Crítica: ¡Rompe Ralph!

    Antes de cualquier cosa, Desconsolados sigue siendo un blog de videojuegos. Sin embargo, cuando se estrena una película como ¡Rompe Ralph!, cuya temática se basa precismamente en este mundillo, es imposible no hablar de ella.

    La premisa de la cinta es bien simple: ¿qué pasa con los personajes de los videojuegos cuando no estamos jugando? En esencia, es la misma idea que tan bien funcionó en «Toy Story», y que vuelve a brillar en esta ocasión. El protagonista de la película es Ralph, el malo de una máquina arcade que va a cumplir su 30 aniversario en unos recreativos. Mientras que todos los demás personajes de la máquina adoran a Félix, el héroe del juego cuya misión es arreglar los destrozos que causa Ralph con su martillo especial, a Ralph le toca vivir solo en un vertedero cuando en realidad es un buen tipo. Y claro, hacer un trabajo así constantemente que no es apreciado termina por pasar factura.

    Así que cansado de ser el malo, y sin conseguir mucha ayuda de un grupo de malos anónimos (que de anónimos no tienen nada en su mayoría), se propone la misión de demostrar a todos que también puede ser un héroe consiguiendo una medalla que dan por completar cualquier juego de la red central. O lo que es lo mismo, el punto desde el que se conectan todas las máquinas de los recreativos.

    Durante estos momentos iniciales de la película, las referencias a montones de videojuegos famosos son muy numerosas, como Pac-Man, Street Fighter, Super Mario Bros, Sonic o clásicos como Q-Bert o Space Invaders. Lo bueno es que el film no se basa en estos conocidos títulos para avanzar la película, sino que sirven para poblar este divertido universo con guiños que muchos reconoceréis.

    Cuando Ralph se adentra de «Hero’s Duty» (una parodia a los típicos shooters actuales, ya sean Call of DutyGears of War), es divertido ver cómo él mismo se pregunta desde cuándo los videojuegos son tan violentos. Además de las referencias a la altísima definición de todo lo que aparece en el juego, mostrando el enorme contraste entre los juegos de los 80 y los actuales.

    Después, la mayor parte de la película se sitúa en «Sugar Rush», una especie de Mario Kart donde absolutamente todo está hecho de dulces, caramelos y demás comida hecha de azúcar. Aquí Ralph se encuentra con Vanellope, siendo este dúo uno de los mejores puntos de toda la película.

    La otra pareja protagonista la forman Félix, que sale en busca de Ralph al no poder desarrollarse el juego sin él, y la Sargento Calhoun, ya que el paso de Ralph por «Hero’s Duty» ha acarreado algún que otro problema. Estos cuatro personajes y el resto de secundarios nos traen una historia muy divertida que  logra emocionar y entretener durante toda la película.

    Algo importante para ello es el genial ritmo del film. Tan pronto pasamos por un festín de referencias a juegos como a escenas de acción o de puro humor visual que evitan el aburrimiento. Además, al pasar por tantos mundos, el estilo visual varía mucho, mostrando las diferencias entre los diferentes juegos. Por ejemplo, en el juego de Ralph y Félix podemos ver cómo los NPC se mueven con animaciones básicas o algunos elementos tienen formas pixeladas, mientras que en «Hero’s Duty» todo es mucho más oscuro y definido, pasando por «Sugar Rush» y sus llamativos colores. La música, y en menor medida el buen uso del 3D, también ayudan a meterse de lleno en cada mundo que visitan los personajes.

    Disney se ha salido con ¡Rompe Ralph!. La película de por sí es tremendamente divertida, pero es que hn tratado con tanto respeto el mundo de los videojuegos, que es sencillamente espectacular ver todas las referencias y guiños que hay por todo el film (incluyendo en los créditos), pero que no se hacen pesados por estar tan bien incorporados en la historia.

    Además, el cortometraje «Paperman» de antes de la película es sublime. Así que a partir del 25 de diciembre no os perdáis ¡Rompe Ralph!, ya que no solo es la mejor película de animación del año, sino también la mejor película que nos podemos encontrar basada en el mundo de los videojuegos.

    Lo mejor

    • Los geniales guiños a juegos tan populares como Street Fighter, Sonic o Super Mario Bros.
    • La animación y el estilo visual distintivos de cada juego.
    • Fantásticos personajes.
    • El cortometraje «Paperman».

    Lo peor

    • Se pasa demasiado tiempo en «Sugar Rush», dejando ganas de explorar más mundos.

     

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