Dynasty Warriors 7

Dynasty Warriors vuelve a la carga por enésima vez, y la verdad es que ya he perdido la cuenta, con más de una quincena de entregas con escasas diferencias entre ellas. Multitudinarios combates con cientos de enemigos simultáneos y unas espectaculares artes de combate en una China feudal.

La saga quedó como uno de los legados de la pasada generación de consolas, concretamente en Playstation 2 donde se revitalizó, después de empezar en Playstation con un mediocre juego de lucha, para convertirse en un Beat’em Up masivo que catapultó a Koei, una modesta compañía que vio como sus ventas se incrementaban hasta un punto que ni los más optimistas hubieran vaticinado. La compañía ha ido exprimiendo la misma fórmula una y otra vez durante más de 10 años en incontables secuelas, expansiones y spin-offs, donde se ha atrevido a introducir toques de rol (saga Strikeforce) o estrategia por turnos (saga  Empires) y ha servido como inspiración a otras como Trinity Souls of Zill O’ll o Legend of Troy.

La verdad es que es difícil explicarse como una saga como Dynasty Warriors puede seguir vendiendo de esta forma en entregas que ofrecen exactamente lo mismo que sus antecesores. Aunque la mayor parte del éxito radica en oriente, donde cada título de la serie es recibido con los brazos bien abiertos por los fans incondicionales de los Hack’n slash.

Si alguien no sabe de qué va esta saga os diré que está inspirada en un clásico de la literatura China, la novela El Romance de los Tres Reinos de Luo Guanzhong, y a grandes rasgos relatan los acontecimientos de una China feudal del siglo III dividida en tres reinos (Cao Wei, Shu Han y Wu).

Historia
Nos encontramos con la misma historia que los anteriores juegos de la franquicia, donde nos narran la historia de los tres reinos mencionados, Shu, Wu y Wei, al que han añadido un cuarto, Jin,  y su correspondiente hilo argumental. Aunque a diferencia de los anteriores títulos de la franquicia, el modo historia de esta séptima entrega es completamente diferente, ya que aquí en lugar de elegir a un guerrero de los tres reinos para jugar la historia de ese reino en esta ocasión elegimos un reino para jugar. Seleccionando el hilo histórico de Wei, por ejemplo, tomaremos el control de un personaje distinto en cada misión de esa historia, lo que permite centrar la historia en la trama e introducirnos más en toda esa cultura, en lugar del personaje que llevamos.

De esta forma, las cuatro campañas que componen el modo historia son distintas, ya que relatan la historia desde su propia perspectiva. Aunque los anteriores títulos eran ricos en su trama y su historia, Dynasty Warriors 7 lo lleva a un nuevo nivel sumergiendo al jugador en la cultura de los Tres Reinos añadiendo unos acertados diálogos antes de misión (explorando el campamento y sus alrededores para hablar con soldados, armeros o campesinos que habitan y así conocer de primera mano lo que se cuece).

Para los que se incorporen a toda esta dinastía y vayan un poco perdidos, el juego cuenta con una enciclopedia que resume la historia y contiene las biografías de los personajes principales y las relaciones a nivel argumental que mantienen entre sí. Un apartado necesario para conocer e integrarse con esta historia, sin duda un buen aliciente para afrontar el modo historia del juego y entender quien somos en cada misión y el motivo que nos mueve a ello. La verdad es que después de pasarme un buen rato leyendo toda esta biografía he entendido perfectamente porqué este juego mueve tantos fans en oriente, pues la cultura que envuelve el juego es sencillamente alucinante.

Estas extensas cuatro campañas se dividen a su vez en capítulos, que como he comentado nos ponen en la piel de un personaje de esa dinastía. En ellas deberemos ir a los distintos puntos marcados del mapa liquidando oleadas de clones enemigos liderados por un general, que serán los únicos que nos buscarán las cosquillas, a la vez que intentamos que nuestros aliados no caigan en combate.

Conquista
A parte del modo historia tenemos un nuevo modo llamado Conquista, que sustituye al “modo libre” del anterior juego. En él controlamos a personajes desbloqueados hasta ese momento en el modo historia y debemos avanzar por un mapa lleno de casillas hexagonales seleccionando qué batallas luchar y qué aldeas queremos visitar. En estas aldeas podemos comprar nuevas armas (o potenciar las nuestras) y objetos como sellos, así como hablar con sus habitantes para conocer un poco más de esa historia e integrarnos con ellos. Esta es, sin duda, una de las características más importantes de esta modalidad, ya que aumentando estos vínculos con la gente conseguiremos aliados para que nos ayuden en nuestras batallas (aunque también podemos contratarlos).

Esta modalidad cuenta con la posibilidad de jugar en cooperativo (online o a pantalla partida), y de hecho es la única, ya que en la historia no podemos (ni si quiera a pantalla partida, como sí podíamos en el anterior juego), uno de los mayores alicientes de este título y que no se entiende que esté tan escondida.

Jugablemente, el título se mantiene inalterable respecto los estándares que han caracterizado a la saga. Nos encontramos ante extensos mapeados, tropas aliadas luchando a nuestro lado contra cientos de enemigos (todos ellos clones y con una cuestionable IA) y con un abusado uso de las poco prestigiosas técnicas del machacabotones más hardcore que tan popular ha hecho a la serie en su país de origen.

Contamos con el clásico sistema de dos botones (ataque débil y fuerte), que deberemos combinar para ejecutar los combos; un botón de salto y un otro para ejecutar el ataque especial de cada personaje cuando conseguimos llenar la barra de Musou, ya sea matando enemigos o con objetos que estos nos dejan (los personajes más importantes poseen dos). En esta ocasión se ha prescindido del sistema Renbu introducido en el título anterior, que no permitía la ejecución de combos y no acabó de convencer.

Esta mecánica se caracteriza por el uso de una serie de armas (aproximadamente 40, cada una de ellas con sus combos y movimientos), pudiendo llevar dos al mismo tiempo y que nos proporcionan un estilo de lucha distinto. La parte negativa de todo esto, es que no importa tanto el personaje que se controle sino el arma que enfunde, ya que todos los personajes se comportan de la misma manera con esa arma.

A todo ello debemos sumar los objetos que dejan caer los enemigos al ser derrotados, que servirán para potenciar nuestro ataque, defensa y velocidad, durante un tiempo limitado. También encontramos otros objetos desperdigados por el escenario que nos permitirán rellenar ligeramente nuestra barra de energía o la de Musou.

En definitiva, todo se reducirá a aporrear botones buscando esos combos que sabemos que funcionan, lo cual tiene su gracia al principio, pero cuando llevamos unas horas empieza a cansar. Ahí es donde entra la historia y los numerosos personajes que controlamos, que en esta entrega son nada menos que 62, cada uno con sus técnicas y movimientos, y que junto con al gran número de armas y habilidades, nos ofrecen esa variedad necesaria para revitalizar esta monótona mecánica.

El apartado técnico del juego se presenta, una vez más, como la parte menos cuidada del juego. Con un apartado gráfico que roza el aprobado justito. Con serios problemas de popping (apareciéndonos soldados de la nada y creando las montañas a nuestro paso) y clipping (en ocasiones vemos las lanzas de los soldados que hay tras una puerta u otros que se integran con las rocas del escenario). Las texturas de los mapeados y los entornos acusan una deficiente resolución, acompañados por unas mediocres animaciones (todo ello se podrían justificar por la presencia de decenas de enemigos en pantalla), acompañado por una cámara que en ocasiones nos deja un poco vendidos. Lo único destacable de este apartado son los modelados de los personajes principales y las escenas cinemáticas.

El aspecto sonoro mantiene el mismo estilo metalero que en anteriores entregas y que poco tiene que ver con el ambiente histórico y de leyenda que destila la saga. Las voces están en inglés (con algún problema de sincronización) y viene totalmente subtitulado a nuestro idioma, un gran detalle a agradecer para entender bien esta fantástica historia y que además está traducido a un gran nivel.

Conclusión

Estamos ante uno de los mejores Dynasty Warriors de toda la saga, más grande y variado, con una buena historia y un extenso catálogo de personajes bien diseñados y con carisma. El título se presenta muy continuista y conservador, incorporando suculentas novedades como el  extenso Modo Conquista, o la revisión en el sistema de armas y combos, pero sigue estancado a nivel jugable. Un buen título que satisfará a los fans de la saga y hará pasar un rato entretenido a los amantes de los “hack and slash” de corte oriental que le den una oportunidad, siempre y cuando paséis por alto sus carencias técnicas.

Lo mejor

  • La historia y la forma de contarla
  • El modo cooperativo de Conquista
  • Perfectamente traducido a nuestro idioma (subtítulos)
  • Lo bien que se te queda el cuerpo liquidando oleadas de enemigos y hacerlos volar por los aires de 20 en 20

Lo peor

  • Mecánica repetitiva
  • Apartado técnico flojo, quedándose un paso por debajo en esta generación
  • Escasas novedades
  • Personajes con pocas diferencias

Ficha

  • Desarrollo: Koei
  • Distribución: Koch Media
  • Lanzamiento: 15-04-11
  • Idioma: Español
  • Precio: 60,99€ (360 y PS3)

Comentarios

  1. Aunque es un genero que tiene que gustarte, el juego tiene posibilidades y una ambientación magistral…

    A ver si me toca, dicho sa de paso, que tengo ganas de catarlo ^^

  2. Después de meterle centenares de horas a la saga, sólo puedo decir aunque siempre sea más de lo mismo, con un amigo al lado las horas pasan volando. Llamémoslo ‘mierda’ adictiva xD

    En este le tengo puestas muchas esperanzas, espero que no me defraude.

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