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Celeste

Celeste

Uno de los juegos que más he disfrutado toda esta generación es Towerfall Ascension, gracias a sus sencillas mecánicas pero lo bien que se aprovechan para ofrecer unas partidas trepidantes con los amigos, además de tener un diseño de escenarios genial para crear partidas intensas a más no poder. Por eso, cuando vi que su creador, Matt Makes Games, estaba desarrollando un plataformas en 2D con todas las de la ley, estaba deseando catarlo.

Esta obra es Celeste, que llegó sin hacer mucho ruido, pero ha terminado enamorando a todo el mundo, llevándose unas grandes críticas en todos lados, y vendiendo francamente bien. Lo curioso de todo esto es que la premisa es bien sencilla: controlar a una joven que intenta escalar la montaña que da nombre al juego. ¿Listos para saltar, morir, saltar y morir un poco más en la lucha hasta la cima?

Lo primero que sorprende de Celeste es su historia. Pensaba que sería una simple excusa para hacernos escalar, pero tiene un mensaje y una narrativa que funciona la mar de bien. Sí, al principio todo parece muy sencillo, mientras empezamos y conocemos a una vieja anciana que parece que está completamente loca, o Theo, un hipster que también está escalando esta montaña canadiense; pero luego empieza a profundizar en varios temas importantes que es mejor que descubráis por nosotros mismos. No es la mejor historia que os podáis encontrar, pero es posible que os llegue a tocar a nivel personal, como me ha pasado a mí, y eso ha hecho que el juego en su conjunto resuene mejor conmigo.

Celeste

Algo innegable es que hay muchos detalles que añaden al conjunto, como elementos en el escenario que nos cuentan más sobre el pasado de la montaña, o incluso la cuenta de Instagran de Theo, donde podemos saber más de este adorable personaje. Los textos están muy bien escritos, y por si no os ha arrancado el juego en español, cambiad el idioma en Opciones, ya que la historia merece ser disfrutada sin ningún tipo de impedimento.

Aun así, lo verdaderamente grande de Celeste es su faceta jugable. A nivel de mecánicas, todo es bastante sencillo: tenemos un botón para saltar, otro para agarrarnos a las paredes, y otro para poder hacer un «dash» en el aire en cualquiera de las 8 direcciones posibles del plano 2D. Estas herramientas por sí mismas están bastante bien, y cogen algunos elementos que ya funcionaban de maravilla en Towerfall, como estas esquivas aéreas. Sin embargo, se han retocado para que sean conocidas, pero refinadas a más no poder.

Por ejemplo, la escalada es clave, ya que podemos pegarnos a cualquier pared y empezar a subirla. Por contra, no podremos usarlo todo el tiempo, ya que la joven Madeleine se acabará cansando y se soltará. La esquiva sólo se puede hacer una vez, y se recarga cuando tocamos el suelo. Lo mejor de estas sencillas mecánicas es que de un vistazo sabemos el estado de Madeleine: si está parpadeando en rojo, ya está cansada y se soltará en breve; mientras que al tener el pelo de color azul, sabremos que hemos consumido el dash.

Celeste

Estas mecánicas de por sí funcionan de maravilla, pero al juntarlas con el increíble diseño de niveles, entonces Celeste se convierte en algo muy, muy superior. Para empezar, cada capítulo del juego (7 principales y uno oculto) tiene una temática diferente, que se traslada a nuevas mecánicas introducidas por su escenario. Por ejemplo, el segundo capítulo introduce unas zonas como de estrellas que nos permiten avanzar en línea recta usando una esquiva; mientras que en el primer nivel hay plataformas que se activan únicamente al tocarlas.

La forma en la que se introducen mecánicas en un nivel para no volver a verlas es increíble, ya que eso hace que cada nivel sea un reto único, teniendo que adaptar lo que hemos aprendido previamente de las habilidades principales de Madeleine, y volver a aprender lo nuevo de esa fase. No sólo es buena esta variedad, sino que además todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, de modo que nunca llega a frustrar, pese a que estamos ante un plataformas complicado.

Moriremos de un único golpe, pero apareceremos en el mismo «frame», por lo que no tendremos que repetir demasiado. Además, reaparecemos instantáneamente, sabiendo que hemos muerto por nuestra culpa, lo que nos motiva a seguir jugando hasta que lo conseguimos, y así vamos superando retos cada vez más desafiantes.

Celeste

A pesar de esta dificultad, Celeste sabe perfectamente ofrecer el nivel de reto adecuado para cada uno. Una muestra de ello son los coleccionables. Los principales que veremos son unas fresas, que están localizadas en lugares más complicados de lo normal, y no sirven para absolutamente nada. De hecho, nos lo dicen en una pantalla de carga, por lo que si vamos a por ellas, es únicamente es por la satisfacción personal de haber conseguido ese reto en particular.

Otro coleccionable muchísimo más oculto es el corazón de cristal, que es esencial si queremos desbloquear el octavo nivel oculto, que como no podría ser de otra forma, introduce un giro muy interesante a las mecánicas a las que ya nos hemos acostumbrado. Así se recompensa muchísimo la exploración, habiendo secretos casi por todos lados, y hasta podemos desbloquear la versión original de Celeste, cuando no era más que una idea en una Game Jam.

El coleccionable final es seguramente el que más chicha da a la aventura: las cintas de casette. Con ellas desbloqueamos la «Cara B» de cada fase, que es en esencia una versión INFERNAL de cada capítulo. Aquí la dificultad se dispara, de modo que si en los niveles principales podemos morir fácilmente unas 100 veces (sí, el juego cuenta todas las veces que morimos), para completar la fase más sencilla igual estas muertes ascienden a mil sin muchos problemas. Estas fases son opcionales, por lo que nuevamente tenemos aquí la dificultad a elección del jugador, lo cual me sigue pareciendo genial.

Celeste

Para favorecer a los que les encantan los speedrun o la exploración, Celeste pone a nuestra disposición contadores y marcadores para saber el número de coleccionables que hay en cada zona de cada fase, de modo que podemos ir a un punto de control porque sabemos que ahí nos quedan dos fresas por recoger, por ejemplo.

Todo esto hace que, si bien completar los niveles principales nos lleva unas 5 horas (todo en función de la habilidad de cada jugador, claro), si queremos completarlo absolutamente todo, Celeste nos mantendrá pegados a la consola durante mucho, mucho tiempo.

Para acompañar a toda esta genialidad en su faceta jugable, tenemos un apartado técnico digno de elogio. Para empezar, el pixel-art es de muchísima calidad, ofreciendo escenarios muy variados entre sí, personajes que logran ser expresivos con unas pocas animaciones, y un estilo artístico que muestra clarísimamente qué es lo «bueno» del escenario, y qué es lo que nos puede matar. Todo esto por no mencionar los dibujos de los bocadillos o con los que se finaliza cada capítulo, que son preciosos.

A nivel sonoro es también espectacular. No hay ningún tipo de voces quitando alguna que otra expresión ocasional, pero lo que destaca es la música. Es sencillamente brillante, y al igual que ocurre con las mecánicas, es única para cada fase. Incluso tiene en cuenta nuestra posición, de modo que si nos metemos bajo el agua se escucha de forma diferente. Los efectos también están bien, pero lo dicho, la banda sonora es magnífica, y recomiendo que la escuchéis al menos una vez.

Conclusión

Estamos en enero, y Celeste ya tiene todas las papeletas para ser de los mejores juegos de este 2018. Así de simple. Lo que ha hecho Matt Makes Games es para quitarse el sombrero, al ofrecer un plataformas en 2D con unos controles precisos, unas mecánicas sencillas pero muy, muy bien aplicadas, y sobre todo, un diseño de niveles magnífico. La forma en la que cada capítulo es completamente diferente, introduce obstáculos nuevos, y todo sigue funcionando, es magnífico.

Encima tenemos el genial ajuste en la dificultad para ofrecer algo para todos los usuarios (aunque sigue siendo bastante desafiante, eso sí), una historia más trabajada de lo esperado, una banda sonora increíble y un montón de secretos para los que quieren exprimirlo al 100%. Si os gustan las plataformas, tenéis que jugar a Celeste, ya que es de lo mejor que puede ofrecer el género en cualquier plataforma.

10

Nos consolamos con:

  • Mecánicas sencillas pero precisas a más no poder
  • Diseño de niveles impecable. Todo está ahí por una razón
  • Variedad absoluta. Todas las mecánicas propias de cada capítulo funcionan y sorprenden
  • Historia sencillita, pero que puede llegar a tocar en lo personal
  • Banda sonora increíble

Nos desconsolamos con:

  • Aunque la dificultad está muy bien ajustada, eso puede echar para atrás a más de uno

Ficha

  • Desarrollo: Matt Makes Games
  • Distribución: Matt Makes Games
  • Lanzamiento: 25/01/2018
  • Idioma: Textos en Castellano
  • Precio: 19,99 €

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