El año pasado tuvimos dos primeras partes para Oculus Quest muy llamativas, y casi de seguido, hemos recibido sus continuaciones. Ya pudimos disfrutar de Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge, pero ahora es el turno de Jurassic World: Aftermath. La obra de Coatsink dejaba con buenas sensaciones en su primera mitad, pero ciertamente había varios problemas que se podrían solucionar expandiendo las mecánicas ya existentes.
Tras unos 9 meses de espera, es el momento de volver a Isla Nublar, para cerrar así esta historia que se sitúa entre las dos primeras películas de Jurassic World. Los raptores ya nos las hicieron pasar canutas, pero ahora es el momento de toparnos con los demás dinosaurios que pueblan la isla. ¿Seremos merienda para los habitantes actuales del parque, o lograremos salir con vida?
Aprovechando mejor la licencia
Podemos acceder a esta segunda mitad desde el menú principal, al tener ranuras de guardado independientes para ambas secciones. Esto es un acierto, ya que si borramos en estos 9 meses Jurassic World: Aftermath, no tendremos que repetir el inicio para llegar al nuevo contenido. Para ponernos en situación, veremos un resumen rápido de lo vivido con anterioridad, que se resume en que hemos viajado a Isla Nublar para recuperar la investigación de una científica que iba con nosotros, y que ahora está herida. Al final descubrimos que todo se basa en obtener el ADN de Blue para el villano de la segunda película de las actuales.
Esta segunda parte arranca justo donde terminó el original, por lo que estamos atrapados en una sala de seguridad mientras los raptores esperan que salgamos para dejarnos en los huesos. A partir de ahí, tendremos que completar nuestra misión de recuperar el ADN de Blue para que nos vengan a recoger en helicóptero y así salir de este infierno. La trama como tal de Jurassic World: Aftermath sigue siendo muy sencilla, además de ser totalmente irrelevante para la franquicia.
La ventaja es que esta segunda parte emplea mejor la licencia, no sólo para ofrecer momentos que parecen sacados de la película original, sino por aprovechar su universo para desarrollar a Mia. Escucharemos a Jeff Goldblum como Ian Malcom en algunos logs, para dar un arco satisfactorio para este nuevo personaje creado para el juego. ¿El problema principal? Que no deja de ser una voz en nuestro oído, puesto que no la veremos en persona en ningún momento. Eso habría ayudado a darle más impacto a su trama, y sobre todo, que nos encariñáramos de ella. Por ejemplo, en Jurassic World: Campamento Cretácico no estamos viendo nada que vaya a modificar la franquicia, pero vaya si han logrado que queramos ver cómo sobreviven estos campistas a lo largo de sus temporadas. Si hubieran logrado esa mitad de empatía con Mia, el argumento habría sido más exitoso. Al menos, ya contamos con subtítulos en nuestro idioma, para que así todos puedan disfrutar de la trama sin perderse ni un detalle.
El juego del escondite prehistórico
En cuanto a mecánicas, la segunda parte de Jurassic World: Aftermath nos ofrece el típico «más y mejor». Así que, el sigilo con los raptores seguirá siendo lo que más hagamos en el juego. Por suerte, desde Coatsink logran ofrecer una mayor variedad de situaciones, algo que notaremos desde el primer momento.
Ya no solo se trata de ir del punto A al punto B, sino que ahora habrá más puzzles entre medias para que estemos atentos a más de un elemento además del letal depredador que nos quiere dar caza. Por ejemplo, en una parte tendremos que seguir una línea de cables para devolver la energía a la salida, mientras que en otra deberemos evitar a los compis (los mini-dinos que son monos pero molestos y letales en manada) para que alerten a los raptores cerca. Eso por no mencionar secciones donde seguir una señal con el radar de nuestra mano, por lo que al final, se combinan el sigilo, la exploración y la resolución de pequeños rompecabezas para ofrecer algunos encuentros memorables.
La última parte de Jurassic World: Aftermath, por ejemplo, es tan intensa como lo podría ser Alien: Isolation en sus mejores secciones. Porque sí, estamos ante un juego que nos va a quitar años de vida de la tensión constante que vamos a sentir mientras nos escabullimos de los raptores.
¡Mira, un T-Rex!
Al ser la conclusión de la historia, esta vez Jurassic World: Aftermath ofrece momentos más explosivos, y sobre todo, más dinosaurios. No quiero entrar en spoilers para que la sorpresa que os llevéis sea la máxima posible, pero como se puede ver en el tráiler, nos toparemos con el T-Rex frente a frente. Su sección es fantástica, intensa y muy, muy espectacular, además de aportar más variedad.
También nos toparemos con otros dinosaurios con sus propias mecánicas. No todas estas secuencias funcionan igual de bien, con un dinosaurio en concreto que se basa por completo en el ensayo y error que en nuestra habilidad por leer el entorno, ni ofreciendo demasiada intensidad. ¿Son cambios radicales de las mecánicas? No necesariamente, pero al ir combinando la exploración de entornos que nos harán sonreír como unos críos si somos fans de la franquicia con las partes de los raptores más «típicas», se logra un mejor ritmo y una mayor variedad.
Con esto, tenemos unas 3-4 horas de aventura donde la tensión se podría cortar con las garras de un dinosaurio. Al sumarlo a las horas de la primera parte, tenemos un juego de 7-8 horas, lo cual no está nada mal para lo que estamos acostumbrados en la VR.
Una interacción muy limitada
Donde sí podrían haber metido más mejoras en esta segunda parte de Jurassic World: Aftermath es en la interacción con el entorno. Todos los niveles que visitemos, que logran ser bastante variados, son realmente estáticos. No podremos agarrar nada que no sea relevante para avanzar en el juego, y aunque está bien la introducción de nuevos minijuegos para los hackeos (como un bloque de unir parejas), siguen siendo interacciones muy, muy localizadas.
Es una pena, porque el juego ofrece unos escenarios tan buenos, que nos darán ganas de agarrar estatuillas de dinosaurios y otros elementos más para investigarlos con más calma. Incluso se podría haber aprovechado para crear distracciones diferentes que las causadas con los megáfonos repartidos por las habitaciones, haciendo todo más físico.
Aprovechando al máximo la potencia de Oculus Quest
Donde Jurassic World: Aftermath sigue dando el do de pecho es en su apartado técnico. El arte cel-shading funciona de maravilla, con unos escenarios muy llamativos y llenos de detalles, que logran ser variados a medida que exploramos más secciones del parque. Los dinosaurios siguen siendo las verdaderas estrellas, con unas animaciones y un nivel de detalle incluso superior, ya que podremos ver a nuevos dinosaurios muy, muy de cerca.
Elementos como las garras del raptor moviéndose cuando está el raptor cerca de nosotros y lo vemos desde nuestro escondite logrará ponernos los pelos de punta. Los momentos más de acción son bastante buenos, además de ofrecer una iluminación estupenda. El uso de los colores para mostrarnos los diferentes estados (escondidos o alerta) funciona de maravilla, para que rápidamente tengamos toda la información necesaria para intentar sobrevivir.
El sonido también es excelente, ofreciendo un buen audio 3D esencial para detectar a las criaturas. El uso de canciones de las películas, y los momentos donde se usan, es genial, poniéndonos los pelos de punta como cuando se abrieron por primera vez las puertas del parque. Los actores de doblaje, en especial Mia, son geniales, para vendernos al máximo las situaciones, pese a que no dejen de ser «simples» voces.
Conclusión
La primera parte ya era prometedora, y Jurassic World: Aftermath – Parte 2 logra ofrecernos más de lo que funcionaba en la primera parte, con ciertas mejoras para disfrutar de una experiencia mejor. No llega a ser una mejora sustancial ni a renovar por completo las sensaciones que deja el título, pero sí las termina por rematar.
Estamos ante uno de los juegos más intensos que podemos probar actualmente. La sensación de estar cazados por los raptores y otros dinosaurios nos hará perder años de vida de la emoción que vamos a sentir, resoplando con cada nuevo encuentro superado al escapar al fin de las garras de estos animales prehistóricos.
Es cierto que podría ofrecer una trama mejor, o al menos, más personal. Eso por no mencionar la poca interacción que hay con los escenarios, o secuencias que no llegan a funcionar tan bien como otras. Pero, si os gusta el género, y sobre todo, la franquicia, Jurassic World: Aftermath es, ahora que está completo, un título realmente recomendable dentro del creciente catálogo de Oculus Quest.
Nos consolamos con:
- Situaciones todavía más intensas que las de la primera parte
- Las nuevas secciones con otros dinosaurios diferentes de los raptores
- Técnicamente es sensacional. De los juegos más vistosos de Oculus Quest
- Bastante completo si tenemos en cuenta las dos partes combinadas
Nos desconsolamos con:
- Aunque la historia es mejor, sigue siendo muy impersonal al no ver a ningún humano en todo el juego
- Se echa en falta una mayor interacción con los entornos
- Los raptores siguen estando demasiado presentes. Menos secuencias para tener más variedad total habría ayudado al ritmo general
- Cierta sección termina por ser un poco más frustrante de lo necesario
Análisis realizado gracias a un código proporcionado por Plan of Attack.
Ficha
- Desarrollo: Coatsink
- Distribución: Coatsink/Oculus Studios
- Lanzamiento: 30/09/2021
- Idioma: Textos en Castellano y Voces en Inglés
- Precio: DLC: 9,99 € - Juego base: 24,99 €
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