Uno de los mejores juegos exclusivos de Microsoft de los últimos años es Ori and the Blind Forest de Moon Studios, al ofrecer niveles plataformeros excelentes dentro de un Metroidvania que era precioso y emotivo. Por eso me alegré tanto por el anuncio de Ori and the Will of the Wisp, al poder aprovechar todo lo aprendido en el original para hacer un juego redondo en sencillamente todos sus apartados.
Tras probar la demo disponible en la Madrid Games Week, tengo muy claro que el estudio ha cogido todo el feedback para hacer una secuela que será más grande y mejor que la original. El nivel de la demo nos trasladaba a un desierto, siendo un escenario radicalmente diferente de los preciosos bosques del original, pero que al mismo tiempo desprendía belleza por los cuatro costados.
Lo primero que se nota al jugar es que si bien las mecánicas plataformeras se han mantenido más o menos intactas, el combate ha sufrido un cambio radical. Ya no tenemos un orbe mágico a nuestro alrededor que ataca automáticamente a los enemigos cercanos al pulsar “X”, sino que tenemos una serie de armas que hacen las peleas algo mucho más físico. En este caso, teníamos equipada una espada y un arco para atacar cuerpo a cuerpo o desde lejos. Las sensaciones son muy satisfactorias al repartir espadazos, ya que al combinar los ataques con la esquiva, las peleas ahora son más dinámicas y divertidas. Además, había otras habilidades que podíamos equipar para personalizar nuestro estilo de juego, o incluso sacrificar energía mágica para restaurar salud. Las opciones son mucho más amplias que en la primera parte, lo cual es una muy buena señal.
Quitando esto, la estructura de Ori and the Will of the Wisp sigue siendo la misma: explorar los escenarios saltando y esquivando los muchos obstáculos que nos encontraremos. En el caso de este nivel, al principio nos encontramos con unas estructuras de arena que se rompen nada más tocarlas. Esto se aprovecha para varias zonas en las que tenemos que movernos rápidamente, ya sea para movernos lateralmente, no caer en un foso de pinchos o en la escalada. Sin embargo, hacia la mitad de la demo conseguimos una nueva habilidad que nos permite adentrarnos en la arena gracias al movimiento de esquiva, y empezar a atravesarla a gran velocidad.
Esto nos hace ver todo el nivel desde una nueva perspectiva, ya que esas plataformas que se rompían sirven ahora para impulsarnos. Por otro lado, las zonas bloqueadas con arena blanda pueden ser exploradas, para así encontrar secretos varios como nuevo equipo que mejora nuestras estadísticas, o sencillamente progresar en el nivel. En estas zonas tenemos pleno control sobre Ori, que se mueve como un veloz taladro, algo que tendremos que aprovechar para esquivar obstáculos, acabar con enemigos al aumentar la velocidad, o incluso aprovechar este impulso al salir de la arena y cubrir grandes distancias de un salto.
El diseño de esta zona desértica es excelente, al haber atajos usando esta nueva habilidad, bastantes secretos, obstáculos y zonas plataformeras muy divertidas aprovechando nuestras habilidades iniciales y luego esta de atravesar la arena, y hasta NPCs. Esto es algo nuevo en Ori and the Will of the Wisp, ya que no recuerdo ningún personaje con el que interactuar en la primera parte. En el nivel me topé con un NPC que activaba una misión secundaria en la cual nuestro objetivo consiste en encontrar una pala que ha perdido, para que así pueda continuar su trabajo de excavador. En otro personaje es un comerciante, que nos vende el mapa de la zona a cambio de unas motas de luz.
Las esferas de luz, por tanto, tienen un doble propósito. Por un lado, se pueden usar para mejorar el equipo que vayamos encontrando, y que así sea más poderoso. Parece que también se empleará para desbloquear mejoras y habilidades nuevas, aunque eso no estaba activo. Y por otro lado, se usarán para comerciar con ciertos personajes. En esta demo había bastantes esferas de luz por encontrar entre las normales que sueltan los enemigos, las que están colocadas un poco para guiarnos por el mapa, y las que están ocultas por el escenario, pero aun así, no se podía comprar el mapa y mejorar todo nuestro equipo, por lo que será interesante ver cómo gastamos nuestros recursos a lo largo de la aventura. Cuanto menos, nos dará otro motivo más para explorar cada mapa y así encontrar todos sus secretos, algo que siempre viene bien en un Metroidvania.
A nivel técnico, Ori and the Will of the Wisp va a ser otra maravilla como ya lo fue la primera parte. El apartado gráfico es increíble, ya que pese a estar en un entorno desértico, logra entrar por los ojos como pocos títulos 2D pueden hacer. Ori tiene un estilo más tridimensional, pero queda de lujo con sus nuevas animaciones, y sin llegar a desentonar con los entornos en 2D. Es cierto que había algún elemento que igual no tenía tanta resolución como los demás, pero en general, estamos ante un juego precioso. La música acompaña a la perfección para estar ante otro espectáculo audiovisual maravilloso. Al jugar además a 4K, el título gana muchísimo.
La primera parte me encantó, y con esta demo, Ori and the Will of the Wisp se ha convertido en uno de mis juegos favoritos de esta MGW con diferencia. A las perfectas secciones de plataformas se suma un sistema de combate mucho más satisfactorio, un nuevo conjunto de habilidades para la exploración y las plataformas, junto a nuevas temáticas para los niveles. Si logra seguir sorprendiendo y enamorando tanto como en este nivel, vamos a estar ante otra joya imprescindible, demostrando que Moon Studios sigue en plena forma y nos ofrecerán una de las experiencias más bonitas y divertidas del año que viene.
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