Análisis de Rhythm of the Universe: Ionia ··· Desconsolados

Las experiencias narrativas siempre me han gustado, pero les he cogido un gusto todavía mayor gracias a la Realidad Virtual. Ver una historia no es lo mismo que vivirla, y si en el proceso visitamos mundos mágicos o únicos, mejor que mejor. Por este motivo, le tenía puesto el ojo a Rhythm of the Universe: Ionia desde su anuncio. ¿Un título que combine la música con la narrativa en escenarios preciosos? ¡Dentrísimo!

Mis expectativas aumentaron al hablar con el CEO de ROTU Entertainment, el equipo de artistas que han ido dando forma a esta franquicia multimedia, entre actuaciones en vivo o en videoclips. Ahora es el turno de adentrarse en los videojuegos con la inmersión que la VR produce, intentando en el proceso calar más hondo con el mensaje a favor de la naturaleza que siempre ha tenido la compañía. Incluso un porcentaje de los beneficios van a ir a una ONG, lo que demuestra que su gran compromiso. Así que preparaos para soltar muchos «¡Uala qué bonito!», porque nos vamos a adentrar en el mundo de Ionia.

Pese a tratarlo principalmente como una aventura narrativa, realmente Rhythm of the Universe: Ionia se podría catalogar más como una experiencia. Sí, hay una historia, pero es lo de menos, ya que el juego no está tan preocupada en desarrollar a los personajes o el mundo, sino más en que lo vivamos nosotros mismos. El contexto es muy sencillo: los Ancianos están evacuando el bosque de la región de Ionia porque una gran guerra se acerca, pero el Harpa se debe quedar atrás, al ser una criatura mágica que vive de la propia esencia del bosque.

La joven Allegra no está conforme con esto, así que con la ayuda de su hermano Allegro, se escapan para buscar al Harpa e intentar ayudarla a sobrevivir. No esperéis mucho más que esto, ya que si bien se nos introduce el universo de esta franquicia donde el ritmo ha dado forma al universo, no vamos a tener mucho más. De hecho, este es uno de los puntos que más me han decepcionado de Rhythm of the Universe: Ionia, puesto que no hay un gancho narrativo, ni una conclusión satisfactoria.

La idea del conjunto de juegos de la franquicia que nos espera es que cada uno se sitúe en una región diferente de este universo, olvidándonos de los personajes vistos en otros títulos. Esto estaría bien si al menos todo se cerrara de una forma satisfactoria, pero no es así, ya que el final da más pie a nuevas aventuras de Allegra y su hermano en vez de ofrecer una conclusión definitiva.

Al menos, el viaje que nos propone Rhythm of the Universe: Ionia sí merece la pena, aunque sea uno breve. Porque sí, estamos ante una experiencia que se puede acabar en 1-2 horas, casi como una película. En nuestra travesía tendremos que escalar, resolver pequeños rompecabezas y alucinar en colores con los escenarios que nos propondrá el título.

A nivel de mecánicas, ROTU Entertainment no ha reinventado la rueda, al ofrecer algo a lo que ya estamos más que acostumbrados en Realidad Virtual. Las opciones de movimiento son también las típicas, teniendo un movimiento libre (que no funciona muy allá al colisionar con muchos muros invisibles y no colisionar con objetos claramente visibles) combinable con el teletransporte. Cuando tengamos que ver alguna escena, el título nos pedirá que nos teletransportemos a una zona, con que claramente fue el principal método de locomoción usado durante el desarrollo, y el movimiento libre ha sido más un añadido por petición popular que algo para lo que el juego fuera claramente diseñado.

Los rompecabezas o las zonas de escalada que debemos resolver no son nada del otro mundo, ya que Rhythm of the Universe: Ionia no pretende que nos bloqueemos, frustremos ni suframos más de la cuenta. Además, los puzzles tienen ciertas mecánicas musicales que tienen sentido con el mundo que se nos plantea, lo cual los hace más satisfactorios.

La gracia del juego al final está en experimentar el mundo, habiendo muchas escenas que se nos grabarán a fuego en el cerebro. No exagero al decir que las vistas que nos propone Rhythm of the Universe: Ionia son de las más espectaculares que he visto en cualquier juego de Realidad Virtual. Ya al empezar veremos el bosque en todo su esplendor con enormes criaturas deambulando, pero luego tendremos un par de escenas con entornos preciosos y absurdamente detallados. Es imposible no quedarse con la boca abierta y decir «¡Guau!» mientras tenemos una sonrisa de oreja a oreja.

Está claro que el juego es un espectáculo visual de mucho cuidado, ya que la factura técnica de Rhythm of the Universe: Ionia es prácticamente impecable. Los escenarios están llenos de elementos interactivos como setas que producen música, algunos instrumentos a tocar para resolver puzzles, lianas con sus físicas, etc. Todo el arte además tiene mucha iconografía musical, como columnas que recuerdan a los chelos, animales cuya «trompa» podría asemejarse a un trombón y muchísimos elementos más que seguro se me han pasado por alto.

Esta belleza nos anima a explorar cada rincón y juguetear con todo lo que veamos. Al menos en la versión de PC, que es donde he jugado. Quiero ver cómo luce el título en PSVR y Oculus Quest sobre todo, ya que el apartado visual es una de las mayores bazas del juego. Eso sí, en PC requiere de una máquina bastante potente. Es el precio a pagar por algunas de las mejores texturas que he visto en VR. La piel de unos animales con los que interactuaremos parece casi real, lo que obviamente aumenta enormemente la inmersión.

Antes decía que todo era «casi» perfecto a nivel visual, y es que en algunas partes las animaciones de Allegra no funcionan muy bien, o no se activan algunos eventos visuales, como cuando al principio un derrumbe nos separa de ella. Se trata de bugs, ya que en estos momentos, el título tiene unos cuantos, y espero que se solucionen o lo estén para el lanzamiento. Un puzzle no se marcó como solucionado pese a haberlo resuelto, lo que me hizo reiniciar el capítulo entero (no son muy largos). Eso por no mencionar todos los elementos que podemos atravesar andando, o por donde no podemos ir al caminar.

Otras pegas las tenemos por unos subtítulos en castellano que son algo mejorables en su traducción, o unos menús que en español no muestran todas las opciones correctamente. Tampoco me gusta cómo tenemos que salirnos del juego para abrir las opciones, lo que hace un poco más aparatoso el trastear con las opciones para encontrar las ideales para nuestro equipo y/o confort. Dichos menús tampoco me parecen los más cómodos del mundo, todo sea dicho.

En la parte sonora, Rhythm of the Universe: Ionia es fantástico. La música que podemos ejecutar con los diferentes instrumentos y elementos del escenario funciona, y reconozco que me tiré un buen rato trasteando con ellos para hacer algo mínimamente parecido a música. Las voces de los actores presentes son muy buenas (en inglés), y sobre todo, la música que escucharemos engrandecerá todavía más las escenas que vivamos.

Conclusión

Se nota que en ROTU Entertainment son grandes artistas, ya que Rhythm of the Universe: Ionia es todo un logro audiovisual dentro de la Realidad Virtual. El juego nos ofrece algunas de las mejores escenas que podemos vivir en VR, dejándonos asombrados cada pocos minutos con sus bellos parajes, su música y las criaturas que veremos.

El problema es que, como juego, es muy, muy, muy justito. No haremos gran cosa, y encima, todo se acaba en un suspiro. La narrativa no llega a una conclusión satisfactoria en este capítulo de la franquicia, el movimiento libre no funciona muy bien, los menús no son satisfactorios y hay varios bugs importantes.

Como experiencia audiovisual, Rhythm of the Universe: Ionia me parece fantástico, y si queréis impresionar a alguien, este es el juego a poner sin lugar a dudas. Por eso, tengo ganas de ver cómo sigue la franquicia (ya en los créditos podemos ver el nombre del siguiente capítulo), pero también espero que ROTU Entertainment pueda ofrecer una experiencia más satisfactoria a nivel global en el futuro.