Alone in the Dark

    Alone in the Dark es la quinta entrega de la saga, y con este título se pretendía volver a colocar a la saga en lo más alto de los survival horror. El juego ha sido desarrollado principalmente para Xbox 360, PC y PS3 (versión que todavía no tiene fecha), aunque también ha aparecido una versión para PS2 y Wii, que han sido desarrolladas por Hydravision, en lugar de Eden Games. En este análisis analizaremos la versión de PS2.

    El juego nos mete en la piel de Edward Carnby, que está retenido en un edificio de Nueva York junto con otro hombre, que es un anciano que ha realizado un ritual sobre Carnby. Nuestro protagonista tiene amnesia, por lo que no recuerda nada. El juego nos sitúa en la actualidad, y más avanzada la trama descubriremos cómo Carnby ha sobrevivido durante tanto tiempo, ya que este personaje era el protagonista de la saga , que antes se ambientaba 100 años antes aproximadamente. Cuando nuestro personaje está a punto de ser asesinado, unas fisuras atacan el edificio y Carnby consigue escapar junto al anciano y una joven llamada Sarah. Tras una huida de las fisuras por las calles de Nueva York los personajes se quedan atrapados en Central Park, aunque el anciano se suicida y dice a Carnby que se reúna con él en la habitación 943. La historia en un principio resulta interesante, pero tiene numerosos altibajos y en ciertos momentos no tiene sentido. Además el final es totalmente absurdo.

    El juego está estructurado como si fuera una serie de televisión, es decir, hay diez episodios que podremos elegir desde el principio en el menú principal. Sin embargo, esta estructura se esfuma si jugamos la aventura de principio a fin, ya que en ningún momento sabremos cuando empieza o acaba cada episodio. Se prometió que cada capítulo tendría una duración parecida a los capítulos de las series americanas, es decir, cerca de 40 minutos. De esta forma cada capítulo tiene una duración muy variada, desde los 20 minutos a los 30 – 40 minutos. En resumen, el juego tiene una duración de 6 – 7 horas.  Solo habrá un resumen de capítulos anteriores si seleccionemos un capítulo desde el menú principal y este resumen solo indica las acciones ocurridas y no ningún diálogo que nos indique el porqué se está en ese lugar o qué ha ocurrido con los personajes.

    La jugabilidad es el peor punto del juego. El control de Carnby es aceptable, aunque en ocasiones el personaje no responde a nuestras acciones. En cualquier momento podremos pasar de la vista en 3ª persona a la vista en 1ª persona. En 3ª persona podremos golpear con los objetos que podamos coger (tubería, sillas, hachas, etc.) y resolver las zonas de plataformas. El problema en esta vista es que cuando hacemos lo necesario para golpear, Carnby a veces no responde, y en las zonas de plataformas la cámara no ayuda demasiado. En 1ª persona el control es bueno, y usaremos esta vista para disparar, observar el inventario y curar nuestras heridas. Donde más se nota el mal control es en las fases de conducción, ya que los coches parecen de cartón, y con un ligero choque ya perderemos el control del vehículo. Por suerte solo hay dos misiones de conducción. La combinación de objetos en el inventario se queda a mitad de camino respecto a lo que habían prometido. Esto se debe a que únicamente podremos combinar el mechero con el espray (lanzallamas), pistola con botella de alcohol (bomba que explota al dispararla) y mechero con botella de alcohol (cóctel molotov). En un principio esta combinación parece atractiva, pero estas combinaciones ya están prefijadas, por lo que quita la posibilidad de hacer tus propias creaciones. Para curar nuestras heridas pasaremos a la vista en 1ª persona, y tras echar alcohol en espray nos vendaremos las heridas.

    Gráficamente el juego solo pasa de correcto, y en este apartado únicamente se salva el modelado de Carnby y el fuego, que se propaga en ocasiones de forma realista. El resto de elementos que nos encontraremos tienen unas texturas muy pobres, y los personajes son demasiado inexpresivos. Para colmo, las animaciones de todos los personajes son muy robóticas (incluidos los movimientos del protagonista), y los enemigos tienen una IA muy pobre, lo que hace que podamos andar entre ellos sin que se den cuenta, y solo se percatarán de nuestra persencia si nos ponemos delante suya y a muy poca distancia.

    Hablando de los enemigos, en un principio se había dicho que para eliminarlos se tendría que usar el fuego obligatoriamente (esto se mantiene en las consolas de nueva generación), y en esta versión solo se necesita golpear a los enemigos o disparales. El fuego únicamente lo usaremos en el museo, para quemar unas paredes que han sido corrompidas por las fisuras. De esta forma, el juego pierde intensidad y seremos capaces de eliminar a los enemigos sin esfuerzo, o simplemente pasar de ellos debido a su baja IA.

    El apartado sonoro es lo mejor del título, con un buen doblaje al castellano (aunque las voces de algunos secundarios no son muy buenas, ya que son muy inexpresivas). Las melodías son épicas, con momentos en los que la música nos mete en tensión (como en una persecución en ambulancia desde la que disparamos a multitud de murciélagos que nos persiguen), mientras que en ocasiones la música no está bien elegida, ya que son momentos de acción y está sonado una música tranquila. Los efectos de sonido están a un buen nivel.

    Esta entrega de la saga no es un survival horror (al menos en su versión de PS2), ya que hay una gran combinación de géneros (acción, plataformas, conducción y puzzles) y en ningún momento de la aventura habrá momentos que nos asusten.

    En definitiva, un juego que podía haber dado más de sí mismo y que no puede volver a colocar a la saga en la élite de los survival horror. Habrá que esperar a ver las versiones de nueva generación, aunque en esta versión hay algunos puzzles que están muy bien construidos, pero el resto de apartados necesitan una mejora para llevar a este juego a la élite de los survival horror, como ya fue la saga en sus inicios.