Aunque el 2020 va a estar lleno de juegazos (junto a la nueva generación con casi total certeza), uno de los títulos a los que más ganas se tiene es, sin lugar a dudas, Final Fantasy VII Remake. Desde que se mostró como demo técnica, los fans no han querido más que jugar a esta icónica entrega con gráficos y mecánicas de ahora, y por fin, tras mucho tiempo de espera, lo podremos hacer.
Durante la Gamescom pude probar el juego, comprobar que es real, y quedarme totalmente impresionado por el trabajo que Square Enix está realizando en el remake. La demo es la misma que se pudo jugar en el E3, y consiste en el combate entre Cloud y Barret contra el robot gigantesco que protege el reactor de Mako. Así que, el contenido de la demo no es un misterio, de modo que me centraré en todo lo que transmite este Final Fantasy VII Remake al estar a los mandos, que no es poco.
Lo primero, mi nostalgia por el título no puede entrar en este avance, ya que no jugué al original. De esta entrega sí que he visto la película de animación (sin enterarme de nada), probé el desastroso Dirge of Cerberus y me enamoré de Crisis Core. Así que, enfoco esta entrega como algo nuevo dentro de un universo conocido, con que cómo se puede comparar con el juego original me importa entre poco y nada.
Lo fundamental es que, al contrario que en Final Fantasy XV, no estamos ante un ARPG, o mejor dicho, no estamos ante solo un ARPG. Sí, tomamos control directo sobre los dos personajes del grupo, y podemos atacar cuando queramos, pero el sistema de combate está pensado para ser mucho más táctico que un «simple» machacabotones.
Con cada golpe, iremos rellenando nuestra barra de ATB, y por cada segmento completado, podremos completar las acciones típicas de los juegos de rol: usar objetos, hechizos o habilidades. Mientras que los ataques cuerpo a cuerpo estándar hacen algo de daño, cuando realmente causaremos estragos es al usar las habilidades o movimientos especiales.
Para seleccionar estas acciones, el tiempo pasará a estar casi paralizado, dejándonos planear tranquilamente la estrategia. Porque sí, hay mucha estrategia en los combates, al tener que planear bien qué movimiento nos interesa ejecutar en cada momento, y por qué personaje.
La parte inicial de la demo de Final Fantasy VII Remake es un poco como un tutorial para todo esto, al enfrentarnos a soldados que, con un combo rápido del ataque estándar, pueden ser derrotados. Sin embargo, con el jefe final hay que aprovechar al máximo tanto estos ataques estándar como las acciones ejecutadas mediante la barra de ATB.
Es cierto que podemos seleccionar los items, hechizos o habilidades al mantener pulsado L1, lo que permite mantener el ritmo de la acción en todo momento. Sin embargo, acabé prefiriendo esta pausa táctica, para no solo elegir qué iba a hacer mi personaje, sino también mi compañero. O sencillamente, para ver cuándo cambiar de Cloud a Barret o viceversa, rellenar las barras de ATB, y soltar una serie de ataques devastadores.
Esta mezcla entre turnos y acción me encanta, ya que nos permite mantener un tono muy peliculero en los combates, pero con esa raíz clásica de los combates por turnos, siendo otro giro de tuerca, como ya nos tiene acostumbrados la saga Final Fantasy, en la que ya hace eones que no hay turnos clásicos al 100%. Y sí, esa parte cinematográfica también viene por el combate en sí, al haber pequeñas escenas de forma bastante frecuente para ver cómo progresa el combate, meter momentos en los que tenemos que usar escombros para cubrirnos, etc.
Aunque contra los soldados iniciales todavía me sentía algo raro con este sistema, a lo largo del jefe me empecé a sentir más y más cómodo, hasta el punto de que me encantó. Es una forma muy buena de mantener dinámico un combate que es bastante largo, ya que no paramos de intentar activar habilidades, cambiar de personaje para asegurarnos que los dos actúan de la mejor forma posible, etc. Y bueno, ver los cambios de estado del jefe es también genial, al ir haciendo que cambiemos de tácticas en según qué fase.
Pese a que la demo se centraba solo en este combate, me ha dejado con muchísimas ganas de más. Los diálogos estaban bastante bien, técnicamente el juego es una locura, y la música es brillante, haciendo la acción todavía más épica. Lo bueno es que esta larguísima espera va a llegar a su fin el próximo 3 de marzo.
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