Uno de los juegos más infravalorados de la VR me parece Transpose. Aquí teníamos que colaborar con nosotros mismos para resolver puzzles gravitacionales de lo más locos. Esta propuesta se ha explorado también en el reciente The Last Clockwinder, pero en un entorno más calmado. Por otra parte, el género más habitual de la Realidad Virtual es el shooter. ¿Cómo combinar estos puzzles con clones y los disparos? ¡Con We Are One!
La obra de Flat Heat Studio y publicada por Fast Travel Games ya se puede probar gracias a la demo publicada en App Lab para Meta Quest 2, aquí su enlace, o en Steam. En la Gamescom pude probar una versión mucho más ampliada. Con todo más refinado, más mecánicas y más maneras de hacer que colaboremos con nosotros mismos. Porque sí, aquí nada de NPCs ni IA para ayudarnos. Nosotros somos nuestros compañeros… Para nuestro bien y nuestro pesar.
Luchando por la Madre Naturaleza
La premisa de We Are One promete ser muy sencilla, para que sean los puzzles los que lleven la voz cantante. El mundo es un caos, con unas máquinas básicamente destrozándolo todo. Así que la Madre Naturaleza ha decidido tomar cartas en el asunto. Cada fase la empezaremos en las manos de Gaia, desde donde veremos todo el nivel con los diferentes puntos de interés.
Básicamente, tendremos que seleccionar en qué punto de los habilitados para ello apareceremos. Aquí podremos coger un cargador, la pistola o cualquier objeto que necesitemos. ¿Hay enemigos? Pues los despachamos, y entonces el trabajo de ese clon termina. Acabamos su ciclo, y volvemos a las manos de Gaia para seleccionar otro punto en el que aparecer. ¿La diferencia? Lo que hayamos hecho antes tendrá efecto en el mundo. Si un clon cogió un cargador, en la siguiente iteración, ya no estará donde antes, sino donde lo dejara nuestra antigua versión.
Como os podréis imaginar, We Are One se basa en esta colaboración con nosotros mismos. Igual en un punto hay acceso a un cargador, y la pistola está en otro punto de aparición lejano. Así que un primer clon coge el cargador y lo lanza hacia donde estaremos después. Así luego podremos coger el cargador que nos hemos auto-pasado, para poder eliminar a las dichosas máquinas con la pistola.
Pensando siempre en el futuro
Este tipo de puzzles me encanta, porque nos obliga a pensar de varias formas a la vez. Por un lado, en el momento. Estamos en un punto con una pistola, así que nos centramos en matar a los enemigos a la vez que esquivamos sus disparos. Luego, al ir a otra zona, nos damos cuenta que no hay pistola, pero sí cargador, con que necesitamos el arma del primer clon.
Momentos así son constantes en We Are One, teniendo que pensar también qué haremos en otros puntos del escenario. Por eso la visión global con los diferentes objetos que hay en cada zona es tan importante. Sí, pegamos tiros, pero esto es un juego de puzzles. Hay que darle al coco. Pensar bien nuestro próximo movimiento, y luego ejecutarlo.
Ahí está la otra parte brillante de We Are One. Seguimos estando ante un shooter. Igual mientras esperamos a que nos llegue la pistola estamos al descubierto frente a los disparos enemigos, con que nos toca esquivarlos como si esto fuera SuperHot. Nada de quedarse de brazos cruzados, o fallaremos estrepitosamente. También tendremos que ser ágiles, porque igual no cogemos el objeto de turno en el aire. O realizamos mal un lanzamiento a nuestros futuros clones. ¿Esos momentos en los que nos quejamos cuando fallan los compis? Pues aquí todas las culpas para nosotros.
Plantando que es gerundio
A lo largo de la demo, todo se iba volviendo más complejo. Más puntos de aparición lejanos para pasarnos las armas. O incluso la posibilidad de habilitar otros puntos de aparición con un tirachinas de munición especial. Una forma muy inteligente de expandir las mecánicas que ya conocemos. En estos puntos, encima no estamos desde el principio del nivel, sino desde que se habilitó.
Como ocurría en SuperHot al final de la fase, aquí podemos ver el resultado de nuestra maravillosa coordinación. Desde las manos de Gaia, vemos todos nuestros clones trabajando como engranajes de una gran maquinaria. Todos sin cometer errores (o haciendo que canten menos) para así acabar el nivel.
We Are One promete ser bastante rejugable, al poder bajar lo máximo posible nuestros tiempos, y luego fardar en la tabla de clasificación. Como las mecánicas y el diseño son tan buenos, daban ganas de parar la demo y reintentar más de una fase. Encima, todo se ve tan sumamente bien, con un apartado artístico brillante para las limitaciones de Quest, que dan ganas de seguir siendo un lacayo de la Madre Naturaleza.
Yo, yo mismo, y mi clon torpe
Vi muchísimos juegos de VR durante la Gamescom, pero We Are One fue fácilmente de los mejores, sino el mejor de todos. Su propuesta sólo es posible en la VR, además de aprovecharla de una manera brillante en los niveles de esta demo.
Entre este genial diseño, lo visualmente atractivo que es y lo mucho que engancha, We Are One promete ser una apuesta ganadora. La mezcla de puzzles, shooters y cooperación con uno mismo lo hacen único y divertidísimo. A ver si tenemos pronto una fecha de lanzamiento, porque hay ganas de seguir gritando a mi yo del pasado por hacer el tonto con la pistola… O tirar mal la munición. No olvidarme de cuando no cogí la pistola… Digamos que todavía tengo que trabajar en esto de la colaboración con uno mismo.
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