(SPOILERS obvios) Se acabó, o eso creemos. Ya hemos logrado superar todos los retos que FromSoftware nos ha propuesto con Dark Souls 2 The Lost Crowns y en resumen, la experiencia ha sido frustrante, aflictiva con la propia paciencia en muchos puntos pero muy satisfactoria. Desde que se anunció los tres capítulos que conformarían el primer y único contenido extra del juego, solo hemos hecho que sufrir todo tipo de adversidades, desde la ponzoña hasta la ceguera absoluta por las corrientes nevadas, pasando por hordas multitudinarias y jefes finales duros como nunca habíamos visto antes en la saga. Pero todo esto ya ha pasado, estamos hechos de otra pasta.
A pesar de llegar una semana más tarde de lo previsto, el último episodio titulado Crown of the Ivory King nos ha propuesto un gran viaje, largo y difícil con varios elementos inéditos tanto en el resto de episodios como en la propia saga. Por un lado hemos disfrutado (por decir algo) de una ruta con visibilidad nula donde, por unos instantes, cedía la potente brisa nevada para descubrirnos el camino. Bueno, en realidad divisábamos una vasta extensión de absolutamente nada donde lo único que encontrábamos era corceles helados que nos ponían de vuelta y media. Por otro lado, el propio desarrollo del escenario nos obligaba a rescatar a cuatro soldados de Eleum Loyce, localización donde se desarrolla esta última expansión, para alzarse con la victoria en nuestra gran última misión.
¿Qué ocurrirá a partir de este momento? Pueden pasar dos cosas. La primera es que podamos disfrutar de todo este contenido reunido y empaquetado para consolas de nueva generación. From así lo ha dejado caer, como también ha dejado caer que a principios de 2015 podríamos recibir unos DLC para ampliar aún más la maravillosa experiencia que ha supuesto Dark Souls 2.
Canción de Hielo y Fuego
A lo largo del desarrollo de Dark Souls 2 hemos visto como un elemento se ha mantenido como punto de unión con el primer Dark Souls. Hablamos del alma de Manus, Padre del Abismo y como al ser derrotado por el Choosen Undead, su alma se fragmentó en pequeños pedazos que han ido corrompiendo las almas de otros enemigos presentes en la secuela. El enemigo final del juego, Nashandra, es el claro ejemplo seguido de otros enemigos, como por ejemplo en Crown of the Sunken King, mi querida Elana, la Reina Escuálida; oh Elana…
En Crown of the Ivory King no podría faltar otro fragmento más, esta vez son los miedos de Manus los que se introducen en el cuerpo de una joven Alsanna que reza para calmar el alma del caos, del fuego más vibrante que arde en las profundidades del castillo y que tiene al Rey consumido por su poder. Este es otro punto del juego que tiene conexión directa con Dark Souls, ya que se trata (se debate más bien) de una recreación del alma del Lecho del Caos. Este trozo de alma estaba en posesión del Rey Marfil y con su poder, alzó la impecable fortaleza que se postra ante nuestros ojos nada más activar el portal en el Santuario del Invierno.
Como era de esperar, el poder de un alma de estas características empieza a corromper el alma del Rey y es él mismo quien decide encerrarse con la ayuda de Alsanna para salvar a su pueblo. La joven sella el poder desatado del caos en una dimensión espacio tiempo, crea una ventrisca helada que consume a todo Eleum Loyce y libera a la mascota del Rey como protector y guardián de La Gran Catedral. Derrotarla servirá como prueba de nuestra capacidad para acabar con Rey y disipar el Caos. Este DLC nos obliga. por lo tanto, a derrotar al guardián y levantar la ventrisca que sucumbe a la fortaleza en el frío más extremo. Pero eso no es lo único que tendremos que hacer en este último episodio de Dark Souls 2.
Salvad al soldado Loyce
Cuando llegamos a Eleum Loyce, Alsanna nos avisa que este no es lugar para buscar absolutamente nada. Ante nosotros se levanta un poderoso e impactante castillo que nos traerá los mejores recuerdos de Boletaria en Demon’s Souls. Nada más cruzar la puerta principal y retar las jóvenes palabras de advertencia, nos encontramos con la primera bifurcación de caminos. A la izquierda, una puerta de niebla y un enorme pasillo; al final del pasillo, la muerte. Hemos caído una vez más pero esta vez no hemos visto a nuestro ejecutor, solo hemos visualizado un nombre: Aava, la Mascota del Rey. Toca cambiar de estrategia.
En el camino de la derecha encontramos la ruta obligada de este DLC. Nada más comenzar nos toparemos con varias amenazas. Por un lado encontramos a los mismos soldados “rasos” que vimos en Crown of the Sunken King, esta vez cubiertos de hielo y con un poder especial para lanzar proyectiles. También nos topamos perros congelados, soldados con un enorme caparazón de hielo que les protege del backstab y otros soldados más acorazados y potentes que nos podrán las cosas algo más difíciles.
Durante nuestro viaje volveremos a disfrutar de escenarios y rutas interconectadas que se desbloquearán entre sí a medida que avancemos en la ruta base, además, nos toparemos con un montón de caminos bloqueados por el hielo, gigantes columnas de macizo hielo y cofres helados que será imposibles de abrir… ¡Ah! Y también nos recrearemos matando a una serie de encapuchados que no reaccionan a nuestros ataques. ¿Por qué no atacan? La respuesta más adelante.
El verdadero objetivo de este DLC es rescatar a cuatro soldados de Loyce que aguardan destruir el Caos y liberar al Rey de Marfíl de. Notaremos que a medida que nos vayamos acercando a la prisión de un soldado, el camino se encrudece más, aparece un Black Phantom para hacernos la vida imposible o empezamos a notar que los soldados se multiplican exponencial e inversamente con la extensión de los escenarios. Una vez liberado el soldado, éste desaparecerá y no sabremos de ellos hasta el final de nuestra aventura.
No veo un pijo, a mi me falta algo
Por un lado, hemos comprobado que hay un jefe final invisible, Aava y por otro, que hay cierto tipo de soldados también invisibles a nuestros ojos. Nos falta el objeto clave de este Crown of the Ivory King, el Ojo de la Sacerdotisa que nos permitirá visualizar tanto a los soldados que nos impiden el paso a la siguiente zona del juego, como al jefe guardián que protege la Gran Catedral. Se escribe en la historia que existió una Gran Sacerdotisa en la tierra de Eleum Loyce con el poder de visualizar aquello que el resto era incapaz. El resto de Grandes Sacerdotisas de esta tierra se sustituían uno de sus ojos reales por este objeto. Cuando su vida estaba a punto de perecer, el preciado objeto volvía a su original poseedora. Para nuestra suerte, el ojo está en su sitio ¿significa esto que nuestro personaje debe arrancarse uno de sus ojos? No se contempla de esta manera y no hubiese estado nada, pero nada mal.
Ya con el preciado objeto en nuestro poder, daremos cuerpo y alma a un tipo de soldado muy especial y que nos traerá especial nostalgia. Son soldados con la armadura del Soldado de Astora Oscar, la armadura Élite, que equipan distintos tipos de armas y que no pestañearán a la hora de intentar incrustarlas en nuestro cuerpo. También daremos forma (y caza) a Aava, La Mascota del Rey, un enorme tigre blanco que, una vez visible, pierde toda dificultad. Venciendo al guardián de La Gran Catedral nos ganaremos la confianza de Alsanna y ésta cesará la potente ventrisca que cierne sobre Eleum Loyce. Este gesto descongelará todos esos elementos que hemos mencionado antes (cofres, bloques de hielo, etc.) para que volvamos a explorar todo el castillo y descubramos nuevos caminos, armas, hechizos y un sinfín de nuevas amenazas, ya que aquellos misteriosos encapuchados que no respondían a nuestros ataques, ahora se levantarán y nos atacaran sin piedad.
Rejugabilidad aparte, es hora de abrirse camino hacia nuestra batalla final, batalla que será multitudinaria ya que nos acompañarán los soldados de Loyce que hemos liberado anteriormente. El jefe final no es complicado y mucho menos en compañía, pero si es muy divertida y es como creo que Dark Souls 2 debería haber enfocado muchas otras de sus batallas excedidas de dificultad.
Tres reyes
Tres coronas y un último rey que concentrará el poder de todas ellas, liberando su verdadero fin. Como ya es habitual en los episodios que conforman Dark Souls 2 The Lost Crowns, nos espera una última misión, hablar con el Rey Vendrick y ofrecer las tres coronas que hemos conseguido sufriendo lo nuestro. FromSoftware nos confesó que se trataba de una sorpresa bastante especial y la verdad es que sorpresa ha sido, claro, pero confusión, el doble.
Cuando hablamos con el Rey de Drangleic, se muestra una animación donde vemos como la corona del rey de reyes brilla. Tras esta corona, ya no podemos volver a acceder a la memoria de Vendrick pero a cambio, se ha liberado el poder de cada una de las coronas además de un poder común: la cura de la maldición. Así es, ya no volveremos a ser un hueco mientras equipemos cualquiera de las cuatro coronas. Estamos curados. Pero nos quedamos con cara de tonto porque si esperábamos que se aclarase un poco el retorcido lore de Dark Souls 2, lo único que conseguimos es generar más y más dudas.
Tener en cuenta que el efecto especial de no volverse hueco solo nos durará un run completo. Si pasamos a NG+ o posteriores, tendremos que volver a recuperar todas las coronas y volver a liberar su poder. A ver si os creíais que esto iba a durar toda la vida. Aunque sea una ayuda muy buena para no ir gastando humanidad, seguimos jugando a Dark Souls, ¿lo recordáis?
Conclusión
Tras el “patinazo” de Crown of the Iron King, volvemos a disfrutar de la mejor versión de Dark Souls 2 en un contenido extra descargable lleno de cosas por hacer, de retos que superar, de rutas alternativas y diseño de caminos interconectados de una forma más interesante y lógica. From ha incorporado a este último DLC elementos nuevos que inicialmente estaban pensados en la versión estándar de DkS2 y que descartaron finalmente por pensar que podría ser aburridos para el jugador. Hablamos de los cambios climáticos.
Otro punto interesante es la de rescatar a los soldados de Loyce que añaden una visión a la hora de enfrentarnos a un jefe final, añadiendo epicidad y frescura al ya típico 1vs1 o 1vs1000 en las batallas finales. Además, hay muchas rutas que estarán bloqueadas inicialmente por el hielo, que al remitir la fuerte brisa, podremos volver a explorar para profundizar más en los gélidos escenarios. Las fases de hielo siempre han sido una jodienda en cualquier videojuego, Dark Souls 2 no iba a quedarse atrás.
Lamentablemente, nos encontramos, todavía, con una historia muy confusa, que da poco margen para especular o sacar una idea en claro de qué ocurre y qué papel ocupa cada uno en el reino de Drangleic. Nos hubiese gustado más cosas relacionadas con Dark Souls, que no está mal lo que ofrece, pero Crown of the Ivory King, por sí solo, ofrece muy poca información extra y jugosa y tampoco ofrece esa gran sorpresa final que From prometía. La recompensa merece la pena, claro, pero estoy seguro que esto no termina aquí, que hay alguna sorpresa más preparada.
Nos consolamos con:
- Desarrollo en general del DLC, muy entretenido, largo y completo
- Enemigos invisibles, nos encantan y los odiamos al mismo tiempo
- Nuevas mecánicas añadidas a un Souls como es el clima y reclutar aliados
- Muchos caminos alternativos y secretos que se desbloquean a medida que se desarrolla la historia
- Buena recompensa por superar todos los DLC…
Nos desconsolamos con:
- … Pero no es suficiente premio
- Muchos de los enemigos se repiten de otros DLC o del juego base
- El lore sigue estando en el aire, pocos datos relevantes
- En algunas ocasiones los escenarios parecen bastante vacíos
Ficha
- Desarrollo: FromSoftware
- Distribución: Namco Bandai
- Lanzamiento: 30/09/2014
- Idioma: Español
- Precio: Precio 9,99€
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