Cuando se anunció Gears Tactics, muchos arquearon una ceja debido al cambio de la jugabilidad de la saga, pero yo me enamoré. La decepción llegó cuando sólo se confirmó su lanzamiento en PC. Hace un tiempo, eso cambió, aunque con matices: su lanzamiento llegaría primero a compatibles y, un tiempo después, haría lo propio con las consolas de la família Xbox. Y así fue: tras su paso en abril de este mismo año por los PCs, llegó en noviembre a consolas, y tras haberlo completado vamos a hablar un poquito de él.
Como comentaba, estamos ante un Gears of War un tanto peculiar: para el que no lo sepa, aquí dejamos la acción cámara en hombro que caracteriza la saga para alejar la cámara y ofrecer un título de estrategia por turnos a lo XCOM. No es el primer juego, ni el último, que imita esta fórmula, aunque aquí encontramos ciertos matices.
Para los que no conozcan el género, decir que estamos ante unos juegos con combates en casillas y por turnos, en las que comandamos a los personajes y mediante menús y tasas de acierto, se calcula (y representa) lo que sucede mientras duren sus acciones y, una vez terminadas, pasamos al turno enemigo en el que será él el que controle sus unidades. Por tanto, es un género más bien pausado, muy estratégico y con peculiaridades que todos los fans hemos sufrido alguna vez, como por ejemplo la cantidad absurda de disparos que se pueden llegar a fallar con una tasa de acierto del 90%.
En Gears Tactics eso se hace con mucha gracia, la verdad. Empezando por el hecho de que se elimina virtualmente la cuadrícula, dando cierta opción de libertad. Ojo, no se elimina del todo, pues nuestros personajes tienen radios de acción delimitados, pero sí que hay cierta libertad para emplazar nuestros personajes. Se mantienen, eso sí, las coberturas en dos grados (“media” cobertura y cobertura completa, otorgando bonus de defensa y evasión distintos), incluyendo algunas destructibles.
Por otro lado, se adapta muy bien la jugabilidad de la saga, trasladando armas (con sus particularidades) y enemigos, así como ciertas mecánicas, de un modo muy orgánico. Por ejemplo, en varios niveles nos encontraremos con los clásicos agujeros de emergencia que deberemos cerrar lanzando una granada a su interior, el clásico uso de coberturas (algo típico en el género, pero que aquí cobra más sentido aún pues la saga Gears of War supuso un refinamiento del sistema de coberturas en los shooters en tercera persona), las ejecuciones (que aquí nos bonificarán con puntos de acción extra), el uso de la motosierra del Lancer o la bayoneta del Lancer Retro, o el hecho que si nos acercamos demasiado a un infame acabaremos recibiendo daño físico y nos interrumpirá nuestra acción, por citar algunos.
También hay que tener en cuenta la clase de cada personaje, pues ello determinará el armamento que porta (un arma principal única, pistola y granadas o estimulantes de recuperación) y determinará las habilidades que pueda desarrollar (mediante un árbol de habilidades con 4 ramas diferenciadas en cada una de las clases). Por tanto, no será lo mismo tener en nuestro equipo un francotirador o un personaje pesado, por citar un par. Como comentaba, cada clase tiene unas opciones de armamento y de habilidades a su disposición:
- La clase de apoyo utiliza el Lancer y puede desarrollar habilidades de apoyo y curación.
- La clase vanguardia lleva el Lancer Retro y sus habilidades son defensivas y de distracción, por lo que son perfectos para llevar de avanzada.
- La clase pesada lleva una ametralladora Mulcher y sus habilidades son devastadoras contra grupos de enemigos.
- Los exploradores usan la escopeta Gnasher y tienen habilidades de camuflaje con las que llevarlos a posiciones ventajosas.
- La clase francotiradores utilizan un rifle de francotirador y sus habilidades se centran en mejoras del propio personaje y obtención de puntos de habilidad extra.
La gracia del asunto es que en las misiones, siempre y cuando no se nos asignen las unidades automáticamente, deberemos crear un escuadrón de hasta 4 soldados (algo que viene delimitado por la propia misión, además) con los que hacer frente a los enemigos. Con el lanzamiento de la versión de consolas, por cierto, se ha incluido (también en PC) la opción de jugar a la campaña “Jackeada”, que incluye al robot Jack siempre con nosotros (sus habilidades son de apoyo totalmente) e introduce algunos enemigos nuevos a la campaña para hacerla algo más desafiante.
Y hablando de la campaña, decir que estamos frente a un juego muy largo, con una duración que fácilmente puede duplicar a la de sus hermanos, pese a parecer más corto. Sus misiones, repartidas en 3 actos, nos llevarán por distintos escenarios cumpliendo varios objetivos, siendo los más habituales los de salvar a soldados en peligro, destruir depósitos de imulsión o proteger un punto del mapa concreto para obtener unos recursos. La verdad es que no es especialmente original, y ese es quizás uno de los aspectos en los que más flojea el título: la repetición.
Si bien es cierto que cualquier juego puede caer en la monotonía antes o después, en el caso de Gears Tactics estamos ante un título que peca de repetitivo. Y no es porque la fórmula no funcione, pues es muy divertido de jugar, sino por decisiones un tanto… cuestionables. El juego, como ya he comentado, consta de 3 actos en los que se desarrolla una trama. El problema viene cuando en mitad de estos actos empiezan a añadir misiones secundarias de carácter semiobligatorio (hay que hacer una cantidad determinada para avanzar, pudiendo elegir cuáles haremos de la lista) y, a medida que avanzamos, nos piden más y más. Y no sólo eso, sino que estas misiones secundarias resultan muy genéricas y repetitivas, repitiendo escenarios y objetivos de misiones principales.
Las misiones principales, por contra, si resultan más entretenidas y complejas, permitiendo niveles que se desarrollan en diferentes fases (llegar a un punto concreto, accionar una puerta, acabar con los enemigos y huir de la zona, por ejemplo). Nada especialmente innovador, pero resultón y cumplidor en general. Una cosa que me ha gustado, es que al final de cada acto hay una misión que consiste en la lucha contra un boss, habiendo viejos conocidos de la saga. Estos combates funcionan un poco a modo de puzzle, pues tienen mecánicas algo distintas a las misiones normales. Eso sí, personalmente esperaba algo más de algún combate, pues algunos de ellos son más bien sencillos y su dificultad radica en los patrones de ataque enemigos, un tanto injustos por momentos. Y es que si bien el juego (en la dificultad por defecto) no es especialmente complicado, en estos combates contra jefes finales presenta picos de dificultad exagerados.
Y sobre la trama, sin entrar en muchos spoilers, decir que estamos ante una precuela primer Gears of War (aunque posterior a los hechos narrados en Gears of War Judgement), nos pone en la piel de Gabe Diaz, un mecánico de la CGO que acabará envuelto en una misión para acabar con Ukkon, un líder Locust. Conforme avancemos en la trama, iremos conociendo nuevos personajes principales (y genéricos) que se unirán a nuestro pelotón, siendo algunos de ellos personajes que tendrán ciertas implicaciones en otros títulos de la saga. Obviamente no es algo súper profundo ni original, pero sí que resulta entretenido y tiene algún girito que puede llegar a sorprendernos.
Y ahora hacía mención a los miembros del pelotón, así que aprovecharé para comentar un par de cosillas que antes no he dicho. La primera de ellas es que, a medida que completamos misiones, podemos incorporar nuevas unidades en el pelotón (que, poco a poco, irá permitiendo más unidades en reserva) con las que hacer frente a las diferentes misiones del juego. La segunda es que a medida que completamos misiones (incluyendo sus objetivos secundarios) y encontramos cajas repartidas por los mapas, iremos desbloqueando piezas de armas y armaduras con las que personalizar nuestros personajes y sus capacidades y habilidades (algunos nos desbloquea habilidades, otros modifican la capacidad de los cargadores, la tasa de crítico, el daño base…), e incluso podremos modificar su apariencia (en los personajes principales sólo colores de armadura y ropa, mientras que en los soldados genéricos tenemos una personalización más completa). Y, aunque no haya gestión de recursos ni modificación de una base, este aspecto de personalización de personajes permite hacer la experiencia algo más propia y personal.
Para ir terminando, comentar que a nivel gráfico es un puro espectáculo, con una presentación cuidadísima: personajes muy bien realizados y animados, escenarios muy atractivos a nivel visual, efectos cuidados… Vaya, nada que envidiar a sus hermanos mayores. A nivel sonoro también es un título muy sólido, con un doblaje al español muy cuidado, unos efectos de sonido ya clásicos de la saga y una música muy en la línea de lo que conocemos, con composiciones orquestales bastante épicas que acompañan la acción, aunque personalmente creo que tienen algo menos de fuerza y no son tan memorables como las de los títulos originales.
Conclusión
¿Es Gears Tactics un mal juego? No, para nada. De hecho creo que es un título con unos valores de producción excelentes y que nos puede divertir durante muchas horas. Por desgracia, unas decisiones de diseño algo cuestionables empañan un producto que podría haber sido excelente. Yo sólo espero que cojan la base, que funciona perfectamente, y nos entreguen una segunda entrega más acotada.
Nos consolamos con:
- Gráficamente, una pasada
- Mantiene toda la esencia Gears of War pese al cambio de perspectiva y género
- Divertidísimo y muy dinámico
- Un juego muy completo y largo…
Nos desconsolamos con:
- … aunque abusa de unas misiones secundarias que acaban siendo obligatorias, lo cual lo hace caer en la monotonía
- Picos de dificultad desajustados en las batallas contra jefes
Análisis realizado gracias a la suscripción a Game Pass
Ficha
- Desarrollo: Splash Damage
- Distribución: Microsoft Studios
- Lanzamiento: 10/11/2020
- Idioma: Totalmente en español
- Precio: 69,99€
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