Los animes siguen siendo más o menos de nicho, aunque poco a poco se van haciendo más populares gracias al creciente número de opciones de streaming que hay totalmente legales y traducidos para que los fans disfruten de sus series sin recurrir a métodos de «parche en el ojo». Sin embargo, hay algunos animes que cobran una popularidad enorme y es muy probable que incluso los ajenos a este tipo de series de animación, como mínimo, les suene el nombre.
Este es el caso de Ataque a los Titanes, que desde su estreno cautivó a todo el mundo gracias a su gran animación e interesante premisa. Lo curioso es que ya han pasado varios años desde que acabó la primera temporada, y hasta principios de 2017 no llegará la esperada segunda temporada. Mientras tanto, los fans hemos tenido todo tipo de productos secundarios para hacer la espera algo más llevadera, como un spin-off algo extraño al mostrarnos cómo sería todo si todo el conflicto tuviera lugar en una guardería, y lo que aquí nos ocupa, el videojuego Attack on Titan: Wings of Freedom. ¿Habrá sabido Omega Force, conocido por desarrollar musous, plasmar la esencia del anime o estaremos ante un producto que habría sido mejor dejar atrapado entre altísimos muros?
El modo principal de juego es, como no podría ser de otra forma, el que recrea los sucesos del anime. La historia se ha plasmado sorprendetemente bien, aunque como es de esperar, con algunas concesiones para favorecer el ritmo de juego. Por si alguien no conoce de qué va el anime (o el manga en el que se inspira), Attack on Titan nos traslada a un mundo alternativo en el que unos seres gigantescos aparecieron en el mundo, y su único objetivo es devorar a los seres humanos.
Estos titanes han diezmado a la humanidad, que se ha visto obligada a replegarse detrás de tres gigantescos muros, tras los cuales hemos estado a salvo durante muchos años. Esto cambia cuando un titán especial conocido como el Titán Colosal derriba el primero de los tres muros concéntricos, lo que sirve al mismo tiempo como llamada de atención para ver que ni detrás de los muros se estará a salvo de forma permanente.
El protagonista de esta historia es Eren Jaeger, un joven que en el ataque del Titán Colosal perdió a su madre delante de sus ojos, jurando desde entonces acabar con todos los titanes para poder reclamar el mundo para la humanidad.
El anime se caracteriza por mostrar lo duro que es este conflicto, con soldados muriendo a diestro y siniestro ante cualquier ataque de los titanes. En Attack on Titan: Wings of Freedom esto también se puede ver, pero los momentos más personales se han visto bastante reducidos para pasar antes a la acción. Esto provoca que se pierdan algunos matices argumentales del anime, pero como adaptación, está muy conseguida. Eso sí, si vuestra primera toma de contacto con la franquicia es el juego, os recomiendo que luego veáis el anime para entender y conocer mejor a los diferentes personajes.
Lo bueno es que el juego no se queda solo en lo visto en el anime, sino que va un poco más allá. El capítulo que sirve de epílogo recrea más o menos lo que debe ser el inicio de la segunda temporada (por lo que me han comentado los seguidores del manga), lo que nos permite enfrentarnos a titanes especiales que ni siquiera han aparecido todavía en la serie.
En la historia no tenía muchas dudas de que harían un gran trabajo después de lo que logró el estudio con «La Leyenda de Arslan», pero donde me entraban muchas dudas era en la jugabilidad. Al fin y al cabo, las mecánicas de un musou no quedarían bien, y me alegra decir que Omega Force lo ha clavado.
Como en el anime, el núcleo de la jugabilidad se basa en el uso del dispositivo de maniobras tridimensional. En esencia, se trata de un dispositivo que nos permite engancharnos por el escenario para desplazarnos al más puro estilo Spiderman. Al combinarlo con una especie de propulsor a gas, podremos movernos a toda velocidad por los escenarios, como hacen los personajes en la serie.
Este dispositivo es el que nos permite luchar contra los titanes, ya que cada encuentro se tiene que afrontar de forma individual. Es decir, olvidaos de lo de ir matando a cientos de enemigos en cada fase como en la mayoría de juegos del estudio.
Cuando estemos cerca de un titán, tendremos que entrar en modo combate, centrando la cámara en el enemigo. Después habrá que centrarse en una extremidad del titán, para acto seguido lanzar los ganchos a dicha parte. Entonces nos moveremos en un plano casi 2D, y cuando dejemos de movernos nos lanzaremos a toda velocidad a por esa extremidad. Si medimos bien el tiempo que estamos desplazándonos hacia la extremidad, podremos lanzar ataques devastadores.
Hay que tener en cuenta que, como en el anime, los enemigos de Attack on Titan: Wings of Freedom solo pueden ser aniquilados si se destruye una parte concreta de su nuca. Destruir el resto de extremidades reducirá la capacidad ofensiva y defensiva del titán, aunque con el tiempo se regeneran, así que hay que ver si nos interesa intenta un ataque directo a la nuca o primero cercenar brazos y piernas.
Los combates son tan épicos como en el anime, siendo las mecánicas muy sencillas, pero satisfactorias. Cambiar del modo de desplazamiento al de combate es muy sencillo, al igual que centrarse en unas partes u otras. De esta forma, cuando nos lanzamos a por un titán y le rebanamos la nuca la sensación es increíble, además de satisfactoria.
Algo que me ha gustado es que un solo titán se puede manejar más o menos bien, pero cuando aparecen muchos titanes de forma simultánea, la cosa cambia drásticamente. Es entonces cuando los ataques de uno, sus interferencias en nuestros ganchos y los posibles agarres hacen que estos encuentros sean muy intensos, teniendo que usar un poco la cabeza, además de nuestros reflejos, para salir airosos y librar a la humanidad de unos cuantos titanes más.
Por este motivo, el uso de nuestro escuadrón es muy importante. En todo momento podremos ir acompañados de hasta otros cuatro personajes, que nos ayudarán en el combate, y les podremos dar sencillas órdenes. Si alguno es abatido, podremos reclutar a otros soldados por el mapa, ya sea acercándonos a soldados rasos, o uniéndose protagonistas si completamos varias misiones secundarias.
Las misiones como tal sí que son muy similares a otros musous. Estaremos en grandes mapas donde tendremos que cumplir varios objetivos para alzarnos con la victoria. La gracia está en que los mapas ofrecen una buena variedad que nos fuerzan a usar diferentes métodos de movilidad. En las ciudades, el dispositivo de maniobras tridimensionales será constante, mientras que en las zonas de campo, al no haber tantos enganches posibles, tendremos que usar el caballo hasta llegar hasta donde se encuentran los titanes.
Otro aspecto muy positivo es la variedad de enemigos. El tamaño de los titanes puede ser muy diferente entre los enemigos, lo que nos fuerza a usar diferentes tácticas. Contra los más pequeños podremos ir directamente a por la nuca, mientras que los grandes pueden ser más difíciles de matar a la primera. A esto hay que sumar la posibilidad de que sean titanes anormales, por lo que pueden ir moviéndose sobre sus cuatro extremidades, ser más rápidos, etc.
Junto a los titanes estándar, nos encontramos con los titanes especiales, que funcionan como jefes finales. Nuevamente, el objetivo sigue siendo cercenar su nuca, pero sus patrones de movimiento hacen que las tácticas tengan que cambiar. Estos combates son mucho más intensos de lo que pensaba que serían, y el duelo con el titán hembra es sencillamente espectacular.
Aunque todos los personajes se controlan igual, hay varias diferencias notables entre ellos. Por ejemplo, Mikasa puede realizar varios cortes seguidos de una sola pasada, mientras que Levi puede usar su icónico ataque giratorio para hacer más daño. Otros serán mejores para otras funciones, como por ejemplo Armin, que podrá ordenar exactamente cuándo atacar a sus aliados, por lo que no podremos afrontar los encuentros con los titanes de la misma forma con cada uno de ellos.
Junto a la forma humana, en algunos momentos podremos controlar a un titán. Las mecánicas aquí son bastante más básicas, con combos mucho más sencillos y destructivos. A cambio, las batallas mantienen la epicidad gracias a la destrucción del escenario, lo que siguen haciendo de estos encuentros una verdadera delicia.
A pesar de lo bien que funciona Attack on Titan: Wings of Freedom, hay un problema que es común a los musous: la repetividad. Las misiones se parecen mucho entre sí, aunque al menos en las del modo historia hay diferencias importantes que las hacen bastante llamativas. No se puede decir lo mismo de las misiones de reconocimiento, que son totalmente estándares y a la larga, terminan por cansar. Lo malo es que para avanzar en la parte del epílogo es necesario completar estas misiones de reconocimiento, algo que puede molestar cuando queremos ver cómo sigue el relato nuevo respecto al anime.
La sensación de farmear se agrava por el sistema de progresión de los personajes y de los objetos, lo que puede llegar a molestar en sesiones muy largas de juego.
La cámara a veces puede jugar alguna que otra mala pasada, además de encontrarnos con varios bugs. Por ejemplo, en el combate final de la historia, el jefe final se quedó un rato totalmente inmóvil, lo que me dio un tiempo de respiro, pero cortaba la intensidad de la batalla.
Técnicamente, Attack on Titan: Wing of Freedom parece el anime en movimiento. Esto provoca que las batallas sean tan épicas como en la serie, lo cual es todo un puntazo. Las escenas de vídeo lucen incluso mejor, representando frame a frame algunos de los momentos más icónicos del anime.
Es muy importante la fluidez de la acción durante la mayor parte, pudiendo movernos a toda velocidad por grandes mapas. La distancia de dibujado en PS4 es bastante grande, aunque algunos elementos aparecen en la pantalla de forma repentina, algo común en los musous. El principal problema es que en momentos donde hay mucha destrucción en pantalla, hay ralentizaciones muy patentes, lo que debería de haberse cuidado algo más.
El sonido sí que es muy bueno en todos los apartados. La música es casi igual a la de la serie, y creo que algunos temas se repiten. Sirven para hacer más épicos los niveles de lo que ya de por sí son. Las voces en japonés están muy bien, aunque habría sido mejor incluso que los textos estuvieran en nuestro idioma.
Conclusión
Omega Force ofrece uno de sus mejores juegos hasta la fecha en una adaptación sencillamente perfecta para los fans del anime. Attack on Titan: Wings of Freedom es precisamente lo que todos los fans podemos llegar a querer, al plasmar el movimiento, la historia y las batallas de la serie de una forma sencilla, pero tan épica, espectacular e intensa como tiene que ser una batalla a muerte contra seres gigantes.
Las mecánicas no solo son muy sólidas, sino que además estamos ante un juego muy completo, lleno de misiones, equipamiento a desbloquear, etc. Es una pena que a la larga se haga algo repetitivo, pero eso no desmerece para nada la experiencia. Así que, si sois fans de la franquicia, estamos ante un juego sencillamente imprescindible. Si además queréis buscar un juego de acción único que os haga vibrar en cada encuentro, puede que esta sea la forma perfecta de adentrarse en la batalla contra los titanes.
Nos consolamos con:
- Representación fantástica del anime.
- Avanzar algo más en la historia que lo visto en la primera temporada de la serie.
- Batallas intensas y vibrantes, sobre todo contra los jefes finales.
- Mucho contenido para darnos horas de diversión…
Nos desconsolamos con:
- … Pero a la larga se puede hacer algo repetitivo.
- Textos completamente en inglés.
Ficha
- Desarrollo: Omega Force
- Distribución: Tecmo Koei/Koch Media
- Lanzamiento: 26/08/2016
- Idioma: Textos en Inglés y voces en Japonés
- Precio: 59,99 €
Ediner says
Yo lo tengo en el Vita y es excelente, a nivel de historia, gráficos y gameplay, lo que más me molesta es que tiene un efecto de cámara lenta cada vez que le rebanas la nuca a un titán, y si por cada misión debemos acabar con 40-50 se vuelve bastante cansón, ya que te detiene por unos segundos una acción desenfrenada con mucho movimiento. Lo otro es que si las personas sólo conocen de la historia por el animé, se van a llevar unos spoilers cuando lleguen al epílogo con el titán bestia.