Una de las grandes novedades mostradas durante la Gamescom fue Disintegration, la apuesta más fuerte de Private Division, al ser el próximo shooter del nuevo estudio del co-creador de Halo. Cuando se enseñó el primer tráiler de V1 Interactive, lo primero que pensé fue «¿otro shooter con elementos de RPG cooperativo en la línea de Destiny?». Sí, no fue una muy buena impresión, y es por eso que me llevé una muy agradable sorpresa al saber más del juego, y sobre todo, al poder probar su modo multijugador.
Lo primero es que, no, no es un shooter cooperativo a lo RPG, sino que estamos ante un shooter táctico. Decían que era algo único, pero más bien es volver a lo que hacían SOCOM, Rainbow Six o Ghost Recon hace unos años, pero con una capa de pintura de ciencia ficción bastante interesante. Aquí fue cuando Disintegration captó mi atención a lo grande, ya que echo muchísimo de menos esta clase de shooters.
A nivel de historia, la premisa es bastante interesante. En el futuro, la humanidad no era capaz de vivir en el ambienta de la Tierra, por lo que tuvo que traspasar su cerebro a cuerpos robóticos en un proceso conocido como «Integración». Esto sería una solución temporal hasta que el problema de la Tierra se solucionara, pero claro, a algunos les gustó demasiado este cambio, y consideran que estos cuerpos cibernéticos son el siguiente paso evolutivo.
Esto ha creado una división entre los que quieren volver a ser humanos de carne y hueso, que ha crecido hasta un conflicto a gran escala. Nosotros seguiremos a un grupo de ciudadanos que quiere resistirse a la facción que pretende mantener a la humanidad como este híbrido entre robot y humano, ya que quieren volver a sus vidas como humanos. Sí, los robóticos van ganando este conflicto, y están buscando a los humanos que quedan para que la raza humana tal y como la conocemos, se acabe definitivamente.
Desde V1 Interactive prometen que la campaña será muy importante, con una narrativa potente y personajes memorables. Esto está por ver, ya que en esta presentación de Disintegration, se centraron más en las mecánicas. Como decía, estaremos ante un FPS táctico, de modo que siempre iremos acompañado de un escuadrón controlado por la IA. La gracia es que nosotros siempre estaremos pilotando una especie de mini-nave, que nos da una perspectiva un poco aérea, y desde la que podemos tanto disparar como dar órdenes a nuestros compañeros.
Los aliados no son importantes solo por la potencia de fuego que proporcionan, sino porque cada uno posee habilidades únicas, ya sea crear algún tipo de escudo o lanzar granadas. Por tanto, el trabajo en equipo será clave para que funcionemos como una unidad bien engrasada, aprovechando las habilidades de cada compañero y nuestra propia habilidad disparando para superar cada situación.
Esto lo pude poner a prueba en el multijugador, en un modo de 5 escuadrones contra 5 escuadrones. Sí, en el PvP también iremos con nuestros compañeros, aunque de una forma un poco particular. En vez de tener todos al mismo escuadrón, podemos elegir una clase, lo que nos da acceso a diferentes compañeros y armas, además de dictaminar nuestro papel en el equipo.
Mientras que la campaña de Disintegration promete ser algo seria y épica, en el multijugador el tono es mucho más jovial, con cada clase estando definida por un estilo visual muy distintivo. Está la clase que recuerda a los caballeros medievales, al estilo de los 80, a ninjas, etc, lo que también nos permite reconocer rápidamente el papel que tiene un rival en su equipo.
En el modo que probé, el equipo atacante tenía que capturar un nodo (llevado siempre por los compañeros controlados por la IA), para luego llevar la célula de energía que allí había hasta el punto de extracción. Es una forma clara de mostrar la importancia de los compañeros, ya que si no vamos dándoles órdenes, simplemente nos seguirán y no cumplirán el objetivo. El otro equipo obviamente tenía que detenerlo, turnándonos en cada ronda para ver quién se alzaba con la victoria.
La verdad es que el multijugador fue más divertido de lo que me esperaba, ya que los tiroteos ganan en envergadura al sumar a los compañeros de escuadrón, y se crea una dinámica interesante al tener que vigilar tanto los cielos por los demás usuarios, como el suelo por sus tropas terrestres.
Pese a ir en una especie de nave, el control es el típico de un FPS, y el uso de los compañeros es un poco como habilidades, al estar asignados en los botones «LB» y «RB». Es algo que funciona sorprendentemente bien, y sobre todo, me dejó con ganas de ver cómo se podrían aplicar diferentes estrategias en la campaña.
En definitiva, Disintegration me ha dejado un muy buen sabor de boca, ya que este tipo de shooters es algo que apenas se ve hoy en día, y sobre todo, el universo que está creando V1 Interactive es de lo más prometedor. Habrá que esperar hasta el 2020 para comprobar si estamos a favor o no de la «Integración».
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