El año 2018 ha empezado muy fuerte, con dos grandes títulos que han acaparado toda la atención durante el mes de febrero y que bien seguro, seguirán dando que hablar en los meses venideros. El primero de ellos es Dragon Ball FighterZ, el esperado juego de lucha por los experimentados Arc System Works están recibiendo todo tipo de alabanzas. Y no es para menos, pues estamos hablando de un milagro hecho videojuego ya que su fidelidad con la serie original creada por Akira Toriyama es tan análoga que lo único que podemos hacer es dar gracias al cielo que esto exista de verdad. El segundo, y no menos importante, es el juego que centra este análisis: Monster Hunter World.
Muchas variables han tenido que ocurrir para que Capcom haya decidido crear esta nueva entrega para las consolas de sobremesa PS4 y Xbox One además de PC, que, pese a su retraso hasta otoño de 2018, sigue siendo una plataforma esperada y deseada por mucha gente. Como decía, el auge de las consolas de sobremesa, la estrepitosa caída de Nintendo con Wii U y quien sabe cuántos factores más, han hecho que hoy tengamos uno de los títulos más ambiciosos del estudio nipón; un título concebido para hacerse un hueco en el mercado occidental. Para ello, han creado una aventura pensada para todo tipo de jugador, desde el más novato – como un servidor – hasta el jugador que no se ha perdido una sola entrega de la saga.
Olvida de todo lo que has leído hasta la fecha. Monster Hunter World solo es comparable a sí mismo, pues no ha cambiado un ápice de sus mecánicas, ni de su jugabilidad. El núcleo sigue intacto y eso hace que, o bien te lleves una grata sorpresa, o bien, descubras que, tras ese envoltorio tan bien adornado, se encuentra un juego que no está hecho para ti.