[Gamescom 2019] Corsair’s Curse VR. ¡Arrgh escape virtual, grumetes!

    Corsair's Curse VR

    Un juego de VR que me encantó de los que se han lanzado este año es A Fisherman’s Tale, gracias a cómo usaba la perspectiva para dejarnos asombrados en cada nivel. Pues bien, el estudio detrás de esta genial aventura, Innerspace VR, vuelve a aliarse con Vertigo Games (autores de Arizona Sunshine y distribuidores del mencionado juego) para ofrecer otra aventura llena de puzzles y el uso de las perspectivas y escalas. ¿La particularidad? Se trata de un juego cooperativo para salas LB VR, o lo que es lo mismo, salas arcade donde movernos físicamente dentro del entorno de juego.

    Es algo que ya pude experimentar el año pasado con la genial experiencia de Arizona Sunshine, pero ahora todo se ha hecho mucho más familiar, al básicamente estar dentro de un escape room virtual, como nunca podríamos encontrarnos en la vida real. La premisa es bastante simpática: somos unos piratas que han sufrido la maldición de un corsario tras intentar obtener su botín, con que ahora tendremos que superar una serie de pruebas para romper la maldición… ¡Y dejar de ser unos muñecos de madera!


    La diversión empieza desde el primer momento, gracias a una secuencia de introducción que nos anima a gritar «Arrgghh!» como lo haría todo buen pirata, además de ponernos en situación. Luego, hay un tiempo para personalizar nuestro avatar, algo importante ya que nuestros compañeros nos podrán ver en todo momento. Para ver el resultado, tenemos un espejo, y hasta podemos echar un vistazo a cómo se va cambiando nuestro compañero. Las opciones son bastante variadas y divertidas, al poder ponernos garfios, sombreros, barbas y demás atuendos piratiles.

    Corsair's Curse VR

    Con nuestros avatares ya hechos, podemos empezar Corsair’s Curse propiamente dicho. La primera sorpresa es que… ¡estamos solos! Sí, es un juego cooperativo, pero empezamos sin ver a nuestro compañero. ¿El motivo? Las diferentes escalas. En mi caso, estaba en un barco en miniatura dentro de la sala donde estaba mi compañero, por lo que hasta que no quitó una parte del navío, no nos podíamos ver como tal.

    Por lo que pude probar, la gracia de toda la experiencia es que habrá que colaborar en las dos escalas. Por ejemplo, mi barco en miniatura tenía un cañón, por lo que tenía que, primero, crear pólvora para que el cañón funcionara. En la habitación grande, había un marco con una X, y ya sabéis, «La X marca el lugar», o en este caso, el objetivo de nuestro cañonazo.

    Al destruirlo, permitimos a nuestro compañero empezar un nuevo puzzle, que consistía en interconectar varios haces de luz. Esta luz llega finalmente al barco en miniatura donde me encontraba, cerrando nuevamente el círculo. Es un constante tira y afloja entre los dos tamaños, y por tanto, los dos jugadores, lo cual es de lo más interesante. Además, al ser el usuario en miniatura, como que impresiona ver a alguien más moviéndose que es literalmente gigante, o quitarte una pared como si fuera un simple juguete.

    Corsair's Curse VR

    La demo acababa justo al finalizar este pequeño puzzle de luz, con la promesa de muchos más puzzles y rompecabezas mientras intentamos romper la maldición. Es cierto que los puzzles de esta demo no eran muy complicados, y no creo que lo vayan a ser en el resto de la partida (los de A Fisherman’s Tale eran más bien sencillos), pero solo por cómo se tratan las escalas, Corsair’s Curse me dejó muy impresionado.

    No sé muy bien qué locales hay en España que soporten este tipo de propuestas, ya que en Madrid sólo conozco Zero Latency, pero llevan su propia tecnología. He oído de un local en Barcelona que trae experiencias LB de este tipo, y la verdad, espero que empiece a popularizarse más en nuestro país, ya que estoy deseando acabar este escape room virtual y vivir muchos más en el futuro.

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