Análisis de Protodroid DeLTA

Podríamos definir la propuesta que nos ofrece Protodroid DeLTA de forma muy simple y directa: un Megaman indie en 3D. Simple y directo de decir, sí, pero no de ejecutar.

La saga Megaman es una de las más queridas en la historia de los videojuegos. Sin embargo, desde hace años (incluso décadas), la gran mayoría de intentos por parte de estudios de todo el mundo por replicar su magia y diversión no han terminado siendo especialmente fructíferos (para el recuerdo quedará el sonado caso de Mighty No. 9). Sin embargo, la retahíla de fracasos previos nunca ha parecido suponer un impedimento para que se siga intentando lo que a veces empieza a parecer imposible. Más bien, parece la leña perfecta para alimentar el fuego de todos esos desarrolladores que, como fans que son también, quieren rendir el homenaje que se merece una de sus IP favoritas.

Así sería seguramente como Adam Kareem, un solo desarrollador independiente de San Francisco, decidió comenzar la creación de su Protodroid DeLTA. El juego, eso sí, está editado por Humble Games, un sello que ya ha demostrado en el pasado su interés por propuestas interesantes y con voz propia; aunque con resultados finales inconsistentes.

Lo primero que nos llama la atención al empezar a jugar a Protodroid DeLTA es la importancia que se le da a la historia. Pese a no haber cinemáticas como tal, sí que nos encontramos escenas de diálogo entre varios personajes que aparecen con su correspondiente ilustración. De aquí me han sorprendido principalmente dos cosas: todos los diálogos están doblados al inglés (ahí se nota la presencia de una editoria como Humble Games) y se trata de escenas de extensión considerable.

Voy a ser completamente sincero con vosotros: como siempre que empiezo un juego (más todavía si tengo pensado escribir un análisis del mismo), al principio intenté prestar toda mi atención a estas escenas para ver lo que la historia tenía por ofrecerme. Sin embargo, tras presenciar las primeras siete u ocho escenas, debo admitir que tomé la decisión de parar porque me estaba aburriendo como una ostra. Tras una sucesión de diálogos que encontré sosos y faltos de interés, las secciones de historia de Protodroid DeLTA no consiguieron engancharme en ningún momento por su mundo, trama, personajes o puesta en escena. Por suerte, hubo otra parte del juego que sí logró atraparme de principio a fin.

Y es que si en algo destaca Protodroid DeLTA es en lo más importante: la sensación a los mandos. El esquema de controles es relativamente simple, una traslación bastante directa de los de un Megaman al 3D. Tenemos el movimiento básico del personaje, un salto cuya altura varía en función de cuánto tiempo mantengamos pulsado el botón, un dash, ataques cuerpo a cuerpo y ataques con el arma a distancia. Conforme vayamos avanzando en el juego iremos desbloqueando más opciones, pero lo cierto es que ninguna supondrá un cambio drástico frente a esta base.

Lo que de verdad importa es que la ejecución de este esquema de controles resulta siempre satisfactoria. Todos los aspectos relacionados con el movimiento del personaje se manejan con altísima precisión, permitiéndonos sentir que tenemos el control absoluto para ejecutar las maniobras más complicadas. Hay una combinación concreta de botones que encontré, consistente en pulsar el botón de dash y justo después el salto, que deriva en un movimiento de lo más gratificante, molón y útil; una especie de «salto con dash» incluido con el que poder avanzar por los niveles con eficacia y estilo. Me he pasado el 90 % del juego moviéndome así y nunca me he cansado.

De lo que sí me he cansado un poco, por otro lado, es de algunas partes del diseño de niveles. Más concretamente, el combate me comenzó a resultar muy repetitivo por varias razones. Como en un nivel de Megaman, los enemigos aparecen a menudo de un modo en el que prácticamente se integran con el propio diseño del plataformeo, como si fueran una especie de obstáculo en sí mismo, pero más interactivo. Esto por sí solo no supondría un problema si no fuera porque, al trasladarlo a un entorno en 3D, se pierde parte del sentido, en tanto que el jugador dispone de muchísimo espacio para simplemente pasar de largo de estos enemigos si le apetece.

Si bien durante la primera mitad del juego me dedicaba a acabar con todo lo que se ponía delante de mí, al final dejé de hacerlo porque no se obtiene ninguna recompensa de ello y porque combatir a la mayoría de enemigos es un proceso bastante monótono: o bien son enemigos estáticos que lanzan algún tipo de proyectil de forma regular o bien lo único que hacen es acercarse a ti en línea recta.

Al mismo tiempo, las partes más puramente plataformeras de los niveles sí que funcionan bastante bien. Cierto es que si el control del personaje resulta gratificante ya se tiene una parte importante del camino recorrida. Aun así, los distintos retos en forma de plataformas que se nos plantean tienen la capacidad de resultar divertidos en todo momento, sobre todo para los jugadores que intenten recorrerlos lo más velozmente posible, logrando así una experiencia más frenética. La variedad de los niveles en este sentido es lo bastante amplia como para nunca dejar de resultar estimulante, pero no lo bastante como para evitar que se vuelvan algo repetitivos y pesados con el pasar de los minutos.

Del mismo modo que he criticado el combate del juego, no puedo terminar este análisis sin hablar de las batallas contra jefes finales. En total hay unas 9 y todas ellas son fantásticas, bien distinguidas las unas de las otras. En conjunto, presentan la capacidad de explotar el sistema de movimiento y combate del juego al máximo. La última batalla del juego, como es de esperar, destaca por su dificultad y es un enfrentamiento que llegó a transmitirme cierto aire a Furi, el título de The Game Bakers.

Conclusión

Protodroid DeLTA es un juego que se nota nacido del cariño. Traslada la experiencia de un Megaman al 3D de forma apañada, pero le falta algo más de chispa o ambición para enamorar del todo a sus jugadores a lo largo de sus 3-4 horas de juego. Brilla por el control de personaje y las secciones de plataformas, pero flaquea en el combate y la historia. Aun así, sería injusto pedirle más a un título que en esencia ha sido desarrollado por una sola persona. Tal y como es, y dadas las circunstancias, no puedo más que apreciarlo como una experiencia contenida y encantadora que promete una tarde más que agradable a quien le dé una oportunidad. Más que suficiente, en mi opinión.