Commander: Conquest of the Americas

Los navíos y los piratas de la Edad Moderna (a partir del s. XVI hasta el XVIII) son una temática que atrae bastante a todos, más aún en los últimos años con la saga cinematográfica de Piratas del Caribe. De hecho, nos podemos dar cuenta fácilmente que, a nivel naval, otras épocas históricas no atraen tanto y no son tan entretenidas. En el mundo de los videojuegos también existe esta afición por la época de los grandes imperios, de los piratas y de los exploradores.

En este caso os presentamos Commander: Conquest of the Americas que se presenta de la mano de Paradox Interactive y Nitro Games. El título ya nos da una idea de que este juego pertenece al género estratégico. Lo cierto es que hace ya unos tres años pasé muchas horas de juego enganchado a Port Royal 2: Imperio y Piratas, y fue uno de los juegos que, pese a su relativa sencillez, más me ha gustado. Sin embargo, siempre pensé que aquel juego podría haber dado un paso más adelante en cuanto a gráficos y posibilidades. Conquest of the Americas es el juego que viene en cierto modo a cumplir con aquella idea o, que al menos, intenta mejorar lo visto hasta ahora y, si os gustó Port Royal, os gustará este.

El juego mezcla estrategia naval con la gestión comercial. Al comenzar, nos encontramos con un sencillo menú en el que, básicamente, se ofrece el modo un jugador, dentro del cual podremos elegir la campaña o jugar una batalla naval directamente en modo rápido o elaborado. Si escogemos el modo campaña, tendremos que elegir uno de los seis grandes imperios de la Edad Moderna que se nos ofertan: España, Inglaterra, Francia, Holanda, Portugal y el Sacro Imperio Germánico (Alemania por si alguien no lo sabe). Cada nación como tal nos ofrece unas ventajas u otras, pero también una desventaja, eso ya depende de cada uno. Una vez comenzamos, hacemos un tutorial en forma de cartas que nos envían, aunque también podemos hacer un tutorial desde el menú principal del juego. Enseguida nos daremos cuenta de que hay mucho por recorrer, desde el gélido norte del actual Canadá hasta el norte de Brasil.

Comenzamos con una flota de tres barcos y un capitán y nuestra misión general es fundar colonias, hacerlas crecer, construir más barcos y pelearnos con las demás potencias para controlar sus colonias y hacernos con la supremacía entre las demás potencias. Nos daremos cuenta de que al principio se trata de buscar colonias, al menos dos, y comerciar con la metrópolis. Poco a poco la cosa se irá complicando y podremos construir edificios dentro de cada colonia, que nos permitirán mejorar los recursos que recoge. Es importante transportar población de la metrópolis a las colonias y jugar con los impuestos para que suba la moral, pero sin quedarnos sin dinero. A partir de aquí, podéis imaginar que se trata de ir ampliando y fundando nuevas colonias y empezar a luchar con las demás potencias.

He de decir que el sistema de batalla es complicado. A parte de los botones que, como ya he comentado, resultan un poco liosos, el nivel y el control de los barcos no es todo lo ágil que me hubiera gustado. Quizá es demasiado realista o simplemente no han ajustado bien los controles (por desgracia no soy marinero), pero lo normal es que selecciones un barco y éste obedezca, ¿verdad? Pues lo cierto es que el funcionamiento de las batallas resulta peculiar. En primer lugar, la selección de los barcos en ocasiones va un poco mal, sobre todo si queremos seleccionar más de un barco. El zoom tampoco ayuda a que esto mejore. En segundo lugar, al pulsar en un punto del mar, a donde pretendes que el barco se mueva, suele pasar que los barcos se dirigen al lugar pero no directamente, sino que se entretienen en hacer otros movimientos que seguramente pueden resultar frustrantes si lo que se encuentra al otro lado es un Galeón por ejemplo y nosotros tenemos un minúsculo navío. Sin embargo, un poco de tiempo es suficiente para controlarlo de forma medianamente satisfactoria.

Gráficamente es un juego destacable puesto que presenta unas buenas texturas, y quizá sea su mejor baza. La rueda del ratón nos permite acercarnos y alejarnos bastante. Como es habitual, sigo encontrando demasiado simple el mar, se nota la repetición, pero está bastante logrado el efecto en el modo batalla, donde podemos encontrar incluso trozos de hielo. Lo que me ha desagradado un poco ha sido la interfaz. Los botones son demasiado pequeños y poco descriptivos para mi gusto y, de hecho, sobra espacio por todos lados, parece como si hubiera espacios en blanco. Aún así acabas acostumbrándote en las pantallas de gestión de colonias, flotas y comercio, pero no tanto en las batallas, donde a veces cuesta distinguir qué es pulsable como botón y qué es simplemente una imagen. En batalla sin embargo pasamos a una vista más cercana (podemos jugar cerca/lejos con la rueda del ratón) y con mejores gráficos, que nos permite disfrutar de la batalla.

A nivel de jugabilidad lo he encontrado simple en el manejo pero lento y poco intuitivo a causa de los botones. Sin duda es simple porque nos ofrece mover flotas y comerciar entre las colonias y las Metrópolis con la opción típica (y recomendable) de establecer rutas automáticas, pero al mismo tiempo, la cantidad de edificios que tendremos que gestionar dentro de cada colonia me ha parecido excesivo puesto que podemos encontrar fácilmente 20 edificios que tendremos que mejorar y convertirá en pesada la tarea de mejorar nuestras
colonias. Las batallas por su parte, presentan buena calidad si quitamos el problema de los botones (hasta la flecha que indica el viento es difícil de ver) y que la cámara no es del todo libre, cosa a la cual nos acostumbraremos jugando con el zoom hasta encontrar la altura ideal desde la que organizar nuestros barcos como ya he mencionado.

Algo que no me ha gustado nada ha sido la música. El juego presenta una única pista, de duración más bien corta, que oímos repetir continuamente, que llega a poner un poco nervioso y que hace que lo acabes quitando y sustituyendo por alguna de las bandas sonoras que ocupan nuestro disco duro como esta (http://www.youtube.com/watch?v=VlSF9O7nPeo). Al menos podemos ver que la canción concuerda con la idea de música que tenemos de estos siglos en los que el juego se ambienta.

Otra cosa que me hubiera gustado es poder ver las colonias desde una vista interna, es decir, nos fijaremos que el juego tiene poca diversidad de acciones y pantallas, que son dos, la de comercio y la de batalla. En juegos como Port Royal, se incluían elementos que hacían más ameno el juego como era poder entrar visualmente en las ciudades y poder ir a la taberna a jugar partidas de cartas (un juego interesante por cierto). Además, Port Royal permitía hacer luchas de espadas con el capitán de un barco contrario. Son detalles que, aunque con unos gráficos más “dibujados”, hacen que un juego te sorprenda o que simplemente te guste.

Sin embargo, para todos aquellos que gustéis de los grandes navíos de madera, en aquellos tiempos de comercio puro y de batallas más nobles que las actuales, este es un juego que os gustará y que os proporcionará un buen nivel, sobre todo si sois amantes de la estrategia y la gestión comercial pura.

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