Gracias a Sidequest, muchos desarrolladores independientes sin muchos recursos empezaron a mostrar sus ideas, que si bien estaban bastante verdes, mostraban bastante potencial. Una de ellas era la de Sutur, equipo formado por una única persona (lo cual siempre se merece todo el respeto y admiración del mundo) que nos trajo Descent Alps. El título partía de una premisa muy sencilla: juntar los juegos musicales (ahí ya me tenía cogido) con el esquí.
Esta combinación tan loca funcionaba mucho mejor de lo esperado, por lo que el título fue uno de los ejemplos de grandes títulos en desarrollo a probar en la tienda independiente para Oculus Quest. Cuando se abrió la iniciativa App Labs, por fin esa demo se podía probar desde la Oculus Store, llegando a todavía más gente. Por fin, la edición completa de Descent Alps llegó a App Labs, con que es la hora de comprobar si descender una montaña al ritmo de la música es tan divertido en el visor como sobre el papel.
Al empezar a jugar, está claro que notaremos ciertos elementos que denotan que estamos ante una propuesta con un presupuesto limitado, al ver una parte de una ciudad con un aspecto bastante cartoon simple, algo que destaca todavía más con el diseño del NPC que veremos. Pero bueno, eso es lo de menos, ya que al final, lo importante es lo divertido e inmersivo que sea un juego, y ahí Descent Alps es donde brilla.
Tras hacer el tutorial inicial, desbloquearemos una serie de pistas en las que jugar, y tras el tutorial avanzado, otras pocas. A medida que vayamos completando niveles, desbloquearemos más, así hasta tenerlos todos accesibles y «solo» tener que preocuparnos por las puntuaciones y los desbloqueables. Es una estructura sencilla pero que funciona a las mil maravillas, al ir dándonos acceso a fases cada vez más complicadas, a medida que dominamos las mecánicas del título.
Como os podréis imaginar, en Descent Alps jugamos en primera persona, y tendremos que simular que estamos esquiando para poder movernos. Así que, al iniciar una pista, tendremos que impulsarnos con los palos, hasta que por fin tenemos la aceleración suficiente para que la gravedad haga su trabajo. Es una forma interesante de iniciar cada fase, para que tengamos un inicio con un contacto físico con el mundo, lo cual agradezco bastante para «calentar» antes de vernos frente a frente con la nieve.
Para movernos lateralmente, tendremos que inclinar nuestro cuerpo casi como si nosotros fuéramos el joystick de un mando imaginario, que imagino, sería similar a lo que habría que hacer si esquiáramos en la vida real. Después, podemos ir girando poco a poco si vamos rotando nuestro cuerpo, por lo que realmente, todo el movimiento en Descent Alps depende de lo que hagamos con nuestro cuerpo.
Esto ya de por sí hace que el juego sea increíblemente inmersivo, ya que si nos agachamos, aceleraremos, mientras que si queremos ir haciendo slalon, tendremos que mover nuestro cuerpo de izquierda a derecha rápidamente, haciendo que sea divertido el simple hecho de movernos mientras descendemos por la montaña.
Pero claro, esa es solo una parte de Descent Alps, teniendo luego parte rítmica. Aquí no es algo tan clave como en Beat Saber o Audica, puesto que la música «solo» determina dónde van apareciendo las puertas que debemos cruzar. Muchas veces incluso veremos a las puertas moverse hasta que ya se quedan fijas para adecuarse al ritmo de la canción, por lo que la música no determina nuestra velocidad, sino el camino que debemos tomar en la pista.
Cuando ya entramos por una, empezaremos a ver una esfera en la siguiente puerta, que marca la ruta óptima, además de aumentar nuestro multiplicador de puntos. Además, al enlazar puertas podrán aparecer anillos que recoger con nuestras manos, y que nos servirán para desbloquear nuevos esquís con diferentes estadísticas.
Cada una de las pistas tiene unos obstáculos, y en función de la música, las puertas irán colocándose en la pista. Si no pasamos por muchas o nos chocamos con varios objetos, tendremos que repetir el nivel, porque habremos «muerto». Es un concepto bastante sencillo, pero que nos obliga a seguir la ruta que nos marca el juego, y a hacerlo con cabeza para no estamparnos contra una roca o árboles.
Y ahí radica el principal problema de Descent Alps en este momento, ya que al no haber rutas prefijadas para cada tema en cada escenario, las puertas se generan de forma aleatoria. Muchas veces se colocan en una posición más complicada de lo necesario, por lo que da la sensación en ocasiones de que tenemos que sacrificar una puerta para no perder el ritmo, y volvernos locos más adelante con las siguientes puertas, de manera que cruzar una puerta sería morir por perder las siguientes.
En otros momentos, directamente aparecerán con mitad de objetos den entorno como piedras y árboles, habiendo un mapa en particular donde este problema es muy evidente. Ya ha dicho Sutur que es algo que planea mejorar en el futuro, pero por ahora, es obviamente un problema.
También choca que la recompensa por completar un nivel de desafío sin la parte rítmica te desbloquea la posibilidad de descender cada pista sin la preocupación de las puertas, que podría ser perfectamente el modo «práctica» para familiarizarnos con el entorno, o sencillamente para relajarnos con las geniales mecánicas de movimiento. De nuevo, es algo que va a cambiar muy pronto en las nuevas actualizaciones de contenido en base al feedback recibido, pero es quizá el mayor problema de la progresión.
Dicho todo esto, cuando Descent Alps funciona, es sencillamente increíble, porque te mueves todo el tiempo, poco a poco te notas más ágil dentro del juego al pillarle el truco a sus mecánicas, y la unión de música con esquí es hasta relajante. El diseño de las pistas es bastante bueno, al ofrecer cada una un estilo visual diferente, además de una estructura en cuanto obstáculos que hará que tengamos unos niveles favoritos. Incluso tenemos un nivel infinito a modo de pista de esquí más lineal (sin tantos obstáculos directos), con un bosque infinito en camino próximamente.
También tenemos un modo más «realista», que es casi un minijuego, para ver lo lejos que podemos llegar en un salto. Es un añadido que no aporta en exceso, pero puede ser un divertimento ocasional entre descensos musicales. Y oye, es otra forma de picarnos en las tablas de puntuación, que es otro aspecto que nos puede hacer volver a los niveles una y otra vez.
A nivel de confort, está claro que el juego no es el más tranquilo del mundo, puesto que nos movemos a una buena velocidad. Sin embargo, como controlamos físicamente el movimiento al desplazar nuestro cuerpo, creo que la sensación de mareo no será un problema para la mayoría de usuarios, por lo que Descent Alps debería poder ser disfrutable por todos.
El estilo artístico escogido por Sutur es un acierto, ya que se esconden las limitaciones obvias de presupuesto, para ofrecer algo que es igualmente vistoso. Sí, el realismo brilla por su ausencia, pero no por ello se pierde la inmersión, que es la clave en Realidad Virtual. Además, el estilo cartoon para una propuesta tan loca como es juntar música con esquí creo que le sienta genial al título, además de hacer que destaque respecto a la competencia.
En cuanto al sonido, la selección de canciones está bastante bien, porque si bien no son temas populares o muy conocidos (ni memorables), sí que ayudan con esa sensación de juntar esquí con la música. Próximamente se añadirán más canciones todavía, por lo que el audio será un área que irá mejorando en el futuro.
Conclusión
Descent Alps es un ejemplo perfecto de cómo hacer un juego pequeño con una buena idea, y que esta funcione. No estamos ante el próximo gran juego de la VR ni nada por el estilo, ni tampoco lo pretende el desarrollador Sutur. Simplemente, estamos ante una idea tan loca como combinar esquí en VR con música, y sencillamente, funciona.
Lo principal que hace que todo vaya como la seda es el movimiento, al obligarnos a mover todo el cuerpo, lo que da una gran sensación de inmersión. Moverse en cada una de las pistas es increíblemente divertido, y al juntarle la música con el atravesar puertas, las sensaciones mejoran todavía más.
Hay cosas por pulir, y que el propio desarrollador ya ha confirmado que va a mejorar en breves, con que algunas pegas de este análisis se quedarán (por suerte) obsoletas. Eso por no mencionar el nuevo contenido que viene en camino, como un modo multijugador o nuevos niveles.
Así que, si os gustan los juegos arcade de tipo esquí, Descent Alps es muy recomendable. No será una revolución en el género, pero teniendo en cuenta su reducido precio, su alta calidad y el ritmo constante de mejoras/nuevo contenido, este es un descenso que no os podéis perder.
Nos consolamos con:
- Estilo artístico que le permite destacar desde el primer momento
- El esquema de control, divertido y mantiene la inmersión en todo momento
- La unión es música y esquí es novedosa, pero lo más importante: funciona
Nos desconsolamos con:
- El algoritmo que coloca las puertas a traspasar no funciona del todo bien
- El modo de descenso libre es una recompensa que es complicada de conseguir, cuando es un modo más bien casual y de relajación
- Aunque la música está bien, no hay nada que se nos vaya a quedar en el cerebro
Análisis realizado gracias a una copia descargada de la Oculus Store.
Ficha
- Desarrollo: Sutur
- Distribución: Things3D
- Lanzamiento: 27/04/2021
- Idioma: Textos en Inglés
- Precio: 9,99 €
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