Igual es hora de agachar la cabeza y aceptar que te has equivocado. Igual va siendo hora de dejar de lado ese odio que te ha mantenido furioso desde el pasado mes de julio de 2012 cuando SEGA decidió publicar Max Anarchy en completo castellano únicamente en Japón. Es hora de, lamentablemente, darles la razón y en cierto modo, comprender el porqué de este retraso tan brutal. Para llegar a esta situación anímica tan demencial hay que analizar tres condicionantes importantes: el primero es que se trata de un juego de PlatinumGames, el estudio que mantiene a flote el orgullo de los videojuegos japoneses, su esencia, su todo. Para un amante de esta cultura, es imperdonable un retraso así. El segundo punto es que la política de SEGA en Europa apesta (seguimos esperando un anuncio de Yakuza 5) y nadie en su sano juicio entendía como un juego con tanta adrenalina no podía funcionar en occidente. El tercer y último motivo es que se publico una demo que todos pudimos jugar el pasado junio de 2012—previa descarga en la PSN Japonesa —, en ella sólo se mostraba el modo multijugador, sin duda, el punto más interesante del juego. Queríamos más, mucho más.
Anarchy Reigns (nombre otorgado a la versión europea) se esperaba para agosto en nuestro país y entonces ocurrió. El juego se retrasa para enero de 2013 sin ningún motivo aparente, sin explicaciones; odio. ¿Y qué ha hecho SEGA hasta la fecha? Pues compensar el despropósito vendiéndonos el título a precio reducido y con extras totalmente gratuitos. La rebaja ha sido tan demoledora que podría pasar por un juego digital. Y aquí es donde quiero llegar. ¿Podría o debía ser un juego digital? Rotundamente sí. ¿Podría haber sido única y exclusivamente un juego con funciones online? Sin duda alguna. La edición física de Anarchy Reigns pasa totalmente desapercibida, su campaña es tan corta como mal planificada y su modo multijugador termina aburriendo gracias a las increíbles esperas en los lobbies, desnivel entre los jugadores, bugs con cadenas de combos infinitos… Y para rematar, no podemos obviar lo terrible que luce todo, a veces no llega ni al subHD, con unas mecánicas simples, robóticas y poco variadas. Vamos que esto no lo salva ni el culo de Bayonetta dando sus mejores contoneos.
Pero no puedo dejar de lado ese folclore japonés que he comentado al inicio de estas líneas. Eso es lo que mantiene vivo a este juego; eso y la posibilidad de jugar a una fórmula multijugador que entretiene lo justo y bien, eso sí, acompañado siempre de amigos; eso y su tremenda banda sonora que nos tendrá agitando la cabeza de arriba abajo mientras nos partimos la cara. Anarchy Reigns no es un juego de lucha, ni mucho menos un Hack’n Slash, es una evolución de Madworld con dosis de Power Stone, gráficos de mierda, motosierras, tetas gelatinosas con pinchos en los pezones y personajes robóticos con atuendos exageradamente ridículos y llamativos. PlatinumGames sabe muy bien cómo captar la atención de ese público poco habitual como es mi caso. El escaparate es atractivo hasta decir basta, pero una vez que profundizamos en él, nos encontramos con un juego poco profundo en todos los sentidos, a nivel narrativo y técnico, agarrándonos únicamente a un modo multijugador que luce bien pero que carece de equilibro y estabilidad.
El modo campaña
En este modo encarnaremos a un viejo conocido por los usuarios de Wii. Jack Cayman, protagonista de Madworld y que todos recordaréis por su estilo Cel Shading con todos blancos, negros y rojos, será el protagonista de este título. Junto a Jack, habrán otros protagonistas extraídos del mismo título que volverán a tener presencia en Anarchy Reigns. Ellos son Blacker Baron, Mathilda, Big Bull, Rin Rin y Amala. En Anarchy Reigns, Jack recibe un encargo para buscar a Maximillian Caxton, que parece tener algún tipo de relación con la muerte de su hija. Y decimos supuestamente porque tras completar el juego, no sabemos si realmente Max tiene algo que ver en todo esto, no sabemos nada y tampoco nos lo aclaran al finalizar la aventura. Así es el modo campaña amigos.
Por otro lado, tenemos a Leonhardt Victorion o Leo, un robótico guaperas miembro de la BPS muy bien acompañado por una rusa despampanante llamada Sasha Ivanoff y su colega Nikolai kalanshnikov Dmitri Bulygin. La pareja rusa no tiene desperdicio. Da. Su misión también es dar caza al fugitivo de Max, que desaparece tras ser el autor de un supuesto asesinato. Ambas historias convergerán en diversos puntos del juego.
Jack y Leo son los únicos protagonistas del juego y cada uno dirige su propia campaña bajo el nombre de Senda Negra y Senda Blanca, respectivamente. Y aquí empiezan las decepciones. Ambas sendas se dividen en cuatro episodios y cada uno de estos capítulos cuenta con ocho misiones, cuatro principales y cuatro secundarias, todas de obligado cumplimiento. En las misiones principales (marcadas con un haz de luz naranja) avanzaremos en la trama del juego y desbloquearemos nuevos luchadores para el modo multijugador. Las misiones secundarias marcadas en verde nos ofrecen distintos retos paga ganar puntuación y medallas que servirán para desbloquear las siguientes misiones. Muchas de éstas son una gilipollez, se nos plantea retos poco maduros, poco acordes con la aventura y para colmo, los escenarios donde se desarrolla toda la aventura son los mismos mapas que encontraremos en el modo multijugador. Es estúpido porque lo tenían todo de cara para hacer una campaña decente y carismática, aunque fuese corta.
Para rematar la faena, cada episodio no tiene más de 30 o 40 minutos de duración, como mucho. Sí, ahora estarás pensando en que tiene rejugabilidad y que hay que sacar todas las medallas platino del juego — algo muy marca de la casa— para exprimir el juego al completo. Sí, cierto, pero eso es necesario y vital en un juego inteligente y entretenido, no en Anarchy Reigns. Las ganas de volver a completar el modo campaña son, por mi parte, nulas.
Pero si algo funciona en el juego son sus cinemáticas. Aquí si se nota un enorme y talentoso trabajo porque son escenas de calidad, con una fotografía cojonuda que deja destellos de lo que realmente podría haber sido este juego. Otro de los aspectos que no voy a pasar por algo es su banda sonora. Todo muy contundente y rítmico que podría tener una presencia mayor pero que tampoco mata el ritmo de los combates. Pero no todo el sonido es gloria, porque el doblaje es bastante terrible además de mal representado. ¡No puedes implementar un Lip Sync, mostrar énfasis en las frases y que los personajes sean inexpresivos! Me parece de libro si diseñas videojuegos vaya.
El modo multijugador
Aunque pueda parecer contradictorio en un principio, si algo sostiene a Anarchy Reigns es su multijugador y el sin fin de modos de juego de los que dispone (más de 10 diferentes). Si os habéis hecho con la edición especial tendréis dos modos exclusivos y a la todopoderosa Bayonetta como personaje jugable, ¿Quién le dice que no?. Tan sólo un matiz, al menos en mi experiencia con PS3, encontrar una partida aceptable o llena es para sacar una (otra) medalla platino. Los servidores europeos son un burdo cachondeo y encontrar una partida igualada aceptable tanto en lag como en número de jugadores es todo un logo. Vuelvo a remarcar que este juego es para un determinado círculo de amigos, donde todos se puedan conectar a la vez y partirse la cara creando una partida personalizada y enviando invitaciones. Si juegas a tu aire corres el riesgo de llamar a la suerte, encontrar rápido a rivales o esperar minutos y minutos hasta que empiecen las tortas. Las partidas de jugador, en cambio, son más susceptibles en salir exitosas para jugar en modo cooperativo contra hordas intermitentes de enemigos controlados por la CPU, a cada cual más difícil. Si este pilar que es jugar con conocidos se rompe, probablemente nos quedaríamos sin argumentos para alabar al título.
Gracias a que son los mismos mapas que en el modo campaña, nuestra curva de aprendizaje será muy corta a lo que mapas se refiere. Anarchy Reigns sigue la tónica del clásico Beat’em Up donde un corto y simple catálogo de movimientos serán suficientes para acabar con nuestros enemigos. Además, los mapas están repletos de Power’Ups que nos otorgarán algunas mejoras temporales como defensa, minas, bombas e incluso armas de fuego. Los escenarios, además, cuentan con un factor sorpresa que afectará al transcurso de la batalla. Por ejemplo, sufriremos una fuga de gas mortífero, una lluvia ácida o un bombardeo inesperado que nos obligará a abandonar una determinada zona del mapa para llevarnos la música a otra parte, nunca mejor dicho.
No me malinterpretéis, adoro a PlatinumGames y detesto profundamente a SEGA con sus últimos movimientos sobre localizaciones. Anarchy Reigns era un juego muy esperado y mi odio había incrementado de manera proporcional al tiempo que se retrasaba su lanzamiento europeo. Pero no puedo negar ni dejar de compartir el miedo de la compañía, porque igual el producto no era tan bueno. Tampoco estaban tan equivocados viendo la poca aceptación el día de su lanzamiento (apenas 21 mil unidades). No soy partidario de que un juego necesite una gran carga gráfica para divertir, pero necesito que divierta y este juego llega tarde y mal en casi todo. No dudo de la profesionalidad del estudio, no por dios, porque nos esperan grandes cosas a las que disfrutar, pero es evidente que si tú y tu círculo de amigos dejáis de jugarlo a las primeras de cambio, aquí hay un problema, y muy gordo.
Conclusión
Anarchy Reigns nos regaló un caramelo en forma demo y luego nos lo arrancó de la boca para dejarnos con ganas de más durante largos seis meses. A día de hoy, la versión completa no deja de ser una declaración de intenciones por parte de PlatinumGames de juntar algunas ideas locas que tenían en la cabeza y hacerlas videojuego. El experimento les ha salido a medias, porque al desastroso planteamiento del modo campaña contrasta, sutilmente, con el modo multijugador que nos enamoró hace meses. Para nada es un mal juego, pero tampoco es el título que me vaya a tener enganchado al televisor. Poca ambición y ganas de crear un juego contundente, así es Anarchy Reigns y así se traslada en sus ventas.
Lo mejor
- Redescubrir el clásico Beat’em Up en estos tiempos que corren es una grandísima idea.
- El diseño de los personajes es marca de la casa y merece su reconocimiento.
- El multijugador es el verdadero punto fuerte de Anarchy Reigns, sobretodo con amigos.
- la banda sonora es espectacular.
Lo peor
- El modo campaña está mal planteado, con misiones poco creíbles y una trama sin emoción.
- El apartado técnico en general es muy limitado.
- El modo multijugador sufre bugs y latencias insufribles en Europa.
- El retraso de casi medio año.
Ficha
- Desarrollo: Platinum Games
- Distribución: SEGA
- Lanzamiento: 23/01/2013
- Idioma: Inglés
- Precio: 18,99 €
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