Desde que probé A Fisherman’s Tale, ya sabía que todo lo que fuera a hacer Innerspace VR me iba a llamar la atención, o como poco, lo iba a seguir muy de cerca. Lo que lograron con esta aventura narrativa de Realidad Virtual fue algo increíble, ya que ofrecían un juego de perspectivas que sólo podía funcionar en un medio como este. Luego lo expandieron de manera cooperativa con Corsair’s Curse, afianzando su talento.
Ahora van a por el triplete en lo que a videojuegos se refieren con Maskmaker, esta vez distribuido por MWM Interactive. Si sus anteriores trabajos intentaban sorprendernos con el uso de perspectivas imposibles, en esta ocasión se han propuesto ofrecernos una historia, mundos y mecánicas más desarrolladas. Así que poneos vuestra máscara con un visor de Realidad Virtual incorporado, que es la hora de descubrir qué se esconde en la nueva propuesta de este equipo con tanto talento.
En el papel de nosotros mismos (una tónica muy habitual en la VR) nos sentiremos atraídos hacia la tienda de máscaras de Próspero, que está buscando un aprendiz. Al llegar veremos cómo algo no marcha muy bien dentro, con que tendremos que desvelar qué ha ocurrido con Próspero, para que así la magia del carnaval de máscaras pueda continuar.
Porque ya sabéis, una máscara nos permite, al menos por un día, ser lo que queramos. Pero, ¿y si lleváramos una máscara puesta siempre? Detrás de estos conceptos gira la trama de Maskmaker, al ver que las máscaras son mágicas y nos llevan a otro mundo que se encuentra en muy mal estado. Así que, a base de ir construyendo nuevas máscaras, iremos mejorando como aprendices a maestro de máscaras, mientras vamos ayudando al mundo y descubrimos qué ha pasado para estar en dicho estado.
El argumento está muy bien construido, ya que constantemente iremos recibiendo nueva información, ya sea por medio de «El Rey» de este mundo mágico, o de los espíritus de las máscaras. Todo lo que recojamos, ya sea obligatorio u opcional, irá añadiendo algo nuevo a la trama, hasta llegar a una conclusión de lo más satisfactorio.
Todo Maskmaker está enmarcado muy como si fuera un cuento, por lo que se puede ver venir lo que ocurrirá, pero es la forma de narrarlo y vivirlo lo que hace que tenga tanta fuerza. Es una lástima, entonces, que el juego nos llegue completamente en inglés. Sí, hay subtítulos, pero es una pena que ocurra como en A Fisherman’s Tale en su lanzamiento, ya que hay tanto textos como voces en francés y alemán, pero nada del español. Dado que gran parte del disfrute viene la trama, esta será una barrera muy importante para muchos usuarios.
En cuanto a las mecánicas, Maskmaker se puede considerar una aventura narrativa con ciertos puzzles, pero nada demasiado complicado que rompa el ritmo de la aventura. En el juego, cada máscara nos permitirá poseer a alguien, de manera que si nos ponemos la misma máscara que otro NPC, nos convertiremos en dicho personaje. El mundo tendrá varios obstáculos insalvables, pero al otro lado habrá otro NPC, por lo que tendremos que conseguir los materiales necesarios para hacer dicha máscara en el taller.
Mientras que en A Fisherman’s Tale la perspectiva era clave, y ese momento en el que arrancábamos el tejado del faro era el momento «wow», aquí lo tendremos al ponernos y quitarnos las máscaras. Físicamente tendremos que hacerlo, y la carga entre el taller de máscaras y el mundo es instantánea. Bueno, la primera vez que visitamos un nuevo mundo sí que tarda un poco más en cargar (cosa de un par de segundos), pero luego será cuestión de un momento.
Así se vende esta ilusión de magia de que cada máscara nos transporta a este curioso mundo, lo cual es sencillamente espectacular. Cuando lo viví por primera vez, tenía una sonrisa de oreja a oreja, que no desapareció a lo largo de toda la aventura. Es ciertamente divertido simplemente viajar del taller a diferentes partes del mundo con las máscaras que hayamos creado, así que ya solo por esta sensación, Maskmaker merece mucho la pena.
La elaboración de las máscaras es bastante sencilla, pero muy divertida. Al ver con el catalejo la máscara que lleva un NPC, se elaborará el patrón. Todos los personajes de una zona tienen la misma máscara base, pero luego tienen accesorios diferentes que debemos replicar. Estos accesorios los iremos recopilando, y una vez conseguidos, tendremos una cantidad infinita en nuestro taller, por lo que todo el proceso es muy sencillo y satisfactorio, sin momentos que nos obliguen a farmear recursos ni nada por el estilo.
El simple hecho de ir poniendo accesorios, pintando la máscara (llegando a usar un pincel para los detalles más finos), o incluso esculpiendo dichas máscaras la primera vez, es divertido. Es cierto que no dejan de ser una especie de llave, pero es lo que hace único a Maskmaker. Esta creación es hasta relajante, aunando tanto las mecánicas como la narrativa de una manera ejemplar.
Dentro de este mundo mágico, la verdad es que no hay rompecabezas muy complejos que digamos. De vez en cuando sí que tendremos que colaborar con los demás NPCs de la zona, pasando objetos de uno a otro por medio de cestas, abriendo puertas que sólo puede controlar otro, y demás. Nada realmente complicado o que aproveche al máximo esta idea de colaborar con nosotros mismos. Esto es algo que Transpose hacía bastante mejor, aunque está claro que aquí el objetivo está en hacer que vivamos un viaje mágico sin bloquearnos, más que en estrujarnos el cerebro.
Aun así, el juego logra ser adictivo, al ir progresando siempre a muy buen ritmo, construyendo nuevas máscaras, consiguiendo más materiales, descubriendo más sobre el argumento y visitando lugares cada vez más atractivos.
Los momentos clave, en unas torres de cada reino, son sencillamente espectaculares, más por el espectáculo visual que por las mecánicas propiamente dichas. Porque sí, introducen en estas torres una idea que podría haber dado mucho juego para varios puzzles, pero vaya si Maskmaker no me atrapó con los eventos que estaba viviendo.
Dicho esto, una vez hemos llegado al final, no hay muchos motivos para volver a revivir el viaje. Sí, hay unos cuantos coleccionables, pero es muy fácil encontrarlos, y no he visto que dieran ninguna recompensa especial por conseguirlos todos. Al menos, nos permiten profundizar algo más en la trama, que es lo mejor del título. Así que, tras las 3-4 horas que dura Maskmaker (mucho más que A Fisherman’s Tale, con que algo es algo), podremos pasar página y ponernos la máscara de otro juego.
Hay otras pegas a destacar del juego, como que los objetos, al agarrarlos, no siempre estarán exactamente en la posición de nuestras manos, lo cual a veces es un poco extraño. Al movernos por el mundo, también nos quedaremos enganchados con el escenario, y aunque se remedia con el uso del teletransporte (disponemos de las opciones típicas de confort de la VR, como giro por grados o blinders), podría estar todo más pulido. Lo mismo con la física de los objetos que podemos agarrar, que no es muy convincente.
Entrando a los aspectos técnicos, Innerspace VR vuelve a destacar por el apartado artístico más que por puro músculo técnico. Los escenarios que visitamos son realmente bonitos, pero son las máscaras y los NPCs los que más destacan. Esos momentos especiales que comentaba antes en las torres, además, tienen un despliegue de animaciones fantásticas, lo que aumenta mucho la inmersión en estos momentos.
El sonido también es muy bueno, gracias a un doblaje en inglés de las voces fantástico. Logran vender las diferentes emociones que nos quieren transmitir, además de reforzar esa sensación de estar viviendo una historia propia de un cuento. Como muchas veces estas voces son etéreas, el efecto 3D logrado es muy bueno, para que parezca que nos hablan de todas direcciones a la vez, y no de una en particular. La música también es genial, siendo los efectos sonoros los que menos destacan, ya que a veces no habrá sonido al tirar un objeto o cosas por el estilo.
Conclusión
Los chicos de Innerspace VR vuelven a demostrar su enorme talento con Maskmaker, ya que estamos ante otra aventura de corte narrativo que nos ofrece una experiencia que solo podemos vivir en la Realidad Virtual. Esa sensación inicial de descubrimiento de un nuevo mundo al ponernos una máscara por primera vez, junto con lo increíble que resulta el viaje instantáneo entre el taller y este mágico mundo, son dos bazas muy importantes que nos sorprenderán desde el principio hasta el final.
Al sumarle un argumento muy atractivo, un apartado artístico fantástico y unas mecánicas sencillas pero que garantizan que nunca nos atasquemos, tenemos una aventura que nos va a atrapar. Porque sí, ir construyendo más máscaras y descubrir más del argumento engancha lo que no está escrito.
Es una pena, por tanto, que Maskmaker nos llegue completamente en inglés, ya que el idioma es una barrera importante para muchos usuarios, y que les impedirá disfrutar al máximo de una obra como esta. También se queda la sensación en el cuerpo de que se podrían haber hecho puzzles más interesantes con esta idea de controlar diferentes NPCs por medio de las máscaras.
Pero, pese a estas pegas, Maskmaker ha supuesto un viaje mágico irrepetible, y que recomiendo a todos los usuarios de la Realidad Virtual. Tras A Fisherman’s Tale no esperaba que me pudieran sorprender tanto otra vez, pero lo han conseguido. Innerspace VR está en racha, así que esperemos que la próxima máscara que se ponga el estudio les permita crear otro viaje tan espectacular como este.
Nos consolamos con:
- Una historia muy bien contada que logra enganchar
- Artísticamente fantástico. Tanto el mundo como las máscaras entran por los ojos
- La mecánica principal de crear máscaras y poseer NPCs logra enganchar mucho
- Gran ritmo que nos permite descubrir algo nuevo a cada momento
Nos desconsolamos con:
- Completamente en inglés. Una pena, dada la importancia de la narrativa
- Aunque podría haber puesto en riesgo el ritmo de la aventura, la posesión de varios personajes pedía a gritos puzzles más complejos
- Las interacciones con los objetos no es la mejor que hay en la VR, ni de lejos
- Se puede hacer un pelín corto y no hay motivos para rejugar la aventura desde el principio
Análisis realizado gracias a un código de Steam proporcionado por Best Vision PR.
Ficha
- Desarrollo: Innerspace VR
- Distribución: MWM Interactive
- Lanzamiento: 20/04/2021
- Dispositivo VR usado: Oculus Rift S
- Idioma: Textos y Voces en Inglés
- Precio: 19,99 €
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