BreakQuest

Todo el mundo conoce el juego Arkanoid (Breakout), el clásico de Taito que manejábamos una nave para evitar que la bola cayera por debajo de la pantalla haciéndola rebotar contra una serie de ladrillos que formaban numerosas formas. Salió en el año 1986 en los extinguidos salones Arcade y posteriormente fue portado a todas las plataformas de la época: Spectrum, Amstrad, Commodore, MSX, Atari, Apple, Amiga, NES; y posteriormente a SuperNes (Arkanoid: Doh It Again), Playstation (Arkanoid Returns 2000) y recientemente lo hemos podido ver en DS, Xbox Live Arcade (Arkanoid Live), WiiWare (Arkanoid Plus) y iPhone. Tal fue el éxito que al año sacaron la secuela bajo el nombre de Arkanoid-Revenge of DOH que se convirtió por méritos propios en el mejor Arkanoid de todos los tiempos.

Esta afirmación fue correcta hasta el año 2006, cuando un joven grupo llamado Nurium Games, afincado en Barcelona, se atrevió a revisar el clásico de Taito para PC y Mac, bajo el nombre de BreakQuest. Más concretamente un tipo llamado Félix Casablancas es el autor de semejante proeza, pues él solito consiguió un título que miraba de tú a tú al original de Taito.

En esta ocasión, la buena gente de Beatshapers nos traen el exitazo de Nurium Games en forma de Minis para PSP y PS3, y al mismo precio que nos encontramos en la versión de compatibles, es decir, irrisorio.

El argumento del juego, porque lo hay, viene a explicar cómo unas diabólicas cabezas pensantes intentan controlar a la raza humana a través de la TV. Una mera excusa para sacar nuestra nave y empezar a romper ladrillos.

Lejos de adaptar el clásico Arkanoid a gráficos actuales, lo que han hecho ha sido reinventarlo. Para ello han tomando la base del original adornándolo con todo tipo de virguerías audiovisuales y un innovador sistema de físicas, empezando por el escudo de nuestra nave, de una forma semicircular, que provocará que la bola rebote en él según el ángulo con el que toque; o el cómo la bola reacciona al golpear los objetos repartidos por los niveles dependiendo de su estructura, brillante. Os sorprenderá la forma natural con la que la bola reacciona, como si de un Pinball se tratase.

Han implantado esta nueva física realista a todos los elementos del juego. Objetos de todas las formas habidas y por haber, no solo ladrillos. Cuadrados que cuelgan de un hilo, burbujas, objetos protegidos con un escudo que antes debemos debilitar, bolos, emoticonos e incluso ciertos objetos a modo de homenaje a grandes clásicos como Space Invaders (tremendo nivel donde en lugar de ladrillos tenemos Invaders), unos fantasmitas que nos recuerdan a los del PacMan o unas burbujas de colores a lo Puzzle Bubble.

Disponemos también de una bola de reserva, la cual podemos usar en cualquier momento, teniendo en pantalla dos bolas, o usarla cuando perdamos la principal. Otro aspecto muy interesante es la fuerza gravitacional, que activamos con dos botones y que resta energía de una barra situada en la parte superior, la cual aplica gravedad a nuestra bola, permitiéndonos modificar su trayectoria en cualquier momento.

A parte de la bola, disponemos de nueve armas (pistolas, automáticas, misiles, minas, etc.) y objetos que nos otorgarán habilidades (Power-Ups). De entre estos últimos, nos encontramos con los clásicos Multiball, bola imantada (se engancha a nuestra nave), vida extra, etc. y otros nunca vistos anteriormente como las estrellitas (7 de ellas nos proporcionan una bola de reserva), Sputnik (un satélite que acompaña a nuestra bola), Fireball (bola de fuego que incrementa su potencia), S-block (aparecen unas paredes en la parte inferior que impiden que se escapen las bolas), etc. Aunque también hay algunas de estas que nos perjudicarán, como la Drunk Ball (bola borracha que hace impredecible su movimiento), Freezer (congela nuestra nave limitando nuestros movimientos), Bumper Shape (nos cambia la forma de nuestro escudo), cambios en el tamaño de la bola, del escudo y un largo etc.

El modo Quest nos lleva por los 100 niveles, de un diseño y una variedad fascinante, en busca de las llaves para pasar al siguiente nivel y llegar al Imperio del Mal. Una vez desbloqueado el nivel, estará a nuestra disposición para jugar desde ese punto o para el modo Arcade. Este último modo nos permite personalizar nuestra partida de entre una serie de opciones: Armageddon, Fast, Master, Minimal o Beginner; cada uno de ellos con diferentes aspectos que dificultan o modifican la partida (bolas más rápidas o más lentas, mayor o menor escudo, ladrillos más duros, etc.).

El apartado gráfico destaca por unos niveles de mucho colorido, algo que le viene como anillo al dedo al título. Con un cuidado diseño de los niveles, algunos mejores que otros naturalmente, de una sencillez y creatividad que muchos deberían tomar como ejemplo. De esta forma nos encontramos con unos niveles de lo más originales, formados con ladrillos u otros objetos. Estos diseños van desde animales, lluvias de burbujas, una mesa de billar, una pista de bolos o los comentados niveles de Space Invaders o Puzzle Bubble, por poner algunos ejemplos. También cabe destacar los efectos de explosión (también en multicolor) y las numerosas partículas que se desprenden de los ladrillos.
El juego se mueve en los 640×480 puntos, suficiente en PSP pero no para PS3 donde canta bastante.

Todo lo que se respira en el juego tiene ese aire de antaño, que los más veteranos disfrutarán y apreciarán. Solo así se entiende que la Banda Sonora que acompaña al juego, con temas Chill-Out y otros algo más techno, sean de Maniacs of Noise (Smash TV, Lemmings, StormLord o Golden Axe, del nostálgico Commodore 64). Melodías que ambientan perfectamente la partida sin hacerse cansinas en ningún momento.

Sin grandes alardes técnicos, este juego rebosa simpatía y nostalgia. Tomando los detalles que engrandecieron al clásico Arkanoid pero con suficientes innovaciones en un juego que ya todos tenían olvidado. Jugabilidad de la vieja escuela, que nos trae esos gratos recuerdos de nuestro MSX o Commodore. Que viene a demostrar que lo importante en un juego es la jugabilidad, y que en ocasiones lo sencillo es lo que más divierte. A mi me ha viciado un buen rato, incluso más que el mítico Arkanoid.

Lo mejor:

  • Jugabilidad muy adictiva, de esas que enganchan “a muerte”
  • El excelente sistema de físicas
  • Volver a sentir esa sensación de antaño, y una buena oportunidad para los jóvenes de pasar un buen rato
  • Precio MUY atractivo, y más en época de crisis

Lo peor:

  • En alguna ocasión con tantas explosiones y partículas en la pantalla puedes perder de vista la bola, lo cual te deja vendido
  • Algunos diseños de nivel que no están a la altura del resto

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