Cuando se habla de juegos online masivos, todo el mundo piensa en magia y rol. Nunca nos imagimanos un mundo persistente e increíblemente grande basado únicamente en los FPS. De hecho, hay veces que en estos juegos cuando hay muchos jugadores simultáneos las conexiones suelen fallar y las partidas son un caos.
Sin embargo a los chicos de Zipper Interactive, que ya trajeron el mundo online a Playstation 2 con la genial saga SOCOM, no se querían dar por vencidos en este campo, y anunciaron el que sería el primer FPS masivo: MAG (Massive Action Game, o Juego de Acción Masivo).
Tras un tiempo de desarrollo, muchas promesas y una beta que gustó a unos y disgustó a otros, por fin el juego llega a nuestras manos, pero la pregunta que nos viene a la mente es inevitable: ¿Nos encontramos ante una diversión o una decepción masiva?
Al empezar el juego tendremos que tomar una decisión que afectará a todas nuestras partidas: el ejército en el que nos alistemos. Y es que el concepto de MAG es bastante simple. En el año 2025 las tres Compañías Militares Privadas (también conocidas como PMC) se disputan el control del mundo, y nosotros solo somos unos soldados que podemos elegir en cuál de las tres facciones nos queremos alistar, y ojo, porque una vez tomada la decisión no podremos cambiar de ejército hasta que lleguemos al nivel más alto o borremos todos nuestros avances.
Las tres facciones muestran algunas diferencias, y son SVER, RAVEN y VALOR. SVER es el equivalente a Rusia y alrededores. Sus soldados no están tan bien entrenados y su equipamiento es más bien rudimentario. RAVEN es de Europa, y es sinónimo de alta tecnología. Por último VALOR pertenece a América, y representa la disciplina en el entrenamiento.
Lo malo es que al final no hay apenas diferencias jugables entre las tres facciones, y tampoco su historia se llega a desarrollar porque no hay ningún modo campaña como en los anteriores títulos de la compañía. Esto es sin duda un grave fallo, ya que la única opción jugable permitida es la online, y para ser sinceros, una campaña con este contexto habría estado muy bien.
Una vez alistados en el ejército deseado (yo escogí RAVEN, aunque como podréis ver cuando juguéis, casi todo el mundo está en VALOR) empezaremos como soldados rasos de nivel uno, por lo que no podremos acceder a todo el material que MAG pone a nuestra disposición hasta que consigamos avanzar más.
Y es que la gracia del juego es que esta guerra online pretende ser como una auténtica. Nosotros empezamos como soldados que solo siguen órdenes, pero según vamos logrando méritos podremos ir accediendo a material más potente e incluso llegar a ser los que mandan en el equipo durante la batalla. Pero mejor vayamos por partes.
Antes de saltar al campo de batalla podemos entrar a un entrenamiento donde aprenderemos lo básico para no perdernos en la auténtica batalla, porque os aseguro que no tendréis ni un minuto de respiro una vez las balas empiecen a silbar por vuestras cabezas.
Cuando acabemos el tutorial (muy recomendable si no jugasteis a la beta o a la demo) recibiremos algo de experiencia, y sabremos cómo realizar las acciones que realizaremos en cada partida.
Antes de saltar al campo de batalla es aconsejable personalizar vuestro equipamiento, y aquí se nota un gran mimo por parte de los desarrolladores para que podamos llevar y hacer lo que queramos. En la pantalla «Armas» seleccionaremos nuestras armas, objetos secundarios (granadas, botiquines, pistola reparadora o bazooka, por ejemplo) y la armadura. En todos los aspectos hay bastantes posibilidades excepto en la armadura, ya que sólo decidimos si es ligera, normal o pesada y seleccionamos unos pocos accesorios como cascos o colores.
Pero la verdadera personalización se encuentra en las habilidades. Y es que no nos encontraremos con clases predefinidas, sino que somos nosotros los que decidimos hacia dónde desarrollamos a nuestro personaje. Así podemos especializarle en los rifles de asalto para que tarde menos en recargar y tengamos más precisión, al mismo tiempo que podemos hacerle un médico capaz de curar a los aliados e incluso reanimarlos. Como podéis ver, así desbloqueamos lo que queremos, lo que es de agradecer al no encontrarnos con mejoras que en otros juegos nos pueden parecer inútiles.
Pero ya, sin más dilaciones, pasamos a hablar de los modos de juego. Como os hemos dicho antes, MAG intenta representar un conflicto real, por lo que lo primero que notaremos respecto al resto de FPS online es que no podemos decidir entre las partidas que haya, ni tampoco se puede entrar en mitad de una batalla.
En lugar de eso primero decidiremos el modo de juego, y entonces nos pondremos en cola hasta que haya dos equipos dos llenos y la batalla dé comienzo. Así que nada de ver omitir mapas ni nada. Lo que toca es lo que toca, como en la guerra.
Esto por un lado es bueno, ya que refuerza la sensación de estar en una guerra virtual, pero por contra podremos disputar varias batallas seguidas en el mismo mapa, lo cual como os podéis imaginar, no es muy agradable.
En cuanto a las modalidades en sí, nos encontramos con cuatro. En realidad hay cinco ventanas además de la del entrenamiento, pero la última «Directrices», únicamente sirve para que entremos en una partida donde acatamos órdenes o intentamos ser líderes de escuadrón, sección o equipo, pero luego nos centraremos más en esto.
El primer modo al que podremos acceder es «Supresión», para 64 jugadores simultáneos. Esta modalidad es en realiad el típico duelo a muerte por equipos, que aquí son de la misma sección al tratarse de un ejercicio de entrenamiento. Y aquí entra un «fallo». Al realizarse siempre en el mismo mapa (cada una de las modalidades tiene un mapa para cada facción) y ser todos los participantes del mismo grupo, sólo vamos a ver el nivel de nuestro ejército, por lo que nos perderemos los otros dos a menos que cambiemos de facción tras llegar a lo más alto de nuestra PMC actual.
El siguiente modo que desbloquearemos es «Sabotaje», también para 64 jugadores. Aquí un equipo será e defensor y el otro el atacante. Los primeros tendrán que proteger unos objetivos durante los 20 minutos que dura la partida, mientras que los atacantes tienen que tomar dos estaciones de satélite para que se desvele la posición de un objetivo valioso para los rivales que debemos destruir con una carga. La verdad es que este modo engancha bastante, y es que tanto como atacantes como defensores estaremos al borde del asiento tratando de defender/tomar los objetivos.
Después nos encontramos con «Adquisición», donde el grupo atacante tendrá que robar dos vehículos de la base enemiga y llevarlos sanos y salvos al punto de extracción. Sin embargo esto suena más fácil de lo que en realidad es, ya que con 64 jugadores en cada equipo (128 en total) y un mapeado gigantesco, los 20 minutos de partida son muy emocionantes y no todo consistirá en atacar un edificio para luego huir, sino que tendremos que atacar varios objetivos para facilitar la llegada a la base enemiga como acabar con las defensas antiaéreas para que las tropas puedan llegar en helicóptero, aunque ojo, porque éste puede ser destruido y nos quedaríamos sin ese punto de reaparición.
Para finalizar nos encontramos con la auténtica maravilla técnica: «Dominación». Nada más y nada menos que 256 usuarios lucharán divididos en dos equipos, que defenderán una base o la atacarán con todo lo que tienen. Además, las batallas de este modo duran la friolera de media hora, y aquí sí que es importante el coordinarse y seguir las órdenes, ya que en esencia el modo se basa en destruir unas estructuras secundarias para después apoderarse de unos nodos de control que poco a poco van haciendo daño a la base. Como os podéis imaginar este modo es tremendamente emocionante, y es que los mapas son enormes y los objetivos secundarios son muy numerosos. Por ejemplo, destruye el búnker y los rivales perderán un punto de defensa y reaparición, o acaba con los sensores para hacer fallar sus mapas, o simplemente destruye sus defensas antiaéreas para conseguir el punto de reaparición de un helicóptero. Y es que es aquí donde se siente realmente que es una guerra de verdad, y os aseguramos que la satisfacción de destruir una base entera es tremenda, al igual que lo es defenderla de un ataque que parece va a acabar con todos nosotros.
Seguramente a estas alturas os estaréis preguntando cómo no se forma un caos insoportable en cada batalla con tantos usuarios simultáneos, y es aquí donde entra el sistema de órdenes y de escuadrones. Cada equipo se divide en secciones de 32 jugadores, que a su vez se dividen en escuadrones de 8 soldados. Así, durante la batalla cada sección tiene sus objetivos propios que se reparten entre los escuadrones. Por ejemplo, en «Sabotaje» se manda a dos escuadrones a cada uno de los satélites, o en «Dominación» se manda a cada sección a por cada par de objetivos. Así las partidas son muy divertidas al estar bien estructuradas.
A lo largo de las partidas iremos obteniendo experiencia por eliminar enemigos, ayudar a hacerlo, colocar o desactivar bombas, etc. Normalmente no serán grandes cantidades, pero podremos obtener el doble mediante bonificaciones si estas acciones las realizamos cumpliendo las órdenes que tenemos asignadas. Así se dan bonificaciones por seguir las órdenes y mantener el orden de las partidas, lo cual siempre es bueno. Con la experiencie iremos subiendo de nivel, pero no es lo único que conseguiremos, ya que si conseguimos cumplir diferentes condiciones como curar ciertos puntos de salud, recibiremos galones y medallas.
Pero, que todo este «orden» no os engañe: vais a morir montones de veces. Y creednos, habrá ocasiones en las que incluso os desesperaréis. Lo bueno es que las reapariciones son cada 20 segundos, y no siempre tendremos que esperarlos porque se tratan de reapariciones fijas. Es decir, cada 20 segundos el punto de reaparición funciona. Pero ojo, porque este tiempo se puede reducir o aumentar dependiendo de lo que pase en pantalla.
Durante todo este tiempo hemos estado hablando de las órdenes, pero claro, ¿quién las dictamina? Los jugadores. Así es, los usuarios también hacen de líderes si su nivel es suficientemente alto. Más concretamente a partir del nivel 15 podremos ser líderes de escuadrones, y a partir de ahí seguir ascendiendo. Si somos líderes tendremos más responsabilidades, pero también más ventajas, ya que podremos acceder a ataques aéreos e incluso beneficiar a los soldados de alrededor con incluso la regeneración de salud. Esto hace que siempre queramos seguir ascendiendo, porque realmente se nota que poco a poco vamos consiguiendo habilidades mucho más atractivas y efectivas.
Todo esto está muy bien, pero la sensación de guerra real se desvanecería si todo se tratara de batallas aisladas, y por suerte no es así. En cada modo de juego hay una especie de competición entre las tres PMC. La que vaya por delante tendrá un 10% de bonificaciones extra en el liderazgo, el segundo un 5% y el tercero nada. Así se puede ver cómo hay una continuidad aunque no estemos jugando, lo cual es algo que refuerza el realismo de que esto es una gran guerra.
En cuanto a la jugabilidad en sí misma no hay grandes diferencias respecto al resto de FPS. Podemos apuntar por la mirilla, atacar cuerpo a cuerpo, agacharnos o tumbarnos. No tendremos problemas para hacernos con el control, vamos. Lo único ligeramente diferente es que podremos pilotar algunos vehículos, aunque ya os aseguramos que no es el eje principal del juego, ya que es la acción a pie quien se lleva la palma.
Sin embargo toda la jugabilidad se ve impregnada de un factor determinante: el trabajo en equipo. MAG es, por encima de todo, un juego en el que ir por libre es sinónimo de no hacer nada. Lo único que conseguiremos es morir, por lo que la única opción que nos queda es apoyarnos en nustros compañeros y seguir las órdenes que nos den. Por eso jugar con amigos y crear estrategias hace realmente grande a este título. Y es aquí donde nos encontramos uno de los puntos negros del juego. Al no poder cambiar de facción, si nuestros amigos están en equipos separados no podremos jugar con ellos a no ser que antes de jugar por primera vez quedemos de acuerdo en qué PMC escogemos. Además, como no se distribuyen las partidas por servidores de regiones nos costará encontrar españoles con los que entendernos. Pero ojo, que sin crear estrategias complejas también se disfruta del trabajo en equipo como en ningún otro título, aunque éste es un aspecto donde se podrían haber dado cuenta de que las restricciones de no poder cambiar de equipo quizá perjudiquen a algunos usuarios.
Dentro del apartado técnico, está muy claro que MAG no va a romper moldes ni será recordado por este aspecto. Y es que los gráficos y el sonido se limitan a cumplir.
Por un lado los escenarios son muy amplios, aunque hay popping y los únicos elementos destructibles son los objetivos marcados. Los personajes tienen modelos correctos, y sus animaciones no están mal, aunque de vez en cuando hay algunos movimientos robóticos. Las explosiones, armas, vehículos y artilugios también están bien, aunque de nuevo, no pasan de correctos.
En el apartado sonoro nos encontramos con voces al castellano para decirnos los objetivos y escuchar algunos comentarios predefinidos al ocurrir algo concreto en la batalla, y por suerte y como nos tiene Sony acostumbrados, son de calidad. La música juega un papel poco importante, y solo la escucharemos al principio de cada batalla y en algún momento muy intenso.
Hablando así puede parecer que el apartado técnico del juego es una basura, pero no lo es. Simplemente se limita a mantenerse en lo correcto para que lo más importante dentro del juego online se mantenga estable: la conexión. Porque si algo han conseguido los chicos de Zipper es la mejor conexión vista en la consola, porque que durante las partidas más multitudinarias no haya nada de lag (de vez en cuando algún usuario puede pegar algún salto que otro, pero no es nada molesto) es lo que realmente importa y hace que casi nos olvidemos de las carencias técnicas.
En conclusión, MAG ha cumplido lo que se proponía: trasladar una guerra masiva a nuestras consolas. Y la verdad es que lo ha hecho estupendamente, con una calidad de conexión incluso con 256 jugadores simultáneos envidiable, y un sistema de rangos y órdenes que alejan el caos de las partidas.
Sin embargo hay algunos problemitas que alejan el juego de lo más alto: la falta de campaña para un jugador, la imposibilidad de cambiar de bando excepto al llegar a lo más alto de uno y el apartado técnico. Los dos últimos son bastante perdonables, pero el primero no, ya que el precio del juego es algo alto para ofrecer únicamente partidas online sin ninguna otra alternativa jugable.
Si nos olvidamos de esto la experiencia es increíble, y sin duda los fans de la acción táctica quedarán enamorados de la última obra de Zipper Interactive. ¡Os vemos en el frente Desconsolados!
Jerry says
Des de que se me fastidio la play por segunda vez y me tuve que comprar la Slim, por instalar la beta de MAG, le tengo un poco de rechazo! XD
Pero si dices que han conseguido lo que prometia de tanta peña en una partida y aguantandose bien… entonces chapo! 😉 La verdad es que algunas cosas me han parecido muy interesantes aun siendo un FPS (ya sabeis que FPS y yo no congeniamos bien! XD)
Creepy says
La beta me pareció mu sosa, la verdad. Habrá que dar otra oportunidad al juego.
Snake27 says
Es cuestión de gustos, porque el juego necesita paciencia y trabajo en equipo, no como el Modern Warfare 2 ni otros similares.
eresunpaquete says
le doy la razon a snske,el mag no es tan directo como el moder war 2,es mas tactico o mejor dicho aqui cuenta mas el juego en equipo.por cierto no habeis nombrado la demo del batlle2.
OMFGis_Herrera says
Si la beta era muy malita y sin orden, este juego caera d presio muy rapido
OMFGis_Herrera says
Al final me e comprado MAG Yquede muy satisfecho. asta creo q es mejor q cod.