El precio que se paga por una guerra es alto, sea cual sea el desenlace. Desde fuera podemos pensar que un conflicto bélico es una batalla más entre los buenos y los malos, los agentes de la ley y las fuerzas enemigas, terroristas, dictadores. Nuestra visión de una guerra es mucho más superflua de lo que realmente se vive en un campo de batalla. No conocemos a sus protagonistas, no sabemos sus motivaciones ni mucho menos podemos llegar a imaginar qué se les pasa por la cabeza cuando aprietan el gatillo. Menos aun cuando aquellos que están en la primera línea de fuego son chicos y chicas adolescentes, o niños, los llamados niños soldado.
Final Fantasy Type-0 vive sumergido en una guerra, una contienda que se inicia con el imperio de Milites atacando a sus vecinos de Rubrum con el objetivo de profanar y destruir su bien más preciado: El Cristal del Fénix de Gules. Para ello, el desalmado ejército ataca con fal’Cies, también denominados armas Magitek. En una espectacular y sanguinaria introducción, podemos ver como el coloso ejército avanza sin piedad derrotando a los mágicos practicantes de Rubrum gracias al poder de un inhibidor de magia que deja indefensos a los jóvenes estudiantes. En estos breves minutos de ataques sin piedad y sangre gratuita ya nos hemos situado en esa superfluidad donde Rubrum son los buenos y Milites, los malos.
Cuando parecía que la rendición de Rubrum era inminente, un misterioso grupo de jóvenes se despliega para doblegar a las fuerzas enemigas. Estos chicos y chicas son totalmente inmunes al inhibidor de magia y además, gozan de un estado autolázaro continuo que les otorga la más absoluta y devastadora ventaja en combate. Es en este justo momento cuando nuestro concepto de guerra cambia totalmente. Ya formamos parte de ella y comenzamos a sentir cosas, a conocer cosas, a vivirla en primera persona, como uno más. Ahora vamos a descubrir lo que significa ser un adolescente formado exclusivamente para la guerra. Tras una escena agónica, épica, llena de sentimiento y con trágico desenlace, nuestros protagonistas pasan a convertirse en las fuerzas de élite de Rubrum, todo encubierto, claro, como si fuesen alumnos corrientes de Academia, la escuela de magia de Rubrum bajo el nombre de Clase Cero o Aspirantes a Agito.