Suecia tiene la fama de ser un lugar bonito, moderno y lleno de chicas guapas, pero la versión del país escandinavo que nos presentan los de Fatshark en su último título, Krater, es más bien un lugar peligroso y lleno de mutantes. Una gran bomba ha destruido la región provocando un inmenso cráter que los humanos han recolonizado, pero también peligrosas criaturas que se esconden entre las sombras de este mundo postapocalíptico. Lo único que nos seguirá siendo extrañamente familiar es una cierta famosa fábrica de muebles, llamada IDEA.
Krater es un RPG de acción que no se toma las cosas muy en serio. No siempre tenemos la oportunidad de atacar a nuestros enemigos con un arma creada a partir de señales de tráfico. En cierta manera, recuerda a la irreverencia de Borderlands y su futuro en el que nadie querría vivir, pero cuyos detalles nos hacen sonreir. Aunque desde un punto de vista isómetrico que le dará al juego un cierto toque más clásico.
Más de uno aún seguirá jugando a Diablo III con mayor o menor grado de satisfacción, así que no sorprende que debido a la proximidad entre ambos lanzamientos la gente los intente comparar. A parte de pasarse horas y horas investigando escenarios, cargándose bichos y recogiendo tesoros -un aspecto central de los juegos de este tipo-, las similitudes entre los dos títulos terminan aquí. Krater incorpora un aspecto más táctico al llevar un grupo de tres soldados, cada uno con sus características, algo que lo acerca más a un título como Baldur’s Gate o Dungeon Siege. Además, no hace falta tener que estar conectado a internet para jugar.
Sin embargo, las comparaciones siempre resultan odiosas. Es difícil clasificar a Krater como este o aquél juego, ya que muchos de sus aspectos son únicos. Por ejemplo, empezamos con tres personajes de clases diferentes cuyo nivel máximo está capado. Cuando consigamos la experiencia necesaria para alcanzar dicho nivel, ya no podremos subir más con estos personajes. En los poblados podemos reclutar nuevos miembros para el equipo y, aunque sólo podemos llevar a tres en cada momento, existe la opción de sustituir a uno o más miembros por otro del equipo siempre que no estemos en una lucha. Esto le da un aire diferente a Krater, ya que tendremos que pensar en fichar nuevos miembros, que pueden alcanzar niveles superiores a los originales empezando siempre desde cero, y hacerlos ganar experiencia para tener un equipo competitivo.
Básicamente la premisa es la conocida. Hablar con los pintorescos personajes que habitan las tierras inhóspitas de Krater para que nos propongan misiones de vario tipo. Estas misiones van desde las típicas que se encuentran en un MMO, como recoger un cierto número de objetos o matar un cierto número de enemigos, a otras como ayudar al artista creador de muebles de la fábrica de IDEA a que recobre su inspiración.
Existen cuatro clases de soldados, que cumplen los típicos roles de «tanque» (fuerte, con la función de atraer los ataques enemigos), «médico» y un par de tipos de «DPS» (más débiles, pero capaces de causar gran daño cuerpo a cuerpo o a distancia). Sin embargo, uno puede llegar a modificar dichos roles pudiendo crear híbridos, como por ejemplo, un «tanque» con poder curandero. Para ello, se usa tanto el potenciamiento de las armas (como añadir capacidad curativa a un ataque) o añadiendo chips corporales. Cuando un soldado sube de nivel, se desbloquean nuevos espacios para poder integrar nuevas modificaciones. Esta es la forma en la que podemos decidir dar más capacidad de vida a un personaje, con un chip de stamina, o mejorar su concentración, entre otros atributos. Tanto potenciadores como injertos corporales se pueden encontrar por el mundo, ya sea al derrotar enemigos o comprarlos en tiendas.
Así pues, combinando tres personajes con distintas características crearemos un potente equipo, aunque a veces el aspecto táctico se ve anulado por la velocidad en que los ataques enemigos suceden. Aunque no va tan a saco como en Diablo III, la vida de los personajes puede ser dañada en cuestión de segundos, cosa que no da siempre tiempo a reaccionar. Cada soldado dispone de dos habilidades especiales, que siempre son los mismos por cada clase y que podemos activar usando el teclado númerico. Cada habilidad requiere un cierto tiempo de recarga antes de poderla volver a utilizar.
A veces puede que se eche en falta que los personajes tengan un poco de iniciativa y ellos mismos activen las habilidades – a lo Dragon Age. Así pues, en las batallas el microcontrol es esencial sin poder pausar el juego. Esto hace que los encuentros con los enemigos se conviertan en un baile de nuestros dedos sobre el teclado númerico, al principio de forma caótica, aunque con el tiempo le pillaremos el tranquillo. Lo único más complicado es que habilidades como la de «curar», requieren que señalemos el objetivo con el ratón, perdiendo un precioso tiempo en realizar dicha acción.
Aunque lo que si curaremos con Krater es nuestra saciedad exploradora, ya que tenemos un gran mundo por explorar. Principalmente, nos trasladamos entre pueblos, minas y otros lugares usando el mapa principal. Así como en Dragon Age, mientras nos movemos de un sitio a otro pueden que sucedan encuentros especiales, que debemos superar para conseguir avanzando. Con el tiempo, puede que estos se vuelvan un tanto monótonos.
Su aspecto es otro de los interesantes aspectos de Krater, con su visión particular de un mundo postapocalíptico. Lejos de desolación y desierto, encontraremos lustrosos bosques escandinavos, así como oscuros poblados de influencia steam-punk, en los que no puede faltar su bar desde el que resuena música electrónica. Este tipo de sonido es el que principalmente nos acompaña en las misiones, una música que recuerda a la banda sonora de Blade Runner.
Nuestro periplo empieza en el borde del gran cráter. Si somos lo suficientemente locos como para intentar adentrarnos hacia el centro a saco, lo único que conseguiremos es una muerte prematura. Krater no es un juego fácil y deberemos entender bien los diferentes aspectos de la mejora de los soldados para poder avanzar una vez superada la primera parte del juego. Mucho se ha hablado previamente de la muerte permanente de los personajes y es que si acumulamos un cierto número de heridas en un personaje lo perderemos.
El misterio para evitar la pérdida de nuestros compañeros de aventuras radica en curar sus heridas pagando a los médicos de los poblados y, sobretodo, en relevar los miembros del equipo durante las misiones para evitar que el mismo individuo sufra «demasiado». Esto no es evidente y, personalmente le cogí cariño a mi grupo de tres personajes iniciales. Pero con estos no puedes llegar muy lejos. Como en un equipo de fútbol, mantener una buena alineación es esencial.
Pero aunque la muerte nos siga los talones, el humor es un elemento constante, desde las alocadas conversaciones y misiones hasta el nombre de las armas. Sin embargo, por ahora no existe una versión en español para los que no controlen el inglés puedan entender los detalles y juegos de palabras. Los diálogos son por escrito, con algún fragmento de voz arbitrario que a menudo despista un poco. Las opciones de respuesta son sencillas, por lo que no dominar el inglés tampoco es un problema.
Algo interesante en Krater es la posibilidad de poder construir objetos si disponemos de los planos para ello. Esto hará que podamos crear armas y potenciadores combinando otros tipos de objetos, como madera, acero… o limo verde. Por suerte, podemos llevar gran cantidad de dichos objetos en nuestro inventario y, por lo general, la única limitación estará en la cantidad de armas que transportemos en una página de inventario por separado.
En Krater, como en muchos juegos recién salidos del horno con prisas, no se libra de ciertos defectos. En una misión, por ejemplo, me desapareció uno de los tres enemigos a derrotar, aunque el problema fue corregido evitando el juego. Sin embargo, los desarrolladores escuchan a la comunidad y han ido creando parches. Uno de los más esperados es el modo cooperativo multijugador, previsto para el 10 de julio. Por lo tanto, aún no tenemos impresiones de dicho modo.
Conclusión
Krater es un ambicioso RPG de acción, pensado para hacerte reir mientras sigues obsesionado matando nuevos grupos de enemigos y acumulando botín, por el módico precio de 13,99 euros en Steam para PC. Por ese precio, uno recibe un paquete con bastante contenido para pasar un montón de horas. Puede que a la larga, como en muchos otros juegos de este tipo, la jugabilidad se haga un tanto monótona, pero personalmente creo que la calidad-precio es muy buena. Al principio experimenté un poco de «shock» al venir directamente desde Diablo III, pero la primera impresión un tanto negativa fue siendo modificada a medida que le dedicaba tiempo al juego.
Una versión llegará para Mac en julio. Y si te animas y además tienes un montón de pasta, siempre puedes escoger la Krater $10.000 Victor Edition, la edición más cara conocida -unos meros 8000 euros- donde el diseñador del juegoVictor Margnuson viene a tu casa, te cocina una especialidad sueca y te ayuda a dar tus primeros pasos por el juego. Los de Fatshark no pierden el tiempo, así que siempre podéis llenar con Krater el hueco hasta que salga el esperado War of the Roses.
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