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Call of Duty: Black Ops Cold War

Una de las cosas que no pueden faltar cada año, haya pandemia, un holocausto o un apocalipsis zombie, es sin duda que Activision lanzará un Call of Duty. Este año es el turno de Call of Duty: Black Ops Cold War, y siguiendo el ciclo de desarrollo de 3 años, le debería de tocar a Sledgehammer, que hace 3 años nos ofrecieron el más que divertido Call of Duty: WWII. Sin embargo, hubo varios problemas en el desarrollo, y finalmente, los planes iniciales se han ido al traste en muchos aspectos.

Finalmente, ha sido Raven Software, estudio que hasta ahora había estado de estudio de soporte tras ofrecernos juegazos como Singularity que vendieron poco, ha tomado las riendas de la campaña. Por otro lado, Treyarch ha tenido «solo» dos años para hacer todo el multijugador tras Black Ops IIII, que se centraba exclusivamente en los modos online. Para tener un tirón extra, han decidido volver a esta sub-saga de la franquicia, en una secuela directa del primer Black Ops, pero dejando de lado todo el tema futurista que metieron las secuelas. Así que tras viajar por los 80 pegando tiros, de espionaje por la campaña y luchando contra los no-muertos, toca ver si este cambio de planes no impide que la saga mantenga el buen ritmo por Modern Warfare el año pasado, o si habría sido una buena idea retrasar el Call of Duty de este año.

Modo Campaña - Atómica y Misión Imposible en versión videojuego

La campaña ha sido desarrollada por Raven Software, siendo su primera campaña que crean de manera principal. El estudio nos brindó hace varios años Singularity, que es un shooter totalmente alejado de lo visto en Call of Duty. Esta nueva visión nos aporta una de las campañas más frescas de toda la franquicia, pero vayamos por partes. Nos situamos a principios de la década de los 80, con una amenaza para el mundo libre por parte del terrorista comunista Perseus. Así que Reagan da luz verde a una operación encubierta liderada por el agente Adler, en cuya unidad se encuentran los conocidos Woods y Mason, o personajes nuevos como Parks o Sims.

Nosotros tomaremos el papel de Bell, un personaje al que podremos crear casi como si de un juego de rol se tratase. Podremos darle un nombre, elegir ciertos aspectos psicológicos que se traducen en varios perks como en el multijugador, o incluso la agencia gubernamental para la que trabajamos. Es cierto que todos nos llamarán por nuestro nombre en clave, Bell, pero es la primera muestra de que la campaña de Call of Duty: Black Ops Cold War intenta salir de los cánones típicos de la franquicia.

Sí, va a seguir habiendo muchos momentos explosivos a más no poder, con tiroteos espectaculares e imposibles y más explosiones de las que Michael Bay podría meter en una de sus películas. La gracia está en todo lo que han introducido para que la campaña parezca formar parte de una película de espías actual, recordándome en todo momento a la genial «Atómica» o a las películas recientes de «Misión Imposible». Para empezar, tendremos una base a la que volveremos en varias ocasiones, donde poder seguir analizando las pistas en el tablón que nos llevarán hasta Perseus, o incluso hablando con los demás miembros del equipo para conocerlos mejor. Son conversaciones totalmente opcionales, pero vaya si no nos ayudarán a cogerlos cariño, o entender mejor cuál es su relación entre ellos.

Pero lo más importante está en la estructura de muchas misiones. Junto a las fases típicas de tiros y acción, tendremos muchas otras en las que el sigilo será opcional, para sentirnos más como espías. Luego, en otras será algo totalmente obligatorio, pero sin ser algo tan restrictivo como en entregas anteriores de la saga. En su lugar, contaremos con unas mecánicas bien implementadas y pensadas, que parecen sacadas de los Hitman.

Literalmente, hay una misión en la que estamos infiltrados en una base enemiga, y tenemos que conseguir cierto objeto que tiene un general. Para hacerlo sin reventar nuestra tapadera, tendremos varias alternativas, entre conversaciones con otros personajes, o incluso metiéndonos en zonas restringidas sin que nos vean. Si acabamos con alguien, podemos mover su cuerpo para ocultarlo, para así no dejar rastro de nuestras actividades para completar la meta.

Esta misión es claramente de mis favoritas de Call of Duty: Black Ops Cold War, pero no es el único momento en el que nos sentiremos como espías. En otra fase, buscaremos pruebas mientras evitamos a los miembros de una familia que no nos pueden descubrir para no alterar su rutina, en otro momento deberemos usar gadgets para sacar fotos de los enemigos y marcarlos para evitar patrullas, o para detectar a los objetivos entre la multitud.

Incluso los clásicos coleccionables tienen ahora un propósito, al servir como pistas para dos misiones totalmente opcionales, que requieren que completemos un puzzle antes de poder afrontarlas. Sin entrar en spoilers, deberemos descifrar códigos en serie para obtener una contraseña, o detectar quiénes de entre unos posibles sospechosos son unos espías. Son rompecabezas sencillos, pero que requerirán que usemos papel y lápiz (o una hoja de Excel) para poder resolverlos, lo cual me encanta. De esta manera, han hecho que buscara asiduamente todas las pistas en los escenarios, algo de lo que he pasado olímpicamente en anteriores capítulos de la franquicia.

A esto hay que sumar la posibilidad de elegir qué decir como si estuviéramos en un RPG, pudiendo incluso tomar decisiones que afectarán a la trama (dándonos varios finales), o a varios objetivos secundarios que nos mandarán en futuras misiones. El resultado es una experiencia similar, pero a la vez, muy diferente. Lo mejor es el ritmo de la campaña, ya que Call of Duty: Black Ops Cold War no pisa el freno en ningún momento.

Pasaremos de una infiltración que nos pondrá tan tensos como en un Metal Gear Solid, a unos tiroteos con los que demostrar nuestra puntería. Ninguna fase parece sobrar , y todas aportan a la narrativa. De hecho, la trama del juego me ha gustado, ya que nos va dando pistas sobre el gran giro de guion, y aun así, cuando ocurre, nos pillará por sorpresa. Está muy bien llevado a cabo, demostrando la maestría de Raven Software de crear historias y campañas trepidantes.

Realmente, sólo le puedo poner unas pocas pegas. Por un lado, lo corta que se hace, ya que como es habitual, en unas 4-5 horas llegaremos a su fin. Es cierto que prefiero una campaña que sorprenda siempre como es el caso, pero bueno, no está de más pedir algo más. Luego, la IA a veces es un poco extraña, además de haber ciertos bugs en un par de misiones que pueden provocar crasheos, al menos en la versión de PS5. Quitando esto, la campaña de Call of Duty: Black Ops Cold War se ha convertido en una de mis favoritas de toda la franquicia (está ya en mi top 3), así que solo por lo bien que funciona este pilar del título, ya recomendaría disfrutar de esta entrega.

Zombies - Más accesibles e igual de divertidos

Ya pasamos a la parte hecha por Treyarch (junto a un montón de estudios más que han ido dando soporte, claro), y quiero empezar por lo que más he disfrutado, que es el modo Zombies, pero porque siempre me gustan más los modos PvE que los PvP. Este modo vuelve a ofrecernos un único mapa como en los juegos originales, sin la locura de los 3 mapas de Black Ops IIII. El nuevo mapa se basa en el de World at War (el juego que inició este popular modo), pero ampliándolo muchísimo. El nivel nos ofrece varias zonas dentro de edificios derruidos, varias zonas en campo abierto, y unas instalaciones subterráneas con cierta verticalidad en la zona central donde se realizan todos los experimentos.

La base de este modo sigue siendo la misma: superar oleadas de no-muertos cada vez más numerosos o fuertes, pudiendo ir desbloqueando más partes del mapa con los puntos obtenidos, o comprar tanto armas como mejoras. Mientras vamos sobreviviendo, podremos ir completando misiones que avanzan la «trama», mientras vamos sobreviviendo poco a poco junto a nuestros compañeros. Algo que personalmente agradezco es que al inicio, nos irán guiando para conseguir lo más básico del mapa, como encender la electricidad, cambiar de dimensión y cosas por el estilo. De esta manera, veremos gran parte de lo que ofrece el mapa sin rompernos el coco buscando easter eggs extraños y demás.

El diseño de este mapa de Call of Duty: Black Ops Cold War me ha gustado mucho, además de ofrecer mucha intensidad y variedad. Los cambios entre zonas abiertas y estrechas, además de la forma en la que están interconectadas las áreas, me encantan, para que podamos movernos entre ellas en función de contra qué zombies nos enfrentemos. Además, tenemos a los zombies, a los perros o incluso no-muertos de élite, que funcionan como mini-jefes. Creedme, cuando aparecen, lo vamos a pasar muy mal.

Junto a la estructura básica de ir consiguiendo puntos para comprar armas, mejoras o ir abriendo más partes del mapa, hay varias novedades interesantes en esta entrega. Por un lado, ya no empezaremos con la pistola, sino que podremos crear nuestro propia equipación, al igual que en las partidas multijugador, para empezar siempre con el fusil de asalto, escopeta o subfusil, etc. Además, la experiencia del arma es compartida con el modo multijugador, para así poder ir evolucionando las armas juguemos a lo que juguemos.

Además, tenemos una habilidad «ultimate» que se irá recargando, como lanzar una granada de energía o congelar a los zombies. A medida que vayamos jugando, obtendremos ciertos materiales con los que obtener varias mejoras permanentes, para así hacer las próximas partidas más sencillas. Esta mejor progresión me ha gustado mucho, para que esté toda la experiencia multijugador más unificada, y podamos notar que nos hacemos más fuertes incluso en este modo.

Otra novedad interesante es que, a partir de la oleada 10, podremos pedir una extracción cada 5 oleadas. Si todos los usuarios la aceptan, podremos pedir que venga un helicóptero a por nosotros, finalizando así la partida en «victoria» sin haber tenido que morir en el proceso. Es otra forma de ganar, o de poder cortar la partida si vemos que se nos está alargando. De nuevo, este modo de Call of Duty: Black Ops Cold War me parece increíblemente adictivo, con que va a ser uno de los modos a los que más voy a jugar, de lejos.

Si jugamos en Playstation, hay un modo exclusivo, pensado sólo para dos usuarios. Aquí visitaremos los mapas del multijugador tradicional, teniendo que quedarnos en un orbe que nos protege de «la tormenta», como ocurre en los Battle Royale. Tienen la gracia de ir haciéndonos mover por una parte del mapa mientras acabamos con los no-muertos y los jefes, pero es un modo sin mucha gracia, y el matchmaking incluso tarda en encontrar partida, por lo que no es un modo que esté jugando mucho la gente, ni supone una pérdida reseñable para los usuarios de PC y Xbox.

Finalmente, tenemos el modo Dead Ops, que regresa tras su desaparición en el último Black Ops. Nuevamente, es un shooter de doble stick muy desenfrenado en el que acabar con cientos de zombies junto a nuestros amigos. Hay power-ups locos, arenas llenas de trampas, niveles especiales y un aroma arcade que me encanta. Vuelve a ser un modo en el que tirarnos unas cuantas horas si nos gustan este tipo de juegos, por lo que es un añadido bastante bueno.

Multijugador - Volviendo al frenetismo tras el realismo de Modern Warfare

Finalmente, vamos al tercer pilar de Call of Duty: Black Ops Cold War, que es seguramente lo que más le interese a la gran mayoría de usuarios. Aquí tenemos varias novedades, pero vayamos por partes. Primero, la progresión de rango y de armas se comparte con el modo multijugador, para que, si ya nos hemos viciado en las matanzas de no-muertos, podamos empezar creando nuestra clase con bastantes objetos desbloqueados. En teoría, también se pasará la progresión de Modern Warfare, pero todavía no está activado, o al menos, no he visto cómo lograrlo.

Esto al menos nos permite tener una progresión común a todos los usuarios, para no empezar de serie con todas las armas y sus accesorios ya desbloqueados. La personalización de las clases me parece bastante buena, pudiendo poner un número concreto de accesorios a cada arma, viendo claramente en qué estadísticas afectan a cada «juguetito», ya sea daño, velocidad de recarga, tiempo de apuntado, etc.

En cuanto a modos de juego, tenemos los clásicos, junto a unos cuantos nuevos. Para los modos tradicionales tenemos 9 mapas (eran 8 de serie, pero han metido ya la nueva versión de Nuketown), pero luego hay otros mapas más grandes para los nuevos modos. Entre estos modos tenemos «Armas Combinadas», que sería el equivalente de «Guerra Terrestre» de Modern Warfare. Aquí disfrutaremos de partidas de 12 vs 12, pudiendo ser de estilo Dominación o de Asalto, para ir tomando puntos de control que vayan presionando más o menos a cada uno de los equipos. Estas partidas funcionan bastante bien, con mapas interesantes como Armada, que nos ofrecen 3 mini-mapas divididos en tres barcos entre los que podemos movernos con una lancha. En definitiva, en estas partidas hay vehículos, y funcionan un poco como un Battlefield simplificado.

El otro modo es Bomba Sucia, que sería como un Battle Royale junto a Battlefield. El número de jugadores pasa a ser 48 (24 por equipos), teniendo que encontrar en cajas repartidas por el mapa elementos de uranio para llevarlos a las bombas nucleares repartidas por el mapa. El equipo que más bombas detone, ganará, modificándose por la radiación de las bombas el tamaño a medida que avance la partida. La parte Battle Royale viene por el tema de ir rebuscando las cajas, poder lanzarnos por el mapa un poco como queramos, perder los items que llevemos al ser abatidos, que nos puedan reanimar, etc. Al mismo tiempo, la parte Battlefield es por poder reaparecer junto a nuestros compañeros de escuadrón, o el uso de vehículos para desplazarnos por estos extensos mapas. El modo en general me parece bastante divertido, pero ahora mismo, le falta equilibrar la munición obtenida, ya que no recuperamos balas al derrotar a un enemigo, y la cantidad que podemos tener como máxima es irrisoria para lo largas que son las partidas.

Así que, Call of Duty: Black Ops Cold War nos ofrece algo nuevo en el terreno multijugador, pero el principal cambio está en el gameplay en sí mismo. Mientras que Modern Warfare usaba un nuevo motor que apostaba por el realismo, aquí se vuelve a usar el mismo motor que en Black Ops IIII y anteriores entregas de la franquicia. Automáticamente, esto hace que el ritmo de las partidas sea muy diferente, apostando más por un estilo arcade que otra cosa. Es algo que agradezco, ya que nos permite diferenciar más las entregas, aunque a cambio perdamos elementos tan interesantes como el de abrir las puertas poco a poco, o lo bien que funcionaban los duelos entre 2 y 4 jugadores en Tiroteo.

Ya no digo que un juego sea mejor o peor que el otro, pero como un cambio de aires, me alegro que Treyarch haya vuelto a apostar por este estilo arcade. Además, los mapas están por lo general bien diseñados, combinando zonas más abiertas donde los camperos pueden causar estragos, o áreas más estrechas en las que los reflejos serán clave. No tenemos tanta vida como en Black Ops IIII, pero sí más que en Modern Warfare, por lo que tenemos algo de tiempo de reacción si nos pillan por la espalda para intentar sobrevivir, siendo muy, muy satisfactorio cuando lo conseguimos.

Eso sí, el multijugador tiene ciertos problemas ya característicos de la franquicia, como un sistema de reaparición que no siempre nos deja en la mejor posición posible, sobre todo en ciertos modos. En Armas Combinadas, cuando estamos en las partidas de estilo Asalto, como siempre apareceremos alrededor de una zona, podemos aparecer y que un enemigo esté campeando la zona de reaparición para meternos una bala entre ceja y ceja, lo cual es un poco frustrante. Además, gracias a la mayor calidad gráfica respecto a otras entregas también frenéticas, y el estilo usado, en algunos mapas cuesta bien distinguir a los personajes del entorno, lo cual nos hará disparar al aire más de la cuenta. La nueva versión de Nuketown es un ejemplo de manual de este último problema.

Todo es cuestión de acostumbrarse, pero está claro que son aspectos que se podrían haber pulido un poco más de un multijugador, que eso sí, vuelve a ser una de las mejores formas de pasar horas y horas con Call of Duty: Black Ops Cold War.

Warzone, o cómo seguir tirando de Modern Warfare

Aunque en el menú principal veamos en grande Warzone, realmente no lanzaremos un modo dentro del juego. En su lugar, tenemos que tirar de Modern Warfare, lo cual nos obliga a tener instalados los modos principales de Black Ops Cold War, y como mínimo, también lo necesario para ejecutar Warzone. En la versión de PS5, todos los modos de juego ocupan alrededor de 150 GB, y Warzone son unos 90 GB mínimo, siendo necesarios otros 24 GB si queremos las texturas en alta resolución. Esto es un despropósito a nivel de optimización de tamaño, sobre todo en PS5 dado su pequeño disco duro. En teoría, Warzone se integrará con Black Ops Cold War una vez empiece la primera temporada de contenido de este último el próximo mes de diciembre, pero ahora, sigue siendo un ejecutable para abrir la entrega del año pasado.

Dos pasos adelante en lo técnico, y uno para atrás

A la hora de hablar de los apartados técnicos, quiero empezar por algo exclusivo de la versión de PS5: el DualSense. No será algo de los gráficos, pero sí es común a todo el juego, con que he decidido meterlo aquí. Básicamente, el juego usa el mando para simular con los gatillos el peso de cada arma. De esta manera, con una pistola no nos costará apretar L2 para poder apuntar, pero con una ametralladora ligera o un fusil de francotirador, notaremos una mayor resistencia para simular este peso. En cuanto al disparo, cada arma tiene una zona segura hasta que el gatillo se active, como ocurre con cada arma. Además, notaremos que el gatillo pega ciertas vibraciones con cada disparo, para simular mejor la sensación de disparar. Esto hace que Call of Duty: Black Ops Cold War sea fácilmente de los títulos que mejor usan el nuevo mando de PS5, siendo una delicia probar con cada arma cómo funcionan los gatillos. Si queréis, podéis desactivar esta opción para no perder competitividad en el online o por cualquier otro motivo, pero es algo que proporciona mucha más inmersión de lo que podría parecer inicialmente. Es una pena que para jugar al modo Warzone en PS5 tengamos que ejecutar la versión de PS4, ya que perdemos esta funcionalidad de los gatillos adaptativos.

Ahora sí, sobre los gráficos, el usar el motor de hace dos entregas, significa que ciertas mejoras visuales creadas con el motor de Modern Warfare se han perdido. Esto no significa que el juego luzca siempre peor, pero sí es diferente. En ciertos aspectos, es algo claramente estilístico, ya que la versión de los 80 que nos presenta el juego es mucho más exagerada, evitando el realismo máximo para ofrecernos un fuerte contraste entre colores, que lo aleja de la sobriedad de la entrega del año pasado. Esto significa que no habrá momentos foto-realistas como el asalto nocturno en el bloque de edificios, pero el juego por lo general, sigue luciendo de escándalo.

En la versión para la nueva generación, podemos además activar el Ray Tracing para las sombras, pero no para los reflejos. Esto añade una capa de realismo extra a la iluminación del juego, funcionando increíblemente bien. Además, el rendimiento es excelente, funcionando a 60 FPS muy estables en todos los modos de juego, incluso con el Ray Tracing activado. Si nuestro televisor soporta los 120 Hz, podemos jugar a 120 FPS (sin Ray Tracing), modo que al parecer, también tiene un excelente rendimiento.

Gracias a esto, Call of Duty: Black Ops Cold War se convierte en una forma estupenda de estrenar las consolas de nueva generación, ya que es un título de lo más vistoso. Aun así, hay también ciertos puntos en los que creo que Modern Warfare le supera, como en ciertas animaciones, que son más toscas en esta entrega, o unas texturas que a veces no sorprenden tanto, igual por ese estilo artístico diferente. Pero ojo, que luego en la campaña te encuentras algunos escenarios visualmente espectaculares, con que creo que depende mucho de lo que estemos jugando.

Donde cuesta encontrarle pegas al juego es en el sonido. Como es habitual, el juego está perfectamente doblado al castellano, para que disfrutemos al máximo de la historia sin tener que leer subtítulos. Aun así, es una pena que nuestro personaje no tenga voz cuando estamos en una conversación donde elegimos qué decir, aunque luego el personaje sí tenga voz en otros momentos. Además, algunos actores no me pegan mucho en el papel que hacen, pero suelen ser roles pequeños que no nos sacan de la experiencia… A excepción de un cameo en particular, todo hay que decirlo.

El sonido de las armas es muy contundente, sobre todo si jugamos con cascos. La música también me ha gustado mucho, ofreciendo temas licenciados muy de los 80, u otros que pegan mucho con el estilo que nos presenta el juego, alejándose eso sí de los sintetizadores que series como «Stranger Things» han puesto tan de moda para cualquier cosa que venga de los 80. Incluso podemos poner la banda sonora en los menús como en los FIFA o demás juegos deportivos, lo que denota lo orgulloso que están del trabajo realizado.

Conclusión

Pese a un desarrollo algo turbulento, Call of Duty: Black Ops Cold War vuelve a mantener alto el listón que dejó Modern Warfare el año pasado en todos y cada uno de sus pilares. Por un lado, la campaña es de las mejores de toda la franquicia, ofreciendo más opciones de juego, libertad para tomar decisiones, mecánicas de sigilo bien implementadas, y una narrativa de espionaje que nos atrapará desde el primer momento.

Luego tenemos el modo Zombies, que es tan adictivo como siempre, y los ajustes realizados hacen que nos volvamos a enganchar a base de bien. Por último, el multijugador nos ofrece más modos que nunca, tanto para las partidas estándar como para las más inspiradas en Battlefield o los Battle Royale, además de apostar por un estilo de juego más frenético que lo aleja del realismo de Modern Warfare.

El resultado es otro shooter increíblemente completo, que además aprovecha estupendamente el potencial de la nueva generación a nivel técnico, y en el caso de PS5, con el DualSense. Puede que el enfoque más arcade no guste a todo el mundo, y la campaña no la disfrute mucha gente porque suelen pasar de este modo, pero hay que reconocer que Raven SoftwareTreyarch han hecho un trabajo estupendo para que volvamos a estar enganchados pegando tiros un año más con la franquicia.

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Nos consolamos con:

  • Una campaña sencillamente espectacular. De las mejores de toda la franquicia
  • El uso del DualSense en la versión de PS5 es brillante para simular la sensación de disparo de cada arma
  • El modo Zombies vuelve a ser sencillo pero complejo a la vez, además de seguir enganchando que da gusto
  • Un multijugador que nos mantendrá pegados al mando gracias a su estilo de juego más arcade

Nos desconsolamos con:

  • Algunos puntos de reaparición dejan que desear en determinados modos
  • Ocupa demasiado tamaño en le disco duro
  • A veces cuesta distinguir a los enemigos del fondo en función del mapa
  • En ciertos aspectos, parece que la saga ha dado un paso atrás en el apartado visual respecto a Modern Warfare, como en las animaciones

Análisis realizado gracias a un código proporcionado por Activision.

Ficha

  • Desarrollo: Campaña: Raven Software - Multijugador: Treyarch
  • Distribución: Activision
  • Lanzamiento: 13/11/2020
  • Idioma: Textos y Voces en Castellano
  • Precio: 69,99 € - Versión intergeneracional: 79,99 €

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