trata del destino al que llegamos, sino del viaje. De cómo Tsugumi va estrechando sus lazos con las demás ninjas… ¡y florece el amor! Sí, aquí nada de bait, ya que entre estas jóvenes va a haber espadazos, amoríos y besos.

Las protagonistas es cierto que no son nada del otro mundo. Iyo es la shinobi al servicio de Oda Nobunaga desde que tiene memoria. Algo tímida, pero decidida a hacer siempre lo correcto. Hagane es la «viva la vida» de un mundo steampunk, y no duda en mostrar su afecto en todo momento. Por último, Komomi (también conocida como la besto girl del juego) es un poco la tsundere. Detrás de su fachada de dura es un cacho de pan, y sus orejitas de gato hacen que sea monísima… Y distraer en cada conversación que tengamos con ella.

Samurai Maiden

Sí, son clichés andantes, pero los diálogos que hay son una delicia. Nos vamos a reír mucho, y hasta a emocionarnos cuando por fin se forme la relación que nosotros queramos. Es aquí cuando hay que dejar una cosa clara: Samurai Maiden es 70% de Visual Novel, y 30% de hack and slash. Así que preparaos para leer muchísimo. Todo en inglés, por supuesto, que este género sólo se traduce de pascuas a ramos.

El poder de la amistad… y un buen besito

La estructura de Samurai Maiden es de lo más sencilla, pero está bien planteada para tener un sentido narrativo. Al empezar el juego nuestros movimientos serán increíblemente limitados. En las primeras fases es fácil pensar que el combate es malo… Y si bien no es una maravilla, poco a poco se van ofreciendo nuevos combos y opciones.

Si al principio apenas podemos realizar una serie de ataques básicos, para el final podremos hacer parries, recuperaciones aéreas y mucho más. ¿Cómo desbloqueamos estos movimientos? Aumentando la relación con nuestras compañeras. En mitad de la batalla tendremos a una aliada siempre con nosotros, cambiando entre ellas con la cruceta. Al matar a un enemigo ganaremos afecto para la ninja que esté junto a nosotros. Cada cierto nivel, desbloquearemos misiones opcionales y eventos.

Samurai Maiden
Nada como un arrumaco para desatar nuestro poder

Así se combina la creciente relación entre Tsugumi con sus aliadas con la jugabilidad. Es una buena idea, pero lo dicho, así el inicio es un suplicio. Samurai Maiden hace algo que odio, que es mantener habilidades básicas fuera de nuestro alcance para dar la falsa sensación de progreso. No hace todo injugable, pero sería mejor haber construido sobre la base que tenemos al final, en vez de la que del inicio. Al menos, tiene «sentido» a nivel narrativo, ya que Tsugumi tiene conceptos muy básicos de espadachina.

Cada shinobi tiene además unos movimientos únicos, que sirven tanto para el combate como para la exploración. Iyo es la única que puede colocar objetos, como urnas curativas, bombas o señuelos. Con Hagane podemos balancearnos en las secciones plataformeras, mientras que Komomi es capaz de lanzar bombas a distancia. Entre esto y sus ataques elementales, tendremos que ir alternando entre todas ellas según la situación lo requiera.

Las fases no son nada del otro jueves. Son totalmente lineales, resumiéndose en arenas de combate simplonas con alguna sección de plataformas entre medias. Aun así, logran mantener cierto interés al añadir trampas o mecanismos que será bueno explotar en mitad de las peleas. Hablando del combate, es funcional, pero no muy espectacular. Como decía, va ganando a medida que avanzamos en el juego, al igual que el reto.

Samurai Maiden
¡Spider-Hagane!

Los primeros niveles son extremadamente sencillos, llegando a ser algo aburridos. Pero hacia la mitad del juego, cuando por fin desbloqueamos el movimiento especial basado en un abrazo (o un beso en función de la relación), la cosa se anima. Sí, muchos enemigos se repiten cambiando de color para mostrar más fuerza. Pero además de mejorar sus estadísticas, también aumenta su agresividad y el número de ataques que realizan.

Los jefes finales son la mejor parte del título, gracias a unos ataques bien telegrafiados, pero que aun así tienen que esquivarse o bloquear para poder sobrevivir. Al no poder cancelar movimientos, hay que pensar bien los combos que hacemos, para no estar en mitad de un espadazo y que nos contraataquen.

Así, pese a su relativa simpleza, Samurai Maiden engancha durante las 12 horas que nos pueden durar los 27 capítulos de la historia principal. Todos se pueden rejugar para mejorar la calificación o probar las nuevas dificultades… Pero para el final ya todo se hace algo repetitivo, con que no es que sea algo que vayamos a hacer.

Samurai Maiden
Los jefes finales son divertidos y desafiantes

¡A reutilizar animaciones!

¿Recordáis cuando os dije que Samurai Maiden es principalmente una Visual Novel? Bueno, pues preparaos para ver los modelos de los personajes en posiciones repetidas hasta la saciedad en fondos algo cutres sacados de los mapas del juego. Sí, estamos ante un título claramente hecho con un presupuesto muy, muy limitado. Y se nota. Cosas que podrían (o deberían) ser una secuencia más o menos épica, no es más que un par de gestitos de los muñecos, fundidos a negro, y listo.

En la parte jugable todo resulta algo más vistoso. La dirección artística es muy buena. Sí, hay fan service (y se ven los pantis al dar tantas volteretas, por si es vuestro rollo), pero no es nada descarado ni que dé vergüenza ajena. Las protas son más bien chicas monas haciendo cosas de samurái. Es algo que me gusta, y se traslada bien a la acción. Sus animaciones son bastante fluidas, con la pantalla llena de efectos al activar bombas o los ataques más poderosos.

Ahora bien, es absurdo que en PS5 el juego pegue tirones. Ciertas fases con sus trampas siempre tienen ralentizaciones. Ojo como cojáis a muchos enemigos con el brazo eléctrico de Hagane y soltéis un ataque potente. Los FPS se arrodillarán como si tanta monería los hubiera dejado por los suelos. Miedo me da cómo irá en Switch.

En la parte sonora, el resultado es mucho mejor. Las seiyuus hacen un trabajo formidable. Además, tener a Takaya Kuroda, la voz de Kazuma Kiryu, como Nobunaga Oda, es sencillamente mágico. La banda sonora está llena de temas muy moviditos donde predominan los instrumentos más clásicos.

Conclusión

Samurai Maiden ha sido justo el juego que esperaba. Un hack and slash justito, con una historia previsible, pero unas protagonistas muy carismáticas. ¿Clichés andantes? ¿Giros de guion extremadamente predecibles? Por supuesto que sí. ¿Acaso se espera algo distinto en una obra tan de serie B? Estamos ante un hack and slash yuri isekai. Es el típico «juego de 7» para los amantes de las japonesadas de este tipo… ¡y funciona!

No va a romper moldes. Nunca nos sorprenderá. Pero nos va a entretener de principio a fin. SHADE ha logrado crear un título muy divertido pese a sus claras limitaciones. Diseños atractivos sin caer en el exceso de fan service, combates que logran ser desafiantes al tener todas las habilidades y unos diálogos desternillantes.

Si la idea de tener a chicas monas de diferentes épocas y mundos enfrentándose a esqueletos en el Inframundo os suena atractivo, adelante con Samurai Maiden. De vez en cuando, desconectar el cerebro para dejarnos llevar con propuestas como estas viene de maravilla. Viva la Serie B, vivan las japonesadas, y vivan los juegos de 7.

7

Nos consolamos con:

  • Protagonistas muy carismáticas
  • Arte precioso y sin pasarse con el fan service
  • Buena integración de la progresión con la narrativa
  • Gran trabajo de las seiyuus

Nos desconsolamos con:

  • El combate tarde en arrancar. Empieza demasiado básico
  • Termina por hacerse algo repetitivo
  • Niveles bastante simplones
  • Se nota el bajo presupuesto al reutilizar animaciones y enemigos de forma descarada

Análisis realizado en PlayStation 5 gracias a un código enviado por el desarrollador.

Ficha

  • Desarrollo: SHADE
  • Distribución: D3 Publisher
  • Lanzamiento: 08/12/2022
  • Idioma: Textos en Inglés y Voces en Japonés
  • Precio: 59,99 €

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