Silent Hill: Shattered Memories

El género de los “survival horror” no está en su mejor momento. Las sagas clásicas como Residen Evil se han pasado a la acción, o en el caso de Silent Hill la calidad ha decaído enormemente en la entrega Homecoming. Sin embargo, eso no ha frenado a Konami de seguir con la popular franquicia, y si en la nueva generación no entró con muy bien pie, a principios de año llegó un experimento con la saga de la mano de Climax: la revisión de la primera parte con un enfoque completamente diferente. Así surgió Silent Hill: Shattered Memories, que en sus diferentes versiones (Wii, PSP y PS2) ha compartido un mismo objetivo: hacernos pasar mucho miedo. La pregunta es, ¿lo habrán conseguido? ¡Sique leyendo!

En busca de Cheryl, otra vez

El inicio del juego es lo único que sacará algún recuerdo de los aficionados más acérrimos de la franquicia, ya que es exactamente igual: Harry Mason tiene un accidente de tráfico en el pueblo de Silent Hill, y cuando despierta su hija Cheryl ha desaparecido. A partir de ese momento, todo es completamente diferente. En lugar de estar el pueblo cubierto por la densa niebla característica está prácticamente desierto por una nevada descomunal, y no habrá ningún cambio de dimensión en los espejos como pasa siempre.

Entre capítulo y capítulo asistiremos a unas sesiones con un psicólogo que cambiarán nuestra forma de ver el juego, ya que dependiendo de lo que respondamos y la forma en la que actuemos cambiará lo que veamos luego en Silent Hill, como el aspecto de algunos personajes, de los monstruos que veamos o del aspecto de varias localizaciones. Lo bueno de esto es que no sólo se aumenta la rejugabilidad, sino que será fundamental en la historia.

En cuanto a los personajes que nos encontremos, nos encontraremos con varios que nos sonarán de la primera entrega, como la policía Cybil, la enfermera Lisa o Daihla. Otro aspecto positivo es que el argumento es escalofríante, está lleno de giros argumentales completamente inesperados y para nada sonará a los que jugaron a la primera entrega. Esto hace que cualquiera pueda disfrutar de la fantástica historia, aunque eso no evita que tenga un punto negativo, al menos a nivel personal: es demasiado confuso. En parte es algo bueno, pero cuando llegamos al final habrá muchas cosas que se quedan en el aire, y que no se explican lo suficiente como para saber qué ha pasado durante toda la aventura.

Pero bueno, de esta forma nos quedamos con un escalofríante misterio en una historia fantástica que es la más personal de la franquicia, haciendo que la disfrutéis de principio a fin una y otra vez gracias a los diferentes finales que hay (incluyendo el clásico desenlace UFO).

Ante todo, interactividad

Si lo normal en la saga siempre ha sido la exploración de unos escenarios con una cámara fija y montones de enemigos que teníamos que eliminar o esquivar como pudiéramos con los objetos de nuestro inventario, al mismo tiempo que resolvíamos los puzzles más escabrosos.

Pues bien, olvidaos de todo esto, ya que esta nueva entrega únicamente mantiene los puzzles, aunque con enfoques bastante diferentes. Durante la mayor parte del tiempo exploraremos diferentes localizaciones de Silent Hill, como el instituto, el centro comercial, el centro comercial o por supuesto las calles del pueblo, pero con una vista desde el hombro de Harry y armados constantemente con nuestra linterna.

Con la linterna podremos alumbrar los oscuros escenarios, siendo fundamental para continuar en la aventura y no perdernos por la tenebrosa Silent Hill. El otro gran objeto del juego es nuestro teléfono móvil, con el que podremos acceder en cualquier momento al mapa del pueblo, guardar la partida (así es, se eliminan los botiquines en los que se graba nuestro progreso), llamar a cualquier número de teléfono que nos encontremos, leer los mensajes que nos mandan o sacar fotos de lo que nos rodea.

Con estos dos aparatos podremos descubrir todos los secretos del pueblo, ya que en puntos concretos escucharemos estática y la linterna tendrá interferencias, y podrán pasar dos cosas. Por un lado que al acercarnos a un objeto en concreto éste reaccione violentamente y recibamos un mensaje de texto o de voz para saber lo que ocurrió en el pasado, o que veamos una silueta y que para recibir el mensaje tengamos que hacerla una foto. Gracias a estos elementos la tenebrosidad de la exploración aumenta, ya que parece que todo está encantado, y si lo unimos a los oscuros escenarios el canguele es considerable.

Durante la exploración nos encontraremos con montones de elementos interactivos, en los que se nota que el juego estaba pensado principalmente para Wii, ya que pasaremos a una vista en primera persona y con un puntero con forma de mano tendremos que realizar los movimientos que haríamos normalmente en la vida real, como abrir un armario usando el tirador, o mover una cortina con el clásico cordel. Esto hace que aumente el realismo, algo que viene muy bien para acercar el maldito pueblo de Silent Hill a nuestra realidad.

Esta interactividad también es clave para los numerosos e ingeniosos puzzles que nos encontraremos a lo largo y ancho del juego. Algunos serán tan sencillos como quitar una pieza de una estructura para que se derrumbe y las llaves que abren la puerta que se encuentran en lo alto de la estructura para poder cogerlas, mientras en otros nos tendremos que estrujar el cerebro para encontrar la solución. Para que os hagáis una idea, algunos serán tan rebuscados como formar un número de teléfono con las sombras de varios objetos que tendremos que colocar como en un dibujo que encontramos en esa misma sala, o buscar la taquilla del número que aparece en un panel de control para encontrar el código en los números que llevan dos deportistas en su ropa. Visto así pueden parecer fáciles, pero son tan ingeniosos que es una auténtica delicia afrontarlos, y la satisfacción al encontrar la solución es increíble.

Otra parte importante del juego son las escenas de vídeo, ya que no son estáticas, sino que en la mayoría las veremos con una perspectiva en primera persona, desde la que controlaremos la cabeza de Harry, pudiendo hacer zoom en diferentes partes del escenario o de los personajes, pudiendo cambiar de esta forma la actitud de los personajes hacia nosotros, al mismo tiempo que afectaremos al desenlace de la historia, como por ejemplo si miramos a los ojos a los personajes, o al alcohol que veamos. Esto hace que todo lo que hagamos afecte en mayor o menor medida, haciendo que la historia sea más personal.

Todo esto ocurrirá cuando Silent Hill tiene un aspecto realista, que es cuando todo es más o menos normal y no hay ningún monstruo que pueda acabar con nuestra vida. Sin embargo, habrá momentos en los que todo tendrá un aspecto de hielo, y será cuando los enemigos aparecerán. Al contrario que en casi todos los juegos, aquí no podremos eliminarlos, sino que solo podremos atontarlos y huir será la única forma se sobrevivir, ya que al llegar a nuestro objetivo todo volverá a la normalidad.

En estas frenéticas persecuciones tendremos que correr a toda velocidad mientras ponemos obstáculos a los monstruos, ya que si nos atrapan tendremos que pulsar el botón correcto para sacudirlos y dejarlos ligeramente atontados. Si estamos faltos de salud también podremos escondernos, aunque no para siempre, porque con el paso del tiempo acabarán encontrándonos. Además, los enemigos son implacables, apareciendo por todos lados. Y es que os aseguro que cuando tengáis a dos enemigos detrás de vosotros y veamos que por la puerta que vamos a cruzar aparece otro bicho los maldeciremos hasta la sociedad.

Con todo esto, estos momentos de pesadilla son muy frenéticos, y nos tienen en tensión en todo momento… al menos las primeras veces. El principal problema de estas zonas es que a la larga sabemos exactamente los patrones que tenemos que seguir, y vemos que realmente son muy sencillas. Además, algo que no beneficia demasiado al factor miedo es que se sabe que los enemigos solo nos pueden molestar cuando el mundo está de hielo, por lo que ese clásico miedo de que en cualquier esquina nos podemos encontrar la muerte desaparece por completo. Como añadido, sólo hay un tipo de enemigo, por lo que nunca tendremos que variar la táctica para esquivarlos.

La última parte importante del juego son las sesiones con el psicólogo, que como os hemos contado antes, variarán lo que veamos en el juego y el desenlace. En estas sesiones tendremos alguna pequeña charla con el psicólogo, y luego tendremos que realizar alguna prueba. La primera del juego es completar un test con cosas bastante personales o de nuestras relaciones. Otras pruebas serán pintar una casa y una familia que visitaremos justo después (impresionante al ver que es exactamente lo mismo que hemos hecho), seleccionar nuestras asignaturas del instituto favoritas o crear parejas. Son todas muy realistas e interesantes, ya que son pruebas que podría hacer cualquier psicólogo en la vida real.

Con esto se redondea una jugabilidad muy buena que rompe con todo lo que habíamos visto antes en la saga, y que para bien o para mal es completamente nuevo, algo que o puede gustaros o desagradaros. Lo único que tenéis que tener en cuenta es que la duración de la aventura es minúscula (solo necesitaréis entre 4 y 6 horas para acabar el juego), y al menos se salva por la rejugabilidad de poder actuar de forma diferente, aunque como los cambios tampoco son muy grandes puede que no convezca a todo el mundo.

Uno de los mejores Silent Hill que podéis ver y escuchar

En el aspecto gráfico, el juego luce estupendamente. Los escenarios tienen un gran diseño y están muy bien hechos. Pero lo mejor de todo es la iluminación, ya que el foco que crea nuestra linterna es increíble. Absolutamente todo reacciona cuando lo iluminamos, y con todos los objetos que hay en los escenarios realmente impresiona, sobre todo en la versión de PSP. Los personajes también son francamente buenos, con unas animaciones bastante realistas y tremendamente suaves. El efecto gráfico de la nevada también es fantástico.

En cuanto al sonido, las voces en inglés son muy buenas y se adecuan a los personajes realmente bien. Pero lo mejor es la música, que consigue aumentar la calidad de los diferentes momentos en los que nos encontremos.

Conclusión

Silen Hill: Shattered Memories es un Silent Hill completamente diferente, ya que se aleja de la sobrenaturalidad del pueblo para contarnos una historia mucho más personal con una jugabilidad centrada en la exploración, la huida y los puzzles que puede no gustar a los amantes de la acción, pero que es realmente buena.

Con todo esto, si os gustan los survival horror no os podéis perder esta reinvención de la primera entrega de la saga, ya que si bien no es perfecta, logra mostrar una nueva forma de ver la franquicia que puede ser usada perfectamente para futuros juegos.

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