Diecisiete años desde la salida del primer y controvertido juego de la saga (Wolfenstein 3D, popularizó los First Person Shooters), Wolfenstein vuelve a poner a los nazis en nuestro punto de mira. En esta secuela, codesarrollada por Raven Software (Quake 4), idSoftware (Wolfenstein 3D, Doom, Quake), Pi Studios (Mercenaries 2) y Endrant Studios, el americano de origen polaco B.J. «Blaskowicz» regresa para hacernos vibrar al frente de la resistencia contra las tropas del Führer.
Todo empieza cuando B.J. descubre un medallón mágico durante el asalto de un buque alemán dispuesto a atacar Londres, que le salva la vida sin que lo espere. Investigando sobre el medallón, se descrubre que contiene unos cristales que solamente se pueden encontrar en la ciudad germana de Isenstadt, donde los alemanes están realizando excavaciones bajo las órdenes del General Zetta. Blaskowicz es enviado a esa ciudad como infiltrado, pero los alemanes ya saben de nuestra llegada porque alguien se ha «chivado»…
Wolfenstein viene con una campaña para un jugador y con modo multijugador. La campaña es adictiva y nos encontramos delante de un juego más que decente, no sin sus puntos débiles, especialmente en el modo multijugador. Pero vayamos por partes (que es como quedan algunos nazis cuando usamos según que armas)…
Aunque sólo lo consigue hasta cierto punto, Wolfenstein pretende ser un juego no del todo lineal. Después de un principio un poco flojo el juego mejora. Una vez llegamos a Isenstadt, tenemos algo de libertad para decidir que hacemos a continuaci’on. Diferentes facciones de la resistencia y estudiosos de lo sobrenatural nos irán planteando misiones. Para iniciar una de estas misiones debemos desplazarnos a un punto en concreto de la ciudad, que tenemos marcado en nuestro mapa, y algunos nazis se interpondrán en nuestro camino. Acabamos la misión y debemos volver a hablar con la resistencia correspondiente… matando de nuevo a nazis por el camino. El hecho de que cada vez que volvemos a la ciudad después de una misión, aparezcan nazis de nuevo se hace un tanto repetitivo. Podemos usar el sistema de alcantarillado para evitar según que encuentros, aunque no todos. Cualitativamente, algunas de las misiones son mejores que otras, y van desde recuperar algún objeto en una de las casas de la ciudad hasta trasladarse al campo y encontrar un gran complejo subterraneo de increible detalle. Hay incluso algún momento de la historia que nos hace recordar al Uncharted, aunque rodeado de swastikas y otros símbolos del nazismo. Una útil brújula nos marcará siempre donde está nuestro objetivo. Aunque no sepamos que hacemos ni adonde vamos es facil seguirla. No hay pérdida.
A medida que avanzamos en el juego iremos encontrando nuevas armas. El balanceo de las armas es muy bueno y realista (especialmente las armas tradicionales, porque no se cuán realista es un cañón de partículas). Las armas tienen un feeling al Call of Duty, donde un disparo bien dato matará al enemigo de un solo tiro. Hay varios tipos de armas, una mezcla de las armas del momento (Segunda Guerra Mundial) y futuristas como el cañon de particulas o descargas electrícas. Por la ciudad y las misiones iremos encontrando oro, con el que podemos mejorar aspectos de nuestras armas en algunos puntos de la ciudad. Parte del oro es fácil de encontrar y, casi siempre, estará por allá donde no tenemos que ir realmente (si nuestro objetivo está hacia la derecha, el oro está, por supuesto, a la izquierda detrás de la caja).
Además de oro, iremos encontrando documentos de «Inteligencia», como en el Resistance, con los que podremos profundizar un poco más en la historia a la vez que desbloqueamos mejoras a comprar para nuestras armas.
Pero no olvidemos al medallón mágico. Wolfenstein nos lleva a lo sobrenatural, hecho probablemente inspirado en la afinidad al ocultismo de ciertos grupos nazis. El medallón que B.J. lleva consigo nos permite en todo momento cambiar a un plano paralelo, llamado «El Velo». En dicho plano nuestro personaje es más rápdo y puede ver cosas que no se ven en el modo «normal». Puertas secretas o escaleras invisibles se revelarán ante nuestros ojos. En «El Velo» viven otros seres que estarán flotando por ahí a su libre albedrío, aunque a veces se cabrean y vienen contra ti si los provocas. Aunque provocarlos (es decir, explotarlos con un tiro) puede ser una opción estratégicamente correcta, ya que al explotar destruyen aquellos que estén cerca. El medallón nos dará otros poderes a lo largo del juego, como disponer de un escudo contra las balas, y al igual que con las armas podremos ir comprando mejoras sobrenaturales. Así como con los documentos de Inteligencia existen para las armas, para el medallón debemos encontrar ciertos Tomos escondidos por el escenario y que sólo son visibles cuando estamos en «El Velo». El medallón requiere energía del Sol Negro, pero hay muchas fuentes disponibles de esta energía que emana de grietas o ciertos puntos y, por lo general, no tendremos que ahorrar especialmente, excepto en algunos tramos.
El cambio del plano normal a «El Velo» está especialmente bien hecho. En «El Velo» los colores cambian y hay un ruido de fondo (el aspecto me recuerda a cuando Frodo se pone el anillo en la película del Señor de los Anillos), que nos hace sentir realmente diferentes. Sin embargo, a veces en «El Velo» experimentaremos un descenso de las imágenes por segundo cosa que a veces puede que nos haga más lentos al reaccionar y responder a los enemigos.
Gráficamente el juego es decente. El motor gráfico es el mismo que el usado en Quake 4, aunque con ciertas mejoras. No aporta grandes novedades en este campo, pero cumple adecuadamente con su función. Así como las paredes y ciertos elementos no se pueden destruir, basta con lanzar una granada para experimentar una explosión realmente trabajada. Pequeños (y no tan pequeños) elementos vuelan por los aires (los nazis también vuelan), dañándose paredes y columnas. El sonido es bueno, basta con escuchar con detalle el sonido que emiten las armas al ser disparadas o el retumbar de graves cuando estamos en «El Velo».
Es en el modo multijugador donde el juego flaquea más. Esta parte ha sido desarrollado por Endrant Studios como su primer proyecto y podríamos decir que no han estado a la altura de las circunstancias. Hay varios modos: Deathmatch, Cronómetro o Objetivo. En el primero simplemente debemos causar más muertes que nuestros enemigos. En los otros dos, hay varios objetivos que cumplir y la única diferencia entre ellos es que en el modo Cronómetro los papeles se intercambian terminada la partida y gana el equipo que haya llegado a su objetivo antes. En todo caso, y pasada la selección de personaje entre Médico, Ingeniero y Soldado, entraremos a la partida después de una cierta espera. Una vez entramos, nos quedará una sensación de vacío. El multijugador usa un motor más básico que el modo campaña y hay algo que falta. No está a la altura de la última generación de videojuegos. El sonido es simple y repetitivo y los colores del mapa son aburridos y faltos de imaginación, aunque el diseño de los mapas está bien y hace que siempre haya acción. A diferencia del modo campaña, las armas no responden como tendrían que responder. A medida que causamos muertes o curamos a los colegas vamos ganando dinero que podremos gastar en mejoras de nuestras armas o personaje y eso le da algo de aliciente a volver a entrar. Otra limitación importante es el máximo número de jugadores por mapa, que son doce. En comparación con otros juegos actuales (MAG, ¿alguno?) se queda un poco corto. Además, los equipos no se balancean por defecto y esto hace que «chetos» aprovechen la ocasión para amasar sus fortunas.
Wolfenstein no aporta nada realmente nuevo, pero la campaña para un jugador es buena y merece que probemos el juego. A mi personalmente, después de ver que el juego había tenido una recepción un tanto fría y las ventas en su primer mes dejaron algo que desear, me sorprendió muy gratamente cuando lo probé y quedé enganchado en la cruzada épica de «Blaskowicz» contra los nazis. La campaña para un jugador da para unas 8-10 horas y el uso de elementos que han tenido éxito en otros juegos, como Uncharted (eso sí, sin sistema de cobertura) o Call of Duty, hace que el juego funcione. Una buena dosis de violencia y mundo sobrenatural para los amantes de los shooters, ya inmunes a la sangre y gore, que merece ser probado aunque sea de alquiler.
iMalf says
Fantastica review. Mi titulo seria:
Wolfenstein: La Fuente de la Oscuridad.
Mi consola es la XBOX 360. Gracias
Creepy says
Lo sentimos mucho pero este comentario del concurso no va aquí.
José says
Estoy jugando wolfentein 2009, voy por el capitulo 8 el aeródromo y el juego se queda colgado y se reinicia la computadora, por lo que solicito ayuda para saber que puedo hacer, porque he actualizado los drivers y nada, se sigue colgando el juego cuando estoy casi venciendo a los soldados que salen de una bola giratoria que tiene una nazis adentro,