7

Bright Memory: Infinite

Bright Memory Infinite

Los juegos hechos básicamente por una persona me parecen fascinantes. Sí, podrán tener ayuda para componer la música o cosas por el estilo, pero cuando el núcleo lo ha hecho un individuo, es digno de elogio. Sobre todo, cuando el acabado parece digno de un gran AAA. Este es el caso de Bright Memory: Infinite, que desde su anuncio ha dejado muy impresionado a todo el mundo por su gran acabado técnico. Tanto es así, que incluso Microsoft lo usó para demostrar el poderío de Xbox Series X/S.

Obviamente, hacer casi todo de manera individual lleva tiempo. Por eso, hace un tiempo FYQD-Studio lanzó una especie de demo de pago llamada Bright Memory. Una muestra de lo que podía hacer. Aunque la idea era continuar la historia, en Bright Memory: Infinite la idea cambió a rehacer el juego, mejorar la historia, jugabilidad, y cómo no, los gráficos. De paso, llevar la propuesta a todas las plataformas posibles. Algo muy ambicioso, y ahora nos toca comprobar si estas grandes aspiraciones han dado sus frutos o no.

Mejor que no juguéis por la historia

Normalmente me gusta empezar los análisis comentando la historia para contextualizar el juego… Pero tampoco sabría por dónde empezar con Bright Memory: Infinite. Controlamos a una joven que trabaja para la organización SRO, nos llaman para investigar una anomalía… Y pasan cosas. Hay una organización militar malvada que quiere algo. Unas criaturas místicas empiezan a cobrar vida porque sí. Un agujero negro amenaza con engullir todo. Pero la verdad, ¿contexto general? ¿Un hilo narrativo? Nada de nada.

Bright Memory Infinite

Hay algunas escenas, pero que son más transición para pasar de un tiroteo a otro. Lo cual no me importa. Aquí hemos venido a pegar tiros, con que el argumento claramente es lo de menos. Aunque oye, entender lo que ocurre no habría estado de más.

Devil May Cry – Shooter Edition

Por suerte, el núcleo jugable de Bright Memory: Infinite es lo suficientemente contundente como para que el argumento no nos importe lo más mínimo. La joven Sheila es capaz de correr por las paredes, dar un doble salto, realizar esquivas y usar su espada junto a las armas de fuego. Si jugasteis a la demo/prólogo, os sentiréis como en casa, pero ciertamente se han hecho muchos ajustes para mejorar la experiencia.

Para empezar, y esta es la parte que no me convence del todo, se ha eliminado el sistema de puntuación a lo Devil May Cry. Era algo que personalmente me motivaba a luchar con estilo y podría dar rejugabilidad al título (algo de lo que carece), pero se ha perdido. A cambio, el combate es mucho más sólido. Cada una de las cuatro armas de fuego (subfusil, escopeta, revólver y fusil de francotirador) tiene una munición alternativa que es devastadora, con usos tan variopintos como un lanzagranadas o balas incendiarias.

Bright Memory Infinite

Además, contamos con más movimientos para manejar a los oponentes. Esto incluye poder atraerlos desde lejos, noquearles en el aire con nuestro exo-traje, o lanzarles por el aire como haría el bueno de Dante. Combinar todas estas habilidades es increíblemente intuitivo, haciendo que los tiroteos sean frenéticos a más no poder. Al sumar la variedad de enemigos que nos motivan a realizar esquivas, realizar incluso parries (tanto a ataques a distancia como cuerpo a cuerpo), tenemos uno de los sistemas de combate más robustos que hay en un FPS.

La progresión también es satisfactoria, al ir sumando nuevas habilidades (o mejorando las que ya tenemos) con los coleccionables que vayamos encontrando. Son extensiones naturales de nuestro repertorio, como reventar el suelo con nuestro exo-traje o nuestra espada. Son movimientos clave si queremos sobrevivir a los duelos más desafiantes, haciendo además que la variedad aumente un poco más.

¡No hay tiempo para detenerse!

Si hay algo que notaremos al jugar a Bright Memory: Infinite, es que el ritmo es endiabladamente rápido. Pasaremos sin parar de una arena de combate a otra, ya sea saltando entre tejados, los restos que atrae un agujero negro, de un avión a otro y mucho más. Los «set pieces» son espectaculares y llamativos, como en todo buen blockbuster que se precie.

Bright Memory Infinite

Ahora bien, este ansia por ir metiendo situaciones nuevas no siempre funciona. Sobre todo cuando nos meten en situaciones alejadas del combate. ¿El mejor ejemplo? La sección de sigilo en mitad de la aventura. No estamos ante una campaña muy larga (en unas 2-3 horas acabaremos el juego), con que meter una parte de 15 minutos de sigilo corta el ritmo a lo grande. Además es el típico sigilo cutre donde solo con vernos se acaba la misión, y la justificación para el sigilo está muy cogida con pinzas.

La parte en la que vamos en coche queda mejor con la pandilocura global de Bright Memory: Infinite. Casi como si estuviéramos en una versión jugable de «A Todo Gas» a lo oriental, con que una parte en la que vamos a toda pastilla parece algo normal. Encima dura lo suficiente como para no molestar, al contrario que la parte de sigilo.

Hablando de ritmo, no puedo dejar de mencionar los jefes finales. Son combates bastante desafiantes y llamativos. Cada uno tiene ataques únicos, por lo que usar todas las armas y movimientos de Sheila es esencial si no queremos acabar aplastados, chamuscados o como un colador.

Bright Memory Infinite
Esta sección de sigilo sobra muchísimo

Espectacular… Pero algo plano

Claramente, hay muchos elementos que funcionan genial en Bright Memory: Infinite. Pero claro, hay otros que no tanto. El primero es el diseño de los niveles. Las arenas de combate son bastante básicas, siendo muy planas, por lo que no se aprovecha la verticalidad que nos proporciona el movimiento de Sheila. De hecho, las secciones plataformeras de Bright Memory se han suprimido casi por completo, ya que ahora todo está muy scriptado para agarrarnos cuando lo necesitemos, y pasar a pegar tiros.

También me choca cómo todos nuestros ataques se basan en el consumo de energía. Está claro que hay que limitar las habilidades más poderosas, pero tendría más sentido que cada ataque especial tuviera un cooldown único. Ahora mismo, nos estamos centrando en soltar espadazos, queremos lanzar un golpe contra el suelo, y no podemos.

El problema final es que Bright Memory: Infinite es bastante corto. Dura el doble que la demo/prólogo, pero eso tampoco es para echar cohetes. En unas 2-3 horas acabaremos el juego… Y no hay motivos para volver. No hay puntuaciones a batir, desafíos a superar ni coleccionables que profundicen en el lore por encontrar.

Bright Memory Infinite
Los jefes finales son bastante llamativos

¿En serio (casi) todo esto lo ha hecho una persona?

Donde cuesta ponerle muchas pegas a Bright Memory: Infinite es en su apartado técnico. Al menos, en lo visual, ya que FYQD-Studio es capaz de poner en evidencia a muchos juegos AAA. He jugado en Xbox Series X, pudiendo usar Ray Tracing (lo notaremos básicamente en el agua, pero no mucho más) y disfrutar de efectos muy llamativos. Mucho «brilli-brilli», vamos.

Pese a todos los efectos que hay en pantalla, el altísimo nivel de detalle de personajes y escenarios y el post-procesado, no he notado que el rendimiento se viese afectado. Todo iba a 60 FPS bastante estables, y con el Ray Tracing activado. Tengo curiosidad por cómo funcionará en Nintendo Switch, pero al menos el trabajo de port desde PC a consolas es mucho mejor que en Bright Memory.

En cuanto al sonido, escucharemos temas machacones típicos de acción. Funcionan, pero nada memorable. Las voces en inglés del juego (hay subtítulos) son tan de serie B, que pese a su cutrez, es imposible quitarlas. Le da cierto toque «kusoge» al juego, algo que le sienta de miedo dado lo loco de su narrativa.

Conclusión

Un gran sistema de combate y un apartado visual de escándalo. Estas son las grandes bazas de Bright Memory: Infinite, y vaya si engancha. Las 2-3 horas que dura el juego se nos pasarán volando. Las peleas son increíblemente divertidas, encadenando ataques como si fuéramos Dante o Bayonetta. Aquí FYQD-Studio lo ha bordado, demostrando tener un talento impresionante para los pocos recursos de los que disponía.

Ahora bien, estas limitaciones se notan en otros aspectos. La narrativa no hay por dónde cogerla, la sección de sigilo es un desastre, los niveles son algo planos y la rejugabilidad es prácticamente nula. Pese a no estar ante una demo como Bright Memory, todavía no estamos ante un juego a gran escala. Pero pasito a pasito, vaya si se puede llegar ahí con este gran talento.

¿Estamos ante un juego que vaya a revolucionar nuestra forma de ver el género? Ni por asomo. Pero Bright Memory: Infinite es como esa peli de acción que te arregla una tarde de finde semana. No tiene sentido, desconectas el cerebro para ver explosiones, y puede que no la recuerdes en un par de semanas. Pero aquí está lo importante: mientras dura, te va a encantar y no vas a querer soltar el mando. Y a veces, entre tanto AAA masivo, eso es justo lo que pide el cuerpo.

7

Nos consolamos con:

  • Visualmente es todo un espectáculo
  • El sistema de combate es genial
  • Gran variedad de situaciones y enemigos
  • Buena progresión global

Nos desconsolamos con:

  • Niveles demasiado planos
  • ¿En serio hacía falta una sección de sigilo entre tanta acción?
  • Muy corto y sin rejugabilidad
  • Imposible entender algo de la historia

Análisis realizado gracias a un código para Xbox Series X proporcionado por PLAYISM.

Ficha

  • Desarrollo: FYQD-Studio
  • Distribución: PLAYISM
  • Lanzamiento: 21/07/2022
  • Idioma: Textos en Castellano y Voces en Inglés/Chino
  • Precio: 19'99 €

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *