En plena época de auge del género zombie, hace dos años Konami se adentró en el género de los no-muertos con Zombie Apocalypse, un arcade de corte clásico con una mecánica similar al Alien Breed, con esa vista aérea y una jugabilidad clásica basada en el stick dual, y una historia al más puro estilo Left 4 Dead, con esos cuatro personajes que deberán colaborar juntos para escapar del holocausto zombie que se ha liado. El juego original fue desarrollado por Nihilistic Software (sí, los mismos que hicieron los mediocres Conan y PlayStation Move Heroes), que no acabó de cuajar entre los jugones. La propuesta era interesante pero la ejecución no funcionó, resultando un juego entretenido en compañía (sobretodo en los primeros compases) pero que caía demasiado pronto en la monotonía, sin mantener el ritmo ni explotar esas ideas buenas que parecía tener.
La poca aceptación que tuvo no desmotivó a Konami, quien después de ver el éxito de los recientes Dead Nation o la tercera parte de Alien Breed (ejemplos de una jugabilidad similar), y de ver como triunfa la temática en distintos géneros (COD Black Ops, Left 4 Dead 2, Dead Rising 2, Dead Island, incluso en Sandbox, Red Dead Redemption o Infamous 2, y hasta en plataformas móviles, Plants vs Zombies), encargó la secuela a Backbone Entertainment (empresa acostumbrada a hacer conversiones de juegos Arcade). Un juego que se presenta excesivamente continuista y con el propósito de intentar solventar aquellos detalles donde cojeaba.
La historia nos sitúa en una isla, donde nuestros cuatro protagonistas deberán volver a colaborar para escapar. Al inicio del juego se nos presenta brevemente a estos personajes, que sirve a modo de introducción a una historia horriblemente mal explicada, hasta tal punto que nos encontramos empezando en plena matanza sin saber muy bien porqué o como hemos llegado a ese punto. Viendo estos cuatro personajes, no es extraño que a más de uno nos recuerde enormemente al genial Left 4 Dead: Def Money (el clásico negro, en este caso se trata de un rapero de poca monta, armado con dos pistolas), el Padre Bill (un viejo cura armado con una poderosa escopeta), Alma (la guapa, con un rifle de calibre en la mano) y Jeremy (el chico gracioso, amante como nosotros de los videojuegos, calzado con un subfusil de buena cadencia de tiro).
Tal como ya sucedía en el anterior título, nos pondremos en la piel de uno de los cuatro personajes, aunque en esta ocasión con un par de matices distintos. Para empezar, cada uno de estos personajes va calzado con un arma distinta, un aspecto distintivo que nos permite adaptarnos a la jugabilidad que mejor nos convenga, pues cada una de estas armas tiene su propio estilo de juego. Pero no solo eso, sino que cada protagonista tiene sus propias habilidades especiales (denominadas PWNAGE), a cada cual más cachonda, que proporcionan invulnerabilidad, una devastadora torreta estática, paralizar el tiempo o velocidad, durante un breve periodo de tiempo. Por último, cada uno de ellos dispone de un objeto de lanzamiento propio, un osito de peluche que actúa como cebo-bomba (si, igual que en Left 4 Dead, solo que ahí no era un peluche), cóctel molotov, un bidón de propano que causa una potente explosión o un radiocasete con las clásicas luces de neón discotequeras que provoca un baile entre los zombies desternillante.
El juego puede jugarse en cooperativo con otros tres amiguetes (ya sea a pantalla partida u online) o solo, en cuyo caso ya no nos enfrentamos solos a las hordas de zombies (como sucedía en el anterior juego), sino que en esta ocasión el resto de jugadores son bots controlados por la IA, con la posibilidad de cambiar de personaje cuando nos apetezca. Como es lógico, cada jugador tiene su barra de energía, y en cuanto se acabe nos quedamos en el suelo esperando ser reanimados por algún compañero. Supongo que no hace falta
El sistema de juego se basa en un sistema de control del denominado stick dual, el stick izquierdo para manejar y el derecho para disparar, similar a otros títulos arcade como Gatling Gears, Renegade Ops, Dead Nation, Geometry Wars o Alien Breed; y una vista aérea perpendicular. En pocas palabras, jugabilidad de corte clásico y acción directa, de los llamados “gatillo fácil”, basada en una masacre zombies, lo cual siempre resulta agradecido (al menos mientras no saturen el género) para descargar adrenalina y alguna que otra tensión.
La aventura nos lleva a través de 10 niveles a hacer un poco de todo, desde avanzar hasta llegar al barco para escapar de la isla (mmm, ¿no había un barco en Left 4 Dead 2?), resistir oleadas de zombies en un único escenario (es inevitable acordarnos de Smash TV o el más reciente Dead Ops Arcade del Black Ops), etc. Al empezar el nivel veremos una serie de retos o desafíos que se nos plantearán, otorgándonos más dinero al cumplirlos. Esto es importante, pues junto al dinero obtenido por cada zombie que matemos, nos servirá para comprar nuevas habilidades (velocidad, daño, nivel de arma, etc.).
Por el camino encontramos distintos Power-Ups u objetos que van soltando los no-muertos que nos proporcionan ligeras ventajas momentáneas, como una sierra eléctrica, una ametralladora de gran calibre o los clásicos botiquines. Aunque sin duda, lo mejor son las armas combinadas (un concepto que parece sacado de Dead Rising) que resultan tan cachondas como devastadoras.
Es importante destacar el concepto del multiplicador de puntos: cuantos más zombis destruyamos sin ser dañados, más puntos obtenemos. De este modo, cada cinco zombis exterminados sumaremos un x1, (x3 si ejecutamos algún movimiento especial), pero si nos dañan el multiplicador vuelve a 0.
Las similitudes con el mencionado Left 4 Dead van más allá de los personajes, situaciones o en la forma de jugar, pues algunos de los zombies que encontramos parecen sacados del título de Valve. Os acordáis del Boomer? (si, esa bola de sebo zombie que vomitaba un líquido verde asqueroso; pues aquí dicho líquido te paraliza), ¿o del Tank?. ¿Falta de ideas, quizá? (ya puestos, ¿porqué no han traído a la Witch?).
Hasta aquí todo bien, pues la propuesta es bastante atractiva y esta temática de matar zombies engancha, a parte de servir como buena terapia para descargar tensiones. Pero no es oro todo lo que reluce y lamentablemente el juego se estampa de cabeza en el modo un jugador debido a una bochornosa IA que controla a nuestros compañeros bots. Dicha IA es capaz, ella solita, de cargarse a sus jugadores y dejarnos con todo el percal a nosotros solos, lo cual nos pondrá en serios aprietos en los niveles más avanzados, donde terminarlos será una tarea prácticamente imposible. Es de agradecer que en esta secuela tengamos la ayuda de bots (otro concepto más sacado de Left 4 Dead), pero dotarles de esa ridícula IA o no ponerlos es prácticamente lo mismo, ya que solo hacen que seguirte y disparar cuando tu disparas, inútiles hasta para escapar de los ataques de los zombies (ahí quietos, esperando y viendo como su energía baja en picado).
Ahí es donde el modo cooperativo cobra mayor importancia, no solo para multiplicar la diversión, sino para avanzar en el juego. Hasta el punto que podríamos estar hablando como el modo principal del juego, pues el hecho de poder contar con tres mentes humanas ayuda enormemente a incrementar esa jugabilidad.
Otro aspecto negativo lo encontramos en la escasa variedad de zombies, cierto es que han añadido un par más respecto el primer título (en total habrá unos 10), pero son todos clones y van todos vestidos igual. Un poco de variedad en la vestimenta no le hubiese venido, para nada, mal.
Gráficamente el juego es bonito, los escenarios cerrados presentan una ambientación muy bien lograda y un nivel de detalle asombroso, una lástima que con tanto zombie deambulando por ahí pase algo desapercibido, pero vale la pena echarle un vistazo para admirar esa fantástica ambientación que consigue.
El apartado de audio no está al mismo nivel, melodías cansinas que al rato provocan algún dolor de cabeza y un doblaje al inglés deplorable (el juego viene subtitulado a nuestro idioma, aunque con algún que otro error). Tan solo los sonidos FX están a la orden del día.
Conclusión
Estamos ante un juego de corte clásico y gatillo fácil, divertido si conseguimos reunir a un grupo de amigos, ya que la experiencia individual (con esos bots controlados por una lamentable IA) es bastante desagradable. Se aprecia un esfuerzo para evitar que el juego caiga en esa monotonía del primer título, con niveles algo más variados, desafíos por cumplir (el recurso más fácil para tal fin) y la personalización del personaje, pero lo cierto es que consiguen su objetivo a medias. La escasez de ideas y a la falta de personalidad (pues no deja de ser un Left 4 Dead a pequeña escala) mengua la experiencia y elimina toda motivación para querer repetir la experiencia.
Lo mejor
- La ambientación apocalíptica provocada por los no-muertos
- Jugarlo con amigos es realmente divertido
- El tono desenfadado y cachondo que aportan los protagonistas
- La distinción en los personajes y su correcto balanceo
Lo peor
- IA verdaderamente lamentable
- Aburrido, monótono y difícil para jugarlo en solitario
- Falta de ideas (parece un mini Left 4 Dead)
- Apartado de sonido mejorable
Ficha
- Desarrollo: Backbone Entertainment
- Distribución: Konami
- Lanzamiento: 26-10-11
- Idioma: Inglés
- Precio: 9,99€; 800 MP
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