Últimamente parece que los juegos, cuanto más realistas son, mucho mejor. Algunos ejemplos claros son Grand Theft Auto IV, Modern Warfare 2 o Forza Motorsport 3. Por suerte, en el género sandbox esto no se aplica tanto, a pesar del ya mencionado GTA IV, y buena prueba de ello son los títulos basados en superhéroes y Saint’s Row.
Además de estos títulos, en la anterior generación apareció Just Cause, que prometía una acción trepidante en el mapa más grande que se había visto antes. Por desgracia, todo acabó en un cúmulo de promesas que no se cumplieron ni de lejos, por culpa de un mapa con multitud de zonas de relleno, un apartado gráfico desfasado y una jugabilidad demasiado simple. Sin embargo, esta saga no estaba terminada, ya que ahora nos llega Just Cause 2, que promete solucionar todo lo anterior y traernos un verdadero espectáculo de acción. La cuestión es, ¿lo habrán conseguido?
Derrocamientos, chinos, rusos… ¿pero a alguien le importa?
La historia de Just Cause 2 nos vuelve a poner en la piel de Rico Rodríguez, el mejor agente de la Agencia en lo que a derrocar gobiernos corruptos se refiere. En su última misión es enviado a la isla de Panau, cuyo presidente ha sido asesinado por su hijo, que ahora ha tomado el poder, y ha cortado todos los lazos diplomáticos con Estados Unidos, por lo que nuestro objetivo será derrocar a este presidente. En principio esta misión la podría realizar otro agente, pero la situación se complica al parecer que Sheldon, el agente en Panau y que es el mentor de Rico, se ha pasado al otro bando al cortar todas las comunicaciones.
En principio el argumento parece interesante al hacer todo esto personal, pero todo desemboca en algo tremendamente sencillo, que no engancha y es absolutamente predecible. Pero, como veremos a continuación, la historia no es el aspecto fundamental del título y no lo pretende ser en ningún momento.
Herramientas para derrocar un gobierno: el garfio y el paracaídas
Como en todo buen sandbox que se precie, para avanzar la historia tendremos que completar las misiones principales, que aquí son las de la Agencia. En ellas tendremos que salvar a alguien de una ejecución, eliminar a varios magnates internacionales, o hasta subirnos en misiles. La verdad es que, como en la historia, el título nunca el busca el realismo, y únicamente nos propone todo un torrente de acción completamente inverosímil, lo que no es exactamente algo malo.
Sin embargo, lo diferente respecto a otros sandbox es que para desbloquear las misiones principales (que son únicamente 7) no tendremos que completar la anterior, sino desbloquearla causando caos, y éso es en lo que invertiremos la mayor parte del tiempo.
Para causar caos tendremos dos opciones. Por un lado completar las misiones secundarias que nos encomienden las tres facciones que se disputan el control de la isla, que serán algo más cortas que los principales, al mismo tiempo que se parecen entre sí.
La otra opción, y seguramente la más entretenida, es ir explorando el enorme mapeado buscando los numerosos emplazamientos que veamos, ya sean pueblos, ciudades llenas de rascacielos, bases militares o bases petrolíferas. En ellas tendremos que destruir absolutamente todo lo que veamos que tenga algo de valor para el gobierno, como antenas, torres de comuniación, depósitos de petróleo, eliminar generales y un largo etcétera. Todo esto es tremendamente divertido y nos mantendrá pegados a la pantalla durante mucho tiempo si queremos completar todas las ubicaciones del juego.
Otra cosa que conseguiremos al destruir objetos y completar misiones será el dinero, con el que podremos comprar armas y vehículos en el mercado negro. Entre los elementos disponibles habrá pistolas, explosivos o rifles de asalto en el apartado de las armas, o jets, helicópteros, motos y otros vehículos en el otro campo. Otra opción para conseguir dinero es completar desafíos contrarreloj, que nos pueden alejar un poco de tanta explosión.
Además de comprar todos estos elementos también tendremos la posibilidad de mejorarlos con las piezas de armas o de vehículos que encontremos en el mapeado, por lo que si usamos un objeto más que otro lo podremos potenciar y nos será mucho más fácil derrocar al gobierno de Panau. Por suerte los únicos objetos desperdigados por el mapeado no son éstos, ya que también habrá mejoras de blindaje y varios elementos exclusivos de cada facción por los que nos recompensarán económicamente. Esto, junto a las numerosas opciones de formar caos que tenemos hacen de Just Cause 2 un juego muy longevo (simplemente para terminar la historia necesitaréis unas 15 horas, y muchas más para alcanzar el 100%).
En un principio todo lo descrito lo podemos encontrar en muchos otros juegos, y es que lo que hace especial a Just Cause 2 es la variedad de posibilidades que tenemos para completar todos nuestros objetivos. Por un lado, nuestro mejor aliado será el garfio. Con él nos podremos enganchar en puntos del escenario para ir volando hacia él, tirar a los enemigos desde posiciones elevadas, ir hacia los vehículos y un largo etcétera. Pero no solo se podrá hacer con un único garfio, sino que también tendremos un garfio doble.
Con él podremos enganchar a un enemigo a un vehículo para poder arrastrarle, al techo, a una bombona para dispararla y hacer que salga volando y otro largo etcétera. Todo esto se traduce en que tendremos una multitud de posibilidades para hacer de todo, lo que eleva la diversión hasta cotas inospechadas. Aunque claro, también depende de la imaginación que tenga uno y lo espectacular que lo quiera hacer todo, por lo que si queréis hacer las cosas de forma directa os perderéis gran parte del encanto del juego.
Cuando no estemos empleando el garfio la acción es mucho más simple, ya que en esencia es un shooter en tercera persona soso y con pocos matices. La IA de los enemigos y de los aliados es completamente nula, y la acción es bastante sosa, a pesar de que hay algunos elementos destructibles en el escenario. Lo bueno es que habrá algún que otro momento espectacular en el que no se use el garfio, como cuando estemos encima de vehículos en movimiento y podamos encargarnos de sus ocupantes desde el techo y echar al conductor mediante un pequeño quick time event. Lo de ponernos encima de los vehículos lo usaremos mucho, ya que lo podremos hacer en cualquier momento (incluso en helicópteros y aviones, ya que las leyes de la física son más bien olvidadas) para poder lanzarnos a otro vehículo, pudiendo hacer así las persecuciones más emocionantes de lo que en realidad son.
Aparte del garfio, nuestro otro mejor amigo será el paracaídas, y es que no solo lo usaremos para evitar que nos rompamos el cuello en las grandes caídas. Por un lado lo podremos abrir cuando vayamos a gran velocidad en un vehículo, o si lo combinamos con el garfio podremos desplazarnos al usarlo como honda y seguir así en el aire durante bastante tiempo.
Como hemos estado diciendo durante el análisis, el mapeado del juego es enorme, por lo que el uso de los vehículos será primordial. Como es de esperar, nos encontaremos con los típicos coches, motos y vehículos blindados en el campo terrestre; aviones, helicópteros y jets en el aéreo; y motos y lanchas en el acuático. En total hay 104 vehículos (bueno, 105 si contamos el que se ha añadido de forma gratuita recientemente), y su control es bastante bueno. Sin embargo, con los vehículos terrestres os podéis encontrar algún que otro problema al perder el control a ir a gran velocidad o chocarnos, lo cual hará que los coches no sean nuestra primera opción.
Así que los vehículos aéreos serán básicamente los reyes del juego, y con ellos veremos casi todo el mapeado. En cuanto al mapa, los diferentes tipos de terreno que nos encontraremos (nieve, desierto o selva) no cambian demasiado el control de los vehículos, ya que es básicamente arcade. Eso sí, algo digno de mención es la isla homenaje a «Perdidos», la cual es sencillamente impresionante para los fans de la serie.
En resumidas cuentas, la jugabilidad de Just Cause 2 es buena y básica al mismo tiempo, y a decir verdad, lo que realmente lo hace deslumbrar es el uso del garfio y del paracaídas, con todo el abanico de posibilidades que conllevan.
Belleza… con luces y sombras
En el aspecto gráfico, el juego tiene luces y sombras algo acusados. En el aspecto positivo nos encontramos la isla de Panau, ya que es enorme y el horizonte es muy lejano. Es cierto que el popping en lugar de ser la niebla se da en los objetos, pero dado el tamaño del mapa es algo digno de mención. Sin embargo la representación del mapa no es perfecta, ya que sigue habiendo zonas que parecen de relleno, aunque por suerte son mucho menores que en el anterior título. Además, las texturas y le belleza del escenario están a un gran nivel, y es que algunas estampas son preciosas.
Otro aspecto positivo es el tema de los efectos. Las explosiones, que serán muy numerosas, son bastante espectaculares, al mismo tiempo que la iluminación es realista y está muy bien hecha. El diseño de los vehículos también es bueno, aunque es mejor que no os esperéis nada especial. La lluvia es el único efecto metereológico que veremos, y está bastante bien.
Por desgracia también hay cosas malas que cantan bastante, como el diseño de los personajes. Si bien Rico luce bien y sus animaciones están logradas, el resto de personajes son mucho más cutres en ambos sentidos. Además, no será muy frecuente ver transeúntes por las calles, lo cual reduce la sensación de que la isla está viva.
Pero tranquilos, ya que lo bueno sobrepasa en mucho a lo malo, y el aspecto general del juego es muy bueno para tratarse de un sandbox.
Sonido correcto… y poco más
El aspecto sonoro del juego no va a deslumbrar a nadie, pero sí contentará a los jugones. La música es correcta, y se adaptará a las situaciones en las que nos encontremos, como una música de victoria tras acabar una misión con éxito o algo más movidito en las persecuciones.
Los efectos de sonido de los vehículos, los disparos y las tormentas (junto al impagable sonido que hace el Humo Negro en la isla de «Perdidos») son también correctos, pero de nuevo no sobrepasan lo correcto.
En cuanto al doblaje, todas las voces están en español, y para sorpresa de muchos, son mejores que en la versión original… lo cual no quiere decir mucho. Básicamente son normalitas y típicas para los personajes que veremos, pero tampoco es que sean espectaculares.
Conclusión
Just Cause 2 es un juego de acción muy divertido gracias al uso del garfio y del paracaídas, junto a la diversión que simpre produce ir destruyendo cosas. Además, supone una gran mejoría respecto a la primera parte, ya que la jugabilidad del título es magnífica si usamos los ya citados garfio y paracaídas y los momentos surrealistas (como movernos por un helicóptero cuando éste está en el aire) son bastante entretenidos.
Así que si lo que buscáis un juego de acción directa, espectacular y que no se tome las cosas muy en serio Just Cause 2 es vuestro juego. Si por contra preferís un sandbox completo y con una gran historia os quedaréis decepcionados, pero como siempre viene bien desconectar de las cosas complejas el juego es prácticamente un éxito de diversión asegurada.
Me encanta comparar mis análisis con los vuestros y la mayoría de las veces, comprobar que la opinión es muy similar 🙂
Aunque en este caso yo quitaría la ultima frase, estoy seguro que el que busca un sandbox completo y con una gran historia es perfectamente capaz de pasárselo pipa con Just Cause 2, es demasiado divertido xD
Lo de la gran historia creo que no, porque es un poco «Ve a Panau a derrocar al dictador de turno… ah, y vence a unas cuantas potencias extranjeras de paso». Por eso lo decía, aunque como bien dices, con el juego te lo pasas genial
lo que mas me dio risa de este juego fue la introduccion de los ninjas fue una verdadera sorpresa, es decir me esperaba de todo menos eso, hasta robots por asi decirlo XD.
como dato extra llevo jugando 55 horas y apenas he desloqueado el 75 %