La nueva generación ya está para todas las grandes plataformas. La última en unirse a la fiesta ha sido Sony, pero con PlayStation 5 ya en nuestras manos, junto a Xbox Series X, Oculus Quest 2 (sí, la considero casi next-gen de VR) y Nintendo Switch, que es antigua, pero sigue siendo lo más avanzado de de Nintendo.
Tras unas semanas explotando al máximo la consola, toca dar el veredicto final. ¿Funcionará bien la consola pese a su inmenso tamaño? ¿Será tan novedoso el mando como se nos ha vendido? ¿Funcionará la retrocompatibilidad todo lo bien que se espera dado lo bien que funciona en Xbox? La verdad es que tenía muchas ganas de probar esta consola, ya que Xbox Series X me ha dado muchas alegrías pese a funcionar «solo» como una mejora de hardware en vez de ofrecer algo nuevo, con que toca ver si la estrategia de Sony la va a poner en cabeza, en igualdad de condiciones, o se desmarca por completo. Así que agarremos el DualSense, acariciemos a nuestro Astro Bot imaginario, ¡y al lío!
La consola física - Un monstruo gigantesco, pero silencioso
Lo primero es lo más obvio que notaremos al abrir la caja de nuestra flamante consola, ya sea la versión digital o la que puede leer discos: PlayStation 5 es un monstruo. Es la consola más grande que he visto, pesa lo suyo, y a título personal, me parece una consola fea. Sé que esto depende de los gustos de cada uno (y sobre gustos no hay nada escritos lo que explica que no haya nada en la biblioteca sobre el gusto), pero tras una semana viendo la consola todos los días junto a las demás que tengo en la habitación, sigue sin parecerme atractiva.
De hecho, la consola es muchísimo más alta que PS4 Pro y Xbox Series X, haciendo que destaque sí o sí. Tuve que hacer unos pocos malabares con mi setup para que pudiera caber correctamente, y encima, el tema de llevar siempre un pequeño stand (que al menos viene de serie) hace que abulte un poco más, o sea más incómoda de cambiar entre vertical y horizontal. En el caso de poner la consola en vertical, me ha sorprendido que los discos físicos se tengan que poner en dirección al «bulto» que sale en el lector, en vez de hacia la consola (como es lo habitual), algo que es extraño y todavía tengo que recablear mi cerebro para que me habitúe a ello.
Dicho esto, el tamaño de PlayStation 5 tiene un propósito muy claro: evitar los principales problemas que tenía PS4 de ruido y refrigeración. Y vaya si lo consigue, ya que durante el 99% del tiempo, no escucharemos absolutamente nada la consola. Es increíblemente silenciosa, y sólo en algún momento puntual escucharemos un poco los ventiladores, pero sería menos que en PS4 o PS4 Pro por defecto.
Esto nos permite disfrutar de los juegos sin tener que recurrir a los cascos sí o sí para no escuchar más a la consola que el televisor o el equipo donde estemos jugando, lo cual es una mejora fundamental. Igualmente, no he notado que la consola esté produciendo mucho calor hacia el exterior ni nada por el estilo, por lo que en general, todo es un salto de calidad muy grande. Está claro que lo ideal habría sido poder tener una consola algo menos grande, pero si así podemos jugar más tranquilos, me quedo con el sacrificio estético que han hecho.
DualSense, o el verdadero elemento diferenciador de la next-gen
Reconozco que todo lo que leía o veía sobre el DualSense, el nuevo mando de PlayStation 5, me parecían exageraciones. ¿Cómo va a ser un mando lo verdaderamente next-gen de una consola, si parece una versión mejorada del DualShock 4? Bueno, pues me tengo que comer mis palabras a lo grande, ya que el mando es lo que claramente separa esta consola de todas las demás. Para empezar, su mayor peso y su forma hace que tenga un agarre mucho mejor que el del DualShock 4. Es aquí una mejora en ergonomía muy clara, y si bien sigue sin llegar al nivel del mando de Xbox Series X/S, lo pone muy, muy cerca.
Los gatillos tienen un genial recorrido, y el panel táctil está muy bien separado de los demás elementos del mando, para que parezca un botón adicional extra. Lo mejor es que se acabó el tema de dejarnos ciegos con la luz del mando si jugamos a oscuras, ya que ahora, el único LED que sí tendremos activo todo el tiempo será el que nos indique a qué jugador pertenece el mando, tal y como ocurría con el mando de Xbox 360. Es algo más cómodo, además de hacer mucho más fácil que el sistema de colores de PS4 para identificar el mando de cada usuario.
Otra característica nueva es el micrófono que tiene incorporado el controlador, lo que nos permitirá comunicarnos con nuestros amigos sin tener que ir sí o sí a por unos cascos. Es cierto que el micrófono no es el mejor del mundo, pero funciona bastante bien, y nos podrán escuchar claramente. Además, el botón para mutear el mando es de fácil acceso, para que no nos escuchen en los juegos online si no queremos y cosas por el estilo.
Todo esto es muy bueno, pero lo que separa claramente al DualSense de absolutamente todos los demás mandos es el tema de los gatillos adaptativos y la vibración háptica. Básicamente, el motor de vibración del mando es muy complejo, para que podamos «sentir» diferentes cosas por medio de la vibración. Con el tema de los gatillos, los juegos podrán emular la sensación que tendríamos al usar un arma, agarrar un objeto o cosas por el estilo. Todo ayuda a sentir una mayor inmersión con los juegos, lo cual me encanta.
La mejor forma de probarlo es con el título que viene instalado con la consola: Astro’s Playroom. Además de ser un plataformas 3D excelente, adorable y un ataque de nostalgia constante para los que llevamos con la marca PlayStation desde siempre (sobre todo si hemos crecido junto a ella), funciona como demo técnica para demostrar lo revolucionario que es el mando. Sé que muchos pensaréis que exagero, al igual que pensaba, pero voy a intentar trasladar a palabras las sensaciones que produce al jugar.
Sin exagerar, cada paso que demos, lo podremos notar gracias a las vibraciones del mando. Si el adorable Astro está pisando una superficie metálica, tendremos una vibración diferente si vamos por tierra o por barro, además de notar si Astro pisa con su pierna derecha o izquierda. Cuando se pone a llover en una fase, notaremos pequeños golpes por todo el mando que simulan las gotas de lluvia, pero cuando empieza a granizar, entonces las vibraciones serán mucho más potentes. El juego está lleno de momentos así que nos demuestran cómo esta vibración háptica puede aportar una inmersión increíble, pero no se queda ahí el juego.
También habrá pruebas donde tendremos que usar el micrófono del mando para soplar en la vida real, y simular que soplamos al mundo de Astro. En otros momentos, al usar los gatillos, notaremos la fuerza o el peso de la acción que estamos haciendo, con énfasis en el momento donde controlamos a una especie de muelle en una sección de scroll lateral, o cuando llevamos un arco. No solo es la mejor demo técnica posible, sino que es un plataformas excelente, y sólo por este título gratuito, ya nos enamoraremos del DualSense.
De hecho, en todos los juegos que he ido probando, me he fijado más en cómo aprovechan el mando que en gráficos, partículas o tiempos de carga (ya hablaré de estos), por lo que ciertamente, el mando es lo más next-gen que tenemos en nuestras manos. Por suerte, en el catálogo de lanzamiento tenemos ya unos cuantos títulos que aprovechan de una manera excelente varias de estas características. Por un lado, Call of Duty: Black Ops Cold War usa los gatillos adaptativos para que cada arma tenga un peso diferente a la hora de apuntar y disparar, además de sentir el retroceso del arma en el gatillo.
En el caso de Borderlands 3, junto al gatillo adaptativo de disparar, notaremos con la vibración háptica cada salto que realicemos, cada recarga diferente de los millones de armas, o cada golpe, algo que me ha volado la cabeza. Incluso Godfall usa bastante bien el mando, para simular golpes entre espadas con un aumento de tensión en el gatillo con el que atacamos, o lo mismo al simular que vamos a acabar un combo con un ataque poderoso. Espero realmente que los desarrolladores usen al máximo las capacidades del mando, porque me parece una auténtica genialidad.
Interfaz. Similar pero con las tarjetas y una mayor velocidad
Otro aspecto donde Sony ha decidido cambiar algo ha sido en la interfaz, donde se nota una clara evolución respecto a la de PS4. Es cierto que era funcional, pero la de PlayStation 5 es mucho más fluida, da más información rápidamente, y tiene todo mejor distribuido entre sus diferentes menús. Eso no hace que sea mejor en todo, pero vayamos por partes. Lo principal es muy similar, ya que en el dashboard principal, tendremos los últimos juegos usados, además del acceso a la biblioteca y a PS Store. Esto no cambia respecto a PS4, pero la velocidad para moverse entre los menús, o la información que nos da cada juego al ponernos sobre ellos, ha evolucionado para mejor.
Luego, al pulsar en R1, podremos cambiar a la versión de esta pantalla centrada en las apps multimedia, lo cual nos permite tener separados los juegos de las aplicaciones, algo que se agradece bastante. Por otro lado, al pulsar ahora el botón «PS» del mando, veremos la parte de arriba de la interfaz, desde donde podemos acceder a los amigos, a un selector rápido de los últimos juegos usados, los grupos, nuestro perfil y otras opciones. Este menú es similar al que ya teníamos en PS4, pero lo podemos personalizar en función de lo que queramos que aparezca en dicho menú. Una omisión es la de la pestaña de configuración, que ahora aparecerá en la pantalla principal, para que podamos acceder a través de unos solos clicks.
Otro cambio es que, cuando pulsemos al botón «PS» dentro del juego, no nos sacará del todo a la interfaz principal de la consola, sino que nos mostrará una serie de tarjetas. Aquí podremos ver el progreso de los trofeos, o directamente, desafíos tanto propuestos por el juego, como por nuestros amigos. Por ejemplo, si alguien ha superado un tiempo en una carrera de Astro’s Playroom, nos aparecerá una tarjeta, y podremos ir a ese punto del juego en cuestión de segundos. Algunas de estas cartas nos aparecerán también como notificaciones, y gracias a lo rápido que carga todo en la consola, estaremos en el punto del desafío en muy, muy poco tiempo.
Siguiendo con los aspectos positivos, poder compartir pantalla o ver lo que hacen nuestros amigos es mucho más rápido que antes, además de poder dividir la pantalla para que podamos seguir jugando mientras vemos en pequeñito la pantalla de nuestro amigo. Si decidimos realizar un streaming, todo es mucho más rápido, al igual que el tema de compartir imágenes o vídeos en redes sociales, por lo que la fluidez y la sencillez de configuración son aspectos muy destacables de esta mejorada interfaz.
Todo esto es lo positivo, pero claramente, hay ciertos puntos que no me han convencido mucho, o que directamente, están algo rotos a falta de varios parches. Para empezar, es absurdo que en el dashboard principal nos indique las versiones de los juegos de PS4 en caso de ser intergeneracionales y tener versiones para PS4 y PS5, como es el caso de Sackboy o Call of Duty. ¿Acaso no puede la consola ver qué juego tenemos instalado en el disco duro para mostrarnos dicha versión? En su lugar, tendremos que ir a Opciones, seleccionar la versión que queremos que se muestre, y en principio se quedará marcada esa opción para el futuro, pero de vez en cuando volverá a tirar por defecto a PS4.
La nueva versión de PS Store que hay disponible también es un desastre, siendo mucho más complicado acceder a los juegos por géneros, encontrar ofertas o cosas por el estilo. La biblioteca también tiene algún que otro problema, mostrando a veces un número diferente de juegos, por lo que son aspectos que claramente se tienen que pulir. También echo en falta un menú para acceder fácilmente a los grupos o crearlos, y otro acceso rápido a los amigos. Ahora están todos en el mismo sub-menú, y tendremos que abrir ahí otra opción para ir a esta información por separado. Mientras que otras agrupaciones de opciones han hecho todo más fácil, esta es un paso atrás.
Finalmente, no tenemos los temas personalizados o dinámicos que sí había en PS4. Muchos de estos temas eran de pago, por lo que es un punto en el que el dinero virtual invertido ha «volado» ahora mismo, lo cual no me hace mucha gracia. Además, eso le quita la gracia a la interfaz, ya que algunos quedaban increíblemente bien. Esto, junto a los problemas que he mencionado, denotan que el firmware y la interfaz se han creado un poco rápido, y que les queda bastante pulido por delante, siendo éste uno de los principales problemas de la consola.
Catálogo de lanzamiento - Ya con algún exclusivo de mucha calidad
Si algo separa el lanzamiento de PlayStation 5 del de Xbox Series X/S es sin duda este apartado, ya que Sony ha preparado el lanzamiento de varios juegos para acompañar a la consola. Aquí tenemos tanto varios títulos inter-generacionales como Marvel’s Spider-Man o Sackboy: Una Aventura a lo Grande, que muestran un interesante salto de calidad en la nueva consola, sobre todo en el caso del primero. El plato fuerte es sin duda Demon’s Souls, que a nivel técnico es de lo más impresionante que nos podemos encontrar en PS5 a día de hoy, además de ser para muchos todo un vende-consolas al modernizar este clásico de From Software.
Personalmente, creo que la estrella del lanzamiento es Astro’s Playroom, no solo por ser una increíble demo técnica de todo lo que nos permite hacer el DualSense, sino porque como plataformas 3D, repaso a toda la historia de la familia PlayStation y como mascota, es inmejorable. Ya sabía que el Team Asobi era fantástico con Astro Bot: Rescue Mission en PSVR (el mejor y más innovador plataformas 3D de la última década, y de ese barco no me baja nadie), pero aquí vuelven a demostrar su talento, encima en un título que todos los usuarios de la consola pueden probar sin ninguna inversión extra. Casi diría que merece la pena la consola sólo por Astro’s Playroom, pero igual ahí mi amor por este adorable personaje (Sony, necesitamos merchandising ya mismo), el género y su forma de usar el mando sacan lo mejor de mí mismo.
Junto a estos títulos, tenemos otros que no son exclusivos (por haber salido en PC) ni de Sony, pero que de nuevo, se estrenaron junto a la consola, como es el caso del simpático Bugsnax (juego de PS Plus, además) o Godfall, que puede usarse para demostrar el poderío gráfico de la consola a lo grande gracias a todo su «brilli-brilli» que tiene, y que particularmente me encanta. A todo esto hay que sumar las versiones de PS5 de varios títulos intergeneracionales, como es el caso de Call of Duty: Black Ops Cold War, Mortal Kombat 11, Borderlands 3, Warhammer: Chaosbane, Assassin’s Creed Valhalla y unos cuantos más.
En otras palabras, tenemos varios juegos pensados para PS5 para estrenar la consola a lo grande, lo cual se agradece mucho. Eso sí, estos lanzamientos intergeneracionales también crean problemas que no existen en Xbox, como es el tema de las diferentes versiones. Es un auténtico caos introducir el disco de la versión de PS4, tener que descargar los datos de la versión next-gen a partir de un sub-menú, y luego asegurarnos de iniciar dicha versión desde el menú principal. Sin duda, la solución de Microsoft de seleccionar el juego y que la consola ya por debajo sepa qué versión debe instalar o ejecutar es infinitamente más cómoda para el usuario, además de no hacernos líos con incompatibilidades de partidas y demás.
Lo bueno es que, junto a los títulos de PS5, podemos usar los de PS4 también, gracias a unas funciones de retrocompatibilidad realmente buenas. Prácticamente todo el catálogo de PS4 funciona en PlayStation 5, ya sean juegos físicos o digitales. Bastará con descargarlos desde nuestra biblioteca o instalarlos desde el disco para empezar a jugar sin ningún problema con nuestro DualSense, o el propio DualShock 4 si así lo deseamos. Además, los juegos pueden verse mejorados por la potencia extra de la consola, como menores tiempos de carga, mejor rendimiento si no alcanzaba a su tope (como tener 60 FPS estables en InFamous: Second Son), o incluso mantener la máxima resolución posible cuando sea dinámica. De hecho, hay juegos como Ghost of Tsushima o Days Gone que se han actualizado para poder funcionar a 4K y 60 FPS en PS5, haciendo que podamos disfrutar al máximo estos recientes títulos.
En todo esto, hay que tener en cuenta un aspecto crucial de PlayStation 5: su disco duro. Gracias al SSD, todo carga muy rápido, y hasta las descargas de los juegos son muchísimo más rápidas que en PS4, lo cual es un alivio. Por desgracia, el tamaño del disco duro es irrisorio, dejando unos 670 GB disponibles para instalar juegos. Como por defecto la consola graba clips cada vez que conseguimos un trofeo, este espacio se puede llenar muy pronto. Siguiendo con lo mejorable, los tiempos de instalación desde los discos son extremadamente largos. El otro día, para instalar Mortal Kombat 11 necesité casi hora y media, con que realmente habría tardado casi lo mismo que descargando el juego, algo que me parece bastante absurdo.
A todo este problema del espacio, tenemos que sumarle que los juegos ocupan cada vez más, ya que si queremos tener acceso a absolutamente todos los modos de Call of Duty: Black Ops Cold War necesitaremos 150 GB, y otros 90 GB (como mínimo) para instalar el modo Warzone, ocupando así más de una tercera parte de todo el disco duro. Por si esto no fuera suficiente, hay una parte de datos llamada «Otros» que se irá rellenando como la espuma, y en teoría es algo que es necesario para que la consola funcione, pero ya me está quitando eso unos 100 GB, dejándome todavía menos espacio libre. Menos mal que ahora no es necesario tener el doble del espacio total de las descargas, o directamente no podría hacer nada con títulos del tamaño de Call of Duty.
PSVR - Funcionando gracias a la retrocompatibilidad, y poco más
Una buena noticia que nos llevamos «los locos de la VR» fue la noticia del soporte de PSVR en PlayStation 5, y me alegra confirmar que todo funciona tal y como era de esperar. En primer lugar, es necesario pedir un adaptador para que la PS Camera de PS4 (la de PS5 no sirve para la Realidad Virtual) pueda enchufarse a nuestra nueva consola. Lo podéis hacer desde este enlace sin ningún coste adicional, y no tardaréis en recibirlo. De esta manera, podréis usar también la cámara para poder realizar streamings y similares, así que tiene un doble uso. Dicho esto, la conexión de PSVR es exactamente igual que en PS4, por lo que necesitamos un puerto USB para conectar la caja de alimentación, otro cable HDMI que se conecte a la consola y otro a la tele desde dicha caja, y la toma de corriente. De hecho, absolutamente todos los periféricos de PSVR funcionan en PS5 de manera nativa, lo cual se agradece.
Estas son las buenas noticias, ya que al fin y al cabo, bastará con enchufar los Move, el Aim Controller o incluso el 3dRudder para que la consola los identifique sin ningún problema, por lo que a la hora de la verdad, podremos jugar exactamente igual que en PS5. ¿Hay alguna diferencia? Básicamente, en los juegos, que funcionan por retrocompatibilidad. De esta manera, podemos disfrutar de prácticamente todo el catálogo sin ningún problema, quitando un par de excepciones menores como Robinson: The Journey o DWVR, aunque este último recibirá en breve un parche que sí lo hará compatible.
No he tenido problemas a la hora de jugar, teniendo la misma experiencia que en PS4. La principal diferencia es que ahora podemos usar el DualSense en juegos donde no se necesite rastrear el mando, como es el caso de Resident Evil VII (que ojo, forma parte del Playstation Plus Collection), Wipeout Omega Collection o Driveclub entre otros. Cuando sí tengamos que mover el mando, tendremos que usar sí o sí el Dualshock, como ocurre en Astro Bot: Rescue Mission o Moss.
Al igual que en los juegos estándar hay ciertas mejoras, también se puede decir lo mismo de los juegos de VR. Blood & Truth ha recibido un parche con mejoras pensadas para PS5, de modo que ahora tiene una resolución muchísimo mayor (en principio 4K), va a 90 FPS en vez de a 60 FPS interpolados, y se ha aumentado el nivel de detalle. El resultado es fácilmente el juego más nítido de todo el catálogo de la consola, igualando seguramente la resolución general que podemos tener en Oculus Quest, pese a que la pantalla no ofrezca ese mismo nivel. En serio, me quedé con la boca abierta por la mejora tan notable en este título. En el caso de Dreams ahora podemos disfrutar de algo más de detalle en los niveles y un mejor rendimiento, ya que todos los parámetros son dinámicos, por lo que no es necesario recortar en nada. Por ser dinámica la resolución, en Star Wars: Squadrons también podemos disfrutar de una imagen más nítida durante los momentos más frenéticos o complejos, como el propio prólogo, haciendo que el Puerto Fostar se vea mejor que nunca.
En el resto de juegos, como mucho, habrá una reducción en los tiempos de carga, como podemos notar en Skyrim VR o Marvel’s Iron-Man VR. No van a llegar a ser tan rápidos como los juegos nativos de PS5, pero al menos hay mejora. Esto significa que juegos que se veían borrosos (como Driveclub VR) se seguirán viendo poco nítidos, ya que si no tienen nada dinámico en su resolución o rendimiento, la consola no se saltará mágicamente esa restricción.
Esto nos garantiza una experiencia que, como mínimo, es igual de buena que en PS4 Pro, lo cual es genial. El problema es que, al necesitar ahora dos puertos USB (para la cámara y la caja de alimentación de las gafas), perdemos 2 de los 3 puertos USB de tipo A que tiene la consola. Además, sólo las versiones de PS4 de los juegos son compatibles con la Realidad Virtual, no las de PS5.
Esto ahora no supone mucho problema salvo con No Man’s Sky, ya que el título tiene una versión específica para PS5. Si queremos disfrutar de las mejoras next-gen, y de la VR, tendremos que tener instaladas ambas versiones en la consola, ocupando el doble del disco duro y pudiendo dar lugar a equivocaciones sobre qué versión lanzar. Al mismo tiempo, así en VR no disfrutamos de las mejoras que trae la nueva generación, estando limitados a una versión inferior, que no ha recibido mejora para la VR en PS5, y que por tanto, tiene cierto margen de mejora. Este mismo problema se repetirá en enero con Hitman 3, así que más le vale a Sony que diga ya qué va a pasar con la VR a largo plazo, ya que ahora mismo está en un vacío inter-generacional que pone en peligro un hipotético soporte para la VR de Resident Evil Village, o sigue condenando a los desarrolladores a seguir asegurándose que los juegos funcionen en PS4, a pesar de ser un hardware inferior que en PS5, lo que podría reducir los ports de títulos de VR en el futuro.
Conclusión
Me gusta cómo han ido por rumbos diferentes Sony y Microsoft en esta recién estrenada generación, ya que eso me está permitiendo tener sensaciones muy diferentes con ambas plataformas. Mientras que con Xbox Series X sentía que tenía una versión mucho más potente y accesible de la generación actual, con PlayStation 5 sí puedo notar en las manos que estamos ante la nueva generación. Y lo digo en el sentido más literal de la palabra, ya que si hay algo que me está fascinando de mi tiempo con PS5 es el DualSense.
Puede que a nivel de ergonomía no sea el mejor mando del mercado, pero cuando lo tienes entre las manos usando al máximo los gatillos adaptativos y la vibración háptica, realmente notas cómo se ha dado un paso más allá en el tema de la inmersión. Esto es algo que valoro mucho (por algo soy el loco de la VR, y antes fui el loco del Kinect), y me está haciendo disfrutar juegos como Borderlands 3, Astro’s Playroom o incluso Call of Duty: Black Ops Cold War muchísimo más que antes.
Es cierto que hay mejoras en la interfaz, los tiempos de carga se han reducido hasta casi desaparecer en algunos juegos, y encima tenemos varios títulos de lanzamiento de bastante peso. Pero me sigo quedando con el mando por encima de todo. La cuestión está en si se usará a largo plazo, o sus características se acabarán olvidando como la fantástica vibración HD de los Joy-Con en Switch, pero al menos, el DualSense es la verdadera nueva generación.
Dicho esto, todo en PlayStation 5 es ilusionante, pero hay muchos aspectos todavía por pulir, denotando que la consola ha tenido que lanzarse algo antes de que estuviera lista al 100% (la pandemia no ha ayudado, eso está claro). Lo más obvio es el firmware, con varios problemas al haber varias versiones de los juegos, no mostrar la información del todo clara o eliminar las opciones de personalización estética con los temas. A eso hay que sumar un aspecto físico de la consola que no es del agrado de todos, y un disco duro con un tamaño irrisorio dado el espacio que ocupan los juegos hoy en día.
Aun así, son pegas «menores», que no nos impiden estar disfrutando como auténticos niños con esta nueva generación. Literalmente, cada vez que descubro una nueva funcionalidad del mando en un juego, no puedo evitar sonreír y seguir trasteando al máximo. Así que, si os lo podéis permitir y conseguís encontrar la consola, PlayStation 5 nos dará ya muchísimas alegrías, y es solo el principio. Con la promesa de varios pesos pesados para 2021 (no os podéis imaginar las ganas que le tengo al nuevo Ratchet & Clank), y espero un uso cada vez más instaurado del DualSense, el futuro es de lo más prometedor para esta nueva generación.
Nos consolamos con:
- El DualSense es la verdadera nueva generación
- Un catálogo de lanzamiento con varias joyas y que ya explotan bien la consola
- Retrocompatibilidad que funciona muy bien, incluyendo PSVR junto a sus accesorios
- Por fin nos podemos despedir de los problemas de ruido y calor de PS4
Nos desconsolamos con:
- Por muy rápido que sea el nuevo disco duro, su tamaño base es irrisorio, y encima por ahora no podemos instalar ninguno de mayor capacidad para los juegos de PS5
- Los problemas con la interfaz y la elección de versiones intergeneracionales de los juegos
- Que no haya soporte para PSVR en los juegos de PS5, obligándonos a descargas la versión de PS4 y la de PS5 en caso de que haya soporte de Realidad Virtual
- La consola es gigantesca y me sigue pareciendo fea
Análisis realizado gracias a una PS5 con lector comprada en Game.
Ficha
- Desarrollo: Sony
- Distribución: Sony
- Lanzamiento: 19/11/2020
- Idioma: Textos en Castellano
- Precio: Versión con lector: 499,99€ - Versión digital: 399,99 €
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