Desde que se anunció, Paper Beast me ha llamado mucho la atención, ya que su premisa es, cuanto menos, original: hacernos vivir una épica aventura en un ecosistema «vivo», en el que todas las criaturas están hechas de papel. Todo esto con la inmersión que produce la Realidad Virtual, lo que nos hace visitar unos escenarios realmente únicos que no llegaremos a ver en la vida real en ningún momento.
Si encima hay detrás un genio creativo como Eric Chahi (creador de clásicos como Another World), hay más expectativas todavía. Al sumar que estamos en un momento en el que no podemos salir de casa, esto se traduce en una visión al exterior única. ¿Listos para descubrir cómo con la papiroflexia podremos hacer estas magníficas criaturas?
Paper Beast se divide en dos grandes modos: el modo Historia y el modo Sandbox. Personalmente, el principal atractivo es el primero, en el que viviremos una aventura de lo más peculiar. No es que estemos aquí por una trama súper elaborada, sino que nos encontraremos ante más bien una experiencia. La premisa es que se crea un ecosistema a partir de los datos de un grupo de servidores, casi como si fuera un accidente, pero de los buenos. Así que, mientras intentamos «acceder a una página web», nos veremos transportados a este increíble mundo.
Nuestra meta será ir progresando por escenarios más bien lineales, con ayuda de las diversas criaturas con las que nos toparemos. Algunas serán amigables y podremos interactuar con ellas directamente, ya sea cogiéndolas o empujándolas, mientras que otras atacarán a las demás bestias de papel sin que podamos interactuar directamente con ellas. La exploración, por tanto, es más bien limitada, al haber un único camino por el que poder progresar.
Para movernos, podemos usar tanto el Dualshock como los Move. Aun así, siempre nos desplazaremos usando teletransporte y giro por grados, sin que haya posibilidad de movimiento libre o giro suave. Es una lástima que no esté la opción, ya que bueno, los que estamos acostumbrados a la VR es el método de control que solemos preferir. Aun así, esto no impide que podamos disfrutar de Paper Beast ni muchísimo menos.
Además, podremos coger varios objetos, que serán clave para resolver los puzzles con los que intentar progresar por el mapa. A veces, será para que progresemos nosotros, mientras otras veces necesitaremos que sea una criatura la que avance. La mayoría de los rompecabezas se basan en la física, teniendo en cuenta el increíble sistema de fluidos del juego para representar el agua o incluso la arena.
Esto se traducirá en crear nuevos caminos usando bloques de arena, obstaculizando elementos que impiden nuestro paso o el de criaturas, etc. No hay prácticamente ningún texto en el juego (los que hay están traducidos al castellano), por lo que Paper Beast deja que sea el escenario y el apartado visual el que nos vaya guiando o enseñando. En este sentido, funciona sorprendentemente bien, ya que no me sentí perdido en ningún momento, salvo uno en el que estaba intentando teletransportarme a un globo en vez de agarrarlo.
Por tanto el progreso durante la historia es de lo más satisfactorio, al pasar de un escenario sorprendente a otro, introduciendo poco a poco nuevas mecánicas, criaturas y cambiando las reglas de los puzzles de forma correcta. Es cierto que, a la hora de la verdad, no nos vamos a encontrar ante verdaderos desafíos como en juegos de rompecabezas al uso, ya que como os decía, lo más importante es la experiencia que proporciona Paper Beast.
En más de un momento me he quedado con la boca abierta por las vistas o las escenas que se presentaban ante mí, gracias a la combinación de las criaturas, los escenarios y la música. Ahora bien, no todo es perfecto, ya que hay ciertos momentos que se alargan un poco más de la cuenta, como algún puzzle del que sabemos la solución, pero nos toca esperar a que la criatura de turno avance, lo cual no es lo más divertido del mundo.
Aun así, estamos ante un viaje que merece bastante la pena, y que nos enganchará durante las 4-5 horas que dura. ¿Podría haber dado más de sí esta propuesta? Creo que sí, sobre todo a nivel narrativo, pero bueno, la experiencia sí que es buena. Esto nos deja con el modo Sandbox, que es donde podemos tirarnos más tiempo… Si es que nos gustan los simuladores de Dios. Aquí no tendremos ninguna meta real, sino que iremos viendo cómo funciona este ecosistema que Paper Beast nos plantea. Nosotros «solo» introducimos elementos, para ver cómo interactuan entre sí.
Tenemos muchas opciones, como poder modificar el terreno, la hora del día, el clima, las criaturas que hay presentes, la fauna, etc. Esta parte es la que, particularmente, me interesa menos, ya que no hay objetivo ni nada por el estilo, y estos simuladores de tipo Dios no es que me entusiasmen. Pero bueno, es algo que puede añadir alguna hora adicional de juego, que nunca está de más.
En lo visual, Pixel Reef ha echado el resto para ofrecer uno de los juegos más espectaculares de PSVR. Paper Beast entra desde el primer momento por los ojos, gracias a un apartado artístico increíble. La representación de las criaturas hechas en papel es soberbia, al igual que la representación de los fluidos. Ver cómo se quedan las huellas en la arena de las criaturas, el viento hace volar las «serpentinas» que a veces hacen de vegetación, o cómo el agua y arena se expanden es espectacular. Además, la nitidez de la imagen es muy alta, notándose algún que otro diente de sierra en los elementos lejanos, pero eso ya no se puede evitar en PSVR.
También quiero destacar los efectos de partículas o la iluminación, lo que ayuda a crear estos entornos que te dejan con la boca abierta. Cuando al inicio del juego hay un tornado y vemos montones de papeles a nuestro alrededor, realmente impresiona. Lo único que no sorprende tanto es el cielo, con algunas nubes muy interesantes, pero se nota mucho que son imágenes estáticas, por lo que destaca menos que todo lo demás.
El sonido también está a la altura, gracias a unas melodías que suenan en el momento perfecto para mejorar cada escena, sin que se vea forzado ni nada por el estilo. Los efectos también son excelentes, gracias al sonido 3D del que podemos disfrutar, y que ayuda a que nos sintamos más dentro de este mágico mundo de papel.
Conclusión
En estos momentos de cuarentena, Paper Beast me ha sacado una sonrisa de oreja a oreja y me ha hecho vibrar ante unas vistas sencillamente increíbles. La obra de Pixel Reef entra, de esta manera, más en la categoría de experiencia que en la de aventura al uso. Sí, hay puzzles y rompecabezas para seguir progresando en la historia, pero claramente no son el énfasis del juego.
Quizá esa es su principal pega, ya que no llega a ahondar en lo que significa el hecho de que se cree un ecosistema virtual de la nada, ni hay una narrativa profunda que nos haga reflexionar o disfrutar sobre algún tema. Además, el tema del papel no se aprovecha tantísimo como en Tearaway, lo cual podría haber dado mucho juego para el modo Sandbox y poder crear nuestras criaturas, por ejemplo.
Quizá es intentar buscarle tres pies al gato, porque a la hora de la verdad, Paper Beast nos ofrece un viaje lleno de escenas que se nos quedarán grabadas a fuego en la retina. Si estáis buscando una gran experiencia con la que dejar volar vuestra imaginación con sus espectaculares parajes durante unas horas, lo nuevo de Eric Chahi os encantará. Y a la hora de la verdad, eso es justo lo que muchos buscamos en la Realidad Virtual.
Nos consolamos con:
- Visual y artísticamente es impresionante
- Montones de escenas que te dejan con la boca abierta
- Los efectos de fluidos son de los mejores que hay en Realidad Virtual
Nos desconsolamos con:
- Solo hay teletransporte y giro por grados
- La premisa se podría haber aprovechado más, sobre todo a nivel narrativo
- Algunos puzzles duran más de lo necesario, sobre todo al depender más de las criaturas que de nosotros mismos
Ficha
- Desarrollo: Pixel Reef
- Distribución: Pixel Reef
- Lanzamiento: 24/03/2020
- Dispositivo VR usado: PS VR
- Idioma: Textos en Castellano
- Precio: Desconocido
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