Uno de mis juegos favoritos del 2019 fue sin duda Ace Combat 7. La saga Ace Combat siempre me ha gustado, gracias a sus intensos duelos aéreos, historias llenos de melodrama y emoción, además de grandes bandas sonoras que ya me acompañan en muchas sesiones de trabajo. Por esto hay una gran comunidad alrededor de la saga de Bandai Namco, con que cuando la compañía tardó tanto en lanzar esta última entrega, los fans se pusieron manos a la obra para crear su propio sucesor espiritual de la saga, dando lugar así a Project Wingman.
El pequeño equipo de Sector D2 (y cuando digo pequeño, es de apenas 3-4 personas principalmente) lanzó una exitosa campaña de Kickstarter, y por Twitter, iba viendo GIFs muy llamativos que captaron mi atención, sobre todo por la promesa de poder disfrutar de todo el juego en Realidad Virtual, algo que no es posible en el mencionado Ace Combat 7. Sí, puede que al final el juego de Bandai Namco saliera antes a la venta, pero eso no quita que siga habiendo mucho interés por este Project Wingman, ya que si algo nos han demostrado sagas como Sonic, es que los fans pueden hacer un trabajo igual de bueno o incluso mejor que los desarrolladores principales. Así que poneos el casco, abrocharos todos los cinturones posibles y preparaos para las fuerzas G, porque despegamos al campo de batalla.
Un mercenario de altos vuelos
En Project Wingman tenemos para jugar un modo Campaña y un modo Conquista, por lo que quiero centrarme en este primer modo. Como ocurre en Ace Combat, nos trasladamos a un mundo ficticio, para no meterse en camisa de once varas sobre política y demás. Lo que importa es que hay dos grandes naciones en guerra, la Federación y Cascadia. Este último es dueño de varios puntos clave del equivalente al petróleo, por lo que la Federación se ha cansado de negocioar, y ha tomado el país por la fuerza para hacerse con toda su energía. Para poder defenderse, Cascadia contrata al grupo de mercenarios Sicario, del que formamos parte, así que nos unimos a este conflicto para aportar la superioridad aérea, que es como se ganará esta guerra.
La trama es sencilla, y aunque sólo se cuenta en las escenas de introducción a las misiones (presentaciones holográficas del campo de batalla) y con los diálogos durante las propias fases, logra captar muy bien ese toque melodramático de los Ace Combat. De hecho, hay cierto desarrollo de los personajes, y algún que otro giro que nos dolerá mucho por lo bien que están plasmados, lo cual me parece sorprendente pese a no contar con ningún personaje humano al que veamos en ningún momento. Es más, nuestro protagonista, Monarch, no dice ni una sola palabra, por lo que somos más unos espectadores que otra cosa.
Lo malo de esta forma de narrativa es que vamos a tener que leer muchísimos subtítulos mientras estamos en el aire, y al igual que en Ace Combat, las voces en Project Wingman están en inglés. He podido pillar muchas cosas de oído, pero nuestro nivel de concentración tiene unos límites, y o estamos atentos a la batalla aérea en la que estamos, o a los subtítulos. A ambos es casi imposible, por lo que es más que probable que muchos usuarios terminen por obviar la historia.
Y sería una lástima, ya que nos anima bastante a ver cómo continuará, a ver cómo introducirán nuevamente a nuestros grandes oponentes, y cuando se den ciertos eventos, nos picaremos hasta llegar al final del conflicto. Lo mejor es que los diálogos están bastante bien escritos para que logren captar nuestra atención, por lo que este es sólo el primer punto donde Sector D2 ha clavado la esencia de los Ace Combat, pero ciertamente no es el único.
Do a barrel roll!
A nivel mecánico, pese a que vaya a ser un disco rallado, nos encontramos ante una representación fantástica del estilo de juego de Ace Combat. Esto se traduce en un esquema jugable más bien arcade, donde tenemos que controlar nuestro jet y hay ciertos aspectos a tener en cuenta, como la velocidad para no caer en barrena, pero todo es muy accesible y amigable. Vamos, aquí nada de sufrir para despegar o aterrizar como en Microsoft Flight Simulator, ya que lo haremos con solo acelerar e inclinar el morro del avión, o al revés.
Por tanto, para acabar con los enemigos, tendremos que usar todo el arsenal de nuestro avión mientras hacemos todo tipo de maniobras para evitar los misiles enemigos una vez nos han fijado. Aquí tendremos bastante libertad, ya que tendremos más de 20 aviones para desbloquear, cada uno con sus ranuras de armas, y posibles instrumentos a colocar en cada una de ellas. Por tanto, habrá aviones que estén mejor preparados para luchar contra objetivos terrestres, y otros aéreos, en función de si podemos colocar misiles estándar, una especie de escopeta, bombas terrestres, misiles tierra-aire o aire-aire de gran alcance, etc. Elegir la equipación correcta para la misión (nos indican en la presentación holográfica el porcentaje y tipos de enemigos que habrá) será clave para alzarnos con la victoria en Project Wingman, ya que no podremos reponer la munición ni cambiar de equipamiento en mitad de la misión.
El diseño de las misiones es, sobre el papel, muy simple, ya que con acabar con los objetivos marcados como «Prioritarios» podremos avanzar. La gracia es cómo están planteados estos encuentros, que hace cada una de las 21 misiones de la campaña algo vibrante y espectacular. Podremos estar combatiendo en mitad de una tormenta que limita mucho nuestra visibilidad, lo que hace acabar con los enemigos terrestres mucho más peligroso. En otro momento, tendremos una enorme batalla aérea sobre las nubes, pero si bajamos de ellas, estaremos en una tormenta, por lo que podemos usarlas como cobertura, o el enemigo podrá hacer lo propio. Lo mejor será cuando aparezcan los jefes finales, al ser enemigos con un comportamiento que demuestra por qué son ases del aire respecto a la «masilla» del ejército normal, moviéndose casi como nosotros, esquivando los misiles que les lancemos con mucha facilidad, contando con aviones mucho más resistentes, o directamente, armamento de última tecnología que nos pondrá las cosas muy complicadas.
Creo que son de los mejores jefes finales que he disfrutado en un título de aviones arcade, superando por muchísimo a lo visto en el reciente Star Wars Squadrons, y en varios momentos, incluso superando a varios encuentros de Ace Combat 7. Para que os hagáis una idea, hay un par de jefes que casi se convierten en una especie de bullet hell, al tener que esquivar láseres que se quedan un tiempo en el aire, por lo que debemos evitarlos al mismo tiempo que intentamos mantener al oponente en nuestro punto de mira, y realizamos maniobras evasivas cuando nos lancen misiles. Es todo muy frenético, épico y espectacular, ayudando mucho los escenarios y el contexto de la guerra en ese momento a añadir mucha espectacularidad.
La campaña me ha durado unas 10 horas en dificultad Normal, yendo siempre a más y más calidad. Se disfruta desde el primer momento, pero la segunda mitad es sencillamente apoteósica, con una fase increíble que creemos no podrá verse superada, para luego verse superada, así hasta que lleguen los créditos. La variedad de enemigos, entre aviones de combate, grandes estructuras aéreas, barcos y jefes, junto a los escenarios, harán que estemos divertidos en todo momento. Además, el cambio de estilo de las misiones, entre grandes batallas donde contamos con todo un escuadrón (la IA aliada es bastante buena y competente), misiones en solitario donde somos los únicos que hacen frente a los rivales, o fases en las que directamente estamos ahí para aplastar el enemigo, el tono de la misión cambia y se consigue así una buena sensación de variedad. La única pega que le puedo poner a la campaña como tal es que muchas veces, los enemigos aparecerán de la nada en vez de una forma más natural, y sobre todo, que no haya puntos de control. Que nos maten al final de una misión de 30 minutos como que no hace mucha gracia, aunque eso también añade intensidad a los combates, eso desde luego.
Lo mejor es que, en los controles, Project Wingman es fantástico. He jugado con mando, pero en principio, se puede jugar con HOTAS y otros mandos. No sé el nivel de implementación, pero al menos, con mando, se juega casi como a un Ace Combat. Cada avión tiene un nivel de giro o velocidad distinto, lo cual se nota bastante a la hora de combatir o mantener el ritmo de los jefes finales, por ejemplo. Como encima vamos obteniendo dinero para comprar nuevos aviones, es bastante adictivo ir probando nuevos aviones para ver si nos encontramos con uno que nos convenza más, hasta así llegar a los más caros para los cuales tendremos que farmear algo si queremos llegar a comprarlos.
Junto al modo Campaña, tenemos el modo Conquista, que es un modo Rogue-Like que nos puede dar más horas de diversión. Aquí nuestro objetivo será ir conquistando los diferentes territorios del mapa, yendo zona por zona. En función del orden que tomemos, el nivel de amenaza irá aumentando, lo que se traducirá en la posibilidad de que aparezcan jefes finales más poderosos al acabar el objetivo principal de cada misión. Con cada victoria, iremos obteniendo dinero para poder reclutar nuevos aliados que nos acompañarán en la siguiente misión (de ahí la importancia de que la IA sea tan útil), o con la reputación, tendremos acceso a más aviones.
Es un modo que funciona muy bien para darnos muchas horas de contenido, ya que podemos meter diferentes modificadores para que juguemos de una forma diferente cada vez. Además, los objetivos que nos plantean y los mapas en los que jugamos son aleatorios, por lo que así tenemos una campaña propia que ir jugando. No tendremos el factor argumental o emocional, pero sí los divertidísimos combates aéreos, que es la base de Project Wingman.
Volar en VR es lo mejor
Uno de los motivos por los que me hice con Project Wingman fue porque quería otro título de aviación arcade para disfrutar en VR tras Star Wars Squadrons, y al contrario que con Ace Combat 7, aquí podemos disfrutar de todo el título en Realidad Virtual. De hecho, es como he jugado el 95% de mi tiempo con el juego, siendo como os lo recomendaría hacer si también disponéis de un casco de Realidad Virtual compatible con PC. De esta forma, sólo podemos jugar en primera persona (en plano hay varios ángulos de cámara disponibles), lo cual es más inmersivo, ya que sentiremos que estamos en la cabina de estos veloces cazas en todo momento.
Hay ciertos problemas con la implementación en VR, como unos menús que no se controlan muy bien (elegimos las opciones con la mirada, y es algo bastante incómodo por lo pequeñas que son las opciones), o algunos textos muy pequeños para ver desde el visor. Además, algunos elementos de la interfaz, como la puntuación, está en una esquina demasiado alejada como para verla de una forma cómoda.
Lo que quizá moleste a más de uno es que nuestro piloto no se mueve en ningún momento, por lo que no veremos cómo los mandos del avión se mueven en ningún momento. Es quizá lo que puede quitar más inmersión inicialmente, pero dada la intensidad de los combates, es algo en lo que no nos fijaremos en cuanto empecemos a hacer loopings y barrel rolls para sobrevivir. Es aquí donde se nota que estamos ante un juego independiente, por lo que es algo que puedo dejar pasar.
Lo fundamental es que todo lo demás sobre la implementación de Project Wingman en VR es excelente. Eso sí, es un juego intenso, con que ni se os ocurra jugar a no ser que ya tengáis unas buenas piernas virtuales. Al fin y al cabo, estaremos moviéndonos a gran velocidad y haciendo toda clase de giros en todo momento, por lo que no es bueno para los estómagos más sensibles, como ocurre en Star Wars Squadrons o cualquier otro juego de naves, vamos.
Equipo pequeño, pero gran apartado técnico
Pese a lo humilde del desarrollo del juego, Project Wingman es técnicamente espectacular. Por un lado, los escenarios son increíbles, ofreciendo un gran nivel de detalle, destacando sobre todo las nubes volumétricas. Como ocurre en Ace Combat 7, cuando pasamos por ellas veremos cómo la cabina se llena de gotas de agua, algo espectacular, sobre todo al jugar en Realidad Virtual. También quiero destacar los efectos climatológicos, con unas tormentas sencillamente increíbles, junto a otros eventos, que nos dejarán con la boca abierta. De nuevo, si jugamos en VR, el resultado es todavía mejor, ya que cuando hubo relámpagos, pegué algún sobresalto de lo bien que está hecha la iluminación y ver cómo se iluminaba toda la cabina, sobre todo cuando caía muy cerca de mi posición actual.
La iluminación general es fantástica, y todos los aviones están detallados a más no poder. Lo mejor es cómo los mapas son enormes, y aunque se puede detectar cierto nivel de popping, el tener diferentes niveles de altura y climatología me parece algo espectacular. Es una delicia entrar al modo de Vuelo Libre para inspeccionar estos escenarios sin el peligro de los enemigos, ya que algunos tienen efectos que merecen ser disfrutados por cualquiera.
Los gráficos son excelentes, pero el apartado sonoro es lo que se lleva la palma. La actuación de los actores en inglés es muy buena, perfecta para ese toque melodramático de la historia y los diálogos. Los efectos sonoros también son muy buenos, pero es la banda sonora compuesta por Jose Pavli lo que me ha enamorado. De nuevo, la música es muy, muy Ace Combat, llena de temazos de mucha calidad que ayudan a que todos los combates sean todavía más épicos. El tema «Kings», que suena durante el jefe final de la campaña, es magistral. Aquí os dejo la OST en Spotify, porque creo que merece mucho la pena ser escuchada.
Conclusión
Pensaba que Project Wingman iba a ser «un Ace Combat de Hacendado», y al final, ha resultado ser un juego que puede hablarle de tú a tú a la saga de Bandai Namco, sin despeinarse lo más mínimo. Está claro que hay ciertos aspectos en los que no pueden igualarla, como en ciertos aspectos de producción (escenas de vídeo para introducir personajes humanos o elementos móviles en las cabinas, por ejemplo), pero la calidad de la campaña es altísima, jugablemente es fantástico, y los jefes finales son memorables.
Puede que en global, Ace Combat 7 me parezca algo mejor, pero hay muchos puntos donde Project Wingman resulta ser superior, como en su fantástico soporte para la Realidad Virtual para vivir duelos aéreos inmejorables, o incluso con su genial modo Rogue-Like, que añade muchísima rejugabilidad a un título ya muy completo de por sí. De hecho, creo que este título es muchísimo mejor que Star Wars Squadrons, tanto a nivel de diseño como de sensaciones que produce, eso que no hay ninguna gran licencia por detrás o nostalgia que lo apoye.
Si hubiera jugado a Project Wingman antes, habría acabado en mi Top de 2020 muy fácilmente. Ese es el nivel de lo que han conseguido los chicos de Sector D2, ya que desde que he empezado la campaña, no he podido parar hasta completarla. Al sumar lo mucho que alucinaba al estar dentro de las cabinas gracias a la VR, una banda sonora apoteósica y unos jefes finales para quitarse el sombrero, el resultado es uno de los mejores arcades de aviación que nos podemos encontrar actualmente. A poco que os guste la saga Ace Combat y/o queráis otro grandísimo juego para disfrutar de vuelos en VR, Project Wingman os atrapará sin remedio. Teniendo en cuenta los recursos limitados que han tenido y que este es su primer juego, estoy deseando ver con qué otro gran título de altos vuelos nos sorprende Sector D2, ya que a Ace Combat le ha salido un competidor muy, muy duro.
Nos consolamos con:
- Campaña trepidante, llena de grandes misiones
- Jefes finales fantásticos
- Una banda sonora para escuchar en bucle
- La posibilidad de jugar todo en VR, aumentando la sensación de inmersión y espectacularidad
Nos desconsolamos con:
- Se echan en falta checkpoints durante las misiones
- Que los enemigos aparezcan de la nada queda algo raro
- No poder leer bien los subtítulos para enterarse bien de la historia en mitad del fragor de la batalla
- La navegación por los menús, sobre todo en VR, es muy mejorable
Análisis realizado gracias a una copia comprada a través de Steam.
Ficha
- Desarrollo: Sector D2
- Distribución: Sector D2/Humble Games
- Lanzamiento: 01/12/2020
- Dispositivo VR usado: Oculus Rift S
- Idioma: Voces en inglés, textos en español
- Precio: 24,99€
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