Me he quejado mucho de las decisiones del alcalde donde vivo. Cómo gestiona los fondos, se deciden qué obras hacer o cómo establecen las nuevas zonas residenciales. Bueno, pues tras jugar a Cities VR, me seguiré quejando, pero ahora lo haré con una mejor idea de lo complejo que puede ser dirigir una gran ciudad. El género de gestión de ciudades lleva enganchando a los usuarios desde hace bastante tiempo, y uno de los grandes éxitos de los últimos años es Cities: Skylines.
Esta popularidad ha hecho que ahora podamos ser los alcaldes de nuestros propios pueblos y ciudades en Realidad Virtual. ¿Los encargados de esta adaptación? Fast Travel Games, uno de los estudios más versátiles del medio. Nos han ofrecido aventuras de acción, thrillers de terror, y ahora gestión urbanística. Poneos vuestro mejor traje, repasad un buen código ético para no aceptar sobres sospechosos, ¡y a dirigir la ciudad de nuestros sueños!
El alcalde novato
Antes de empezar a comentar el juego, tengo que reconocer que soy un novato máximo en el género. La estrategia y la gestión sencillamente no son lo mío… Y Cities VR no ha cambiado eso. Me he tirado un buen montón de horas para exprimir al máximo el juego, pero nunca me ha llegado a atrapar. No por la calidad del título, sino por mis gustos personales. Lo he intentado, porque en VR todos los géneros me entran mejor… Y así ha sido durante un tiempo. Pero cuanto más crecía mi ciudad, más abrumado me sentía ante todo lo que debía hacer.
Claramente estamos ante un juego de nicho, y si os agobian los números, sistemas sobre sistemas y demás, ya os voy adelantando que Cities VR no es para vosotros. Si es el caso contrario, entonces vamos a ir tirando carreteras, porque esta ciudad no va a empezarse solita.
Una carretera por allá, una planta energética aquí, ¡y a atraer ciudadanos!
El inicio de una partida en Cities VR es probablemente mi momento favorito. Tenemos ante nosotros el escenario escogido, y si así lo deseamos, un completo tutorial para no perdernos al principio. La elección del entorno determinará varios aspectos clave, como la cantidad de terreno edificable, la facilidad para ello o la cantidad de agua que podemos usar para los servicios básicos.
Sin embargo, al inicio todo será un lienzo para que empecemos a tirar carreteras. Éstas serán las venas de nuestra ciudad, ya que prácticamente todos los edificios requieren de una carretera al lado. Da igual que esté aislada de absolutamente todo, que los ciudadanos se las apañarán para ir al edificio de turno. Así empezaremos a añadir las estructuras que proveerán a nuestro pueblecito de electricidad y agua potable. Alejados para no sufrir contaminación acústica, empezaremos a indicar dónde estarán las zonas residenciales. Eso sin olvidarnos de las industriales, que los ciudadanos se tienen que ganar el pan.
Haciendo lo intuitivo lo complejo
En VR, todo esto es muy sencillo e intuitivo. De nuevo, el tutorial es clave para conocer no sólo las mecánicas si somos unos novatos/negados en el género, sino para entender estos controles. Con el mando izquierdo iremos seleccionando las acciones, estando divididas en las de construcción, gestión económica y análisis estadístico. Luego, elegiremos el ítem de turno con el stick izquierdo. Los menús son limpios y claros, pudiendo navegar entre ellos rápidamente. Movernos también es cómodo, pudiendo usar movimiento libre o teletransporte. Además, tendremos una vista aérea general, o una más a pie de calle.
Después, para colocar una carretera, un vertedero, una universidad o elegir qué zona será urbana o comercial, no tenemos más que apuntar con el otro mando. Todo es mucho más directo y natural de lo que me esperaba, lo cual es todo un logro dada la inmensa cantidad de información a la que tenemos acceso: el estado del tráfico, de la electricidad, el agua, la educación, los impuestos en cada área, los beneficios y un larguísimo etcétera.
Una decisión de diseño muy acertada es tener los datos esenciales visibles con un simple giro de muñeca. Casi como si miráramos el reloj, podremos ver el estado de agrado de los ciudadanos, el dinero, el número de habitantes y la fecha. Así tenemos la imagen bastante limpia, para meternos más de lleno en nuestra gran ciudad. El uso luego de iconos en los edificios donde hay problemas nos ayuda a detectar rápidamente qué falla para empezar a ponerle remedio.
Con tanto éxito, ¡las elecciones están aseguradas!
Algo que me ha gustado mucho de Cities VR es cómo nos plantea objetivos a corto plazo de manera constante. Obviamente, a largo plazo nuestra meta es tener la mejor ciudad del mundo mundial. ¿Cómo conseguirlo? Atrayendo ciudadanos. Esto lo conseguiremos ampliando las zonas habitables, y cómo no, teniendo contentos a los que ya han decidido mudarse a Villa Desconsolados.
Con cada nuevo hito conseguido, no sólo obtendremos una buena inyección de capital, sino que desbloquearemos más herramientas para ayudarnos a seguir creciendo. Esto incluye servicios básicos como nuevos hospitales, centrales de policía, de bomberos, parques y un largo etcétera.
Así se consigue que no nos sintamos abrumados al inicio, para que poco a poco vayamos teniendo en cuenta más factores. Sí, la ciudad crece en la superficie, pero también la complejidad de lo que podemos hacer. Es fascinante ver cómo empezamos con un pequeño barrio, hasta tener una urbe en la que controlamos los impuestos, las rutas del autobús, etc. Es una curva de aprendizaje bastante buena… Pero también ayuda a que, para los que nos abrumamos con facilidad, nos sea más cómodo el inicio que estas partes finales. Es aquí cuando empezaba a compadecerme de los alcaldes de las ciudades en el mundo real, porque como tuviera que gestionar tantas cosas a la vez, me estallaría la cabeza.
Una ciudad más pequeñita y acogedora
Respecto a las versiones en plano de Cities: Skylines, nos encontramos con varias diferencias notables. Todo referido a la versión de PS4, que es la otra que he podido jugar. En primer lugar, los escenarios son bastante más pequeños en Cities VR. Aquí las limitaciones de Meta Quest 2 seguramente son las responsables. Eso sí, podemos acercar mucho más la cámara, para que esta ciudad sea más acogedora, y parezca mucho más nuestra. Entre las dos versiones, digamos que cogí mucho más cariño a mi ciudad en VR que en plano, además de verme mucho más motivado a darle un mayor toque artístico en vez de buscar sólo la eficiencia.
Los controles son algo clave en este punto. Con el mando todo me parece mucho más tosco, además de presentar una interfaz mucho más recargada. Para los que no somos tan aficionados al género, tener la información más sutil como en VR ayuda a que entremos mejor en Cities VR. De hecho, el tutorial es infinitamente mejor en Realidad Virtual. En plano los consejos iniciales son muy simples, sin apenas guías visuales. Así que, todo lo que parece tan complejo en las versiones originales, se ha hecho mucho más accesible e intuitivo en VR.
Por desgracia, no todos los cambios son para mejor, ya que se han perdido ciertos elementos en la transición. Lo más notable es el tema de los recursos naturales. Ya no nos tenemos que preocupar del petróleo, la madera o la roca a la hora de crear nuestra ciudad. Tampoco podremos dividir nuestra urbe en distritos ni establecer leyes. Incluso los desafíos (introducidos en los DLCs) se han eliminado, al tener únicamente el modo para crear una ciudad desde cero, y punto. Al menos, los trucos se mantienen, por si queremos jugar con dinero ilimitado o tenerlo todo desbloqueado desde el inicio. También he echado de menos el Twitter interno, ya que era una forma muy inteligente de mantenernos en contacto con nuestros ciudadanos.
¿Te gusta la maqueta de mi ciudad?
Pese a todo lo bien que funciona la parte jugable en Cities VR, donde claramente hay más problemas es en su apartado técnico. Obviamente, estamos ante un título muy ambicioso. Recrear las ciudades que vamos a poder construir no es sencillo en absoluto. Hay muchos elementos dinámicos, además de tener en cuenta todos los cálculos de las constantes simulaciones que se hacen por debajo para dar vida a la ciudad. Así que, en la parte positiva, todo es muy legible, viendo rápidamente qué tipo de edificio es cuál, o la información que se nos presenta.
¿Lo malo? Que estamos ante un juego más bien feo. Hay muchísimo popping, el nivel de detalle tanto de objetos como de la vegetación varía constantemente ante nuestros ojos, los ciudadanos atraviesan todo tipo de edificios y un largo etcétera de problemas más. Al menos, la inmersión que da visitar nuestra ciudad o verla a vista de pájaro entera es fantástica. Simplemente, me hubiera gustado algo un poco más atractivo. Algún efecto climatológico más allá del ciclo día/noche habría ayudado mucho a hacer todo más atractivo. Incluso un estilo visual más cartoon, aunque se alejara del de Cities: Skylines, habría ayudado bastante.
La parte que sí sale bien parada es el sonido. Podremos escuchar el típico bullicio de la ciudad, variando en función de la zona que visitemos. Todo esto ayuda a dar vida a nuestra creación. Estar ahí, escuchando todo en 3D creará una mejor conexión con nuestra gran ciudad. La música que escucharemos también es genial, animando mucho esos momentos en los que aumentamos la velocidad para ver cómo lo que hemos hecho da sus frutos… O la ciudad se hunde por nuestra ineptitud.
Conclusión
Me cuesta hablar de Cities VR, ya que veo que se trata de un muy buen juego, pero sencillamente no es para mí. Lo he intentado. He estado horas creando varias ciudades en los diferentes mapas y llevando una a lo más alto. Ciertamente, las horas se me han pasado volando cuando entraba en el ciclo de expandir, construir, mejorar y esperar. Incluso he probado la versión de PS4 para comprobar que, en efecto, Fast Travel Games ha adaptado el núcleo del juego a la perfección. Pero nunca me ha llegado a atrapar como sí lo han conseguido otros títulos. De nuevo, este género y yo somos totalmente incompatibles.
Eso sí, para los amantes de la gestión de ciudades, Cities VR va a ser un auténtico vicio. Muchos elementos jugables son ahora más accesibles gracias al inteligente esquema de control. Encima, la Realidad Virtual nos hace conectar mucho más con nuestra ciudad, pese a que visualmente claramente se ve mucho peor que en el juego original. También se ha reducido la complejidad y eliminado ciertas mecánicas, pero creo que ayuda al ritmo de las partidas.
En VR navegar por infinidad de menús o estar siempre esperando no funcionaría tan bien como en un monitor. Así que el ritmo de la creación de ciudades aumenta, al igual que la diversión. Siempre y cuando os guste el género, claro. Cities VR pertenece a un género de nicho, y si ya le echasteis horas en PC o consolas, os vais a sentir como en casa en vuestro despacho de alcalde virtual.
Nos consolamos con:
- Esquema jugable muy accesible pese a la complejidad de todo lo que podemos hacer
- Muy buen tutorial para aprender lo básico
- La constante progresión con metas bien ajustadas y recompensas que aumentan la complejidad
- La mayor conexión que vamos a establecer con nuestra ciudad respecto a las versiones tradicionales
Nos consolamos con:
- Visualmente el juego no es atractivo, con mucho popping que llega a distraer
- Ciertos elementos jugables se han perdido, como las leyes, la distinción por distritos o la gestión de recursos
- Adiós al Twitter que nos informaba de lo que pensaban los ciudadanos
- Los desafíos habrían podido aportar variedad o escenarios únicos a afrontar
Análisis realizado gracias a un código para Meta Quest 2 proporcionada por Fast Travel Games.
Ficha
- Desarrollo: Fast Travel Games
- Distribución: Fast Travel Games
- Lanzamiento: 28/04/2022
- Idioma: Textos en Castellano
- Precio: 29'99 €
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