BloodRayne: Betrayal supone el regreso de Rayne, la Dhampir más sexy del mundo del videojuego, a las andadas en un nuevo juego de acción. Para los que no lo sepáis, amigos desconsolados, un Dhampir es un ser medio humano y medio vampiro; vaya, el hijo (o la hija, porque siguen teniendo sexo) de un vampiro y un humano. Eso sí, esta vez nos llega de un modo muy diferente a lo que nos tenía acostumbrados, aunque no por ello peor…
BloodRayne: Betrayal nos pone, una vez más, en la piel de la mortífera Rayne, que esta vez debe infiltrarse en un castillo para acabar con los maléficos planes de un vampiro muy poderoso. Pese a que ocasionalmente encontraremos algún aliado, esta lucha la debe llevar a cabo ella sola, puesto que es la única que puede derrotarlo. El guión de este título no es Drácula de Bram Stoker (aunque la ambientación y personajes, obviamente, pueden recordarnos al vampiro por excelencia), y si bien no tiene un gran peso en el juego, tampoco es que «moleste» por estar mal contado (o errores similares que suele haber en los juegos de este estilo).
BloodRayne: Betrayal abandona la jugabilidad de la saga (juegos de acción en tercera persona) para traer un título de desarrollo en 2D que nos recordará a los Castlevania anteriores al Castlevania: Symphony of the Night (por ejemplo, el Castlevania: Rondo of Blood, título de la saga de Konami que va justo antes del juego protagonizado por Alucard, es mi favorito y tiene ciertas similitudes con el título que estoy analizando ahora mismo), no sólo en la temática, sino también en el tipo de juego.
Como ya he dicho, se abandona el juego tridimensional para pasar a un juego de desarrollo en 2 dimensiones, lo cual afecta directamente a la jugabilidad. Por ejemplo, hay fases en las que lo que prima es el combate, mientras que en otras es imprescindible habilidad, paciencia y pericia a la hora de controlar a Rayne en sus saltos (ya que si bien los saltos son complicados en ocasiones, otras el error no será sólo culpa nuestra, ya que Rayne puede ser demasiado sensible al movimiento en algunos momentos). Por ejemplo, e intentando destripar lo mínimo posible del juego, hay algunos momentos en los que deberemos saltar sobre diferentes enemigos para evitar caer en oscuros abismos (lo que reporta una muerte instantánea), u otros en los que pasar a través de diferentes tipos de trampas (por ejemplo afiladas sierras, pinchos o láseres).
Ya os he dicho que el combate es muy importante, pero no sólo eso, sino que es profundo (aunque sencillo de controlar, pero difícil de dominar) y variado. Esto es gracias a los diferentes tipos de enemigos (todo seres de la noche, tales como vampiros, alquimistas, espíritus, mutantes y ghouls, entre otros. Eso sí, dentro de una misma clase, los enemigos son clones entre ellos) y a la variedad de combos que realizará la protagonista con diferentes combinaciones del botón X (en Xbox 360) y las direcciones. También es interesante la opción de disparar nuestra arma (empezaremos con una pistola, pero al avanzar en la historia encontraremos una segunda más poderosa) con el gatillo RT, esquivar los ataques enemigos (con LT) o beber sangre para recuperar salud (sosteniendo B, aunque si damos un toque al botón podremos infectar a algunos enemigos para hacerlos explotar a nuestra voluntad). Es más, en algunos momentos puntuales deberemos juntar la habilidad para combatir con la habilidad plataformera en un mismo instante, debiendo esquivar diferentes trampas (que, por cierto, todas ellas son mortales también para nuestros enemigos) a la vez que acabamos con los malos (acabar con ellos con elementos del entorno nos reportará puntos extra), o despejando el camino GRACIAS al uso de sus cuerpos aún vivos. Además, los combates contra los diferentes final boss serán los puntos más exigentes en lo que a combate se refiere, ya que sus rutinas de ataque más complejas, su mayor poder ofensivo, su mayor cantidad de salud y que debemos dañarles en unos puntos concretos pueden hacer que la dificultad se dispare. Especialmente dolorosa me pareció, a título personal, la pelea contra un jefe hecho de sangre al que debemos dañar en el corazón (resulta irónico que un montón de sangre mate a un ser que se alimenta y recupera salud al beber dicho elemento, no?).
Además, el juego va poniendo a nuestra disposición alunas mejoras de Rayne que permiten facilitarnos un poco el avance, así como resolver nuevos puzzles. Por ejemplo, empezamos el juego armados con las cuchillas de Rayne y una pistola, pero más adelante desbloqueamos una nueva arma (ambas sirven para accionar interruptores, pero la «nueva» permite dirigir los disparos) o mover «balsas» (si jugáis, las reconoceréis rápido…). Además, hacia la mitad del juego desbloquearemos la habilidad de transformar a Rayne en un animal, lo que permitirá avanzar por caminos por los que la protagonista no puede pasar (aunque esta habilidad no está limitada, hay unos elementos en el escenario que no permitirán pasar bajo el estado de la metamorfosis).
Otro cambio evidente derivado del cambio de tipo de juego es el gráfico, y es que abandonamos los escenarios y personajes poligonales para mostrar todos los elementos del juego cual sprites de esos juegos clásicos que nos hacían soñar de pequeños (y, a muchos de nosotros, los píxeles de esos títulos aún nos maravillan), aunque en HD. La calidad y cantidad de las animaciones (especialmente de la protagonista) es abrumadora, aunque por desgracia los escenarios se «repiten» bastante, ya que encontraremos 5 tipos de localización a lo largo de los 15 niveles. Además, el estilo gráfico es bastante tenebroso (algo obvio teniendo en cuenta la ambientación y los enemigos), pero sin abandonar en ningún momento un estilo muy similar al anime que da un resultado curioso y atractivo. Ah, y por si aún os lo preguntabais… sí, la sangre abunda. Y mucho.
El juego, como ya he dicho, es exigente debido a que precisa atención, dedicación y habilidad (por si no ha quedado claro, el juego tiene momentos bastante difíciles, aunque se puede superar con varios intentos… o al menos yo he podido, y eso que soy malo), pero sabrá recompensarnos con unas altas dosis de «pique» por intentar superar nuestras puntuaciones (al terminar cada uno de los diferentes capítulos se nos dará una nota en función de los puntos logrados, el tiempo empleado y la salud perdida, y al terminar el modo individual se nos evaluará el conjunto) y, sobretodo, mucha diversión. Por si esto fuese poco, decir que en el juego hay repartidas (o más bien dicho, escondidas) varias calaveras rojas pertenecientes a antiguos vampiros que nos desbloquearán mejoras de salud o en la cantidad de munición que podemos transportar (estas mejoras se desbloquean cada 5 calaveras) y que hacen que explorar los escenarios sea más gratificante aún. El juego,que como ya he especificado anteriormente consta de 15 capítulos, es bastante largo, lo que unido a la rejugabilidad que proporciona la búsqueda de calaveras y el afán por mejorar nuestras puntuaciones, puede proporcionar horas y horas de disfrute. Ah, y al terminar el modo historia, desbloquearemos una galería de arte conceptual muy interesante, que si bien no aporta nada «real» al juego en sí, si que es un detalle de agradecer.
Un último aspecto que me gustaría destacar es la banda sonora del juego, que si bien no es excesivamente variada (ojo, que no es que sea muy repetitiva, pero lo cierto es que alguna pista extra no le vendría mal), sí que resulta muy agradable durante los 15 capítulos que dura el juego, siendo una mezcla entre música orquestal, coros y heavy metal (lo que algunos llaman «rock gótico») que ayudan a ambientar el título con gran acierto por parte de Jake «virt» Kaufman, el compositor. Además, como detalle curioso (y que, además, nos reportará un logro), si en el menú de selección de capítulo pulsamos a la vez BACK, START, LT, LB, LS, RT, RB y RS (además del logro, si lo hemos hecho bien escucharemos un efecto sonoro), la OST que escucharemos mientras jugamos será la misma… pero en versión 8 bits, un detalle curioso y muy de agradecer. Ah, y aunque no pasarán a la historia (bueno, el grito de Rayne se nos puede quedar grabado en la memoria porque yo lo he odio bastante y mientras escribía este párrafo no podía quitármelo de la cabeza), los efectos de sonido también están muy cuidados.
Conclusión
BloodRayne: Betrayal supone una agradable sorpresa en forma de tributo a algunos de los grandes de épocas pasadas. No es perfecto, pero sí es un título muy interesante, y que ningún fan de la saga Castlevania (especialmente de los capítulos previos a Castlevania: Symphony of the Night) debe perderse. Combina con acierto diferentes mecánicas y resulta muy atractivo, así que os invito a probarlo y, si os convence lo que véis, os hagáis con él, puesto que no os arrepentiréis.
Lo mejor:
- Aspecto gráfico
- Banda Sonora (especialmente la versión 8-bits)
- Variedad de combos
- Puzzles, plataformas y combate, todo en uno… y bien hecho, además
- Muy rejugable
Lo peor:
- Relativa variedad de escenarios y modelados enemigos
- La dificultad, por momentos, está desajustada
- El control, en ocasiones, es demasiado sensible
- El argumento, que si bien no sobra, tampoco aporta nada
Ficha
- Desarrollo: WayForward
- Distribución: Majesco (XBLA, PSN)
- Lanzamiento: 07-09-2011
- Idioma: Castellano
- Precio: 1200 MSP (XBLA), 14.99€ (PSN)
El Litos says
Estupendo y elaborado análisis, amigo Scope. La verdad es que hay que agarrararse con fuerza a propuestas como las de Betrayal pues hoy en día escasean títulos de esta índole. Sprites y dificultad elevada. Esto es gloria.
Scope131 says
Muchas gracias por el comentario, amigo Litos… 😉
Ciertamente, las propuestas como BloodRayne: Betrayal no son las más populares y/o comunes, pero gracias a los servicios de descarga digital (y, obviamente, al empeño y mimo que ponen algunos desarrolladores) estos juegos no caen en saco roto. Y sí, sprites + dificultad son toda una declaración de intenciones sobre lo que se pretende en este título que, como bien apuntas, es glorioso… 😀