Hasta ahora, el mejorado Kinect de la Xbox One no ha sido más que un trasto decorativo bajo de mi televisión. Algo con lo que he hablado alguna vez, pero más bien nos hemos entendido poco. El polvo acumulado en los últimos meses ha desaparecido de golpe con la llegada de Kinect Sports Rivals, la entrega next-gen de esta icónica saga de Rare.
Kinect Sports Rivals enfrenta a nuestros alter ego virtuales por la dominación deportiva global, más parecidos a nosotros que nunca gracias a Kinect y el modo de creación de un Campeón mediante reconocimiento de nuestras facciones. Podemos intentar vencer a nuestros Rivales en las siguientes disciplinas: carrera de estelas (motos de agua), bolos, tiro, fútbol, tenis y escalada. Algunos de estos sorprenden de buenas a primeras, ¡quien podría imaginar que me pasaría la semana haciendo escalada en el salón de casa! Y este ha resultado ser uno de mis deportes favoritos.
Nuestro primer objetivo en el juego es la creación de nuestro Campeón, donde seguimos una serie de instrucciones mientras vemos una serie de cubos revolotear en la pantalla mientras se construye el personaje. En cierto momento, nos pide que acerquemos la cara al sensor de Kinect, donde podemos hasta gesticular sutilmente y ver el cambio en nuestra cara virtual en la pantalla. Es, sencillamente, brutal y el ansiado resultado la verdad es que sí que se parece a mi, o al menos tiene un aire a mi. Lo mejor es que sustituye «lo gordo» por «lo cachas», por lo que mi Campeón es un tipo bien forzudo. Y la campeona de mi mujer está muy buena. Es lo que tiene Kinect en un juego de deporte -y la realidad, cariño, por supuesto. Eso sí, a medida que veamos a más personajes veremos como se van repitiendo los mismos patrones una y otra vez, hasta el punto que algunos rivales y tu Campeón se parecen mucho también.
Lamentablemente no os puedo demostrar mi resultado, pero así se creó el campeón de nuestro colega Luis Miguel el día de la presentación del juego. Es reconocible, ¿no? Kinect hasta detecta que llevas gafas.
En un juego de deportes no podrían faltar los tonos condescendientes, y no hay nada que tenga más aires de superioridad que nuestro entrenador virtual, Coach, y su aspecto de teniente militar. Coach nos introducirá cada deporte y cómo debemos actuar de cara a alcanzar la primera posición. Mientras habla, una mujer virtual representará los gestos en la pantalla, algo que permite hacerse una muy buena idea de qué hacer. Además, existe una especie de historia donde tres equipos -Águila, Víbora y Lobo- intentan convencerte para que te unas a ellos. Básicamente, un hombre y mujer de cada equipo realizan una escena -un tanto tópica la mayor parte de las veces- ante determinados eventos.
Kinect Sports Rivals tiene un equilibrado conjunto de deportes, cada uno de ellos con carácter distintivo en cuanto a movimientos y habilidades necesarias.
La carrera de estelas -extraña forma de referirse a las carreras de motos acuáticas-, es algo que ya hemos podido disfrutar a modo de aperitivo gratis desde el lanzamiento de la Xbox One. Sorprende especialmente la primera vez cuando vemos que Kinect es capaz de detectar nuestro puño cerrado a modo de acelerador. Realmente se conduce la moto acuática usando un manillar imaginario enfrente de nosotros. El resultado es realmente gratificante, con gran sensación de control, especialmente en los giros pronunciados o en zonas de mayor oleaje. Debemos pasar por debajo de aros en una carrera con ocho jugadores. Hay rampas donde podemos hacer piruetas, como una voltereta sin manos, para conseguir aceleración adicional. O podemos morir al chocar contra una mina o caer boca abajo tras un salto. Aunque tengamos más vidas que un gato, la muerte cuesta tiempo.
En la escalada nos veremos escalando barcos colgados de grúas o las paredes más imposibles. Kinect Sports Rivals se centra en una isla imaginaria con multitud de lugares elevados donde se acontecen la mayoría de deportes, excepto los acuáticos, claro. Básicamente, debemos ir estirando los brazos como si realmente nos cogiéramos a los agarres de la pared y nos fuera la vida en ello. Y es que si se agota el personaje, podemos caer al vacío perdiendo unos segundos preciosos. Aunque hay una ruta generalmente más fácil, hay muchas posibilidades de rutas alternativas que requieren un control más avanzado. A parte de agarrarnos, podemos saltar para poder cubrir más espacio, aunque si abusamos de ello el Campeón se cansará demasiado. Como otros tres jugadores se enfrentan en esta carrera vertical, siempre podemos agarrar a uno de ellos por el talón y desearles un buen viaje hacia abajo.
El tiro es con pistola, algo que sorprende inicialmente porque con tanto Kinect y tal se podría haber simulado el típico arco que está tan de moda últimamente. Sin embargo, este no es un juego de habilidad cargando una flecha sino de destreza visual y señalar con la pistola virtual -vamos, nuestro dedo índice- a dianas que se mueven entre los dos rivales. Un cursos en pantalla indica hacia donde estamos apuntando y con señalar el objetivo basta. La dificultad radica en el hecho en que las dianas se mueven muy rápido, existen juegos en que debemos seguir una secuencia determinada y hay dianas marcadas con una calavera que debemos evitar a toda costa. Entre ambos rivales existe una pared virtual que impide el tiro directo contra nuestro contrincante. Pero podemos acumular energía y disparar a un artefacto del centro que envía un rayo al otro jugador. Si el rayo viene a nosotros, más vale que nos desplacemos para evitarlo a riesgo de perder puntos, algo que hace puede hacer perder la concentración (de eso se trata).
El fútbol es uno de los deportes que vuelve a hacer acto de presencia desde el Kinect Sports original, aunque la forma de jugar ha cambiado ligeramente. Como campeones, atacamos o defendemos por turnos. Durante el ataque, podemos escoger a que jugador enviar la pelota simplemente chutando en esa dirección. Los defensas contrincantes se mueven automáticamente siguiendo patrones determinados. Si alcanzamos nuestro delantero, tenemos la ocasión de chutar o darle un cabezazo a la bola para intentar marcar. Cuanto mayor sea la sincronización, mejor será la trayectoria final. Como porteros, tenemos la oportunidad de intentar parar la bola incluso lanzándonos de cabeza, si nos atrevemos. En determinadas ocasiones, como porteros podemos darle un puñetazo a la pelota y enviarla directamente a nuestro delantero.
Así como el fútbol, los bolos repiten. Este es probablemente el deporte más accesible de Kinect Sports Rivals. Básicamente, escogemos nuestra posición y lanzamos la bola, intentando tirar el mayor número de bolos. Aspectos como darle más velocidad o efecto mejoran nuestra fama final.
Finalmente, el tenis es también un clásico de los juegos de deportes virtuales, y conseguirá que ventilemos a los que nos rodean con nuestros exagerados aspavientos. Lanzamos la pelota al aire para el saque y luego debemos golpear con la raqueta del derecho o del revés según corresponda, pudiendo hacer dejadas y voleas según corresponda. Es con este deporte que, a veces, la sensibilidad del Kinect parece un tanto extraña. Más bien, el juego es bastante generoso en interpretar nuestro movimiento y aunque nos avancemos al raquetazo, el campeón actuará en el momento adecuado, algo que parece que haya un retraso entre nuestra acción y la del personaje virtual. Esto a veces hace que se suspenda la incredulidad, cosa que también sucede con el fútbol, pero no especialmente con los otros deportes donde no hay problema con que nuestra reacción coincida con la del campeón.
A medida que ganamos puntos de experiencia con cada uno de los deportes, tenemos la oportunidad de mejorar nuestro campeón con diversos power-ups. Desde la posibilidad de dejar minas en las carreras acuáticas, pistolas que se atascan, poderosas pelotas de fútbol, hasta poderosos saltos y ondas expansivas en la escalada. Cada deporte presenta tres tipos diferentes de power-up, y varios grados de mejora para cada uno de ellos. Todo esto se va desbloqueando a medida que vamos subiendo de nivel. Obviamente, a medida que vayamos superando eventos, la dificultad de nuestros contrincantes irá aumentando. Así como al principio, se puede ganar fácilmente sin ayuda de power-ups, más adelante es necesario tener el adecuado para conseguir quedar los primeros.
Kinect Sports Rivals es claramente un juego para todos los públicos. Un título que he jugado tanto con mi padre como con mi hijo, de tan solo cuatro años, y en ambas ocasiones hemos pasado un gran rato. Ver a mi hijo realizar un baile imitado por un jugador virtual mucho más grande que él en pantalla justo antes de lanzar un bolo por encima del hombro no tiene desperdicio, especialmente cuando lo hace por primera vez y además consigue un pleno. Eso sí, que mi padre con sus achaques de lumbago me supere al tenis es más bien deprimente. En todo caso, esto es algo que habla de la flexibilidad y posibilidades en cuanto a la forma de jugar. Este título es un protagonista de las reuniones sociales, con el potencial de hacer reír a todos los presentes desde el sofá, mientras el jugador de turno hace demostración -o no- de sus cualidades deportivas. Esto lo convierte en la posibilidad de ser un vende-consolas, ya que la impresión de los asistentes siempre ha sido buena. O eso creo, si es que hago caso de los lloros de los hijos de mi amigo al tenerse que ir de casa -y yo creo que mi amigo lloraba por dentro. Pero no los invitaré más, que me ganan.
Así como la longevidad del modo de un jugador pueda ser más limitada, el juego brilla especialmente cuando competimos con otras personas en la misma sala. La competición simultánea por internet no es posible, lo que los mejores encuentros suceden en compañía. No hay nada que despierte más el espíritu competitivo que vencer a la persona que tienes a tu lado haciendo los gestos más esperpénticos y, por supuesto, insultarse directamente.
Pero, en Kinect Sports Rivals, también hay mucho espacio para jugar individualmente y competir a la vez contra nuestros amigos a distancia, aunque sea de forma asíncrona. Nuestros rivales siempre están basados en como reaccionan otros jugadores reales. Los campeones reflejan a sus amos aunque no estemos conectados en ese momento. Además, podemos decidir enfrentarnos directamente con alguno de nuestros contactos. Por ejemplo, en las carreras acuáticas competiremos por el mejor tiempo. Tenemos una oportunidad para retar a un contrincante, y luego dicho contrincante competirá en el mismo circuito en otro momento. El que consiga el mejor tiempo ganará el encuentro.
Y por supuesto, también está la posibilidad de participar en eventos globales. Gracias al Kinect Sports Rivals Hub, que es una red paralela al juego con eventos, retos y noticias. Cada mes se crearán nuevas campañas, algo que nos permitirá seguir ganando fans y subiendo de nivel en las seis ligas del juego.
Tras cada evento, ganamos dinero virtual que podemos gastar en nuevos power-ups o mejoras cosméticas -trajes para nuestro personaje. Mejorando en las ligas y con los puntos de experiencia iremos desbloqueando novedades y power-ups más potentes.
Este es también el primer juego en el que he conseguido moverme por todos los menús sin tocar el mando de Xbox One. Por un lado, podemos usar la mano como cursor, apretando los botones con nuestra palma o desplazándonos por la isla cerrando el puño y arrastrando la pantalla. Funciona realmente bien, aunque en ocasiones los botones no reaccionan cuando los aprietas. También está la posibilidad de usar comandos de voz en los menús, algo no recomendable cuando los demás habitantes de la casa duermen. Aunque la voz es la forma más eficiente de activar los power-ups cuando estamos compitiendo con manos y pies ocupados. Eso sí, gritar «Super raqueta» a las dos de la madrugada es algo antinatural. A no ser que seamos super tenistas, claro.
Conclusión
Kinect Sports Rivals es un excelente título y la mejor demostración hasta la fecha de lo que el nuevo Kinect es capaz de realizar. La combinación del sensor con el aspecto next-gen es algo único. Con una buena selección de deportes y un montón de eventos, nos mantendrá ocupados un buen rato. Aunque la verdadera longevidad llega cuando lo jugamos en compañía directa de nuestros rivales, algo que convierten a este juego en un verdadero vende-consolas y en la mejor excusa para levantarse del sofá.
Nos consolamos con:
- Nuestro campeón.
- Selección de deportes variada.
- El mejor juego para jugar en compañía.
Nos desconsolamos con:
- Nos hace creer que somos más buenos de lo que realmente somos.
- Algún botón no se aprieta cuando es pulsado virtualmente.
- Suspensión de la incredulidad en algún deporte por retraso en el movimiento.
Ficha
- Desarrollo: Rare Ltd
- Distribución: Microsoft Studios (en exclusiva para Xbox One)
- Lanzamiento: 11/04/2014
- Idioma: Español
- Precio: 59,95 €
En.amazon esta muy buen de precio.