Hoy os traemos el análisis de la última entrega de Fable, la nueva aventura que nos traen los chicos de Lionhead . Como principal novedad en la saga, deberemos convertirnos en los líderes del alzamiento del pueblo contra la tiranía del Rey, nuestro hermano. Pese a las grandes esperanzas que teníamos en esta entrega, os adelantamos que las sensaciones que nos ha trasmitido el juego han sido agridulces. Del mismo modo que pasó en Fable 2, esta tercera entrega vuelve a traer grandes cambios, algunos buenos y otras no tanto, pero sobretodo nos deja la sensación de que abandona por completo el género RPG para centrarse únicamente en la aventura, viendo como su sistema de juego se va simplificando cada vez más.
Tras probar el juego y recordar todas las promesas de Molyneux durante los últimos meses, nos queda la sensación que quizás debería empezar a plantearse el dejar de alimentar con tanto hype a su obra, al fin y al cabo no le hace ningún favor, no porque el juego no acaba teniendo una buena calidad, sino porque las expectativas que crea son muy diferentes al resultado final que encontramos.
Durante los primeros minutos de juego en Fable 3 tienes la sensación de que estas jugando a una versión mejorada de la segunda parte, mejores gráficos, un mapa más grande, decisiones más trascendentales, una notable mejora en el movimiento de nuestro héroe con más y mejores animaciones… A todo esto debemos sumar el hecho de que resuenan en nuestra cabeza todas las promesas que nos ha estado haciendo Molyneux durante los últimos meses, dando como resultado que vayamos relamiéndonos mientras descubrimos el nuevo Albión que ha sido puesta ante nuestros ojos, un Albión más oscuro y grande, metido de lleno en una época de industrialización con un aspecto victoriano y un ligero aroma a steampunk que le sienta como anillo al dedo.
Pero, según profundizamos en el juego nos vamos dando cuenta que las promesas de Molyneux van cayendo en saco roto, que la saga Fable se aleja cada vez mas de las promesas lanzadas en su origen cuando era llamado Project Ego, y que si estabas esperando un RPG te vas a dar con un canto en los dientes, porque Fable 3 es una aventura bastante lineal que ha sufrido diversos cambios con la idea de hacerlo más asequible a todo tipo de público.
Fable 3 como secuela no cumple las expectativas para nada. Quizás si en vez de llamarse así, se llamase de cualquier otra forma, podríamos gritar a los cuatro vientos que es un buen juego, original, divertido y con grandes ideas… pero claro, lo que encontramos no es lo que esperamos de un Fable, y mucho menos es lo que esperamos tras las promesas de Molyneux. Te deja con las ganas de disfrutar de las grandes posibilidades que te daban sus antecesores, abandonando del todo la senda de los RPG con la que tonteaban sus secuelas, para zambullirse de lleno en la aventura.
Una vez aclarado esto, pasemos a hablaros del juego en sí, de que novedades nos trae y que sensaciones nos ha trasmitido.
Como todos sabréis a estas alturas…
La historia nos sitúa cincuenta años después de la anterior entrega, durante todo este tiempo nuestro padre ha estado reinando con éxito Albión, pero el relevo de poder a favor de nuestro hermano mayor ha provocado que la gente esté amargada y deprimida. La tiranía con la que gobierna es insostenible, los niños se ven obligados a trabajar en fábricas, los impuestos son altísimos y la pobreza asola cada rincón… Todo esto nos lleva a una situación donde se siente que en breve habrá una rebelión del pueblo ante la opresión.
A los pocos minutos de iniciar nuestra andadura en esta fabula, sentiremos en nuestras carnes la tiranía de nuestro hermano, y nos daremos cuenta que como príncipe del reino, es nuestra obligación liberar a nuestro pueblo de semejante montón de mierda… así que rápidamente tendremos que ponernos en marcha para conseguir el máximo apoyo posible de todos los lideres influyentes de Albión y dar así un golpe de estado que derrote a nuestro hermano.
Una vez nos embarcamos en dicha empresa recorreremos todos los rincones de Albión acompañados del inútil de nuestro perro y guiados en todo momento por el caótico por momentos sendero luminoso para evitar que nos perdamos. Durante la travesía que recorreremos, lucharemos contra Hobbes, Balverinos, Bandidos, Huecos y demás fauna de Albión. Pero desgraciadamente esas luchas no pasarán de ser un simple paseo, ya que los combates pese a presentarse más espectaculares gracias a la mejora en las animaciones, han quedado tan simplificados que no supondrán ningún reto al jugador.
Ya en la anterior entrega vimos una simplificación en el sistema de combate, pero en esta entrega ya nos limitaremos a aporrear el botón correspondiente a la espada, la magia o la pistola, y esperar que los enemigos vayan cayendo a nuestro alrededor sin mayor complicación, ya que la profundidad de los combates no nos exigirá mucho más. Si disparamos no necesitaremos apuntar a nuestros enemigos, si lanzamos magia poco más tendremos que hacer que dar una dirección, todo será automático. ¿Qué morimos?, ¡no hay problema!
Volveremos a aparecer en el mismo lugar y momento para seguir matando a los enemigos que aun queden en pie, con el único inconveniente de una leve pérdida de los sellos del gremio que llevemos acumulados, y una nueva cicatriz en nuestro cuerpo. Por los sellos no hay que preocuparse demasiado, ya que podremos conseguir más simplemente matando enemigos, o interactuando con los PNJ’s del juego, y la cicatriz solo supone algo estético, en ningún momento tuvimos la sensación que afectara por ejemplo al carisma o atractivo de nuestro personaje.
Si a todo esto le unimos que las elecciones que deberemos tomar siguen siendo bastante obvias en sus consecuencias, que las misiones secundarias no incitan a la exploración, limitándose a ser del tipo “lleva este paquete a tal sitio, o recoge tal paquete en tal sitio y traemelo”, que la interacción con los PNJ’s se ha visto reducida a un número opciones ridícula, y que las promesas que arrastraremos a nuestro mandato son totalmente automáticas… Nos encontramos que la primera parte del juego, la más parecida a las otras entregas, resulta un juego sin ningún tipo de reto o satisfacción, es simplemente cuestión de paciencia, no es necesario la habilidad, la estrategia o la suerte, simplemente tirar hacia adelante sin más complicación.
Cuando por fin llega la revolución y nos convertimos en reyes, nos encontramos que la propuesta que nos da el juego es un “quiero y no puedo”. Sobre el papel tiene un potencial enorme, pero en realidad se ha quedado en un montón de buenas ideas no demasiado desarrolladas, cuyo triste resultado nos deja muy fríos.
Pese a que no deja de ser curioso y original, no acaba de ser la “revolución” que prometía Molyneux cuando nos hablaba de él. Si además tenemos en cuenta que esta parte es ridículamente corta, el resultado acaba siendo desastroso… decir que te puede durar una hora o dos, es ser muy benevolente.
En el apartado puramente técnico, nos encontramos con una sutil mejora en relación a la segunda entrega, ahora los personajes y los escenarios están más trabajados, luciendo un aspecto mejorado y unas animaciones más cuidadas. A todo ello le debemos sumar un apartado artístico excelente, salpicando con algo de steampunk la estética de cuento de hadas a la que nos tiene acostumbrados la saga, y que tanto gusta a sus seguidores.
Pero es incomprensible comprobar como la saga sigue conservando una enorme cantidad de bugs, no solo arrastrando los de siempre, incluso encontrando nuevos. Primeramente en conceptos a nivel visual, como las ralentizaciones en momentos puntuales, un uso del blur totalmente desafortunado, lentitud en la carga de texturas siendo algunas bastante borrosas, o un popping sorprendente a estas alturas de generación. Capítulo aparte lo que ocurre con el clipping, que aparece en numerosas ocasiones con casi todos los personajes y objetos, pero especialmente lo sufriremos con el perro, con momentos de autentica vergüenza ajena, como estar hablando con una puerta demoniaca mientras ves que la cabeza de tu sabueso está asomándose a través de ella O_o.
Todo eso es soportable en mayor o menor medida, pero la gran lacra del juego son los bugs a nivel lógico… Por momentos el sendero luminoso que marca nuestro camino se volverá loco y nos indicará el dar vueltas sin sentido durante un rato, nos hará retroceder constantemente si intentamos atajar un poco alejándonos del camino que indica, nuestro canino compañero nos volverá locos por momentos cuando nos avise de la localización de un tesoro sin concretar su ubicación exacta, o se quedara enganchado en cualquier obstáculo insignificante, incluso los habitantes harán acciones sin demasiado sentido. Luego encontramos momentos sangrantes, como cuando por culpa de alguno de estos fallos no puedas hablar con algún PNJ por que ha quedado anclado en alguna esquina sin tener acceso a él, y ello te implica no poder concluir o iniciar una misión.
Incluso el apartado sonoro nos aportara bugs, en alguna ocasión cuando estemos hablando con algún PNJ descubriremos que cada frase que suelte, ¡tendrá una tonalidad diferente!, vamos como si estuviera poseído por diferentes personas… un desastre.
Pese a todo lo descrito, Fable 3 es un buen juego, es sumamente divertido gracias al sentido del humor con el que se ha dotado tanto a la historia principal, como a las secundarias. La historia es interesante, con una narrativa decente, que sin ser una maravilla se puede soportar. Con algunas historias secundarias sumamente divertidas, por momentos alocadas y desternillantes.
Las conversaciones y comentarios que escucharemos mientras juguemos al juego nos harán reír en más de una ocasión, algunos personajes cuentan con una extravagancia sublime, y todo aquello que podemos leer durante la aventura tiene algún toque de humor significativo.
En el apartado sonoro el juego cumple, la banda sonora como nos tiene acostumbrado la saga es una delicia, además el doblaje al castellano está muy cuidado, aunque es una lástima no poder disfrutar de la opción de poner voces en ingles con subtítulos en castellano, ya que las voces en ingles son sencillamente inmejorables.
Durante el juego podremos hacer cosas inimaginables en otros juegos, como por ejemplo coquetear con prácticamente cualquier personaje que aparezca en nuestro camino, tener sexo con personajes de nuestro sexo o del contrario, casarnos, divorciarnos, tener hijos, adoptarlos en un matrimonio gay. Poder agarrar la cabeza de un aldeano y cuescarnos en su cara, abrazar, hacer cosquillas, bailar… Está claro que nos divertiremos mientras recorremos los pasajes de Albión, que cuentan con una extensión realmente impresionante, acompañados de una belleza plástica sublime, siendo reseñable la enorme variedad de lugares que visitaremos. Aunque el hecho de que exista la opción de teletransportación automática hace que se pierda un poco toda esta grandeza.
Entre las novedades que más nos han gustado, se encuentra el sistema de armas y su cambio de apariencia según subimos de nivel dependiendo de nuestra inclinación moral.
Ahora los tediosos menús de selección de armas, vestimenta, etc. han sido cambiados por la teletransportación automática a nuestra mansión, donde nos esperara nuestro mayordomo siempre dispuesto a darnos su opinión respecto a nuestro aspecto. Allí usaremos un sistema que nos recuerda a la casa de Ezio en Assasin’s Creed II, donde podremos customizar a nuestro príncipe como nos convenga.
Por supuesto la mejora más interesante que ha recibido el juego es su modo online, muy mejorado respecto a la anterior entrega, permitiéndonos jugar con otros héroes tanto online como offline e incluso tener descendencia con ellos.
En definitiva:
La sensación general que nos da el juego, es que todo es una enorme carcasa, algo hueco sin sustancia interior, sin chicha, sin profundidad de ningún tipo, tan sólo un montón de grandes ideas desperdigadas por un concepto de juego que no acaba de hacernos sentir que asumimos algún tipo de reto. Iremos recorriendo Albión, mirando a un lado y a otro, riendo con el genial humor que siempre ha salpicado a la saga, curioseando con las posibilidades de interacción con los PNJ’s y disfrutando de los paisajes, pero el juego no representa ningún reto, por lo que no existe satisfacción al avanzar por su historia.
Si no has jugado nunca a un Fable, o no te importa que esta entrega te ofrezca algo totalmente diferente a un RPG, es una buena opción de compra, ya que el juego pese a sus fallos y defectos tiene una calidad decente. Pero si pretendes encontrar algo parecido a los orígenes de Fable, o a las promesas de Molyneux, mejor mira hacia otra parte porque este no será tu juego.
Lo mejor
Lo peor
Jerry says
Pues tras tu llegada de la conferencia de Molyneux, me dejaste hypeadisimo con el juego, tanto que llegue a pensar en que hacerme con una xbox360 solo por Fable (evidentemente luego hubieran caido otros titulos, pero hoy por hoy, por Fable solamente) no era una burrada, aunque tampoco descarto probar este desastre en algun momento…
Lo unico bueno que me parece que queda, es el tema de la evolucion de las armas, que ya me parecio espectacular cuando lo contaste… pero parece que cojea por todos los otros sitios, una gran lastima!
Sr.Lobo says
No podría estar más conforme con el análisis, si tuviera que definir el juego con una palabra es: desilusión/decepción (o algo por el estilo)
Y mira que me jode, por que en su momento me hice con los anteriores. Compré Fable II, por Fable, Fable III por el anterior…mucho tiene que cambiar la cosa para que me haga con un cuarto.
La história principal no está mal, pero lo bueno que tenía el 2, era la opción de irte por las ramas con las misiones secundarias, en esta entrega la única opción es la de ser mensajero como bien dices.