En 2015 los juegos musicales volvieron con mucha fuerza, y 2016 empieza de la misma forma gracias a Amplitude. Puede que muchos no conozcan esta saga, pero fue la precursora de títulos como Guitar Hero, por lo que siempre ha tenido una gran base de seguidores que querían que volviera. Por fin se ha conseguido gracias a Kickstarter, lo que nos ha traído este reboot con más música electrónica y mucho ritmo para darnos varias horas de vicio.
La base es sencilla de explicar. Controlamos una nave que va por varias pistas. Cada una de ellas representa un instrumento de la canción (batería, bajo, etc), y nuestro objetivo es ir saltando entre ellas para «destruirla», y que no nos moleste durante un tiempo. Uno de los puntos fuertes es que el sonido de la pista de audio en la que estemos subirá respecto a las demás, lo que nos permite concentrarnos mejor en el ritmo de la misma para poder completar bien una sección.
Aunque con palabras puede sonar sencillo, al verlo en vídeo por primera ciertamente te sientes perdido y no sabes muy bien qué está ocurriendo en pantalla. Por eso, el tutorial que se inicia al empezar el juego será esencial para entender las principales mecánicas.
El núcleo de Amplitude es este, y en vez de hacernos pulsar muchos botones, «solo» tendremos que seguir el ritmo con tres botones: L1, R1 y R2. Con el joystick o la cruceta cambiamos de pista y con la «X» lanzamos el power-up que hayamos conseguido, que nos permitirá eliminar una pista automáticamente, ralentizar el tiempo o multiplicar nuestros puntos. Esta base jugable es increíble, y sentir cada instrumento de la canción por separado es genial. No jugué en su momento al original, pero sí a Rock Band Unplugged para PSP, y el concepto es casi igual, por lo que si jugasteis a esta joya os sentiréis casi como en casa.
En cuanto a modos, solo tenemos dos. En Partida Rápida podremos escoger cualquier canción que hayamos desbloqueado para jugar solos o con amigos, mientras que en la Campaña seguiremos una serie de 15 canciones. Al empezar la campaña tendremos que elegir la dificultad que queramos. Este modo está dividido en tres bloques de cuatro canciones. Si conseguimos 10 lingotes de 12 posibles en cada grupo desbloqueamos una canción adicional.
Hay una pequeña historia de fondo para la campaña, pero es lo de menos. Lo que importa, y no me ha gustado, es que no podemos elegir qué canción repetimos dentro de la campaña. Solo podemos repetir una canción nada más completarla, pero no cuando hayamos pasado de ella, volver a la misma. Esto hace que o hacemos del tirón las canciones bien para desbloquear el tema extra por cada bloque, o tendremos que volver a reiniciar la campaña si no hemos conseguido la puntuación objetivo, lo cual es algo molesto.
Sea como sea, lo más divertido del juego es estar en el modo de Partida Rápida para echar una partida solos o acompañados. El multijugador es únicamente local, y podemos cooperar o competir formando equipos de cualquier combinación posible con hasta cuatro usuarios. Al jugar con otros entran en juego otros potenciadores que pueden echar de la pista a los rivales o distorsionar su camino para que les sea más complicado seguir el ritmo de la canción.
Como ocurre en Rock Band y similares, la jugabilidad y la música van de la mano en Amplitude. Las 30 canciones que tiene el juego (15 creadas por Harmonix, y otras 15 de grupos poco conocidos o hechas por otros desarrolladores indies, como una canción de Crypt of the Necrodancer) se tienen que ir desbloqueando poco a poco. Las de Harmonix se consiguen a través de la campaña, mientras que las demás las iremos consiguiendo al ir completando canciones. Así se consigue una pequeña progresión, aunque a cambio, si queremos jugar con amigos nada más descargar el juego solo tendremos acceso a 4 canciones.
Los temas son muy buenos, y están plasmados a la perfección en las diferentes pistas. El problema es que no son canciones muy populares, y tampoco se nos quedarán clavadas en el cerebro. Son buenas, sí, y nos permiten disfrutar del juego, incluso un servidor, que no soy muy fan de la música electrónica, pero es un paso atrás respecto a lo visto en los originales. Al fin y al cabo, es la principal desventaja de contar con un presupuesto limitado.
Aunque pueda parecer que no hay mucho contenido, el desbloquear todo y conseguir todos los trofeos nos llevará bastante tiempo. Además, es un vicio ir progresando, empezando por fácil o intermedio, e ir ascendiendo hasta llegar a la cuarta dificultad. A esto hay que sumarle una dificultad adicional y la posibilidad de poner las pistas en un túnel al estilo de FreQuency, el precursor de Amplitude.
Visualmente sí que estamos ante un juego fantástico. Todo está muy vivo, y ver cómo el escenario vibra y se mueve al ritmo de la música siempre es divertido. Además, en PS4 la barra del mando se ilumina del color de la pista en la que estamos, lo cual siempre queda bien cuando jugamos con poca luz. Tengo curiosidad por cómo se verá el juego en PS3, ya que la experiencia visual es muy positiva en el juego.
Amplitude
La espera ha merecido la pena, y Amplitude es un reboot fantástico que atraerá a los fans de los juegos musicales en general, sin importar si han jugado al original o no. Estamos ante un título muy divertido tanto solo como con amigos, y que nos transporta al instante a este mundo de música electrónica y colores vivos. Es una pena que su buena banda sonora no sea memorable o tenga temas muy conocidos, o la extraña estructura de su campaña, ya que eso podría haber hecho de este gran juego uno todavía mejor.
Nos consolamos con:
- Adictivo desde el primer minuto.
- Visualmente muy atractivo.
- Fácil de empezar a jugar, pero muy desafiante en sus dificultad más altas.
- Buena banda sonora…
Nos desconsolamos con:
- … Pero sin temas conocidos y termina siendo poco memorable.
- La estructura de la campaña.
Ficha
- Desarrollo: Harmonix
- Distribución: Harmonix
- Lanzamiento: 08/01/2016
- Idioma: Español
- Precio: 19,99 €
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