El equipo de Deck13 se ganó la popularidad de muchos usuarios gracias a sus recientes juegos Souls-Like. La saga The Surge en particular ha sido de las que más ha calado dentro de este sub-género, pero en Deck13 no se querían estancar. Por eso anunciaron Atlas Fallen, donde pretendían cambiar totalmente de registro. Adiós a los duros combates donde la muerte está al acecho en cada combate, para abrazar un espíritu de acción y aventuras muy en la línea de Darksiders.
Pero claro, tras afianzarse en una fórmula tan definida, ¿podrán cambiar de registro de manera exitosa? Preparad vuestra ropa contra la arena, que se mete en todas partes, y puede ser nuestra nueva arma. ¡Hora de luchar contra un dios despiadado!
Si es un RPG, ¡habrá que luchar contra un Dios!
El mundo de Atlas está marchito. El dios Thelos gobierna, y para poder sobrevivir, hay que hacer ofrendas de una energía que se debe transportar a través de su arenoso mundo. Las personas son tan poco importantes, que muchas no tienen ni nombres. Nosotros encarnamos a uno de esos «sin nombres», topándonos con un guantelete mágico que nos dará la oportunidad de cambiar las cosas.
Así comienza una insurrección de la humanidad para recuperar el planeta, con nosotros como punta de lanza junto al ser que habita en nuestro guantelete. El lore de Atlas Fallen es extenso. Muy, muy extenso. Y la historia incluso nos plantea ideas que no están nada mal, sobre todo una vez descubrimos quién es Nyaal, nuestro nuevo amigo del guantelete.
Sin embargo, la historia nunca termina de enganchar. No se llega a profundizar en absolutamente nada, Nyaal o el protagonista son muy insulsos, y todo termina por ser genérico a más no poder. Sí que hay más chispa en los diálogos de las misiones secundarias, pero la verdad, acabaremos poniendo el piloto automático en lo que respecta a las misiones principales. Una pena, porque lo dicho, las ideas están ahí, pero no se llegan a explorar como deberían.
Podremos hablar con nuestro azulado amigo espectral en los yunques de Atlas
Riesgo-beneficio en estado puro
Donde Atlas Fallen sí empieza a mostrar su mejor cara es en su combate. De nuevo, olvidaos de la estructura Souls-Like, ya que aquí nos encontramos ante unas peleas más propias de las aventuras de acción de la era PS2 o un hack and slash. Así que contamos con múltiples posibilidades de hacer combos tanto terrestres como aéreos, esquivas hasta que nos cansemos, y sí, también un parry que paraliza al enemigo si lo hacemos en el momento adecuado.
En vez de tener ataques fuertes o débiles, cada botón de ataque está asignado a una de las tres armas que podemos llegar a equiparnos. Tenemos el hacha para causar estragos de manera lenta, el látigo para golpear a grupos enteros desde la distancia, o los guanteletes para destrozar con velocidad y en un rango cercano. Hasta aquí todo dentro de lo habitual, pero hay una mecánica que hace todo bastante original: el ímpetu.
Al realizar ataques o parries, se cargará nuestra energía, dividida en 3 niveles. En cada uno las armas irán creciendo y nuestro daño aumentará, pero a cambio, nosotros también recibiremos más daño. ¿Queremos acabar con ese riesgo? Pues hacemos un ataque cargado para consumir toda la energía. Riesgo-beneficio total, lo que hace todos los combates mucho más intensos y emocionantes. Eso que sólo hay tres armas y tampoco es que haya una variedad aplastante de enemigos, algo que juega mucho en contra del título. Sólo por esta idea de gestionar el Ímpetu, he disfrutado cada uno de los combates de Atlas Fallen.
Nada como soltar toda la energía y reventar a unos enemigos cristalizados
Si tiene varias partes, ¡a romperse!
Los trabajos previos de Deck13 se notan en ciertos aspectos del juego, como por ejemplo, la idea de apuntar a las extremidades de los enemigos de The Surge. Por eso, los enemigos grandes no tienen más vida como tal, sino que tienen diversas partes que debemos destruir. Algunas no son importantes, dándonos «sólo» más recursos, pero a cambio, el bicho se volverá más agresivo, ya que con cada parte perdida, su repertorio de ataques puede cambiar. Otra vez el riesgo-beneficio.
El Ímpetu tiene un propósito secundario, ya que el Guantelete puede tener varias gemas activas para cada uno de los niveles. Unas son habilidades activas y otras pasivas. Podemos cambiar rápidamente entre diversas builds, ya que a veces nos compensará más tener gemas defensivas para contrarrestar el daño extra recibido al subir el Ímpetu. En otras ocasiones, igual es mejor ir a la ofensiva con toda clase de habilidades extra. Las posibilidades que nos plantea Atlas Fallen son muy amplias, y Deck13 es inteligente al hacer que estas gemas sean las constantes recompensas que nos irán dando a medida que completamos contenido.
Junto al uso de armaduras con diferentes peculiaridades, ganando recompensas pasivas globales al ir subiendo cada una de niveles, los elementos roleros del juego son excelentes. Da gusto experimentar con cada nueva gema que hemos adquirido o fabricado, probar las builds que eso conlleva, etc. Encontrar el equilibrio con un amigo, gracias al modo cooperativo, hace todo incluso más divertido.
El látigo puede venir de perlas para dañar varias partes del enemigo de golpe
El surf sobre la arena es la nueva moda
El combate es importante en Atlas Fallen, pero como ya he mencionado antes, tiene diversos problemas pese a sus muchos puentes fuertes. Donde sí brilla con luz propia es en la exploración de los escenarios. El juego se divide en 4 grandes escenarios, con elementos claramente distintivos, como un gran desierto más abierto o unas cuevas que esconden una antigua ciudad derruida por citar unos ejemplos.
A medida que vamos avanzando en la trama, nuestras habilidades de exploración aumentarán. Empezaremos «sólo» pudiendo surfear por la arena y haciendo una esquiva aérea. Al final podremos realizar múltiples movimientos aéreos, levantar estructuras de la arena o hacer que otras plataformas aparezcan de manera como astral. Así se consiguen ciertos toques de Metroidvania, al poder acceder a nuevas áreas en busca de más secretos o misiones, además de mantener la exploración entretenida.
Es realmente adictivo ver algo a lo lejos, llegar y ponernos a brincar sin parar mientras abrimos cofres, nos enfrentamos a algunas oleadas de enemigos o completamos más misiones secundarias. Es el punto donde Atlas Fallen te engancha, y las horas se pasan volando sin darte cuenta. La movilidad es excelente, al igual que el diseño de los niveles, que aprovechan nuestras habilidades al máximo. Así, las 15 horas más o menos que nos puede durar el juego (en función de las misiones secundarias que hagamos) se pasan volando… Pese a que, de nuevo, se echa en falta algo más de variedad en cuanto armas y enemigos, sobre todo a largo plazo.
¿Quién quiere correr por la arena cuando se puede surfear?
La preciosidad de un mundo marchito
Una de las formas que tiene Atlas Fallen de motivarnos a ir explorando todos los rincones de su mundo es que, a pesar de estar todo muerto, nos entre por los ojos. El diseño artístico de las armaduras es genial, las opciones de personalización visual son muy completas, para que nos tiremos también un buen tiempo en nuestro pase de modelos particular.
Los entornos están llenos de detalle, y aunque el popping al ir deslizándonos por la arena es exagerado, las grandes estructuras son siempre visibles en la lejanía. Así se pica nuestra curiosidad… Y las horas haciendo capturas con el Modo Foto aumentan.
A nivel sonoro, los actores de voz tienen una calidad muy desigual. Algunos tienen mucha energía, mientras que otros suenan aburridos y casi muertos por dentro. Que los subtítulos en las escenas de vídeo no sean correctos no ayuda, pero es otro motivo para querer pasar olímpicamente de la historia. Dicho esto, la música de corte épico, si bien no llega a ser memorable, anima bastante durante la exploración y el combate.
Conclusión
El equipo de Deck13 ha logrado cambiar bastante bien de registro con Atlas Fallen, ofreciendo una aventura de acción con toques de RPG que tiene muy buenas ideas… Aunque no todas llegan a ejecutarse con la misma calidad. La exploración de los escenarios es increíble, adictiva y de lo más satisfactorio. El tema del Ímpetu, junto a su constante riesgo-beneficio, es genial y le da una tensión añadida a cada combate.
Sin embargo, le falta ese plus para terminar de ser una joya. Hace falta más variedad en las armas, sus combos o los tipos de enemigos a los que nos enfrentamos. La historia tampoco termina de cuajar, y al combinar ambos elementos, el último tramo igual se nos hace un poco más pesado. Aun así, Atlas Fallen es un inicio muy prometedor para este planteamiento. En una hipotética secuela se podrían terminar de limar todas estas asperezas, y como ya pasó con The Surge, ofrecernos una joya del género con ideas conocidas y propias. Por ahora, tenemos el típico juego de 7 que, si bien no destaca en su conjunto, logra enganchar gracias a su encanto.
Nos consolamos con:
- La exploración del escenario es fantástica
- Modo cooperativo, nada habitual en este género
- Artísticamente es muy atractivo
- El riesgo-beneficio constante gracias al sistema de Ímpetu
Nos desconsolamos con:
- Historia olvidable a más no poder
- Al combate le falta algo más de variedad, tanto de armas como de enemigos
- Doblaje en inglés mediocre y con subtítulos que fallan en las cinemáticas
- Popping excesivo
Análisis realizado gracias a una clave para PS5 proporcionada por PLAION.
Ficha
- Desarrollo: Deck13
- Distribución: Focus Entertainment
- Lanzamiento: 10/08/2023
- Idioma: Textos en Español y Voces en Inglés
- Precio: 49'99 €
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