Es curioso como la ambientación de la nieve no se usa en muchos juegos de terror, a pesar de funcionar de miedo en «La Cosa», ya que lo más reciente que me viene a la memoria es Dead Space 3, pero llamarlo survival horror es igual hasta demasiado. Por eso me sorprendió encontrarme con Khion I: No Return entre los semifinalistas a los Premios Playstation durante la pasada Madrid Games Week. En este proyecto de Tenjet Games, no solo tendremos que sobrevivir a los «típicos» monstruos de un juego de terror, sino que tendremos que gestionar nuestra temperatura para no morir congelados.
El juego se ambientará en una base secreta, que ha sufrido una explosión y un proyecto se ha ido de madre. En el papel de la aparantemente única superviviente, tendremos que contactar con el exterior y escapar con vida. El problema es que la explosión ha generado monstruos que se alimentan del calor, al mismo tiempo que la base ha quedado congelada, por lo que no lo tendremos nada fácil.
A simple vista, pensaba que Khion I: No Return sería otro survival horror en primera persona donde escapar de los enemigos y demás, pero tiene también un toque de acción. La gestión de nuestro inventario será clave en el título, y parte de esa gestión viene de saber usar bien las balas de las que disponemos para hacer frente a los posibles monstruos que nos crucemos. En la demo había dos tipos de enemigos: uno corpóreo que sí podemos abatir, y otro incorpóreo que absorbe nuestro calor, matándonos de forma instatánea como nos toque.
La demo que llevaron a la feria tenía muy buen ritmo, al ir introduciéndonos poco a poco a las diferentes mecánicas que tendrá el juego. En primer lugar está el tema de la temperatura. Como ocurría en Lost Planet, nos iremos congelando poco a poco, por lo que debemos encontrar fuentes de calor para poder mantenernos con vida. Estas fuentes de calor pueden ser bidones en llamas, o directamente el calentador de nuestro traje, que eso sí, necesita batería, algo que no nos queda. Para poder quemar bidones o fabricar baterías necesitamos recursos, por lo que investigar los escenarios es clave, todo mientras lo hacemos relativamente rápido, ya que veremos cómo poco a poco los bordes de la pantalla se van congelando, para indicar así el estado de nuestro personaje.
No hay una interfaz al uso que nos muestre nuestro estado, sino que debemos abrir la pantalla de nuestro traje para mostrarnos la temperatura interna, la batería de la que disponemos, etc. Todo este tema de la temperatura hace más intensas todas las situaciones, ya que igual nos topamos con unos monstruos a los que queremos dar esquinazo para no gastar munición, pero al mismo tiempo, nos vamos congelando y no disponemos de nada para calentarnos, por lo que tenemos dos opciones: investigar los patrones de comportamiento enemigo rezando para que no nos muramos de frío, o gastar las pocas balas de las que disponemos para ir deprisa.
Esto es lo que hace más interesante a Khion I: No Return frente a otros survival horror en primera persona, ya que nos «fuerza» a estar constantemente en movimiento, con la tensión de que igual no encontramos fuentes de calor, enemigos, o incluso las dos cosas a la vez. La acción de disparar es más o menos satisfactoria, siendo posible apuntar con cuidado a la cabeza para acabar rápidamente con nuestros enemigos. Esto es lo que hice en los diferentes encuentros de la demo, por lo que pude acabar con munición de sobra. Sin embargo, si se hubiera fallado algún disparo o hubiera alertado a todos los monstruos, tendría que haber gastado más munición y puede que hasta me hubiera quedado sin ella, lo que me forzaría a escapar, no tener balas y gastar más tiempo, lo que se traduce en más frío todavía.
Hacia el final de la demo la dinámica cambia bastante, ya que se introduce a ese enemigo etéreo que aparece en las habitaciones desde una pared que empieza a congelarse más de lo normal. Esto me pilló desprevenido, ya que pensaba que le había dado esquinazo, para de repente ver cómo se iba a materializar justo delante de mí. Lo que hace más intensa esta parte que la de los enemigos normales es que nos puede matar de forma instantánea si nos alcanza, aunque si disponemos de batería, podemos recibir una carga de calor para alejarle de nosotros durante unos segundos. Si nos detecta, más nos vale tener batería, ya que si nos ve entrar en un conducto de ventilación, congelará directamente el conducto, lo que supone una muerte segura. Esto cambia mucho la dinámica, ya que los conductos de ventilación no son el refugio que antes podíamos usar contra los demás monstruos, y no tenemos ningún método permanente para acabar con él. Puede ser una especie de xenomorfo como en Alien: Isolation, lo cual suena de lujo.
Pese a llevar muy poco tiempo en desarrollo (como todos los juegos que se presentan a los Premios Playstation), me sorprendió lo bien que lucía Khion I: No Return, y sobre todo, lo bien que funcionaba todo. Así que, tengo muchas ganas de ver cómo va evolucionando este proyecto, y sobre todo, cómo más nos dejará helados de miedo en su versión final.
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