
Aunque ahora claramente tenemos la concepción de que Konami no hace juegos, la verdad es que sigue siendo una empresa increíblemente exitosa en otras áreas, como los arcades musicales. Entre Dance Dance Revolution o máquinas más originales (y que me muero por probar) como Dancerush Stardom, la división de juegos musicales de la compañía no para de sacar éxitos.
Como la VR está poco a poco haciéndose un hueco en Japón (con grandes obras como Deemo Reborn o Altdeus: Beyond Chronos entre otros), era cuestión de tiempo hasta que Konami trasladara su experiencia a este creciente mercado. Así tenemos Beat Arena, un nuevo juego desarrollado para que nos sintamos como estrellas del J-Rock con nuestras Oculus Quest. Así que afinad la guitarra, preparad las baquetas, marcad el ritmo con el bajo y dadle a las teclas, ¡que comienza el concierto!
Esta sección del análisis de la VPN se refería a cuando el juego se lanzó exclusivamente en Asia. La he mantenido, para no modificar en exceso el análisis. El grueso del juego sigue siendo igual, pero más adelante comento los cambios y mejoras que ha tenido el título en su lanzamiento mundial, que se resumen principalmente en más canciones para tocar.
Lo primero, hay que mencionar que Beat Arena no está disponible para descargar en Occidente por el momento. El título solo se encuentra disponible para el mercado asiático, con que si accedemos desde el móvil o las Quest a la tienda, no lo veremos o nos dirá que no está disponible. Si queréis descargarlo, hay que tirar de VPN, que es lo que hice como buen loco de los juegos musicales en VR. Una vez conectados a la tienda desde un servidor japonés, podemos añadir el juego a nuestra biblioteca, y ya lo podemos descargar desde nuestro visor sin problemas. De hecho, el título está completamente en inglés, por lo que no tendremos problemas para movernos por los menús ni nada por el estilo.

Sombra aquí, sombra allá, ¡maquíllate, maquíllate!
Dicho esto, con este juego no nos vamos a encontrar un juego musical «puro» como podrían ser Beat Saber o Audica entre muchos otros, donde todo gira en torno a la música y la forma de tocar. Lo que Beat Arena pretende es que nos sintamos como estrellas del rock, siendo la parte más puramente musical algo secundario.
¿Cómo lo consigue? El primer paso es crear nuestro propio avatar, pudiendo ver en todo momento nuestro cuerpo, lo que ayuda a dar una mayor sensación de presencia en este mundo. Podemos elegir el sexo de nuestro personaje, además de personalizarlo en cuanto a peinado, rostro, maquillaje, uñas, muñequeras y bastantes accesorios más. Eso por no mencionar la voz (de nuevo, también en inglés) o los emotes que podemos soltar durante las actuaciones. Cuando ya tengamos a nuestro alter-ego virtual (Luismi-kun en mi caso), es la hora de aprender a tocar.
Beat Arena no tiene un menú principal al uso, sino que una vez hemos accedido, estaremos en el backstage, por el que nos moveremos mediante teletransporte. Aquí podremos acceder al vestuario para volver a personalizar nuestro personaje, ver las tablas de puntuación en la pantalla gigante, o incluso ver a otros músicos con los que hemos tocado paseándose por la sala. Bueno, pasearse, o funcionar como hologramas. Las opciones las tendremos en una pantallita que tendremos a nuestro lado, y que podremos agarrar.
Aquí ya notaremos el primer fallo del juego: la navegación por los menús. Es un auténtico desastre, ya que tenemos que poner la mano en la opción, esperar a que se rellene un círculo, y ya la habremos marcado. Lo mismo ocurre para mover las barras de navegación por una lista, o para agarrar esta pantallita con el menú. Es algo muy tosco, y aunque está bien ver todas las canciones y a los músicos con los que tocar a nuestro alrededor, la usabilidad deja mucho que desear. Habría sido mucho más sencillo y cómodo tener un simple puntero, con el menú apareciendo al pulsar un botón o en una parte en concreto del backstage.
Obviamente, esto no rompe Beat Arena, pero es el primer punto donde se nota que este es el primer juego para VR de Konami, con que todavía tienen mucho que aprender. Cuando nos acostumbremos tras unas horas, no supondrá tanto problema, pero es algo sobre lo que espero, iteren mediante actualizaciones próximamente.
En este menú principal de la pantalla, veremos tres grandes pestañas:
- Free. Aquí podemos elegir cualquier canción, dificultad e instrumentos para tocar
- Campaign. El modo campaña empieza con un tutorial, y nos propondrá tocar unos temas en concreto con unos instrumentos, teniendo que obtener un mínimo de puntuación para poder progresar. Completar niveles desbloquea más opciones de personalización
- Replay. Aquí podremos ver repeticiones, o sencillamente, actuaciones de las canciones que trae el título

Aquí mi bajo y aquí mi batería
En cada una de las canciones, habrá un total de tres músicos, pudiendo elegir jugar con los personajes creados por defecto por el juego, o con los avatares de otros usuarios (luego explico mejor esto). Aquí ya empezamos a notar ese énfasis que tiene Beat Arena de hacernos sentir como estrellas del J-Rock, puesto que no tocaremos en una sala etérea ni nada por el estilo, sino que estaremos en mitad de un escenario rodeados de fans (o bueno, sus barritas luminosas), viendo en todo momento a nuestros dos compañeros.
En cuanto a los instrumentos que podemos tocar, son cuatro, ofreciendo cada uno una experiencia de juego totalmente diferente:
- Batería. El juego nos recomienda sentarnos, pero podemos hacerlo de pie sin problemas. Con las baquetas, tendremos que golpear el platillo, tambor o timbal según corresponda, cuando las notas lleguen a la parte de la batería correspondiente
- Piano. Las mecánicas son prácticamente las mismas que en Deemo Reborn, teniendo que pulsar las teclas que nos indiquen con las notas que aparecerán en la pantalla
- Guitarra. Con la mano izquierda sostendremos el mástil, y aunque dicha posición no importa, en función de si pulsamos el grip, el gatillo o los botones de acción, pondremos un acorde u otro. Con la otra mano tendremos que hacer el rasgueo de la guitarra cuando las notas nos los indiquen
- Bajo. La mecánica del mástil es idéntica a la de la guitarra, pero en vez de hacer el rasgueo con la otra mano, deberemos pulsar el grip o el gatillo para simular el movimiento con los dedos de tocar las cuerdas

Sólo tenemos dos niveles de dificultad, Casual y Hardcore, pero en ningún caso estaremos ante un desafío de locura como en los niveles más complicados de Beat Saber y similares. De hecho, es fácil ver cómo ofrecer tanta variedad hace que Beat Arena no sea el mejor juego musical.
En la parte positiva, la batería me ha encantado. Los mapas están muy bien pensados para ir acorde a la música, al igual que la disposición de los elementos de la batería. Puede que sea la mejor batería que he tocado en un juego de VR, haciendo que quiera un juego que explote todavía más estas mecánicas.
El piano también funciona muy bien. No tenemos las partes de mover la mano por el teclado como en Demo, pero de nuevo, el mapeo de las canciones está bien planteado para ofrecer un desafío justo que nos haga mover las manos sin parar.

Es en la guitarra y el bajo donde tengo más problemas. Para empezar, sólo hay tres posibles notas, por lo que la complejidad inicial de estos instrumentos es mucho menor. De hecho, al empezar Beat Arena, hasta me aburrían un poco, porque no veía que aprovecharan al máximo el concepto de la VR. ¿Para qué quiero pulsar botones en un juego musical de Realidad Virtual? Pero claro, luego me di cuenta que, en cierto sentido, estamos emulando los acordes, y al jugar en Hardcore, podemos apreciarlo más. Al final, el bajo me ha terminado enganchando, ya que esa sensación de pulsar las cuerdas del bajo se traslada sorprendemente bien a pulsar el grip y el gatillo del mando. Podrían haber hecho que la posición en el mástil sirviera para algo, pero igual habría complicado mucho estos instrumentos.
Todos estos detalles de la jugabilidad se aprecian al jugar en Hardcore, ya que sin llegar a ser algo imposible, sí nos hace estar activos durante la canción. Casual es demasiado sencillo… Pero nos da más libertad para expresarnos más creativamente durante los conciertos.
¡Es la hora del espectáculo!
Lo bueno de la VR, y la ilusión que consigue crear Beat Arena, es que realmente nos creemos que estamos en un escenario junto a otros músicos. De hecho, para empezar una canción, debemos saludar a nuestros compañeros para indicar que estamos preparados, ya sea con la cabeza, dándoles un «OK» con la mano o con un saludo normal. Estos músicos no van a parar quietos, con partes de la canción donde se acercarán para mostrar esa unión que tenemos con nuestros compañeros durante una actuación…. Por lo que es imposible que nosotros mismos estemos quietos.

Entre el público moviendo sus barras luminosas, los efectos pirotécnicos durante las canciones o las interacciones con los compañeros, uno se viene muy arriba y vive cada canción como si estuviéramos realmente ante miles de personas. Así que empiezas a mover la guitarra para tocar en vertical o después de que diera una vuelta por nuestro cuello, añades notas adicionales con la batería para meter más ritmo, o te pones a hacer el tonto en general mientras tocas el piano con una mano.
Es aquí donde resulta clave esa personalidad que le demos a nuestro personaje, pudiendo lanzar emoticonos de ánimo o soltar frases con los sticks. Todo esto resulta en una actuación única, que Beat Arena nos permite grabar y subir a la red. Pero no el concierto, sino nuestros movimientos.
De esta manera, cuando elegimos con quién tocar, podemos escoger las grabaciones de la gente, para ver qué han hecho durante la canción, y cómo ayudan a que cada actuación tenga todavía más vida. Es una forma de tener un multijugador asíncrono en el que no importa la puntuación, sino la sensación que transmiten al tocar junto a nosotros. Así que no lo dudéis, y poned a los músicos de otros personajes, que normalmente darán mucho más jugo a los conciertos que la IA.

Viendo lo bien que funciona este sistema de «repeticiones» para tener a otro avatar tocando junto a nosotros, es una lástima que Beat Arena no traiga un modo multijugador cooperativo. Imaginaos tener a vuestros amigos tocando junto a vosotros en tiempo real, gritándonos cuando hemos fallado alguna nota, haciendo el tonto o coordinándonos para dar el concierto de nuestra vida. Es lo que le falta al título para terminar de explotar toda esta mecánica, y de nuevo, ojalá la implementen en el futuro mediante actualizaciones.
Al menos, si lo único que queremos es ver un concierto virtual, Beat Arena nos tiene cubiertos con el modo «Replay». Aquí podremos disfrutar de las actuaciones de los músicos que escojamos, cambiando entre diferentes ángulos de cámara, estando nosotros mismos en el escenario, y teniendo la posibilidad de animar con una pandereta o hacer que cantamos con un micrófono. Hasta podemos activar las letras de la canción y cantar a pleno pulmón… Si es que logramos decir algo que tenga un mínimo de sentido, claro. Pero eh, que la amenaza de hacer que llueva a nuestro alrededor no nos quite la ilusión de cantar sobre un escenario, que esa es, nuevamente, una de las magias de Beat Arena.
Además, las 21 canciones del juego son variadas y bastante buenas. Recopilan varios de los temas que Bemani ha ido ofreciendo durante los años, con temas más lentos, otros más movidos, y otros que solo se pueden definir como únicos. Eso sí, la música es totalmente japonesa (chocante dada la estética, lo sé), con que si no os gusta este estilo, no va a haber nada que os atraiga.
Que alguien llame al pipa, que hay unos amplis rotos
Por muchísimos aspectos positivos que tenga Beat Arena, está claro que presenta varios problemas que lastran la experiencia en varios puntos más allá de la navegabilidad por los menús. El primero de ellos es la falta de precisión en ciertas acciones.
Con la batería (cuyas notas podían aparecer mejor para no cortarse con partes de la guitarra, todo sea dicho) y el piano no lo notaremos demasiado, pero sí con la guitarra y el bajo. Como el mástil se pega a la mano izquierda, un movimiento en falso e involuntario hará que el cuerpo del instrumento se mueva, por lo que ya no estaremos rasgando o pulsando donde está la guitarra/bajo, haciéndonos fallar en partes de la canción. Eso por no mencionar cuando el instrumento se queda dado la vuelta tras hacer alguna pirueta, sin poder hacer mucho para remediarlo más que mover el brazo izquierdo como si nos estuviera dando un ataque. Entiendo que no se puede replicar el peso de un instrumento en la VR al contar sólo con dos mandos muy ligeros entre las manos, pero sí se podría haber hecho algo mejor para que no dé tanta sensación de que no estamos al control del propio instrumento.
Esta pega no es muy grande comparada con la otra: no poder cambiar la posición de los instrumentos fuera del menú de personalización del avatar. Imaginaos que le ponemos el juego a un amigo, pero no está el bajo en la posición que quiere, y la batería la tiene muy alta. Pues no podremos hacer los ajustes necesarios antes de empezar una canción, sino que tendremos que ir al menú de personalización, cambiar los ajustes ahí, guardar los cambios hechos en el avatar, y luego ya entrar a la canción. ¿Que durante un tema no nos sentimos cómodos con la posición que hemos dejado? Mala suerte, ya que «el show debe continuar» y no podemos cambiar dicha posición en un menú intermedio.

Es algo muy absurdo, ya que si nos das tiempo para saludar a los compañeros antes de empezar a tocar, ¿por qué no para verificar que los ajustes son de nuestro agrado? Igual es porque se podrían romper las animaciones del avatar o cualquier otra cosa relacionada con el sistema de repeticiones/avatares, pero claramente hace falta una solución menor.
Por último, tenemos la pega del contenido. Sólo 21 canciones para tocar en Beat Arena se quedan cortas, algo que notaremos sobre todo en el modo Campaña, que está compuesto por 50 niveles. Como nos hacen repetir el mismo grupo de canciones todo el rato antes de pasar a otro conjunto de temas, esa sensación de repetitividad se incremente. Que las canciones en este modo sean en dificultad Casual no ayuda, con que este es un caso en el que las opciones de personalización extra (que no son gran cosa) se pueden omitir para jugar directamente el tema en la dificultad que queramos.
¡Que suene la música!
Al entrar a hablar de los apartados técnicos, la verdad es que Konami ha hecho un gran trabajo, para ofrecer una estética muy, muy anime que resulta de lo más agradable en VR. Sí, se echan en falta más escenarios (solo hay uno), y el nivel de detalle en general es bajo, pero gracias a esa estética anime, no echaremos en falta más detalle ni nada por el estilo. Gracias a los efectos en pantalla y el arte, Beat Arena logra entrar por los ojos desde el primer momento. De hecho, la manera de digitalizarlo todo al entrar a cada canción me encanta, porque es una animación rápida pero muy vistosa.
En cuanto al sonido, siendo un juego musical, no se podía quedar atrás. Todo suena de lujo, escuchándose claramente cambios en la música en función de si lo hacemos bien o mal, lo cual también ayuda a crear esa sensación constante de que esta es nuestra gran actuación. Las voces en inglés son muy de doblaje anime de serie B, lo cual siempre me parece da encanto a este tipo de producciones. Como tampoco vamos a escuchar mucho a los personajes más allá de frases sueltas, no es un problema, y ayuda a dar más personalidad al videojuego.

Por fin en Occidente
Konami al fin ha publicado Beat Arena en Occidente, por lo que quería reflejarlo en el análisis con esta actualización. Junto a este lanzamiento a nivel mundial, se han añadido varios elementos, como una correcta traducción al castellano de todos los textos, y lo más importante, nuevas canciones.
Desde el lanzamiento, el juego se ha ido actualizando con varias mejoras generales. Por ejemplo, ahora es posible navegar por varios menús usando también los sticks (sigue habiendo margen de mejora, no nos engañemos), además de poder saltarnos la parte inicial de saludar a los compañeros para pasar más rápido a la parte musical.
Lo más importante, aun así, es cómo se ha ido ampliando el repertorio de canciones. Actualmente hay más de 40 canciones (más o menos el doble que de lanzamiento), lo que ha servido para renovar el modo Campaña para que sea mucho más variado. Además, durante su época como exclusivo de Asia ha habido diversos eventos para poder tocar junto a las grabaciones de algún avatar especial, por lo que Konami está mimando mucho más de lo esperado el título. Seguramente sea mucho pedir el tener un multijugador en tiempo real, pero si siguen añadiendo canciones, entonces Beat Arena va a estar mucho tiempo en el escenario.
Conclusión
Konami ha entrado en la Realidad Virtual por la puerta grande, ya que Beat Arena se abre un hueco en el completo mercado de los juegos musicales para ofrecer algo único y muy divertido. ¿Queríais un Rock Band en VR? Esto es lo más cerca que estamos de conseguirlo (y eso que hay un Rock Band VR por parte de Harmonix para VR, pese a ser muy soso), gracias a los cuatro estilos de juego presentes (sólo les queda añadir un karaoke funcional), pero sobre todo, por la lograda sensación de que estamos en un escenario frente a un gran público.
Es cierto que la parte musical palidece en comparación con otros juegos, pero funciona bastante bien, animándonos a lucirnos durante las actuaciones como las estrellas del J-Rock que claramente somos (en la ducha y los sueños), y de paso, ofrecernos una de las mejores baterías que hay en VR.
El sistema de avatares para «grabar» nuestras actuaciones y compartirlas con otros usuarios es fantástico, y aunque no es un multijugador real (que sería lo ideal), es un buen primer acercamiento. Obviamente, hay ciertos problemas en Beat Arena propios de una primera producción, como una navegabilidad por los menús muy mejorable, falta de opciones para poder ajustar la posición de los instrumentos, o cierta falta de contenido frente a otros títulos musicales.
Por suerte, dicen que este es el inicio, con más canciones que llegarán en el futuro mediante actualizaciones. Espero que cuando lleguen, también se pueda disfrutar de Beat Arena en Occidente, ya que es una experiencia altamente recomendable. Mientras tanto, iré afinando mi bajo y preparando unas nuevas baquetas, que los fans están a la espera de más y más actuaciones de Luismi-kun y el resto de la banda.
Nos consolamos con:
- 4 estilos de juego diferentes en un mismo título, destacando sobre todo la batería
- Sensación muy lograda de estar tocando en un escenario junto a otros músicos
- Poder descargar las actuaciones de otros usuarios para poder tener actuaciones más animadas todavía
- Las repeticiones ofrecen muchas posibilidades, y hasta son una buena forma de disfrutar de un «concierto» virtual
Nos desconsolamos con:
- La navegación por los menús es muy, muy mejorable, incluso tras las mejoras desde su lanzamiento en Asia
- No poder ajustar la posición de los instrumentos salvo que vayamos a la personalización del avatar
- Las sensaciones iniciales de la guitarra y el bajo no son las más positivas del mundo
Análisis realizado gracias a una copia descargada desde la Oculus Store tras conectarse mediante una VPN a un servidor japonés, y actualizado tras el lanzamiento mundial
Ficha
- Desarrollo: Konami
- Distribución: Konami
- Lanzamiento: Asia: 12/03/2021 - Nivel mundial: 26/08/2021
- Idioma: Textos en Castellano y voces en inglés
- Precio: 29,99 €
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