Aunque actualmente hay muchos juegos que nos permiten afrontar varias situaciones con sigilo, es raro que en alguno sea la mecánica principal. Normalmente, el sigilo suele ser con lo que empezamos, pero luego podemos liarnos a tiros, espadazos o flechazos sin problemas. Es algo que ocurre en sagas como Far Cry, Horizon: Zero Dawn o incluso Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Por este motivo, fue tan interesante el lanzamiento de Styx: Master of Shadows.
Dicho título era sigilo en su estado más puro, estando en completa desventaja frente a todos los enemigos, y sin haber siquiera un sistema de combate. Pese a todo lo que hacía bien, tenía sus defectos, y ciertamente le faltaba pulido por todos lados. Es ahí donde entra en juego su secuela, Styx: Shards of Darkness, donde Cyanide Studio pretende alcanzar todo el potencial del original ofreciendo más y mejor. ¿Listos para controlar al goblin más malhablado y carismático de los videojuegos?